martes, 15 de abril de 2025

Saltando el Nervión

 

Lunes 14 de abril. Primer  día de la semana santa después del domingo de Ramos. Una fecha en donde se ponen en marcha las vacaciones, los viajes, los nietos o, simplemente, que cambiamos de mentalidad porque nos metemos en otro contexto vital, fuera del devenir cotidiano. Pero no pocos adictos al caminar semanal nos dimos cita, como  lunes que era, para no perder la costumbre de  mantenernos en forma y de mantener la unidad y el ambiente del grupo. 



Por si el tiempo nos  pasaba una mala jugada, decidimos hacer una ruta urbana: Bilbao-Bilbao, como las contrarrelojes ciclistas. Bilbao de punta a punta, de Bolueta a la punta de Zorrozaurre, pero no en sentido lineal, sino cambiando de orilla al paso por 12 de los puentes que atraviesan la villa. Los otros tres los pasamos por debajo, por aquello de la altura o de la dificultad de acceso.

En total 12 kilómetros, según el contador de Santi. Clavado: a kilómetro por puente de media. En el paseo nos fuimos encontrando con zonas desconocidas, o que han cambiado mucho desde la últimas vez que pasamos por allí. También descubrimos edificios nuevos o renovados y zonas de muelles de la ría muy poco conocidos por la mayoría. Otra experiencia curiosa fue ir contemplando el panorama de Bilbao alternando la perspectiva desde las dos márgenes de la ría.


En fin, resultó una bonita mañana, algo fresca al inicio, pero que a mitad de camino ya nos apetecía ir quitando ropa. Fuimos puntuales en la salida de Bolueta, en donde nos encontramos con el pelotazo urbanístico del terreno de Sta. Ana ya casi completo de impresionantes edificaciones. Nos dio tiempo a hacer comentarios y conjeturas sobre su estética y su practicidad. Luego pasamos por el bonito parque de La Peña y el segundo puente nos colocó n el paseo de Los Caños. Tras un largo trayecto en el que el río se convierte en ría, entramos en Atxuri y pasamos el puente de S. Antón. En el muelle nos topamos con el primer grupo de turistas que hacían un recorrido guiado en bicis eléctricas. Más adelante vimos otros dos. Y es que al entrar en El Arenal y cruzar por el ayuntamiento, nos vimos envueltos en grupos de todo tipo y daba la impresión de que éramos una cuadrilla de turistas más. Vivir para ver


Al llegar al Zubizuri parada y fonda, foto de grupo y luego la segunda foto de barandilla, que ya Txelo nos había hecho una en el del ayuntamiento. Tras la pasarela del P. Arrupe y del puente de Deusto, nos fuimos sumergiendo en Zorrozaurre. Todo un mundo nuevo en el que anduvimos perdidos, al tiempo que hacíamos ejercicio de memoria histórica mirando los solares y las nuevas edificaciones: aquí estaba el depósito de coches, Tarabusi... Por fin llegamos al último puente que nos dejó a tiro de piedra del metro S. Ignacio. Antes de cruzarlo se hizo un pequeño sondeo sobre preferencias que iremos ampliando a la vuelta. También se señaló el día 18 de junio como la despedida final con paseo y comida conjunta de los tres grupos. En principio se aceptó hacerlo en Mendikosolo, pero antes habrá que negociarlo con la disponibilidad la cervecera. Hasta el 28 buenas vacaciones a todos y todas.



jueves, 10 de abril de 2025

Lunes de senderismo 44


 Lunes de senderismo, 7 de abril. Un vez más hemos estado abonados a "los lunes al sol". Un día espléndido para la inauguración de una nueva ruta por Elorrio. La profusión y la variedad de fotos dan fe del nivel de disfrute del personal en la jornada. Conocíamos perfectamente la línea de bus por ser la misma de la vía verde de Atxondo. Esta vez también iniciamos la ruta desde el mismo punto de salida en Apatamonasterio. Nada más empezar la vía verde tomamos la desviación a la izquierda que nos metía en Elorrio. La iglesia de S. Agustín y la factoría de Eroski nos dieron la bienvenida al municipio. La carretera de entrada está flanqueada por cerezos pero no pudimos disfrutar del esplendor de sus flores porque solo quedaban los restos. 


Ya entrando en el núcleo urbano nos topamos con uno de los varios Krutziaga, de los que presume este pueblo, cubiertos con con un tejado sustentados por columnas de la misma época y estilo. A la otra parte de la calzada estaba la primera ermita a la que no pudimos hacer caso por estar en la primera rotonda de entrada. Paramos para reagruparnos porque comenzábamos a callejear y era fácil despistarse. Al llegar a la segunda rotonda no hicimos caso de la señales que marcaban dirección Argiñeta, que era nuestro principal destino, y tomamos otro camino que pasaba por algunas casas y luego desembocaba en la parte alta de la carretera de subida. Al llegar a la base de la necrópolis se avisó al personal que la senda final de subida era muy empinada y que estaba la posibilidad de seguir por la carretera con una ascensión más suave. Solo cuatro o cinco personas optaron por esa segunda, aunque alguna de las que se decidieron por lo difícil tuvo que tomar resuello a mitad de subida. 


