miércoles, 24 de noviembre de 2010

MERECE LA PENA...

Estamos acostumbrados a ver noticias de chicos latinoamericanos en plan pandillero y con fama de pendencieros y de que no quieren dar un palo al agua. Es verdad, existen. Más aún, son más de los que nos gustaría y es muy difícil trabajar con ellos. Sin ir más lejos, en la entrada de nuestro garaje que está en un parque acabo de ver a un tropa de cuidado con cara de estar liando alguna y envuelta en un ambientador canutero más que cantoso. Muchos de ellos y de ellas viven a costa de los mal pagados trabajos de sus padres o, sobre todo, de sus madres. Esto no quiere decir que entre el resto de nuestros adolescentes no pase lo mismo.




De todos modos, siempre se puede encontrar alguna historia que nos ayude a no perder la esperanza y a ver que merece la pena invertir nuestros esfuerzos, nuestras programaciones, inversiones ... y todo lo que haga falta porque al final alguien sale adelante gracias a ellos. Algunos no nos dejan rastro de su trayectoria, pero viene de perlas encontrarse con casos como los de E para saber que no todo son catástrofes y que lo que estamos haciendo tiene sentido y unos objetivos correctos. E es un ecuatoriano pequeñito y delgadito que puede pasar desapercibido porque hasta la voz es suavecita y, más que hablando, expresa todo con su cara, sobre todo con su sonrisa tímida. Es lo que se suele decir una hormiguita laboriosa que no para y lo tiene todo organizado. A propósito, me encantaba cómo ponía el café ya desde su primer curso.




Nuestro amigo terminó el programa del CIP el curso pasado, con prácticas incluidas en las cocinas de uno de los mejores hoteles de Bilbao. Nada más terminar las prácticas le contrataron. Al poco tiempo le pusieron a cubrir la baja del jefe de cocina. En estos momentos le están ayudando a cualificarse en la escuela de alta cocina de Artxanda. Supongo que esto no se lo han regalado sabiendo cómo se las gastan en el sector de la hostelería y más entrando en ciertos niveles. Pero eso no es lo mejor. Cuando tiene días o ratos libres se presenta en nuestra cocina y colabora con sus antiguos profesores. Ha dado charlas orientativas a los actuales alumnos y les ha enseñado a hacer recetas especiales.



Este lunes pasado le he visto cuando hemos bajado a tomar café y he sentido un cosquilleo de emoción en la tripa. Daba gusto verlo allí con una pose segura en medio de las miradas atentas de los aprendices y cómo le trataban luego sus propios profesores, como si fuese ya uno de ellos. Claro que no hay muchos como él, por desgracia, pero su ejemplo es importante para hacernos ver la cara positiva de nuestro trabajo. Así pues, traigo en la foto a los 43 componentes de la primera promoción de PCPI de nuestro CIP. De ellos 23 han accedido a grados medios de formación profesional y otros 13 tienen un primer contrato. Al resto les seguiremos ofreciendo ayuda para buscar empleo. Aunque es probable que todos no tengan la misma suerte que E, sí les deseo que tengan su mismo empeño y su buen hacer para abrirse camino en la vida. No hay que dar nada por perdido, merece la pena.

domingo, 7 de noviembre de 2010

A SU SANTIDAD, con todos mis respetos


Santo Padre:

Le escribo la presente para manifestarle, con todos mis respetos y con toda mi sinceridad, la indignación y el desconcierto que me han producido, no su presencia en España que me tiene sin cuidado, sino el conjunto de declaraciones con que nos ha regalado su Santidad. Quiero comenzar manifestándole mi más sincero rechazo hacia su persona porque no puedo conceder crédito alguno a alguien como usted que pretende dar lecciones de libertad y de teología mientras sigue silenciando y destituyendo a un buen número de teólogos por el simple hecho de no compartir su pensamiento o de querer tapar sus investigaciones. No obstante, no me resisto a presentarle mis humildes consideraciones ya que, si no lo hago, reviento.



Comienzo por el mensaje que yo considero que está en el fondo de lo que nos ha querido transmitir en su discurso. Nos ha dejado caer, como un reto ineludible, que se necesita reevangelizar España, pero no he conseguido aclarar, a través de sus sermones, lo que ese verbo significa en realidad. Ha hablado de cuestiones morales y de orden social pero no nos ha dicho ni una palabra del Evangelio, ni nos ha dejado entrever ningún atisbo de la vivencia personal de fe que se le puede suponer a un lider espiritual de su talla. Deduzco, según lo escuchado, que evangelizar viene a ser para usted equivalente a aceptar la doctrina que su santidad dicta como pensamiento único en la Iglesia y, por consiguiente, enfocada a conseguir unos fieles que solamente canten amén y luego comulguen devotamente. El panorama que nos ha presentado con sus palabras y su boato da a entender que lo que pretende, más que evangelizar, es restaurar el sistema eclesial de cristiandad que, casualmente, predominó en la época del glorioso caudillo y que es totalmente preconciliar. Claro que su santidad se ha encargado de reconducir los errores del Vaticano II que para eso está más iluminado y asistido por el Espíritu que todos aquellos padres conciliares y sus respectivos asesores, entre los que se encontró usted sorprendentemente.



Pero el colmo de mi desconcierto ha llegado cuando ha afirmado lo del anticlericalismo rabioso similar al de los años 30 en la pasada república. Santo padre, no dudo que usted sea un pozo de sabiduría, pero no le considero un especilista en la historia de España, por lo que deduzco que esa descripción se la ha dictado alguien interesado en sacar viejos trapos sucios a relucir y reabrir antiguas heridas. No me explico cómo alguien tan inteligente como su santidad se haya metido en tamaño jardín. Comparar la situación actual con lo sucedido entonces no solamente es un error garrafal, sino que es un insulto y una falta de respeto para con la sociedad española en general y un ataque solapado a sus representantes legítimos actuales, dando alas a los sectores que aún no han digerido la desaparición de la dictadura. De todos modos, podría haberles preguntado su santidad a sus mentores cuál podría ser la razón que ha provocado ese supuesto anticlericalismo, cosa que no le habrán explicado , dado que probablemente ellos mismos aparecerían como los principales causantes. La pregunta, santo padre, es qué ha hecho la jerarquía española para grangearse esa animadversión de la sociedad y qué no ha hecho para que se esté quedando sin fieles a marchas forzadas.



La sociedad española respeta y admira a tantas religiosas que se han entregado sin reservas a defender y socorrer a los más necesitados y desechados de la sociedad. También gozan de su respeto la multitud de sacerdotes y religiosos que son capaces de seguir dando testimonio en los lugares más peligrosos aún a riesgo de sus vidas. Ni qué decir tiene que la presencia de muchos cristianos voluntarios en asociaciones y organizaciones, religosas o laicas, en lucha contra la pobreza y sus consecuencias, es el principal activo del testimonio evangélico en nuestro país. Nadie está asaltando conventos aquí, ni quemando templos, ni expulsando obispos, ni perseguiendo sacerdotes, a parte de los pederastas. Pero la sociedad en general, y gran parte de cristianos en particular, está harta, sí santo padre muy harta, de que los mitrados quieran seguir imponiendo su ley en la vida pública a golpe de doctrinas y de imperativos morales y de que se resistan a perder las cotas de poder de las que han estado disfrutando hasta ahora, sin contar con las prevendas económicas que los tales gobernantes anticlericales les siguen suministrando. Quizás sí se podría hablar de un antijerarquicismo, ya que gran parte del episcopado que nos han estado imponiendo desde Roma está desprestigiando a la iglesia española ante la sociedad y nos está poniendo muy difícil a muchos cristianos el seguir considerándonos partícipes de la misma.



Santo padre, no puedo entender tampoco cómo vuelve una y otra vez a señalar el laicismo como un problema para los creyentes. Es probable que desde su cumbre no se llegue a percibir claramente la situación de los ciudadanos de a pie. El laicismo es el ámbito en el que nos está tocando desarrollar nuestra vida en este universo globalizado y, por tanto, también nuestra fe con las mismas dificultades que tuvieron los creyentes de otras épocas en medio de sus respectivas circustancias. En vez de volver la vista a atrás y seguir reclamando lo que ya pasó, sería más interesante que su santidad se preocupase en impulsar y en abrir horizontes para descubrir nuevos modos de vivir y explicitar la fe para que ésta sea creíble ante el hombre del siglo XXI. Esto no se va a conseguir echando profesores o investigadores, silenciando prelados que puedan cuestionar lo ya establecido, deshaciéndose de religiosos que plantean nuevos modos de vida, ni repitiendo "oportune et importune" o imponiendo doctrinas basadas en otros contextos históricos y culturales como si los creyentes no pudiesemos caminar de la mano con la historia y con los avances científicos, como el resto de los mortales.





