miércoles, 29 de agosto de 2012

CABO BILLANO, paisajes y recuerdos

En uno de estos días de verano nos decidimos, María y yo, a pasar el día perdidos por alguno de los parajes de nuestra Bizkaia. Elegimos dar un buen paseo por la zona de Gorliz y completarlo con el correspondiente chapuzón en la playa, aunque acabamos en el muelle de Astondo. Elegimos subir al faro de cabo Billano y regresar bordeando los acantilados. Un paseo precioso del que doy fe en el gif que adjunto. Después de llegar al faro bajamos a ver las ruinas y los restos de las baterías de costa que usaron en la guerra para defender la entrada del puerto de Bilbao de los ataques del Canarias y de las fuerzas navales franquistas. A la vez protegían a los bou. Aquellos bacaladeros disfrazados de barcos de guerra con unos cañoncitos y tripulados por unos marinos intrépidos capaces de jugarse la vida y dispuestos a hacerle al enemigo las jugarretas más inimaginables, siempre al borde de lo imposible.Dieron una lección de pundonor, de valentía, de saber marinero, pero, sobre todo. demostraron que creían en una causa y estaban dispuestos a todo por ella.

Contemplando aquel pedazo de cañón, mejor dicho, sus restos oxidados y maquillados por los grafitis, recorriendo las galerías del bunker  que conectaban las baterías entre sí y viendo las oficinas de mando, me ha dado por pensar en aquellos gudaris que se jugaron todo por su causa. Suelen resultar peligrosas esas causas que implican perder la vida en su empeño. Puede que aquella fuese muy clara, o todo o nada, si pasan estamos perdidos. Sin embargo hoy en día nos estamos acostumbrando a otras causas de tipo fundamentalista, misticoides o similares en las que también se juega la vida, propia o ajena, de forma real o simbólica. Y es que toda causa que merezca la pena puede que nos cueste esfuerzo, renuncias e, incluso,sufrimiento pero tiene que ser para dar más vida no para truncarla o para quitarla.