Los pórticos de la ermita nos acogieron gustosos para darle a la mandíbula, aunque la brisita que corría invitó a retomar la ropa que habíamos guardado al calor del sol y de la subida. El personal disfrutó contemplando la necrópolis y al final acabamos haciendo la foto de grupo detrás de las estelas funerarias. Nos costó arrancar pero ya llegamos agrupados al barrio contiguo de Zenita. En él fuimos admirando unos caseríos imponentes con unos portalones en arco de diversas medidas. En uno de ellos se vendía de todo, pero no estábamos para hacer mercadillo. Nos encontramos con un pequeño molino del siglo XVIII ya inutilizado y, a continuación, nos dejamos sorprender por la fuente de aguas sulfurosas que espandían un olor tan desagradable, como la cantidad de propiedades benéficas que contienen. 

Saliendo de Zenita bajamos por una senda hasta el antiguo balneario, reconvertido en un centro escolar concertado. Al dejarlo atrás llegamos a otro Krutziaga que nos marcaba la calle que debíamos seguir para completar el recorrido por una zona campestre, pletórica de prados, huertas, arroyos y buen ganado de todo tipo, incluido un corpulento buey que exhibía indiferente, mientras pastaba, sus poderosas dotes procreativas. Seguimos admirando más caseríos y un molino en ruinas de gran tamaño. Cercana a él había una pequeña cascada que llamó la atención de parte del personal. 


Al poco llegamos a la carretera que lleva a Mondragón y tuvimos que hacer una parada para reagruparnos y pasar la carretera juntos. Enseguida se entra al centro de la población y llegamos con tiempo de sobra para coger el bus de la una y diez. Diecinueve personas se quedaron a comer en un restaurante cercano y se fueron a dar la tourné  turística. Los que se quedaron han dado buena fe a través de sus fotos de que les dio tiempo para todo y disfrutaron lo suyo con el turismo urbano y con las terracitas que no pueden faltar en estas ocasiones.

Al final nadie optó por quedarse a comer en plan bocadillo. Mientras esperábamos dimos una vuelta por el parque de enfrente y descubrimos unos sitios cubiertos con abundantes mesas y sillas, que tenían relación con un bar que estaba en la planta baja de un edificio azul muy elegante y con ascensor externo. Dimos la vuelta para rodearlo por completo y descubrimos que dicho bar se trataba del "Jubilatuen taberna". O sea, que para próximas ocasiones sabemos que contamos con un sitio ideal para comer en grupo el bocata, o compartir viandas, al aire libre o bajo techo... y a precio de jubilados.




domingo, 6 de abril de 2025

Gordexola profunda

 


Lunes 31 de marzo, sanqueremos y bienvenida a la primavera. Se me acaban los adjetivos para definir la mañana de la que disfrutamos en todos los sentidos. Un ambiente campestre, con  luz, buena temperatura, quietud, vegetación abundante, prados y un río que nos fue melodiando el paseo con sus pequeños saltos de agua. Una colección de edificios dignos de admiración, que culminó con el imponente palacio de Urdandegi, con sus dos llamativas torres perdido al fondo de aquel pequeño y pintoresco valle.

Así lo pudimos comprobar, porque a partir de allí la carreterita rural se convirtió en pista de piedrillas, con pequeñas torrenteras que nos obligaron a dar saltitos, que nos condujo hasta el cañón formado por el río Ayega y que divide en dos partes la sierra de Trasmosos. En este punto el río corta el paso por la pista que sube hasta Zalla porque la abundancia y la fuerza del agua se ha llevado las piedras que estaban puestas para pasar. Así que vuelta para atrás.

 
Una vez pasada la ermita de Santiago, donde habíamos efectuado la parada y fonda y la foto general, tomamos la subida a la ermita de S. Esteban que está dominando  el barrio de Irazagorria desde su colina. Allí comprobamos que estaba el frontón, que no puede faltar en todo pueblo de este país que se precie y otro palacio, éste en un estado calamitoso y rodeado de vegetación que no permitía observarlo bien. También nos encontramos allí con la torre abandonada que no vimos en nuestro anterior paseo. Bajamos a la plaza del barrio, pero como nos sobraba tiempo de espera fuimos caminando por la senda del río Herrerías hasta la parada siguiente.