En fin Santo Padre, no sé si el Jesús en el que yo creo y del que he hecho el norte de mi vida tiene algo que ver con el que su santidad dice representar en la tierra. Pero yo no soy quién para juzgarle ni para anatematizarle, aunque usted sí se crea facultado para hacermelo a mí y a muchos otros que opinan más o menos lo mismo que yo. Por todo ello, santidad, no dude que le tengo y le tendré presente en mis oraciones para que algún día se deje sorprender por el espíritu del Jesús del Evangelio que, aunque oculto, está vivito y coleando entre los hombres y mujeres de hoy y detrás de tantos movimientos que se empeñan en mantener viva la creación. Porque, si así fuera, otro gallo cantaría para la Iglesia universal y española en particular.

lunes, 11 de octubre de 2010

"Buenas escuelas, pero mala educación"


He leído en el blog de Mikel Agirregabiria una entrada que confirma plenamente lo último que he escrito en el apartado de educación, además de las líneas generales que mantengo en lo que escribo al respecto. Me alegra doblemente porque la confirmación no me llega de ningún sabio entendido en estos temas o de ningún doctor especializado en psicología del adolescente. Se trata de una mujer moldava que se dedica a trabajar, como la mayor parte de las inmigrantes, en trabajos domésticos. Tiene dos hijos, pero los ha dejado en su país. Cuando le preguntaron por qué no intentaba reagruparlos aquí, contestó que reconocía que aquí teníamos unos servicios sanitarios impensables en su país y que había unas escuelas muy buenas. Pero ella quería que sus hijos siguieran educándose con sus abuelos en Moldavia porque aquí hay muy mala educación. Los adolescentes son unos caprichosos y consentidos, no hacen caso a sus padres, les faltan al respeto a los profesores y solamente piensan en gastar y divertirse... Sabia respuesta a fe mía y fiel a la realidad. Ha podido ver en vivo y en directo allí donde ha estado sirviendo lo que nosotros podemos suponer que pasa en el seno de muchas familias catalogadas de normales.




Para darle la razón a esta buena señora, me he acordado de lo tratado sobre inmigrantes en la última reunión de la comisión municipal de absentismo escolar, que se había celebrado la semana anterior. Resulta que las estadísticas del curso que hemos pasado nos hacen ver que el absentismo entre los alumnos procedentes de otros países se viene disparando desde hace dos años. Pero, curiosamente, está disminuyendo cuando se trata de los alumnos de primaria y el aumento recae sobre los que están cursando la ESO. De entrada podría parecer que las familias de esos alumnos no dan la importancia suficiente a la educación o que no son capaces de controlar a sus hijos e hijas. Se comentó en dicha reunión que la reagrupación familiar mal digerida por parte de los menores sería uno de los factores que más podría influir en este problema, ya que sus efectos negativos salen a flote en la adolescencia.



Claro que a estas consideraciones se puede añadir el temor de nuestra protagonista. Estos adolescentes inmigrantes se están adaptando al ambiente que sus compañeros de aquí tienen y no precisamente de los que sacan mejores notas. Se ven cuadrillas de ellos con todo tipo de móviles, mp4 y demás artilugios, van vestidos de modelitos de arriba a abajo, tiran de costo y de alcohol como los que más y muestran una actitud indolente en los centros escolares como que la cosa no va con ellos. Nos consta, a través de nuestras intervenciones, que hay bastantes familias desesperadas porque no pueden con ellos. Lo que ya resulta sangrante es que todos esos gastos de los que hacen gala estos chicos y chicas salen de horas y horas de trabajos domésticos mal pagados de sus madres o de cargas u otros trabajos duros de sus padres. Ellos solamente aportan su cara bonita y hacen valer sus caprichos. Tiene razón, señora mía, más le vale que, si alguna vez tienen que venir sus hijos en búsqueda de oportunidades, lo hagan cuando estén debidamente educados, aunque hayan vivido en un país con escuelas más pobres que las nuestras, y cuando estén convencidos de que el futuro se lo tienen que labrar con su propio esfuerzo.

miércoles, 29 de septiembre de 2010

CARTA ABIERTA AL MINISTRO GABILONDO


Apreciado señor ministro:

Soy un simple educador que trabajo en un ayuntamiento como responsable de los programas de garantía social y de absentismo escolar. Desde mi observatorio diario quisiera hacerle llegar mis modestas consideraciones a raíz de los últimos acuerdos entre su ministerio y las comunidades autónomas para invertir una seria millonada en luchar contra el fracaso escolar o los deficientes resultados académicos en temas como las lenguas extranjeras. En primer lugar, me parece encomiable su tesón y su buen hacer para conseguir este tipo de acuerdos y sus correspondientes presupuestos, que en los tiempos que corren de recortes y de enfrentamientos son de tener muy en cuenta.



Dicho esto, no quiero aguarle la fiesta, pero considero que a golpe de talonario no se arregla ni el 10% del problema, aunque nunca se deba renunciar a ello. La mejora de los resultados académicos no dependen exclusivamente -qué más le gustaría a vd.- de sus altas incumbencias. Dependen de otros resortes que quedan bastante lejos de sus buenas prácticas y a las que solamente puede dedicarles pías consideraciones. Vamos por partes. Para conseguir un éxito hace falta estar convencido de las metas que se quieren alcanzar y estar dispuesto a poner toda la carne en el asador para conseguirlo. Esto requiere que nuestros niños y niñas estén estimulados desde su inicio para ilusionarse en su formación y en su desarrollo personal. Sin embargo, desde mi trabajo diario observamos que las estimulaciones de una gran cantidad de familias va por otros derroteros. No descubro nigún secreto si digo que un tanto por ciento abrumador de los menores de hoy en día están sobrestimulados al consumo. La relación con sus progenitores y familiares cercanos se cifra en regalos, inventos de última hora y capacidad monetaria desproporcionada a su edad y a los criterios que la rigen. Esto no es lo peor, porque a cambio no se les pide nada y lo que es más sorprendente se les permite mandar en casa. "Al niño no le gusta..." "La niña dice que no..." Y eso va a misa. El único esfuerzo que tienen que hacer es pedir por esa boquita y, a ser posible, con malos modos y atacando, que tiene más efecto. Esto implica que ni hay respeto, ni hay límites, ni hay una preparación para el esfuerzo. Usted me dirá qué ilusión por su formación o por labrarse un futuro van a tener estas víctimas -que lo son- de la inhibición de estas familias. No digamos ya lo que les importa el que no puedan aportar nada a su país. Llegan a la adolescencia - y no pocos antes- y los padres nos piden a las instituciones que hagamos algo porque no son capaces ni de obligarles a ir al colegio.



Además de este estrepitoso fracaso educativo en el seno de muchas familias, veo, sr. ministro, otros factores de fracaso que quedan más al alcance de su mano. Tampoco creo descubrir ningún arcano al poner en su consideración el panorama con que nos regalan el cuerpo de enseñantes. Aquí, como en todas partes, hay profesores vocacionados y los que fichan para que les paguen a final de mes y, a ser posible, sin que les molesten. Reconozco que en el contexto antes descrito no es fácil ser profesor. Por ello el mal profesor será mucho peor porque se inhibirá aún más de sus funciones y los que se lo toman en serio podrían adquirir el rango de héroes nacionales. Es terriblemente preocupante la plaga de profesores-funcionarios que no quieren asumir responsabilidades, ni cargos, ni tomarse el menor interés por los alumnos. Solamente se les ve preocupados por su plaza, por las mejoras de su horario, por que no les toquen grupos difíciles... Se están malgastando un montón de recursos formativos para esta gente que llega, incluso, a rechazar las nuevas tecnologías para la educación y a no preocuparse en actualizar sus programaciones y metodologías. Y a pesar de todo ello, se les paga religiosamente y no se les puede tocar, porque son funcionarios.



Curiosamente, están aumentando las solicitudes para las carreras de enseñantes. Mi hija estudia 2º de bachiller y nos comenta, que los compañeros que quieren estuidarlas, lo hacen porque consideran que es una carrera fácil de sacar y que luego tiene más posibilidades de empleo. Como puede comprobar, esto no casa con el discurso victimista que se escucha últimamente sobre el maltrato a los profesores, ni con una inclinación inequívoca por el compromiso educativo. O estos chicos están ciegos o lo que priman son algunos ejemplos de los que ven día a día en las aulas.



