jueves, 14 de diciembre de 2023

Un día de senderismo y convivencia (3)

 


El miércoles día 13 de diciembre nos reunimos senderistas de los tres grupos para la jornada de convivencia global por aquello de celebrar las fiestas navideñas dentro de nuestro pequeño mundo de senderismo. Estábamos apuntadas 64 personas para celebrar el evento en El Regato. Quedamos en dos puntos para completar el recorrido juntos: a las 9 partimos de Bide Onera -escondiéndonos del viento- y a las 9'30 nos esperaban en el cruce de Retuerto los de Cruces, Zuazo y alrededores. De víspera se desapuntaron varias personas, pero nos dio tiempo para avisar al restaurante y actualizar los menús. Tras unos pequeños titubeos que si por aquí, que si por allá, tomamos el sendero de Gorostiza que hace el recorrido por la parte del boscosa.


Tal como se había portado el tiempo el día anterior, nos temíamos que nos iba a caer el diluvio, pero tuvimos suerte porque solo fueron pequeños chaparrones intermitentes que no interfirieron mucho en la marcha. Eso sí, según llegábamos a la plaza nos cobijábamos en el pórtico. A partir de aquí nos dividimos en dos grupos para asistir a la visita guiada que nos ofreció el personal del CIHMA. A pesar de que éramos muchos supimos aprovechar bien los espacios y atender a las explicaciones de la guía sin atropellarnos. 


En la exposición temporal pudimos disfrutar de las fotografías de la primera fotógrafa vasca, Eulalia Abaitua, realizadas en los primeros años del siglo pasado. Pensando que las herramientas fotográficas de aquella época tenían muy poco que ver con el desarrollo de las actuales, resultaba llamativo, a primera vista, la calidad de las mismas, el manejo de la luz y el enfoque de los personajes. En su contenido resaltaba perfectamente el contraste entre el mundo rural del momento y el urbano, aprovechando juntar en algunas fotos a familiares de caserío y a jóvenes que habían ido a servir a la ciudad -muy cotizadas en su época por la burguesía-, vestidas a modo urbano. Me impresionó profundamente comprobar la pobreza y la vida dura de los caseríos de entonces, sobre todo para las mujeres. Así que lo de los vestidos y el folclore de aldeanitos y aldeanitas tienen más que ver con una idealización que con la realidad pura y dura reflejada en las fotos: las vestimentas, las arrugas, las miradas, las manos destrozadas, el calzado...


En el piso superior pudimos disfrutar de la exposición permanente y de una prolija explicación histórica de Barakaldo, desde la formación de los montes de hierro hasta nuestro días. Pudimos observar documentos curiosos, como cuándo apareció escrito por primera vez el nombre de nuestra anteiglesia, la carta de la fundación de la misma o la de su adhesión al Señorío de Bizkaia. Así que en la medida en que unos terminaban de ver las fotos y otros iban bajando de las explicaciones históricas, se nos hizo la hora de comer y fuimos desfilando hasta el Birika -pulmón, en euskera-, que es el nombre actual del antiguo, que la mayor parte de nosotros ha conocido por mor de bodas, comuniones, comidas de empresa o similares. Un poco apretaditos, pero entramos todos.


Comenzamos con un sonoro brindis en el que recordamos a Patricia que ya se está recuperando de una operación muy delicada y le mandamos nuestro entusiasmo para que se recupere cuanto antes. No faltó el detalle de cantarle a Lucía el cumpleaños feliz en el día de su onomástica. La comida siguió sin incidentes y se fue cerrando entre cantos iniciados por los entusiastas de siempre, que poco a poco nos fueron contagiando a todos con el canto de los cumpleaños por meses. Al final solo un pequeño grupo permaneció sentado, por lo que pudimos comprobar atónitos que había algunos que "habían nacido vestidos". Luego, mientras nos afanábamos en ajustar las cuentas, el personal fue pidiendo cafés y copas por su cuenta, siguieron lloviendo las fotos y algunas comenzaron a salir corriendo para no perder el Kbus. Cuando quisimos hacer la foto final de grupo se puso a llover y allí en la terraza cubierta de la entrada nos embuchamos todos como buenamente pudimos. La responsable del restaurante nos sacó la foto de aquellas trazas como pudo  y Elena ha protestado, a posteriori, por no sé qué de color rojo -es lo suyo-.