Las cotas de montaña se solventaron con gallardía y el resto del recorrido fue un paseo tranquilo. Contamos con nuestro invitado de otras ocasiones que siente curiosidad por todo lo que le suena a nuevo. En la espera del bus de línea tuvimos un episodio de desvanecimiento, suponemos que provocado por el sol. A pesar de que entre nosotros no estaban ninguna de nuestras sanitarias, la atención de los y las compis fue eficaz y nada más recuperarse pudo subir y hacer el viaje con todos.


Al final del recorrido también hubo otro amago de mareo, porque en el bus hacía calor y la mujer de al lado de la compañera estaba mareándose y amenazaba con arcadas, pero todo se arregló porque ya estábamos entrando en Basurto y la compañera afectada se bajó y fue al metro. Eso sí, por último hay que resaltar que en esta ocasión se pidió la parada para ir a comer a "ca la rumana" en el momento exacto. 


domingo, 30 de marzo de 2025

¡Qué horror!


 Una de las últimas noticias con que nos hemos desayunado traspasa todos los límites de la perversión humana, cuando los sujetos que la han protagonizado son menores. Unos adolescentes han estado disfrutando con las torturas sistemáticas que le han estado infiriendo a un compañero que sufría una discapacidad severa. Siempre se ha comentado que es cosa de chavales el ser un tanto crueles a la hora de hacer bromas o juegos. Cuando ya se pasan de la raya lo llamamos buling, o sea, cuando acarrea graves consecuencias para el sujeto de esa violencia. Pero en este caso abusar de un compañero totalmente indefenso y sin capacidad de reacción por sus severas limitaciones, implica en primer lugar deshumanizarle,  para hacer de él un juguete de diversión que ni siente ni padece, o si lo hace, les importa un pimiento a los agresores, cuando no hasta podrían  disfrutar más en la medida que le ven sufrir. En segundo lugar, esta perversión sube de escalafón cuando estos capullos siguen disfrutando con la publicación de sus aberrantes diversiones en las redes sociales. Al parecer necesitan hacer público su poderío y, por si ya hubiera padecido poco, poner en ridículo social a la víctima. Quizás ni siquiera hayan sido conscientes de todo ello.


Y ahora vienen las preguntas. Este hecho denuncia en sí mismo la impunidad de los agresores, que actúan fuera del control exigido en cualquier centro educativo. Una vez más, nadie sabía lo que estaba sucediendo. Esta frase la hemos leído y oído en demasiadas ocasiones y, por supuesto, en pocas de ellas le hemos dado validez. Estamos a la espera de que la solución se limite, una vez más, a que sea la víctima la que tenga que desaparecer del centro, lo que supone que el castigo también es para ella y para su familia. Según tengo entendido, el duro castigo que van a recibir los agresores consistirá en cinco días de expulsión -o similar- , y me apuesto algo a que encima alguna de sus familias protestará o se montará el rifirrafe de echarse la culpa entre ellos para ver quién es el más culpable, el cabecilla y que los otros no pueden tener la misma sanción... Ya hemos tenido que ver escenas similares en más de una ocasión.


Y ahora viene lo inexplicable ¿De dónde han salido unos menores con este nivel de agresividad? ¿Dónde han mamado esa impunidad para no tener ningún límite en saltarse el respeto de los demás sin temer las consecuencias? Me ahorro la respuesta porque la tenemos todos en la mente ¿Qué va a pasar cuando vuelvan a su instituto, van a dejar de ser peligrosos, van a volver con las orejas gachas o van a venir más envalentonados pidiendo guerra? ¿Cómo se gestiona la sanción y las medidas posteriores para que no repitan acciones de ese tipo, aunque no sean tan extremas, como ésta que nos ocupa? 


Y luego un apunte más: éstos chicos están protegidos por la ley del menor y, por tanto, van a disfrutar de la inmunidad legal que ésta les otorga. Le reto a algún jurista partidario del buenismo legal que mida los milímetros que hay entre el hecho que nos ocupa y la posibilidad de que esos sujetos lleguen a matar y se queden tan pichis. En mi modesta opinión éstos son sujetos peligrosos para la convivencia social, por tanto tendrían que asumir las consecuencias de sus actos, quitándoles de la circulación y, no tanto con medidas punitivas, sino con programas de reeducación que, progresivamente, les permitan volver a la convivencia social. 

martes, 25 de marzo de 2025

Lunes de sendrismo 43


Lunes 24 de marzo. Salida oficial con alerta amarilla ¡¡"No estamos locos, sabemos lo que queremos..."!! Doble récor el de hoy: la menor cantidad de participantes 9, cuando el récor estaba en 11, y más hombres que mujeres, increíble hasta el momento. Una mañana memorable por estos datos y  por los dos boinazos que nos han dejado empapados. 