No quiero desalentarle con lo que le he dicho. Habría que invertir previamente muchos esfuerzos en convencer a las familias que, sin una educación previa en su seno, el fracaso escolar está servido, aunque el coheficiente mental de sus hijos sea alto y los manden al mejor colegio. Habría que convencer a la sociedad y, sobre todo, a los medios televisivos que no se puede seguir manteniendo la mentalidad de que nos tienen que dar todo hecho sin esfuerzo, que no se puede seguir pervirtiendo a los menores exhibiendo ejemplares que se hacen ricos por vender sus miserias y soltar procacidades en público, que no se puede tomar a broma la importancia de la cualificación... En fin que todos, desde las abuelas hasta el últimos vecino -incluido usted- somos coeducadores de todos y que cada vez hay una dejación de esta función educativa más patente en un gran sector de la ciudadanía y de los responsables públicos. Si estos previos quedan sin cumplirse me temo que sus millones no van a ser muy efectivos. A pesar de ello espero que siga usted con ese buen hacer que le caracteriza hasta que la política se lo permita.

jueves, 16 de septiembre de 2010

EL MUNDO Y DIOS INSEPARABLES


Hace unas semanas leí en un periódico unas declaraciones del eminente físico Howkins. Parece ser que tras sus últimos estudios había llegado a la conclusión de que para explicar el inicio del universo, el bing-bang o como quiera que se le llame, ya no hacía falta recurrir a Dios como creador. El universo se puso en marcha de la nada por la ley de la gravedad. Me chocó que un sabio de su nivel se metiera tan de lleno en un terreno que le es totalmente ajeno y su declaración me pareció tan fuera de lugar - aunque no tan burda- como aquello que dijeron los primeros astronautas soviéticos cuando regresaron de su viaje:"Dios no existe porque hemos estado en el cielo y no le hemos visto". Es importante que los científicos sigan desentrañando el origen y las leyes del universo, porque todo lo que sea progreso del conocimiento puede redundar en mejorar el mundo y en comprendernos más a nosotros mismos. La búsqueda del sentido del mundo, del misterio de la vida o del porqué de nuestra consciencia es un terreno al que la ciencia nunca podrá acceder por sí misma y que, tampoco, debemos exigirle que lo haga.




Ciertamente es impresionante pensar que todo esto pudo empezar simplemente por algo en lo que estamos permanente e incoscientemente envueltos: la ley de la gravedad. Los planetas, las masas, nuestra vida en el planeta tierra están regidos por ella ¿Pero en qué consiste la gravedad? Está claro que es una fuerza de atracción. Todo está regido por la atracción incluso la existencia de los seres vivos cuya procreación depende de la atracción que ejercen entre sí, al igual que su sentido de manada o de especie. Y, por qué no, podemos considerar que esa misma atracción es la que hace posible la vida y la organización de los seres humanos hasta en su expresión más espiritual: el amor, el sentido de pertenencia a un grupo, familia o sociedad, la capacidad de darse a otros. Sin embargo quedan las preguntas de fondo: por qué existe la atracción, qué hace que nos atraigamos, por qué de la atracción surge la vida, porqué no podemos vivir sin ella. Podemos buscar respuestas desde diversas perspectivas pero siempre más allá de las investigaciones y los cálculos de las mentes más preclaras que ha dado el género humano. Claro está que, seamos creyentes o no, en la medida en que somos conscientes de esto nos sentiremos más unidos a este universo del que somos una parte minúscula y recién aparecida.




A pesar de esta nimiedad que somos, estamos dotados de una enorme capacidad de creación que, desgraciadamente, puede convertirse en fuerza de destrucción cuando cambiamos esa ley, que llevamos inscrita hasta en los genes, por el egocentrismo. Entonces se destruyen ecosistemas, se contamina hasta el espacio extraterrestre, se extinguen especies, se condena a millones de seres humanos a la miseria o a la soledad, al desequilibrio, a la infelicidad. Este es el resultado de la falta de atracción: la destrucción y el vacío. Para este humilde creyente la fe solamente es posible en el respeto más absoluto a todos los seres y a este universo que es como el cuerpo visible, admirable y palpable de Dios, aunque El esté más allá como epicentro del misterio y de la fuente de la vida.

jueves, 19 de agosto de 2010

LA PLAGA DE LOS "NINIS"


Se ha puesto de moda este término de ninis para designar a los jóvenes, más o menos entrados en años, que siguen viviendo de sus familias y ni trabajan ni estudian ni se preocupan por seguir formándose. Como lo que quieren es trabajar y no hay trabajo, pues hay que mantenerlos y cuidarlos, que si no los pobres igual se nos deprimen o cosas peores. Haberlos había, y quien más quien menos, era consciente de la existencia de estos fenómenos. Pero cuando ha publicado UGT las estadísticas me he quedado aterrorizado al percatarme de que podrían llegar a una cuarta parte de la población juvenil en edad de trabajar. Lo dicho una plaga.




He escuchado en la radio unos comentarios de sesudos tertulianos a los que se les planteaba que diesen su opinión sobre las causas de este fenómeno. Es muy fácil caer en el simplismo de echarle la culpa a la crisis sin más y como no podemos arreglarla pues no nos queda otra que aguantar. Alguno de ellos bienintencionado aventuró la tésis de que puede haber muchos jóvenes que abandonaron su formación picados por el dinero fácil de la construcción o de los servicios en la época de bonanza, y ahora, que tocan las duras, se encuentran sin ofico ni beneficio ya que han perdido el tren de la cualificación. De todos modos, esta no es la situación del hijo de la ginecóloga que atiende a María. Es un niño rico que ni ha terminado la carrera ni quiere dar un palo al agua, eso sí, sale todas la noches de copas. Por esto y por otros testimonios que se escuchan, puedo colegir que esto de los ninis es un asunto interclasista, esto es, que puede afectar a todas las capas de la población sin distinción social, económica, religiosa o de sexo.





Tengo a diario un testimonio feaciente de lo bien que se lo mantan los componentes de este colectivo posmoderno. A escasos metros de nuestras ventanas, en los bancos del parque al que da nuestra fachada, se suelen juntar todas las tardes y las mañanas de los festivos un conjunto de veitañeros y de veinteañeras -alguna, que no alguno, con criatura incluida- a compartir sus aventuras, sus conflictos y sus canutos. Todos visten de punta en blanco y de marcas. Hacen ostentación de coches, motos y de todo tipo de juergas. También nos dan la pelmada en las noches de verano, cuando no se pueden cerrar las ventanas y se les escucha todo. De estas conversaciones transmitidas al vecindario a nivel de megáfono se puede deducir que no dan un palo al agua y que campean a sus anchas sin más compromiso que hacer lo que se les antoja en cada momento y que nadie se les interponga en medio.




A mí y a cualquiera se le pueden ocurrir unas cuantas preguntas elementales ¿De dónde sacan el dinero, quién les limpia el modelito de cada día, quién les da de comer, quién les pone el piso... a cambio de nada? ¿Con ese tren de vida alguien se puede plantear buscar trabajo, someterse a la disciplina laboral, adquirir compromisos familiares...? Está claro a dónde van a ir a parar todas las respuestas. Esta es una plaga de sanguijuelas instaladas en familias de todo tipo, desde la médico ricachona hasta la viuda que está cobrando la renta básica u otras ayudas sociales, incapaces de quitárselas de encima. Y lo peor de todo es que acabaremos pagando a estos parásitos el resto de la ciudadanía cuando hayan terminado de desangrar a sus progenitores.

domingo, 4 de julio de 2010

UN VOTO POR LA ESPERANZA


" Mucha gente pequeña


haciendo muchas cosas pequeñas


en muchos sitios pequeños,

puede cambiar el mundo"



Me encontré esta frase por casualidad mirando una noticia en uno de esos correos que alguien conocido te envía en plan militante para que uno se mantenga al tanto de los sucesos sociales más alarmantes. Después de lo escrito en algunas de mis anteriores entradas y en medio del ambiente pesimista que se masca por doquier - a parte de la efímera euforia futbolística del momento-, el leer esta frase ha resultado ser para mí todo un oasis en el que he podido refrescar mis pensamientos y, mucho más importante, mis sentimientos. Ante toda la movida macroeconómica y política es muy fácil caer en el desencanto, porque realmente uno se da cuenta de que no puede hacer gran cosa por más que se empeñe.




He meditado mucho, sin embargo, con esa frase. Ha supuesto para mí un revulsivo eficaz para no perder la perspectiva y para tener presente que, en medio de tanto ruido mediático, los que salen a la palestra para lucir el palmito, y poco más, no son los que van a cambiar el mundo. En todo caso intentarán hacer chapucillas para que siga por los mismos derroteros. De hecho, son las hormiguitas laboriosas esparcidas por todo el planeta las que grano a grano están consiguiendo paliar el hambre y la miseria en los países depauperados, no las solemnes declaraciones de las convenciones internacionales. El trabajo y los esfuerzos,las más de las veces desapercibidos, de una nube de células altruístas son las que pueden conseguir hacer de la sociedad un organismo cohesionado y solidario donde nadie se quede tirado, más allá de las proclamas y de los aspavientos de los que se creen importantes por su capacidad de decisión.