Creo que el mejor recuerdo que nos puede quedar de esta jornada, que titulo de "convivencia y senderismo", es el ambiente distenso y amistoso, lleno de buen humor y de reconocimiento de las nuevas  incorporaciones. Y es que demostramos que con un sencillo paseo y una comida sin complicaciones -eso sí, lo del crianza de Rioja Alavesa fue un puntazo-, somos capaces de disfrutar de una jornada divertida y estupenda, de las que dan más valor al programa de senderismo y que, por qué no decirlo, que nos viene de maravilla pasarlo bien y ampliar las amistades más allá de las de cada grupo habitual. Enhorabuena a todos y todas por haber conseguido un día tan estupendo. Nos vemos en Santa Águeda, a ver si superamos el nivel de nuestro coro.




martes, 12 de diciembre de 2023

Vaya inutilidad de montaje

 


   Hemos estado pendientes a través de los medios de comunicación de la gran cumbre sobre el cambio climático. Todos esperábamos que, aunque no se llegase a acuerdos sustanciales, no sería tan vacía en resultados como alguna de las anteriores. Pero ya desde su constitución nos dimos cuenta de que aquello iba a ser un montaje para decir que se va a hacer algo, y al final no hacer nada. En primer lugar se celebra en Dubai, que debe su riqueza a la explotación petrolífera. Para seguir, Estados Unidos, China e India, que son los tres países más contaminantes, ni se toman la molestia de acudir. 



En el colmo del cinismo USA va a destinar una millonada para financiar mediadas correctoras de las emisiones a países del tercer mundo, vaya tela. A todo esto los europeos en general se quedan como una panda de pardillos con grandes propuestas que otros no quieren ni escuchar. O sea que aquí peleando por el reciclaje, por el control de emisiones, por los vehículos eléctricos, por la huella medioambiental... y al final nos van a sacar un comunicado del tipo "que ya... que bueno... que habrá que ir prescindiendo de los combustibles fósiles, cada productor en cuanto le sea posible". A ver cómo vamos a inculcar a la nuevas generaciones la importancia de los ODS, cuando los grandes magnates y las grandes potencias se abanican con ellos.

   
Este despropósito me trae a la memoria aquel pasaje bíblico en que los israelitas se fabrican un becerro de oro y proclaman que ese sería su dios. Y Moisés, hala, monte arriba otra vez para aplacar la ira de Yahveh. Pero resulta que Dios ni se iba a tomar la molestia de castigarles, sino que iba a dejarles que siguieran en su obstinación, porque en ella se iban a encontrar con el peor de sus castigos, su exterminio. 
En estos momentos hay miles de moisés clamando por la salvación del planeta, mostrando los glaciares derretidos, los mares descongelados, los grandes ciclones, las duras sequías, los catastróficos incendios, las estaciones trastocadas... Todo en balde. Los grandes adoradores del becerro de oro siguen sin obedecer las leyes de Dios, que no son otra cosa que las leyes de la naturaleza, que mantienen el equilibrio vital necesario para la existencia de la Tierra. Una vez más, nos acaban de dar señales inequívocas de que van a seguir en su obstinación. El problema es que en esta ocasión el castigo nos va a afectar a toda la humanidad, empezando por aquellas zonas o naciones con recursos más limitados, o que tienen menos parte de culpa del desastre.