A las 9:00 estábamos 8 personas en el rincón de rigor. Alguno se despistó al entrar y, siguiendo la rutina, se iba para el andén de Bilbao. Al bajar al andén nos encontramos con Lucinio que había optado esperarnos allí, mejor que al final. Con la tropa completa nos pusimos en marcha. En el paseo de La Sardinera teníamos de cara un viento bastante incómodo y fresquito. Antes de ponernos en marcha se produjo un despliegue de capas, gorros y demás prendas de abrigo y de lluvia. Comenzamos con buen pie, pero cuando estábamos frente a la central de Iberdrola, nos sacudió el  primer chaparrón que tiró todo el agua y más, aumentando la fuerza del viento. 


Al llegar a Zierbena ya había parado y solo chispeaba algo a ratos. Hicimos una parada en la pequeña área recreativa que está al pie de la subida al barrio de La Cuesta para hacer una foto de grupo por iniciativa del fotógrafo de a bordo, José Luis. Creía que nos íbamos a tener que "acoger a sagrado" para comer el bocata, pero no hizo falta llegar a la iglesia porque hay una terraza que, como lunes que se precie, estaba disponible con todas la mesas y sillas a nuestra disposición. Al terminar, el yerno de Lucinio nos hizo la foto de grupo completo.

Visto que amenazaba de nuevo el temporal, desistimos de subir a las baterías de costa. Cruzamos la carretera y bajamos por Kardeo hacia la playa, con la intención de seguir hasta Muskiz si el tiempo lo permitía. Llovía razonablemente y paraba a ratitos, pero cuando ya estábamos acercándonos a la playa el temporal se cebó con nosotros, sobre todo en el embudo que forman los dos edificios que hay en la entrada. En vista de que aquello iba para largo, nos metimos en la primera parada de los buses de línea y justo en ese momento divisé a lo lejos la figura de uno de ellos. Así que fuera el que fuere nos metíamos en él. Nos tocó el de Portugalete y en poco tiempo nos dejó en la boca de metro de Santurtzi. Todo un acierto y antes de las 13:00 ya estábamos en Barakaldo. Según los relojes de medir pasos hemos hecho 9 kilómetros y medio, algo menos de los 11 que figuran el cartel de la convocatoria.


Ha sido una experiencia interesante eso de ir tan pocos y en condiciones tan adversas. Ello ha conseguido que hayamos disfrutado del mejor humor del que somos capaces y de un ambiente estupendo de compañerismo. Nos ha parecido interesante la combinación de bus y metro, que, aunque exige dos billetes, creemos que ahorra tiempo y vueltas. Eso sí, la visita a los cañones queda en deuda para un sanqueremos y ya van dos, sumándolo al de Armintza.

miércoles, 19 de marzo de 2025

Belén Cortés, Goian Bego.

 


Acabo de participar en una concentración de educadores sociales  en la plaza del Arriaga de Bilbao, para tener un recuerdo profundo de la compañera que ha sido fríamente asesinada en su puesto de trabajo en Badajoz. No importa el lugar, más lejos o más cerca en el tiempo o en la distancia, era una educadora, como tantos de las y los que nos hemos concentrado hoy o que siguen desarrollando su tarea educativa en todas partes. Se ha reivindicado unas mayores medidas de seguridad y una ampliación de recursos, tanto humanos, para estar apoyados en todo momento, como materiales. Un caso de este tipo, además de llenarnos de consternación, tiene que ser un aviso sin paliativos para las autoridades competentes en materias sociales, de justicia y de inmigración.


Hoy nos hemos encontrado una serie de veteranos en el oficio envueltos entre una muchachada de todo tipo y con otras personas maduras que aún están ejerciendo, con mayoría de mujeres como siempre. Me he sentido realmente emocionado en esa plaza llena porque, a pesar de conocernos parcialmente, según los lugares donde hayamos trabajado, los tiempos de estudio que se han compartido, se tenía un sentir común. Hoy en día es necesario hacer valer nuestra función educativa y las repercusiones positivas que suponen para los sectores en dificultad de la sociedad. Es un trabajo que no es fácil, que tiene unos riesgos, pero que pude ser apasionante si se vive vocacionalmente. Según nos cuentan desde Badajoz, Belén cumplía estas condiciones y se encontró indefensa con el peor de nuestros destinos, Se sumaron el buenismo jurídico, un paraíso para delincuentes precoces bien enseñados por sus familias, y las restricciones de recursos de la autoridad competente. Tomen nota por favor o ¿ cuántas muertes más harán falta para que se lo tomen en serio?