En mi colección de salmos apócrifos de los años 80 titulé uno de ellos "Con amargo complejo de enano". Hoy tengo ganas de cambiar el título o el salmo entero. Seguiré siendo un insignificante enano pero sin complejos y, menos aún, con la amargura de creerse impotente. Nadie nos puede negar la opción de convertirnos en una de esas células madre que donen vida donde estén y, a falta de otra posibilidad, aportar nuestros granitos para que a través de alguna de esas hormigas puedan hacerse fecundos.

jueves, 1 de julio de 2010

LAS HOGUERAS DE S. JUAN



Aunque con una semana de retraso, no me resisto a escribir lo que vi la noche de S. Juan en los alrededores de mi casa. No pretendo que esto sea una añoranza por aquello de que en nuestros tiempos... lo que vi me hizo pensar que, más allá de las formas exteriores, los cambios tienen un transfondo que me parece, al menos, preocupante. Nada más salir de casa nos encontramos con que los jardines de los alrededores hasta el parque botánico estaban alfombrados de cajas de Telepizza con restos de pizzas. La tienda que tenemos enfrente había previsto que era buena época para hacer una de esas ofertas salvajes o para quemar existencias y toda la chavalería de los alrededores, y algunos no tan chavales, estaban merendando o cenando por pocos euros. Era mucho suponer que el personal se preocupara de recoger los restos. Menos algún grupo que tuvo el civismo de apilar las cajas encima o junto a las papeleras, la mayoría dejó los restos donde habían comido. A esta alfombra de cartón grasiento, ribeteada por mendrugos de masa y trozos rojos de vaya ud a saber qué, había que añadir regueros de papel que la tropa infantil iba dejando al llevar sus aportaciones a las hogueras, o mejor dicho, fogatitas.





Cuál no fue mi decepción, después de tragarme el cabreo producido por tanto incivismo, al ver que no había ninguna hoguera que se pudiera llamar tal. Uno puede entender que hoy en día con los programas de basuras y recogidas de enseres no haya muebles ni trastos en las casas para sacar a quemar. También es lógico que los peques no quieran perder el gusto de quemar algo, y lo que está más a mano son los papeles de apuntes o cosas por el estilo que aún no se han depositado en el contenedor correspondiente. Pero no podía dar crédito a mis ojos contemplando que cada grupito o familia ponía su montón de papeles y le daba fuego. Así las campas daban un aspecto de gente calentándose alrededor de fogatas. Solamente vi una que superara el metro de alto y los dos metros de diámetro y pude contar unas treintaytantas. Sin contar el estropicio que se había hecho al cesped, quedaron royéndome por dentro algunas preguntas.





¿Es posible que en tan poco tiempo se haya perdido el significado y los valores de la sanjuanada? ¿Dónde estaba la colaboración entre los vecinos o las cuadrillas para aportar algo que ayude a la fiesta? ¿Tan difícil es para la gente de hoy darse cuenta de que, si juntan los papeles de todos, la hoguera es más grande, más bonita, se hace menos daño al cesped y se divierte uno mejor? ¿A qué nivel de individualismo y de descontrol estamos llegando? Espero que en otros sitios no hayan tenido unas sanjuanadas tan lamentables, pero a mí me estaba sonando todo esto a que la evaporarización de los valores ya está en marcha y que se comienza a perder más sentidos que el de las fiestas en sí. Se hacen cosas como quien repite algo mecánicamente pero ya no se sabe porqué, pierden su simbología e, incluso, se vuelven perjudiciales. Se sigue comiendo, pero el compartir una merienda o una chocolatada en sana vecindad, queda resumido en engullir prefabricados cada uno por su cuenta. Se hace fuego como sea, donde sea y con lo que sea, pero se pierde su significado de fiesta, de limpieza y de convivencia.

lunes, 28 de junio de 2010

DESCANSE EN PAZ

Hoy me han comunicado la muerte de Ignacio Mª Lledó Ariño, hermano y también padre en la fe. En el año 75 tuve la suerte de conocerle y de que se cruzaran nuestros caminos. Estábamos buscando un barrio de Barakaldo para instalarnos y un cura conocido nos dio este consejo "Hablad con Lledó el párroco de la Esperanza. Es un hombre optimista y abierto, capaz de sacar cristianos de debajo las piedras" Hicimos bien en hacerle caso. Entre nosotros y él surgió una compenetración impresionante que se fue afianzando y profundizando hasta que los abatares de la vida nos separaron. Con él fue posible crear un ambiente eclesial abierto al mundo, a las inquietudes propias de cada momento y a la atención personal de cada uno de los que se acercaban a la parroquia. En ella tuvieron cabida jóvenes, niños, mayores y todo tipo de inquietudes, convirtiéndose en un punto de referencia para todo el barrio, no solamente para los creyentes. Jamás quiso imponer la verdad a nadie y siempre esperaba la respuesta libre de los que se acercaban a la iglesia. Nos trató a todos con cariño y respetando nuestras diferencias, a la vez que nos enseñaba a transmitir ese cariño a parroquianos y a todo el que se acercara aunque no fuera de los fieles. A su amparo se pusieron en marcha no sólo toda una nueva dinámica de catequesis, sino incluso los movimientos vecinales del barrio. Personalmente le debo el que me enseñara, entre otras muchas cosas, a vivir la liturgia como una comunicación y un diálogo entre todos los participantes.




He visto en su funeral a una gran cantidad de gente de Barakaldo. Era una señal inequívoca del recuerdo y de la impronta que dejó en su parroquia. El funeral estuvo plagado de compañeros de sacerdocio y se desarrolló dentro de lo políticamente, o mejor eclesialmente, correcto al uso teniendo en cuenta el rango eclesial del finado. Solamente le hizo justicia un comunicado que al final de la misa leyó una mujer en nombre de aquellas personas con las que había convivido en sus últimos años en activo hasta que sus enfermedades se lo impidieron. Hablaron de él, de su persona, de lo que transmitía, del cariño y de la alegría que irradiaba a pesar de sus problemas, de la defensa del papel activo de la mujer en la iglesia... Yo estuve mirando a ver si veía a aquellos que en su día le segaron la hierba bajo los pies y lo defenestraron de su parroquia sin ningún miramiento, como quien arranca un tumor antes de que acabe por extenderse. Solamente estuvo uno. Qué era aquello de las confesiones generales, o de ofertar cursillos y catequesis sin obligar, o permitir la participación abierta en la liturgia... y suma y sigue. Le llegó la hora de jubilarse y solamente pidió seguir en su parroquia acompañando al que llegara nuevo. La respuesta fue patética: no le dieron ningún destino, simplemente le dijeron que se fuera de Barakaldo al sitio que más le gustara. A partir de aquí estos talibanes eclesiales le hundieron en un viacrucis de depresiones y desequilibrios psíquicos que de formas más o menos intensas le han acompañado hasta que el parkinson ha acabado con él. Por desgracia muchos le van a recordar solamente por sus desvaríos de esta última parte de su vida, lo que será injusticia sobreañadida a la anterior porque han conseguido manchar hasta su recuerdo.




El jueves pasado comimos con él y no creímos que le decíamos adiós, así que se lo digo desde aquí. He llorado en el funeral cuando escuchaba el comunicado de las parroquianas. He llorado de emoción y de rabia contenida por no haber podido hacer nada en contra de las injusticias que tuvo que soportar. Un día tomando café en el parque me dijo que él y yo éramos unas víctimas del matrato eclesial. Pero lo que más me importa es que para mí no va a ser solamente un recuerdo. El ha pasado a ser ya uno de esos hombres que me han dejado su huella en mi disco duro, de tal manera que, sin darme cuenta, seguiré viviendo la fe y manteniendo la esperanza con un motor más, el que él nos ha dejado. Ignacio, ora pro nobis.

HOY NO SALGO


Esta vez no salgo a la huelga. No estoy de acuerdo en primer lugar porque esto que está convocado no tiene ni fuste ni fundamento y más parece una algarada que una convocatoria de huelga general. Una huelga general no es una herramienta al servicio de los sindicatos para que diriman sus diferencias entre sí y demuestren quién es el que más arrastra. Una huelga general, por las razones que se aducen en ésta, no se puede convocar en un territorio particular metiendo en el mismo saco las condiciones políticas de los gobiernos y las imposiciones del sistema de economía global. Hoy se me ha convocado a tres huelgas distintas: los sindicatos nacionalistas con su enfoque propio, comisiones obreras de Euskadi para hacerles la competencia y hasta he tenido que escuchar las soflamas de la CNT, que las podría escribir yo, sin ánimo de ofenderles, porque las conocemos de siempre. Para más inri, me convocan en contra de la reforma laboral y resulta que aún no está tramitada ni aprobada, mientras que se la mezcla con las medidas provocadas por los ajustes impuestos desde fuera. Creo que soy lo suficientemente mayor para tomar decisiones en base a las opiniones que me forme y no porque alguien nos plante unos cuantos eslóganes en un panfleto. No sé cuando los sindicatos van a considerar adultos a los trabajadores para plantear las decisiones con madurez y con repuestas adecuadas a lo que se quiere rechazar. En este tipo de cuestiones, los sindicatos me recuerdan a las jerarquías eclesiásticas cuando imparten doctrina a sus fieles y solamente esperan de ellos respuestas de férvida adhesión.





