martes, 13 de octubre de 2009

MIRET MAGDALENA


Hoy me he desayunado con la triste noticia del fallecimiento de Miret Magdalena. Se puede ser creyente ecuménico, teólogo independiente, padre de familia, servidor público y mucho más y dar lecciones de todo ello a la jerarquía y a los que se acercan a lo público con intereses personales o lucrativos. Para mí era un testigo y un agente cualificado del siglo XX español de una talla ética fuera de serie y un ejemplo a seguir en mi trayectoria vital. Un santo en toda regla sin sotanas ni báculos y sin enchufes en el Vaticano.



Aunque en otro contexto distinto al suyo, hacen falta creyentes de su talla que recojan su testigo para hacer creíble el mensaje de Jesús en la sociedad actual, como a una jerarquía católica y a las corrientes integristas de la iglesia, que viven ajenos al devenir de la historia y que pretenden suplantar el espíritu del Vaticano II por un renacimiento del nacionalcatolicismo más rancio. Hacen falta también dirigentes sociales o políticos y hombres de la cultura de su talla ética en medio de toda la porquería que está cayendo en este país. Ya me gustaría poder aportar a mi entorno la décima parte de lo que él aportó.



Enrique, Ora pro nobis.