martes, 11 de marzo de 2025

Lunes de senderismo 42


 Lunes 10 de marzo, travesía de Gordexola. En el primer encuentro éramos solo 17, lo que nos extrañó, pero en llegando a la intermodal sumamos hasta 25, un buen numero. Otro lunes más en el que pudimos disfrutar de una mañana luminosa y de temperatura agradable. No comenzó la jornada con buen pie porque unos cuantos nos  liamos a charlar y nos pasamos de parada. Otra persona no había aparecido a la hora prevista pero con el siguiente metro llegó a tiempo sin problemas. En fin, imprevistos de última hora que se superan bien por nuestra sana costumbre de quedar con tiempo de sobra. Enseguida localizamos el bus de la línea a Okendo, en el que completamos de golpe la primera mitad de asientos, con la lógica sorpresa de los usuarios habituales acostumbrados a encontrarlo medio vacío, lo mismo en el de vuelta que acababa de salir de Artziniega con dos pasajeros.  


Comenzamos la andadura en Zaldu. Nada más echar pie a tierra nos encontramos con las campas escarchadas, una bonita imagen que hacía brillar el ambiente agrícola de ese primer tramo del trayecto. A poco de empezar nos encontramos con la primera de las torres que íbamos a encontrarnos en el recorrido, Urtusaustegi. Torre medieval muy bien restaurada. Bajamos al barrio de Azkarai para cruzar la carretera de Okendo y seguir por la margen derecha del río Herrerías. 


Enseguida nos topamos con la torre Ziubiete, renacentista, con un palacio añadido en el siglo XIX de estilo neoclásico. En ese tramo del camino contemplamos toda una hilera de casas solariegas de planta cuadrada y tejado a cuatro aguas, típico de las Encartaciones. Su ambiente campestre contrastaba con la otra margen del río completa de polígonos industriales. Al fondo de ese tramo estaba la torre y palacio de Oxinardo. La torre era medieval, pero el palacio añadido es renacentista de estilo italiano. Esta vez lo pudimos contemplar a gusto porque los árboles de las tapias estaban sin hojas. 


Pasando el  puente medieval, retomamos marcha  por la acera que bordea unos palacios impresionantes, hasta tomar posesión de los bancos de la plaza de El Molinar. Además de reponer fuerzas se aprovecharon los baños que están debajo del quiosco, en cuya escalera no pudimos hacer la foto de rigor por la posición del sol. Retomamos el paseo, esta vez por zona urbana, contemplando la insultante prestancia de la arquitectura de los palacetes indianos. Otro cruce de carretera y bajamos de nuevo a acompañar al Herrerías esta vez por su margen izquierda. A partir de aquí recuperamos de nuevo el ambiente campestre. En medio de él tuvimos que cruzar otro puente medieval para admirar otros caseríos del porte de los anteriores y contemplar desde la distancia la torre de Ibarguen, la última del recorrido, porque el acceso está cerrado y apenas se la puede ver de cerca.

Ibarguen, la que
vimos de lejos

A continuación, también tuvimos que cruzar la carretera para acceder a un pequeño bidegorri que nos llevaba hasta el acceso a la senda de Irazagorria, dejando a un lado el palacio de los históricos Allende Salazar. Último cruce de carretera y de nuevo paseamos junto al río. Al llegar a la plaza de este barrio cruzamos el puente  y al rato volvimos a cruzar el río por otro puentecito medieval (será por puentes) para llegar por la otra margen hasta el fin del trayecto, la mole de lo que fue una ferrería del siglo XVIII, que está tapiada. Allí tuvimos que esperar un buen rato al bus, pero se nos hizo corto, porque nuestra animadora Nieves nos montó una discoteca con canciones del año catapún que conocíamos todos y más de una se marcaron pasos de baile propios de la época. Estuvo genial.


La cuadrilla de la comida decidió comer en Arbuio, ca la rumana, pero una por despiste, otra por descuerdo y a la tercera por fin para bajarse. El chófer se agarró un buen mosqueo y siguió un rato farfullando. Es que somos la leche. Total en Barakaldo a las 14:45 horas, ni tan mal.

viernes, 7 de marzo de 2025

Otro ladrillo en la pared

 


Traigo a colación este título de los Pink floid porque viene a cuento a la situación en que se encuentran algunos colectivos vulnerables. Desde hace tiempo, creíamos que la clave para la inserción de inmigrantes o personas en dificultad para conseguir su autonomía en la vida, se basaba en lograr un trabajo. Éste era una garantía para poder asentarse en la vida e ir sacando a la familia adelante. De hecho siempre hemos revindicado que se derogase la ley de extranjería para facilitar el acceso a los contratos laborales de los inmigrantes. Era una condición que no solo iba a mejorar sus vidas, sino que facilitaría la erradicación de una serie de problemas sociales: el eterno recurso a la beneficencia, la explotación descarada, los trabajos en negro, cuando no la eliminación de gran parte de actividades ilegales en las que se aprovechan de los que están entre el cielo y la tierra.