Sí estoy de acuerdo en que los trabajadores de todo tipo no tenemos que cargar con las consecuencias de los desmanes del sistema capitalista y de los especuladores que han estado a punto de arruinar naciones enteras. Como dije en mi entrada anterior, es curioso que en Europa y en América aplaudan las medidas del gobierno de España mientras que a nosotros nos parecen un atraco tanto a las clases medias como a los más depauperados. Ahora en el G20 no se han puesto de acuerdo para organizar una gobernanza global que imponga unas normas universales de control a los bancos y a los mercados y han dejado que cada nación se lama sus llagas como pueda. Lo que no han querido hacer los políticos tendríamos que conseguirlo los trabajadores, esto es, plantear respuestas a nivel globalizado porque lo que nos pasa a nosotros les pasa a los irlandeses, a los griegos, a los franceses... a cada cual con un motivo peculiar de cada país, pero el mismo resultado para todos: paro, despidos baratos, congelaciones, subida de impuestos... No nos podemos permitir repetir el mismo error montando numeritos a pequeña escala ¿Qué respuestas podemos dar desde Euskadi exclusivamente en este contexto? Un movimiento global no se puede madurar con estas movilizaciones banderizas que no conducen a nada porque ni siquiera van a durar un día en los noticiarios. Creo que los trabajadores de este país no nos hemos merecido este espetáculo lamentable.

domingo, 13 de junio de 2010

EL SIGLO DEL CANGREJO

No me refiero con el título a un signo del zodíaco o similar. Hago referencia con él a un sentimiento que poco a poco me está invadiendo, dentro del hartazgo informativo que no hace nada más que darle vueltas a las tan traídas y llevadas medidas de ajuste económico, y que no acabo de definir. Todo el mundo trata de ponerse sesudo y de sentenciar sobre la importancia y la necesidad de las mismas. Pero cuando los gobiernos adoptan algunas de ellas todos los demás se echan encima y se erigen en defesores acérrimos de los más afectados por las mismas, lo que no deja de ser un ejercicio de cinismo en la mayor parte de ellos. Mi compañero Juanma tiene un dicho, y su consiguiente praxis, que me parecen sumamente coherentes y que vienen al caso. "Acepto todas las críticas que vengan acompañadas de una solución alternativa a la que critican. Con las demás me abanico." Aquí está mi primera perplejidad. Si no se presentan otras soluciones es porque no las hay, porque son más o menos como las criticadas o, simplemente, porque hay que aprovechar la coyuntura y montar la bronca para quedar bien, ganar votos o desahogarse.



Parece ser que, por más vueltas que le demos, nos están descabalgando de los logros y las conquistas sociales que se habían ido consiguiendo. Me parece un insulto a la inteligencia de los ciudadanos que nos hagan creer que la culpa de ello la tienen los decretos y recortes de los diversos gobiernos, sea cual sea su nivel de competencia. A los gobiernos se los ha impuesto un alguien que, como decía la canción cubana, ha decidido que "se acabó la diversión, llegó el comandante y mando parar". Claro que aquí no sabemos, al menos yo, definir quién ese comandante que da la orden: la zona euro, el banco central, los acuerdos de los G20... A todo esto, nos explican que estamos salvando al euro de los especuladores que manejan los mercados y que son capaces de cargarse una moneda o un país con la misma facilidad con que provocaron esta crisis y las que les hagan falta. Esto quiere decir que hay alguien que impone las medidas a los que las imponen a los gobiernos que son los que nos las imponen a los ciudadanos de a pie. Lo curioso es que el test que se aplica para saber si tales medidas son válidas no es precisamente el beneficio que puedan aportar al país, sino recuperar la confianza de los mercados. O sea, los susodichos son como los matones del barrio, si no les das lo que te piden acaban contigo y, entonces, no queda otra más que tenerles contentos y dejarles campar a sus anchas.



Por si esto fuera poco, recientemente me he enterado de la existencia de una sociedad que reune a una serie de magnates de todas las esferas con peso en las decisiones que mueven el mundo: Kissinger, Rokefeler. el gerente de Acciona, Rato, el FMI, el gobernador del banco europeo y de la reserva, algún militar, reinas, el lobing judío... Tienen la cara dura de decir que se reúnen simplemente para intercambiar opiniones y propuestas. Claro que detrás tienen un equipo de hábiles fontaneros que organizan y operativizan esos "intercambios". Y aquí llegamos al culmen de mi perpel¡jidad. En esos círculos y en esos mercados es donde se toman las decisiones sobre nuestra vidas y las del planeta, pero nadie los ha elegido democráticamente para hagan esas funciones. ¿Qué pintan entonces los gobiernos, los parlamentos que son los elegidos legalmente? ¿A qué va a quedar reducida su función real? ¿Contra quién vamos a hacer la huelgas y las manifestaciones? ¿Cómo nos van a defender los sindicatos de alguien que está a años luz de su alcance? Creo que todos esos "señores de los poderes fácticos" se están divirtiendo de lo lindo con nuestras peleas caseras y, al final, ellos decidirán quién es el más aplicado para dejarle hacer los deberes.



Y aquí es donde vuelvo al título: estamos yendo para atrás como el cangrejo. La medidas que se están exigiendo vienen a ser, a mi parecer, como si quisieran que se volviera a las condiciones sociales y laborales del siglo XIX. No han inventado nada, se quitan los derechos adquiridos, se abarata la mano de obra y se impone el despido libre, claro, todo ello debidamente maquillado y con literatura del siglo XXI. Toda esta movida me parece una maniobra restauracionista de alcance planetario. En el siglo XX nos creímos que haciendole unos apañitos al sistema podría ser aceptable y lo de la revolución quedó en el baúl de los abuelos. Pero el capitalismo no ha desaparecido, impone de nuevo su lógica y es implacable. Sólo que ahora va a producir más daño y va a hundir más en la miseria a los pueblos deprimidos.



No sé si tengo razón o no, pero es cómo me siento. Alguien tendrá que poner en marcha algo que cambie, o al menos que frene, el signo del cangrejo. A estas alturas ya no me ofrecen credibilidad los movimientos políticos y, a duras penas, los sindicales. Lo malo es que ya no sé a dónde mirar, y ésta es la peor de mis perplejidades.

sábado, 12 de junio de 2010

¡Qué pena!



Ayer decidí coger el bus para bajar a Lutxana, obligado por la lluvia y por el despiste de haberme olvidado el paraguas. Me encontré en la parada con T, una chica que tuvimos en mi primera etapa de educador en el hogar municipal, que iba a coger el mismo bus que yo. Comentamos algo sobre su hija a la que me había encontrado un día en el Ayuntamiento cuando los de su clase hacían la visita del programa Ezagutu Barakaldo. Como era costumbre suya, no callaba e iba pasando de un tema a otro, tratando sobre todo aquellos que sabe que quieres escuchar. Siempre fue una artista en esa especialidad. De pronto se puso a explicarme las últimas horas de vida de su madre R con la misma naturalidad con que podría haberme contado los recados que había hecho a lo largo de la mañana. Me quedé de piedra porque resulta que aquello fue en octubre pasado y yo no me había enterado. Parece ser que en el funeral estuvieron ella, otro hermano y la asistente social. Me quedó la impresión de que ni siquiera el menor, que vive fuera, había estado.



No me he podido quitar de la cabeza en todo el día la imagen de R, cuando me la encontré por última vez hará dos años. Ya habían pasado quince minutos de las tres, se me había hecho tarde en el trabajo. Crucé de prisa la Herriko Plaza azuzado por el agujero negro que a esas horas se forma en el estómago.
- Adiós, abuelo. Ya no saludas.
Esa voz temblona me resultaba familiar. Hacía ya más de veinte años que no me llamaban por ese mote, luego tenía que ser alguien relacionado con el hogar de acogida donde me estrené como educador social. Me lo habían puesto los críos porque era el mayor en edad del equipo y llevaba barba. Me paré al comprobar que era R. la madre de los D, dos chicas y dos chicos que pasaron en años consecutivos por el hogar municipal.



Como siempre, R seguía aparentando más años de los que tiene en realidad, tanto por su pelo desaliñado y por su vestimenta raída como por las arrugas y las ojeras que la mala vida le había ido grabando en su cara. Al acercarme para saludarla se me coló directo al estómago, como una chispa, ese olor ácido que desprende la ropa impregnada de sudor mezclado con una bocanada de aliento de garrafa. Tuve que tragar saliva y disimular el impacto recibido pero me sobrepuse y tuve el valor de estamparle dos besos.



La buena de R dio en casarse con un forajido que, después de hacerle cuatro hijos, la dejó viuda porque acabó sus días en un ajuste de cuentas por un tema de drogas. Se le vino el mundo encima y su mente no le dio para sacarlos adelante ella sola, así que los niños fueron desfilando por el hogar y ella vivió siempre dependiendo de los servicios sociales. Cuando se vio sola, siguió frecuentando las amistades de su difunto marido que, lejos de ayudarla, la hundieron más en el alcohol y se bebieron con ella las ayudas sociales que recibía.