    Un conocido mío mejicano me enseñó un refrán de su tierra que, aunque un tanto grosero, viene muy bien a cuento al final de esta cumbre: "Tanto pedo, tanto pedo pa cagar agüita". Y es que resulta muy difícil seguir convencido de que, visto lo visto, merezca la pena tomar partido por los moisés que en el día a día siguen empeñados en aportar sus pequeñas acciones para, entre todos, poder salvar algo, dentro de lo que cabe. Si hay una cosa que me da un miedo tremendo en eso de seguir cumpliendo años, es que, antes de que me llegue la muerte, tenga que estar contemplando catástrofes cada vez más descomunales. Pero, mientras tanto, no hay otra y en ese empeño estamos y estaremos.


domingo, 10 de diciembre de 2023

Lunes de senderismo 21

 


El lunes 4 de diciembre hicimos la ruta entre Zalla y Balmaseda. Previamente teníamos previsto hacer la ruta de Martiartu pero se desestimó por problemas de charcas y de tramos en condiciones peligrosas por riesgo de caídas. Ha sido un día de record: 26 participantes -el máximo fue 25 hace tiempo- y también en la gran cantidad de fotos, incluidos dos vídeos que nos han sorprendido gratamente. Llegamos todos y todas sin problemas a tiempo al autobús. Al contrario de lo esperado por las previsiones negativas del tiempo, resultó ser una jornada agradable sin viento y solo en unas pocas ocasiones tuvimos que abrir el paraguas. El río Cadagua fue un espectáculo constante -visual y sonoro- por la cantidad de agua que bajaba y por las diversas imágenes que formaba con las caídas de las presas y los remolinos de los rápidos. De ellos han dado testimonio numerosas fotos. También nos llamaron la atención algunos torrentes en la primera parte del camino.

 A poco de empezar la marcha llamé la atención sobre la vista del castro de Bolunburu y se quedó en que, para curiosos de la historia y con fuerzas para subir, se programaría la visita a esos restos prehistóricos. Sin contratiempos y con la mayor tranquilidad del mundo fue transcurriendo el recorrido. Tuvimos la oportunidad de poder contemplar por dentro la hermosa ermita de S. Antonio, aprovechando que estaba abierta por obras y el trabajador estaba fuera. También nos sorprendió la obra del palacio de los Urrutia del que solo se veía la fachada porque estaban en plena restauración de la misma sujetando el vano de las ventanas. Los rapidillos pasaron por delante sin hacerles caso, qué le vamos a hacer.


Antes de llegar al habitual cobijo para el hamaiketako, nos llevamos una gratísima sorpresa al acceder a la carretera de La Herrera: nos encontrarnos con un amplio bidegorri, donde antaño debíamos ir en fila india, que nos facilitó la llegada al paso de peatones que da acceso a la parroquia de ese barrio. Esta vez no pudimos ver las actividades exteriores de la chiquillería en los terrenos de la simpática escuela adyacente. Después del aprovisionamiento, se pasó lista para tomar nota del centro de mayores de cada cual y no podía faltar la foto de rigor para todo el grupo. Aquí también se pasó lista para saber quiénes se iban a quedar a comer y retomamos la marcha dejando al lado la torre de Terreros. Un grupo nos quedamos haciendo otra foto tradicional de este recorrido en un puentecito pintoresco, que ya va a convertirse en un icono de nuestro grupo. 


Llegados a Balmaseda nos dedicamos a hacer un recorrido turístico por la villa. Antes de entrar en la iglesia parroquial nos encontramos con la habitual concentración de jubilados en el pórtico del ayuntamiento, por si nos habíamos olvidado de qué iba el asunto. Estuvimos los interesados e interesadas contemplando el interior y las vidrieras, de lo que dan fe algunas fotografías. También aquí estaban de obras. Siguiendo el paseo fuimos al reloj de sol, con la mala suerte de que en esos momentos estaba nublado y, para remate, lo habían vallado. El final del paseo lo marcó la subida al puente medieval, insignia de la villa encartada. Allí nos hicimos la foto de despedida: los que iban a comer bajaron por el lado del frontón y los que nos íbamos volvimos por donde habíamos subido: doce por una lado y catorce por otro. Unos minutos de indecisión fueron los culpables de que viéramos salir delante de nuestras narices el bus que nos hubiera llevado hasta Cruces. Tras la media hora de rigor cogimos el que nos dejó en la intermodal. Algo tengo entendido que en la comida igual pasaron algo de frío, pero en las fotos han salido bien.