Después de haber estado colaborando en el cuidado de un piso de acogida para jóvenes magrebíes y subsaharanios, me di cuenta que cuando tenían que salir del programa se encontraban con el problema de conseguir una habitación. La mayor parte de ellos acababan en pisos regidos por paisanos suyos en unas condiciones un tanto lamentables. Cuando me encontraba con ellos notaba enseguida que las condiciones de vida les estaban pasando factura en su aspecto y en su desarrollo personal. Habíamos estado preparándoles para que desarrollase una vida autónoma, pero al legar ese momento se encontraban con unas condiciones draconianas, cuando no se veían obligados a dormir de nuevo bajo un puente o en algún edificio ruinoso.

Otro grupo de personas que padecen las mismas condiciones es el de la gente que está completando condena en medio abierto, a través de entidades del tercer sector. Cuando se les termina el plazo de su estancia, si no han encontrado habitación tienen que volver de nuevo a prisión. O sea, que se tira por tierra los recursos que se han empleado en ellos para que pudieran tener una vuelta más o menos normalizada a la vida social y para que lograran poner en marcha un  nuevo proyecto personal lejos de la circunstancias anteriores que le llevaron a prisión. A lo que habría que añadir el daño personal que se les provoca.


Otro sector que está en las mismas circunstancias es  la juventud de hoy que por razones similares no pueden desarrollar su proyecto de vida porque se chocan con la vivienda. Ya tiene problemas con el tipo de contratos laborales que se llevan hoy en día para poder independizarse y se encuentran con este otro obstáculo. Entre tanto, en el parlamento han estado tirándose los trastos a la cabeza por la ley de la vivienda, hasta que por fin han conseguido aprobar algo que puede que se quede en papel mojado. Los gobiernos autonómicos y locales intentan fomentar la construcción de vivienda protegida, aunque por lo que se ve no dan abasto. Mientras la vivienda sea un negocio, sobre todo turístico, sin tener en cuenta las necesidades del personal, esto no va a tener arreglo. Así que seguirá siendo otro ladrillo en la pared para hacer más infranqueable el muro que impide el paso a una vida digna de los afectados.



domingo, 2 de marzo de 2025

El Abrigo

"El abrigo" es el un nuevo cuento que he editado en mi blog de relatos "Mis prosas", como se puede comprobar en la columna lateral de este blog. Pinchando en él se tiene acceso a su contenido, también lo podéis descargar, si lo deseáis. Me he inspirado en las actividades que realiza la asociación "Tribus de Íber" en sus investigaciones sobre restos prehistóricos y su empeño en que las entidades oficiales responsables de cultura asuman la protección y la difusión de estos hallazgos. María y yo hemos participado en algunas de ellas durante algunas vacaciones de verano. Como cuento que es, tiene su dosis de misterio y de magia, que envuelve a los dos protagonistas y acaba cambiando su manera de ver la vida y sus proyectos de futuro. Quiere ser también una llamada al respeto y a la protección de nuestro planeta que es la herencia de nuestros antepasados más lejanos, para evitar  las catástrofes que provoca el cambio climático.



Lunes senderismo 41

 


Día 24 de febrero. 30 integrantes del grupo más un invitado del grupo del martes nos pusimos en marcha para recorrer los acantilados entre Larrabasterra y Plentzia. Una mañana magnífica con algo de viento sur, que no nos molestó, sino que mantuvo despejado el panorama, lo que nos permitió disfrutar de unas vistas extraordinarias. Desde la punta de cabo de Ajo hasta el faro de cabo Villano, las siluetas de la línea de montes entre el Ganekogorta y el Serantes, el Gorbea a lo lejos y toda la línea de costa pintada por la espuma de las olas con Castro al fondo... en fin, todo un banquete, armonizando con el continuo de los rugidos de las olas. El camino no estaba en mal estado, salvo zonas sueltas encharcadas, lo que nos ayudó a disfrutar mejor de la marcha.


Entre subes iy bajas bordeando acantilados, y las innombrables  edificaciones que jalonan la ladera este de la playa, nos plantamos en la zona del flick de Barrika y aprovechamos los bancos del área recreativa adjunta al aparcamiento para reponer fuerzas. Como es de rigor, antes de retomar la marcha se consiguió, tras una buena liada, hacer la foto de grupo. Aquí echamos de menos a nuestra insigne y veterana fotógrafa, a la que deseamos pronta y perfecta recuperación. Retomamos la marcha, excepto un pequeño grupo que se quedó en la zona rezagado y así el grupo general se mantuvo disperso durante el resto del recorrido. Al llegar a la zona en que se abandona la línea de costa para adentrarse en el núcleo de Barrika, comenzaron a darse voces de  por aquí sí y por allí no, lo que sorprendió por ser éste un recorrido bien conocida y se estaba siguiendo el recorrido marcado. En este tramo resulta de lo mas desagradable atravesar el bosquecillo de plumeros pampeños que siguen copando los terrenos de alrededor. Al entrar en zona asfaltada, el vagón de cola optó por otro camino que nos sorprendió, pero todo se resumió en que tuvimos que estar un rato esperando porque iba a parar al mismo sitio en que estábamos esperando. 