Aquella aparición casi fantasmagórica, me dejó una tremenda desazón para el resto del camino hasta mi casa. Caminé más de prisa de lo habitual como pretendiendo arrancarme aquel latigazo ácido del olor de R que se había quedado clavado en mi pituitaria como una lapa. A través de ese breve encuentro con la madre de los D, acababa de recibir un patético certificado de fracaso: aquella ropa ajada, el temblor de las manos, el pelo grasiento, el titubeo al hablar, la mirada perdida, el aliento apestando a alcohol y medio abandonada por los hijos, aunque alguno de ellos ha estado buitreándola hasta el final. Claro que el problema de R era algo más que los años que le habían caído encima. Era aquel remolino sin control que se había tragado el cuidado de gente comprometida y los recursos públicos que recibió hasta el final. De todos modos, lo que más me ha dolido es no haberme podido despedir de ella.

martes, 8 de junio de 2010

Esto ya va en serio




Fue en la capilla de la Santa y Real Casa de la Misericordia de Bilbao, una audición rutinaria del repertorio de este curso pero se nota que ya va en serio. Suena el Concertino para flauta y piano de Cecille Chaminade, una pieza que Irene aprecia especialmente porque su autora tuvo que camuflar su condición femenina para poder presentarse a un concurso de composición que, por supuesto, ganó con esta joya musical.

A disfrutarla.


lunes, 7 de junio de 2010

Nunca se sabe

W es de esos chicos sudamericanos que se traen sus mamás después de haberlos dejado en su país tres o cuatro años mientras se sitúan aquí. Ella ya había conseguido regentar un pequeño bar de barrio y tenía una nueva pareja. Conocí a W cuando comenzó a dar absentismo. Recuerdo que el educador de su instituto estuvo encima de él pero no había manera de que acabara un semana completa. Al parecer su madre se iba pronto al bar y él no se levantaba porque no quedaba nadie en la casa que le arrastrara de la cama. Hablamos varias veces con la madre y ella nos aseguraba que le llamaba insistentemente por las mañanas y que no podía hacer más. Llegamos a firmar acuerdos y a revisarlos semanalmente pero todos los propósitos duraban un par de días. Cuando aplicamos el protocolo de absentismo se asustó un poquito y el propósito le durá apenas un mes. Claro que a su madre el tema de las denuncias la dejó a punto de infarto.




Los responsables del instituto le derivaron a un programa complementario a otro centro cuando cumplió 14 años porque ya no sabían qué hacer con él. Los días en que asistía a clase no se dignaba ni a sacar el bolígrafo. El nuevo centro le caía más cerca de su domicilio y, en un principio, parecía que se empezaba a normalizar su asistencia y su actitud, pero también resultó ser un fuego de artificio. Después de mil entrevistas, avisos y compromisos incumplidos acabó desescolarizado. Al parecer se lo llevaron otra vez a su país con la familia de su madre pero no lo aguantaron y lo mandaron de vuelta, o mejor, la abuela se vino con él. Intentaron que se fuera con su padre, a ver si a éste le hacía más caso, pero el susodicho lo tuvo algún tiempo en verano y lo remitió de inmediato. Así que al segundo curso del nuevo programa acabó desescolarizado y no dábamos con él ni yendo a buscarle a su casa. Antes se sabía que cuando no iba a clase se quedaba en casa durmiendo o viendo la tele, pero, llegados a este punto comenzamos a sorprenderle callejeando con ciertos cabecillas latinos de segunda fila.



A todo esto, aparece una nueva pareja de la madre por lo que ésta deja el bar y pasa temporadas fuera de casa siendo la abuela la responsable de cuidarle. No sabemos cómo y después de haber hablado con él y con su familia en varias ocasiones, aparece matriculado en el CIP. A poco de entrar ya nos enteramos de que andaba metido en asuntos poco legales y en ajustes de cuentas. De nuevo comienza a faltar y tras darle los avisos de rigor se le da de baja por extralimitarse en sus comportamientos y en su absentismo. Como es lógico, detrás de todo esto estaban sus "actividades extraescolares" que en menos de un año le llevaron a la fiscalía de menores y a estar internado en un centro de reforma. No hay cosa que más me fastidie que acertar como en estas ocasiones en que le dices al chaval dónde puede acabar y, en efecto, acaba allí o más abajo. Al curso siguiente se matriculó de nuevo en el CIP, pero esta vez por mandato del juez. Sus profesores se lo pusieron muy crudito y muy clarito. En cuanto hacía un intento de volver a las andadas se avisaba al seguimiento judicial, le caía la sanción correspondiente y una buena brasa de charlas. Pasado el primer trimestre hemos comenzado a ver otra persona en actitud, en responsabilidad y en participación, hasta forma parte de un comité de alumnos y, hoy es el día, en que le han encomendado presentaciones en las jornadas de puertas abiertas.



El tutor de W me ha enseñado una redacción ilegible por sus faltas, pero que vale un potosí, en la que el chaval confiesa su falta de cabeza por todo lo que ha hecho, más lo que ha dejado de hacer, y manifiesta que tiene muy claro por dónde tiene que ir en adelante. Si a esto añadimos que el tutor no se lo había pedido se puede imaginar uno que a éste no cabía en la camisa de gozo. Claro que a W le va a costar mucho recuperar todas sus carencias en conocimientos y ese agujero formativo le va a pasar más de una factura desagradable en la vida, pero al menos ha roto una trayectoria peligrosa y se ha concedido la posibilidad de buscarse un futuro. Esperemos que el próximo curso le ayude a madurar y no vuelva a las andadas cuando abandone el CIP. Yo también estoy contento y celebro en mi interior este cambio y todas las horas que supuestamente habíamos perdido por seguir tras él. Ahora W no me rehuye como antes cuando nos encontramos, me saluda y me cuenta lo que está haciendo.



Me tengo que sacar la espinita con un par de conclusiones. La primera es que eso de la reagrupación familiar en los inmigrantes es un invento perverso que hace polvo a la mayor parte de los menores que la padecen, sobrepasa a las familias y a los centros escolares y nos va a llenar las calles de adolescentes desmotivados y pandilleros. Al tiempo. La segunda es que me quedo con las ganas de pasar la susodicha redacción por las narices de todos aquellos tutores y profesores que se conformaron con dictaminar que con W no había nada que hacer. Entre ellos abundaban los que me miraban con cara de lástima por perder el tiempo en causas perdidas como ésta y no faltaron los que lo hacían con desdeño por molestarles con un tema así. Nunca hay que dar nada por perdido hasta que no lo esté de verdad y es muy difícil saber cuándo no quedan posibilidades. En este caso ha sido necesaria la intervención de muchos desde el primer educador, hasta el juez y los profesores del CIP, y es que cuando cada agente implicado hace su tarea bien se pueden esperar resultados positivos.

jueves, 15 de abril de 2010

PRIETAS LAS FILAS


Por fin hemos conseguido normalizar el funcionamiento de nuestro ordenador y después de las vacaciones me siento de nuevo ante este blog ¡Ya era hora! Y, como no podía ser de otra manera, hay un tema en cartelera que es ineludible, sobre todo para aquellos que no conocimos a un familiar ni sabemos en qué cuneta le dieron el tiro final. Dentro del lío que se ha formado no voy a entrar en defender al famoso juez, porque pienso que él sabrá defenderse como nadie, ni voy a denostar contra el tribunal supremo o quien demonios lleve esta pantomima. Lo que alarma es que quien ha movido todo esto es la falange y sus adláteres. Resulta que no están muertos ni enterrados en el valle de los caídos.






Esto ha sido un paso al frente "impasible el ademán". Hasta ahora solamente aparecían en manifestaciones contra el gobierno con las águilas imperiales en sus banderas preconstitucionales y sus rancias consignas reaccionarias. Pero alguien intentó desenterrar sus miserias y han saltado a la yugular del osado como víboras. De todos modos lo que ya pasa de preocupante es la actitud y las posturas del PP cuando sale a la palestra algún tema relacionado con el pasado franquista: la ley de la memoria histórica, la actitud beligerante en este mismo conflicto, las declaraciones y las actitudes desafiantes y chulescas de su sector reaccionario... ¿No es un partido democrático?¿Han hecho la transición a la democracia todos sus cargos, simpatizantes y afiliados? La misma pregunta me hago con el sistema judicial ¿Quedan aún jueces de aquellos ante los que teníamos que presentarnos cada 15 días por el delito de exigir libertad sindical o similares? Algunas sentencias referentes a homosexuales, aborto, violencia de género y este mismo fiasco están destapando el tarro de las esencias y nos va llegando un cierto tufillo rancio desde determinados ámbitos de la adjudicatura que aún están inmóviles en el bunker. ¿Alguien había dado por sentado que lo de las dos Españas había pasado a la historia? Ingenuo!!

domingo, 7 de marzo de 2010

AFILAN LOS DIENTES


Todos hemos visto en los documentales de la tele a los felinos de la sabana africana acechar a las manadas de antílopes o de ñus. Se van acercando a la manada y en el momento menos pensado saltan y entonces se produce una estampida. Claro siempre caen en sus garras los elementos más débiles o los menores que aún no han desarrollado suficientemente su capacidad de correr o de saltar. También se encargan esos gatitos de cargarse a cualquier pieza apetecible que se haya despistado y ande pastando o bebiendo agua en solitario. Muy lejos del Serengheti nos las tenemos que ver con otro tipo de predadores bastante más peligrosos. Hace unos días un guepardo impetuoso saltó queriéndo hincar el diente en los más menores de la plebe. El señor secretario de la CEOE nos ha querido vender un generoso plan de contratos laborales para jóvenes con unas condiciones draconianas que hacen buenas las que tenían los metalúrgicos de nuestro pueblo al final del XIX.



