domingo, 4 de octubre de 2020

Esto no hay quién lo entienda

 


Aún no he salido de mi asombro desde que el otro día escuché por la radio que los responsables del desfalco de Bankia se van de rositas, porque resulta que el dinero se ha evaporado solo y nadie se dio cuenta de que allí pasaba algo. El juez señala a la fiscalía porque no ha aportado pruebas. Aduce que las autoridades financieras habían aprobado la operación. Un inspector del Banco de España había declarado que aquello era un ruina porque se apoyaba en un agujero vacío, pero nadie le hizo caso, porque no era una autoridad o vaya a saber porqué. Tampoco hace falta ser un lince financiero sabiendo que Bankia era la fusión de varias entidades con cuantiosos números rojos en su haber. El resultado resulta consecuente para el juez: sin pruebas no hay culpables. Así pues, lo del refrán: entre todos la mataron y ella sola se murió.

O sea, el fiscal no hizo su trabajo, según el juez; las autoridades financieras y bancarias no se enteraron de nada, la dieron por buena sin más o miraron para otra parte por alguna razón que se me escapa. Qué curioso: estábamos ante un pufo mayúsculo y todas aquellas eminencias financieras ni enterarse. Un tanto extraño y difícil de tragar, sobre todo para la cantidad de ahorradores que se quedaron en la ruina y que han estado clamando en el desierto sin que nadie les haya hecho caso. Además de los directamente afectados, el resto de españolitos tuvimos que poner una buena millonada para rescatar a aquel desastre de banco y ya hemos visto el dinero de vuelta.


Esto es indignante por muy ajustado a derecho que se nos quiera vender. Habrá que decir que para robar y no ir a la cárcel hay que robar muchísimo, porque un chorizo vulgar lo tiene más crudo y es probable que le pillen antes. Por otra parte, me está tocando contemplar a una serie de jóvenes atados al empleo precario. Si resulta que necesitan tres trabajos para juntar un sueldo mínimamente aceptable, hacienda sí que lo detecta inmediatamente. Les exige hacer la declaración por muy exigua que sea la cantidad de dinero conseguido y le carga lo que para ellos supone lo que no han podido ahorrar. Así está el tema, cuanto más tienes o más manejas más puedes defraudar y va a ser más difícil que te pillen. Si vives con lo justo, no tienes escapatoria, ni derecho a quejarte. Puede que esté todo ajustado a derecho, pero no deja de ser una injusticia insultante.