Sin más problema dejamos atrás las edificaciones y nos adentramos por la senda que baja hacia la ría. A los que vienen por primera vez les sorprende este paso porque se encuentran con la pista cerrada, hasta que se puede observar a un lado el inicio de la senda. En este tramo el grupo se fragmentó aún más, lo que supuso que los y las de cabeza tuviesen que dejar marchar el metro, mientras el vagón de cola llegaba justo a coger el siguiente. En esa segunda espera se dieron las consiguientes discusiones sobre el número de kilómetros caminados, porque parece que no todos los relojes miden igual. Parada prevista en Erandio para los habituales de las comidas en su restaurante de referencia y el resto llegamos a Barakaldo a la hora prevista por Iñaki, que no falla. Vamos a cruzar los dedos a ver si seguimos esta racha de lunes con un tiempo magnífico.




miércoles, 12 de febrero de 2025

Lunes de senderismo 40


 Lunes 10 de febrero. Galdakao-Lekubaso-Lemoa. Comenzamos 21 senderistas en Bide Onera y al final llegamos a 24. Una buena  mañana nos acompañó perfectamente en el recorrido. Lo más llamativo fue sentir frío al comienzo del recorrido por la diferencia de temperatura entre Barakaldo y la zona a la que íbamos. Esto se hizo notar, sobre todo, en la parte de recorrido que va de la estación de Usansolo hasta el área recreativa de Lekubaso. Se respiraba la humedad por la abundancia de agua que rezumaba por todas partes y porque el camino discurre por un callejón entre laderas rebosantes de vegetación y siempre pegado al arroyo que baja del embalse. Esta vez con abundante agua, porque estaba la presa abierta para aliviar el nivel de su contenido. Nos llamó la atención la cantidad de árboles tronchados y arrancados de cuajo. Suponemos que la fuerza del viento había sido muy fuerte, aumentada además por la propia orografía del terreno.


En el camino se hizo una ligera parada para hablar de la historia de Puentelatorre, cuya construcción llamó la atención a varias personas. El Ibaizabal exhibía un gran caudal proporcionando un bonito espectáculo a su paso. Al llegar al área recreativa nos encontramos caminando en un charcal medio camuflado por la hierba. Una parte del personal optó por comer a cubierto y sobre hormigón huyendo de la humedad y otra hizo caso omiso de la misma quedándose en los bancos al aire libre y aprovechando los primeros rayos de sol que aparecieron.


Tras el ritual de obligado cumplimiento de la foto de grupo reanudamos la marcha. En Usansolo nos reagrupamos antes de tomar la nueva parte del sendero y seguimos tranquilamente hasta Lemoa, esta vez siempre con referencia a la línea de Euskotren, pasándola unas veces por debajo y otras por puentes. En este trayectos algunas se quejaban de cansancio y a la vuelta en el tren se estuvieron contrastando los kilómetros recorridos. Al parecer a todos les daba más de los 15 marcados en la convocatoria, incluso alguien defendió que habían sido 18. En todo caso para próximas ediciones se puede considerar quedarse en la estación de Bedia, que, a propósito, nos ofreció un espectáculo poco visto de cómo hacer un muro de contención con "piedritas". Y el tipo de la manguera que siguió a lo suyo aunque el grupo pasaba por delate de  la excavadora.


Llegamos a Lemoa con tiempo suficiente, pero justo, para coger el próximo tren que nos posibilitaría no llegar demasiado tarde a casa. El grupo de las comidas se quedó en la rotonda de entrada organizándose y los demás enfilamos hacia la estación que está a la espalda de la cementera. Algunas se habían quedado despistadas en medio del grupo de las comidas, pero alguien les hizo ver que tenían que espabilar. Entramos a la estación  unos cinco minutos antes de la hora de llegada del próximo tren marcada en una pantalla. No nos distrajimos porque observamos que había que cruzar al andén opuesto subiendo unas empinadas escaleras. Cuando solo faltaba un minuto nos dimos cuenta de que había alguien que se había quedado liada en la entrada sin saber por qué. Comenzamos a llamarle a gritos y apareció en el andén contrario corriendo de un lado para otro, cuando ya asomaba el morro de la máquina. Le costó localizar las escaleras, pero no sabemos cómo consiguió hacer el recorrido en un tiempo récord, digno de una olimpiada para despistados. Eso sí, estábamos los demás haciendo señas al maquinista y con medio cuerpo fuera para que no se cerraran las puertas... y es que, como cierta flecha dice, "somos un equipo". De acuerdo, pero de éstas mejor que no se repitan. Tal como lo tenía previsto el controlador de tiempos del grupo llamado Iñaki, a las 14:30 más menos en Barakaldo.



martes, 11 de febrero de 2025

¡Quién nos lo iba a decir!