Ante semejante salida se ha producido una estampida de declaraciones en contra por parte de los sindicatos, del gobierno, de la prensa... Total que ha tenido que salir a la palestra el acreditado señor presidente de la citada organización benefactora. Nos ha tanquilizado asegurando que lo que dijo su secretario no era sino un decir, claro, cómo iban a proponer eso. Solamente se trataba de ir lanzando ideas para facilitar el acceso de los jóvenes en el mercado laboral. Entonces se me ha ocurrido que este tipo de predadores es más peligroso. Se me asemeja el señor presidente a un taimado cocodrilo que espera quieto camuflado bajo el agua a la presa. En estos días salen a prácticas en empresa los chicos del CIP. Nosotros les hemos preparado, les hemos animado... y a saber cuántos caimanes les van a estar esperando con los dientes afilados, proclamándose bienhechores por promocionar trabajo para los jóvenes.

sábado, 27 de febrero de 2010

¿HASTA CUANDO?

En su primera columna de febrero Boff nos trae el recuerdo de Auschwitz, por aquello del 65 aniversario de su liberación. Ante la pregunta que muchos se hicieron despues de descubrir su horror "¿Cómo pensar a Dios después de Auschwitz?" el replica haciendonos ver que hay otra pregunta más alarmante "¿Cómo pensar al hombre después de Auschwitz? O lo que es lo mismo ¿Cuánto de inhumanidad cabe dentro de la humanidad?" Por desgracia hemos seguido teniendo muestras de esa inhumanidad sin fondo después de aquella vergüenza. Puestos a enumerar, podríamos recordar genocidios como el de los kurdos, el de los bosnios, el del pueblo palestino, el provocado por lo gemeres rojos... También tenemos presente a los actuales fenomenos terroristas que aniquilan indiscriminadamente a quien se le ponga por delante y no respetan ni la vida de sus propios agentes, a los que inducen al suicidio. Todos ellos son productos de dictaduras, de fanatismos o de fundamentalismos de todo tipo, religioso, politico o etnico. Son hechos sangrantes de la historia y de la actualidad que nos llaman poderosamente la atención por lo repugnantes e indignantes que resultan. Pero es triste reconocer que la humanidad no se ha librado aún de esa semilla. En el lugar menos pensado se vuelve a encubar el huevo de la serpiente y cualquier día nos podemos despertar con noticias del mismo pelo.




Es fácil ver reflejada la inhumanidad en estos acontecimientos. Pero más alla del fanatismo y de su desprecio a la vida humana, nos tenemos que repetir las preguntas anteriores desde otra perspectiva: ¿ Cómo pensar a Dios desde el neoliberalismo? ¿Cómo pensar al hombre desde el colonialismo y desde el neoliberalismo? Claro que los habitantes de los países del primer mundo tenemos que hacernos esas preguntas, porque vivimos relativamente cómodos meciéndonos en sus encantos . Nos rasgamos las vestiduras ante las masacres de los nazis, pero no podemos perder de vista que fueron muchos más los muertos provocados por el colonialismo. Gracias a esa explotación, los paises europeos, dechados de democracia, fundamentaron su primacía y pusieron las bases para su desarrollo actual. Es fácil creerse que los únicos inhumanos son los que derraman sangre sin razón. Pero hay otra manera más sutil de masacrar que es más difícil detectar porque no la tenemos delante ni nos la ponen habitualmente en los informativos. La inhumanidad cruel e implacable del neoliberalismo está permitiendo morir de hambre y de pandemias a paises y a continentes enteros. Y, por si esto fuera poco, ahora pretende remediar las consecuencias de sus devaneos y de sus desfalcos a costa de que los mismos pasen más hambre y más penurias. Al final los cuerpos macilentos de las hambrunas tienen una expresión similar a los que se encontraron los aliados al entrar en Auschwitz y sus rostros transmiten la misma denuncia a la inhumanidad y a la injusticia establecida.





No nos podemos conformar con que los responsables de todo esto miren a otra parte como si el asunto no les incumbiera. Es muy cómodo montar grandes convenciones y hacer planes globales contra la pobreza - que a la postre se quedarán en papel mojado- para justificar su inoperancia o para disimular su falta de interés. Luego nunca faltan quienes convierten la miseria en un macro espectaculo para conmover a la ciudadania y quedar como salvadores, pero sólo les interesa salir en la foto. De alguna manera no debemos quedarnos pasivos ante esto, porque, de lo contrario, no seremos capaces de resolver esas preguntas con lo que, si somos mínimamente honrados, nos costaría mucho mirarnos en el espejo sin sentir vergüenza propia.

martes, 23 de febrero de 2010

PAGOLA ASKATU!!


Hace tiempo que se venía barruntando la noticia y por fin hoy me la he encontrado en el periódico. Resulta que le han secuestrado a Pagola la 9ª edicion de su libro sobre la aproximación histórica de Jesús, y eso que había introducido en ella algunas correcciones sugeridas por el obispo Uriarte. Sigo sin poder entender, y por supuesto admitir, que unos señores por muy mitrados que sean descalifiquen un trabajo riguroso de investigación porque no les encaja en el Detzinger. Seguimos arrastrando la misma enfermedad desde hace siglos: negar todos los avances de la ciencia, sea cual sea esta, porque sus conclusiones o sus hallazgos pueden poner en solfa cualquier principiode fe o de costumbres supuestamente intocable. No solamente se pierde credibilidad ante una sociedad cada vez mas adulta y con un mayor grado de información, y por tanto con mayor capacidad crítica, sino que se le secuestra al creyente la posibilidad de "comprehender" el mensaje de Jesus y los valores comunitarios de la tradicion eclesial elaborados en base a los conocimientos y las estructuras sociales del mundo de hoy.



En la reseña del periódico aparecía una frase literal de uno de los obispos que se han manifestado publicamente en contra del libro: "Este no es el Jesus de la Iglesia". He aqui el problema, como cristianos se supone que somos seguidores de Jesus de Nazaret y cuanto más conozcamos de su persona y de su entorno mejor podremos traducir su vida a nuestro momento histórico. El Jesus de la Iglesia, o lo que hayan hecho las iglesias con Jesus, es otro cantar. Es la Iglesia la que se tiene que mirar en Jesús y dejarse interpelar por él y no fabricarse un Jesús elaborado con elucubraciones y mantenerlo encerrado con el alcanfor de formulaciones ininteligibles para hombre actual. Si a esto añadimos las actitudes prepotentes e intolerantes de la jerarquia del estilo de la presente, el Espiritu Santo va a tener que buscarse otros pagos para sembrar su semilla.

lunes, 8 de febrero de 2010

TEMPUS FUGIT, praeterita tamen revertuntur

De un tiempo a esta parte estoy teniendo flases que me han hecho relfexionar sobre lo rápido que pasan los acontecimientos. Sin embargo, hay días en los que la historia parece que nos persigue, porque no se ha quedado fijada en el pasado, sino que sigue nuestros pasos escondida al rebufo de nuestro calendario. En el momento más inesperado se nos presentan acontecimientos olvidados y parece que nos atrapan o nos paralizan la vida con su recuerdo. Unos nos revuelven las tripas, otros nos dejan perplejos porque resulta que se están repitiendo en el presente, aunque con colores distintos, y no faltan aquellos que nos hacen sonreír bien de felicidad o de satisfacción, bien de sorna porque es sano reírse de uno mismo y de las propias calamidades.



Uno de estos acontecimiento fue en vísperas de Navidad cuando en el Ayuntamiento me felicitaron los 25 años de antigüedad en él y me regalaron el consabido reloj de oro y la insignia de Barakaldo, que he puesto en la solapa de mi chaquetón marinero. El detalle que más me gustó ese día fue el bonsai que me regalaron mis compañeros de departamento junto a la postal gamberramente cariñosa o cariñosamente gamberra en la que cada cual suele firmar una dedicatoria. Hoy me he puesto, por fin, a estudiar el arbolito en cuestión que resulta ser un ficus. Lo primero que he experimentado es que su atención y cuidado viene a ser un potente antídoto contra el vértigo del día a día, un frenazo en seco que colabora en que el tiempo se pare aunque el reloj siga funcionando. Por otra parte, exige buen tiento, mimo y dedicación detallista, como en la vida misma con aquello que apreciamos de veras. Espero que consiga sobrevivir a mis despistes y a mi escasa maña.



A propósito de los 25 años en que comencé a trabajar en el hogar Murrieta, según iba el domingo pasado a visitar a mi madre, me paró el hermano de una de nuestras primeras usuarias del hogar. Puso a parir a su hermana, me contó lo bien que le iba a él - "no como a esa"- y, tras un poco de coba, intentó darme un sablazo con la disculpa de que la máquina le había tragado la tarjeta. Lógicamente tampoco me la tragué yo. Me pareció que era cruel e injusto que alguien hiciese leña del árbol caído y más siendo de su propia sangre. Esto me llevó a recordar chavales de aquellas primeras hornadas. Dos habían muerto, uno de sida y otro apuñalado, otro anda entrando y saliendo de la cárcel, otros dos están en centros para psicóticos... También hay otros que han formado su propia familia y trabajan con estabilidad. En aquellos momentos comezamos a trabajar con casos graves, o más bien imposibles, y fue verdaderamente heroico colaborar en que alguna de aquellas vidas saliese adelante. Hoy estamos trabajando en otro terreno y creo que estamos intentando adelantarnos a que se vuelvan a dar situaciones como aquellas. Como con mi ficus, estamos generando programas y actuaciones que cuiden con detalle esas nuevas plantas que, por mil razones o historias diversas, comienzan a desviarse o a entorpecer su propio crecimiento.



Por si fuera poco, tuve otro par de embites del pasado como mas chuscos que estos. Resulta que me acabo en enterar que bautice a la profesora que ha venido a hacer una sustitucion para lo que queda de curso. Lo dicho, a mi todo aquello se me habia olvidado pero vuelve como si hubiese sido ayer. Para mas chiste a renglon seguido estaba charlando en el patio con varios profesores y uno de ellos me salta que habia estado hablando con uno que me conocia a mi pero yo a el no. Resulto ser un compañero delegado de obra de los tiempos en que movilizamos el sector de la construccion y a mi me tocaba dirigir las asambleas. Ya no ejerzo de presbitero ni de sindicalista -aunque ofertas de direccion no me faltaron- pero creo que todos esos yo que parecen enterrados estan en el sustrato de mi yo actual y estas apariciones no hacen mas que recordarmelo.
(Aqui fue lo del bautizo)

domingo, 31 de enero de 2010


El año pasado por estas fechas escribi una entrada sobre D. Bosco. Hoy estamos de nuevo en su dia. Me ratifico en lo que dije de el y me sigo considerando deudor suyo. En ese articulo traje a mi memoria mi primer acercamiento al mundo marginal infantil a traves del horfanato de Guadalajara. Hoy quiero traer a colacion otro colectivo del que D. Bosco es patrono por meritos sobrados. Me refiero a la formacion profesional y en especial a aquellos jovenes que buscan una segunda oportunidad en ella tras fracasar en la enseñanza obligatoria o viceversa, esto es, que el sistema educativo ha fracasado con ellos, pues se puede entender de las dos maneras. Hasta ahora hemos estado trabajando en esta linea a traves de los CIP, procurando ofrecer salidas laborales para ellos y colaborando en superar las secuelas que la experiencia negativa de su paso por la enseñanza reglada les haya podido dejar. Este modo de trabajar con este colectivo de adolescentes esta en plena sintonia con el espiritu de su patrono. El supo entender a aquellos "menores no acompañados", abandonados de sus familias, que habian huido del hambre del campo para buscar algun trabajo en la ciudad llamados por el boom industrial, pero que acababan siendo carne de cañon o de delincuencia.



La alarma se me ha disparado cuando, segun la nueva ley de economia sostenible y los famosos acuerdos basicos entre el gobierno y el PP en materia de enseñanza, se vislumbra la posibilidad de que estos programas queden reducidos a un mero tramite, para decir que se ofrece una salida a los que no aprueban la ESO. Ya el gobierno anterior quiso borrar del mapa educativo la inicacion profesional y con ella los CIP en los que colaboran los ayuntamientos, tal como denuncie en el 2008. La labor y los resultados positivos de estos centros quedan muy por encima de las pegas que se le pueda poner a esa formula de colaboracion entre la administracion local y el gobierno. Ahora, disfrazado de pacto, puede que se tome un acuerdo con el que se va a conseguir que se vuelva a la historia anterior de que los torpes por aqui y los listos por alla. Con ello lo unico que se va a garantizar es generar de nuevo una bolsa de mano de obra barata sin cualificar o de jovenes vendidos al callejeo y a la marginalidad. De este modo los objetivos que se marcan en los PCPI no dejaran de ser un brindis al sol, porque la integracion y la recuperacion de fracasos necesitan intervenciones que estan mas alla de los recursos y de la organizacion que ofrece el sistema educativo reglado actual.
(Sigo con los acentos estropeados)

domingo, 24 de enero de 2010

DIOS EN HAITI



Cada dia me altera mas esa mania tan extendida entre muchos, ya sean creyentes o no, de mezclar a Dios en asuntos que no le conciernen, haciendole responsable de todas las desgracias que ocurren y exigiendole cuentas, sobre todo cuando estas son muy llamativas o nos tocan de cerca. Las mal llamadas catastrofes naturales no son mas que fenomenos propios del planeta en el que nos ha tocado vivir. Ha habido desde siempre deshielos, glaciaciones, hundimientos de continentes ademas de huracanes, inundaciones, volcanes o seismos. Es nuestro espacio vital y tiene esos inconvenientes. A la humanidad se le ha dotado de capacidades suficientes para poder sobrevivir incluso en los medios mas adversos. A mi modo de entender, la catastrofe de Haiti no ha estado en el terremoto. Si ese mismo seismo se hubiese producido en Japon, no estariamos hablando de catastrofe y no seria necesario que acudiesemos en su ayuda el resto del mundo. La catastrofe ha sido la producida por la miseria a la que ha estado sometido ese pais tanto por los colonizadores como por los despotas y corruptos que lo han dominado luego.



Dios nos tenia preparado un plan para que todos los seres vivientes tuviesen una vida plena y digna, otra cosa es lo que el ser humano, haciendo uso de su libertad y de sus capacidades, haya hecho con este mundo y con sus semejantes a traves de la historia. El no puede meterse en nuestras decisiones, las respeta totalmente ya que nos ha hecho libres. Por eso el pecado y el mal producidos por los hombres no dejan de ser garantias de que Dios existe y nos respeta y, por ende, no podemos estar pidiendoles cuentas. La esclavitud que llevo a tantos africanos a alli, la explotacion y la depredacion de los recursos naturales, el reparto injusto de la riqueza, el despotismo y las masacres no entraban dentro de los planes de Dios para ese pueblo y para ningun otro. La responsabilidad de la catastrofe tiene otros nombres propios, tanto los de los mandatarios que han llevado este pais a la miseria como los de los paises que han colaborado, directa o indirectamente, en crear y mantener esa situacion tan deplorable.



La intervencion de Dios en Haiti no ha consistido en provocar o permitir un terremoto. Podemos percibir su presencia a traves de todo el movimiento de solidaridad que se ha volcado ante su desgracia. Dejando aparte a aquellos que personal o colectivamente han actuado por razones de prestigio o por intereses ocultos, hemos visto como el responder a esta situacion ha sacado lo mejor de cada persona y de muchos colectivos a traves de aportaciones o de colaboraciones. Estas respuestas son las que pueden llegar no solo a paliar la desgracia sino a colaborar en transformar el futuro de los haitianos, porque los poderosos e importantes, una vez mas, siguen haciendo prorrogas a sus aportaciones y saliendose por la tangente. Al mismo tiempo toda esta accion ejerce un efecto boomerang positivo ya que aporta savia nueva en el crecimiento de las personas, en el crecimiento de la sensibilidad social y en la consolidacion de las redes solidarias. La lucha por salvar y crear vida resulta la comprobacion mas autentica de la accion y de la presencia de Dios en el mundo y en la historia, ya sean sus agentes personas creyentes o no creyentes que para El todos somos hijos.

(Pido disculpas porque el ordenador no me permite poner acentos y aun no he descubierto como arreglarlo)

DESDE ABAJO


En la ultima columna de Boff me he encontrado con una noticia luctuosa mas del terremoto de Haiti. Ha muerto entre sus ruinas la doctora brasileña Zilda Arns que ha dedicado su vida a la atencion de la infancia desnutrida y de las familias depauperadas. Habia promovido un amplio movimiento de voluntariado con sus programas en el seno de la iglesia catolica brasileña. Habia sido propuesta para el Nobel de la Paz en el 2006, pero supongo que esas cosas estan reservadas para politicos o grandes personajes y rara vez se acuerdan de personas como esta doctora que trabajan en la base aportando vida alli donde se preve que abunda las posibilidades de muerte.




Me alegra que la reflexion que aporta Boff coincida con la que manifeste en mi anterior entrada, compartida tambien por Vicente Ferrer. Las soluciones a los problemas sociales vienen desde abajo con la implicacion de la sociedad, aunque esto no deje exentas de responsabilidad a las instituciones publicas. En este sentido la mayor aportacion de esta mujer ha consistido en el efecto multiplicador que imprimio a su accion, lo que resulta ser una manera desde la base de crear una globalizacion para la solidaridad y para el cuidad de la vida.