Estoy contemplando entre estupefacto e indignado el nuevo panorama que se está generando en tan poco tiempo, aunque el caldo de cultivo pueda venir de lejos. Es un cúmulo de acontecimientos que no solo son una amenaza para el momento actual, sino que nos diseñan un futuro de regreso a las cavernas del restauracionismo más retrógrado, principalmente en aras de un supuesto patriotismo: xenofobia, homofobia, negacionismo, plutocracia... El ser emblemático de esta situación viene a ser Trump. Un delincuente descerebrado, que quita y pone órdenes en base a sus delirios ególatras sin tener en cuenta las consecuencias funestas que puede provocar a las personas y al sistema del funcionamiento mundial. Incluso se ha arrogado el poder de quitar fronteras y adueñarse de territorios porque sí o de echar de su tierra a dos millones de personas porque necesita el terreno para sus negocios hosteleros. 


Al rebufo de esto, surgen los ultras europeos haciéndole la ola y montando su internacional patriótica en Madrid. Pero, yendo al fondo de la cuestión, todos estos personajes, con mayor o menor poder no importa, han sido empoderados por los votos de muchas personas. Y esta es la cuestión: qué tipo de personas les votan. Lo primero que se le ocurre a uno pensar es que son gente cabreada por diversas razones o contrariedades de la vida y reaccionan contra el mundo mundial, por lo que votan a estas figuras que rompen el sistema, con lo que se puede aplicar aquello de que va ser peor el  remedio que la enfermedad. También se puede considerar que estos líderes arrastren a personas  con poco nivel cultural, cortos de miras o que, simplemente, se creen que alguien muy poderoso es quien les va a dar seguridad. 

Pero esto no es lo peor, me ha llamado la atención comprobar las últimas estadísticas de intención de voto, que señalan a los jóvenes como uno de los principales sectores que apoyan a las opciones de ultraderecha. Este es uno de los datos que más me provocan la desazón de cara al futuro. Sería ingenuo pensar que se pueden reducir esos votos de jóvenes a la existencia de las bandas ultras de tipo violento. Se necesitan bastantes más votos para llegar al poder. En mi opinión  hay dos factores que pueden estar a la base de este nuevo fenómeno, ambas referidas mayoritariamente a la educación en las familias y, de rebote, en el ambiente socia y escolar: el hablar con los hijos y la permisividad. 


Se ha dicho por activa y por pasiva, que es importante tener en cuenta los errores y los horrores del pasado para no repetirlos. Lógicamente, eso se puede aplicar a personas que ya los experimentaron en su día en su propia persona o en el ámbito de su familia. Sin embargo, sí hay que seguir achacando la falta de memoria, no a los jóvenes, sino a las familias que no han sabido o han pasado de transmitir lo sucedido a los hijos. En otros tiempos o en otras culturas esa transmisión oral en el seno familiar era algo vital para desarrollar la identidad de los niños y jóvenes. Hoy en día con echarle la responsabilidad al sistema educativo, todo arreglado. Hay temas de historia que son de estudiar en los libros, pero no las vivencias que se tendrían que transmitir de una generación a otra, como base de criterios y costumbres para organizar la vida y la personalidad de los menores. Todo ello pudo empezar cuando en tiempos de la dictadura no se podía "hablar de política" y eso se ha ido transmitiendo en generaciones posteriores, no porque se obligara sino por desidia, por no querer meterse en líos o porque se le ha quitado importancia. A ver, con este panorama, cómo se va a gestionar la memoria de la historia reciente de nuestro país para que no se repitan los errores y los horrores. 


El segundo elemento ya lo he tratado en anteriores entradas de este blog, refiriéndome a los niños tiranos, consentidos, consumistas sin criterio o sin tener conciencia de los límites familiares, que lo quieren todo ya... Lógicamente se ha ido creando un tipo de personalidades que van solo a lo suyo, que el bien común, el respeto a las normas sociales, la solidaridad más elemental... se la traen al pairo. Ni democracia ni leches, hay que imponerse por narices y quitar de en medio a los que me molestan. O sea, de aquellos polvos estos lodos: la que nos espera.