miércoles, 3 de abril de 2024

Después de Auschwitz... Gaza

 



  

  Parecía que en el exterminio sistemático que el nazismo practicó con el pueblo judío habíamos tocado fondo en lo que se refiere a la capacidad de maldad, de crueldad y de odio propia de seres humanos. Fueron hechos que dejaron consternada a la sociedad del siglo XX, y, como muestra de ello, aún hoy en día el cine sigue refiriéndose a este tema a través de películas, series y documentales. En realidad fue una herida colectiva que aún no ha terminado de cerrar del todo. Para el pueblo judío aquello supuso, además de un horrible atentado contra su existencia, un terremoto existencial que removió sus cimientos de identidad basados en la fe en YAHVEH y en los rituales de sus tradiciones. Sus clamores no obtenían respuesta por parte de Dios. La pregunta para ellos, y para cualquier creyente, era ¿ dónde estaba Dios entre tanto sufrimiento descarnado? ¿Había abandonado a su pueblo? Por otra parte ¿Dónde estaba la humanidad que permitía semejante atrocidad?

    Pero ahora, ya en siglo XXI, nos encontramos que las víctimas de entonces se han convertido en victimarios que pueden llegar a ser tan crueles como los nazis. En Gaza y en los campos de refugiados palestinos estamos asistiendo a un genocidio en vivo y en directo servido en televisión y en las redes sociales. Además de la destrucción y la muerte sembrada en bombardeos y tiroteos, se está recurriendo a matar de hambre y por falta de asistencia médica a la población civil.


    Y aquí y ahora se pueden repetir las preguntas de antaño ¿Podrán los palestinos seguir diciendo Alá es grande? ¿Dónde está la humanidad que contempla estas matanzas sin sentido y que se conforma con ayudas, declaraciones o paños calientes? ¿Dónde están los creyentes del islam que no acuden a auxiliar a sus hermanos de fe? ¿Serán capaces los ultraortodoxos judíos de seguir recitando oraciones convencidos de que están haciendo esta masacre en nombre de Dios porque ésta es la tierra que les dio a sus padres? ¿Están poniendo en práctica aquellos párrafos infumables de la Biblia donde pedía el pueblo que Dios estrellase contra las rocas a los niños de los enemigos? ¿Por qué no se fijan en ese otro pasaje donde se dice que la gloria de Dios es que el hombre viva?

    Es cierto que hay otras guerras absurdas y genocidios tapados en los que se sigue cebándose en la población civil, pero en este caso uno no puede dejar de indignarse de una manera especial ante una impunidad de lo más injusta y cruel. Se les dio a los judíos un estado como resarcimiento por lo sufrido, no solo bajo el nazismo sino también en las persecuciones sufridas desde antiguo en tantos otros estados o épocas por razón del antisemitismo.


Pero desde que se asentaron en él, el sionismo ha estado guerreando con sus vecinos, ocupando otros terrenos que no entraban dentro de sus límites y expoliando por la fuerza a los palestinos nativos del territorio, sin hacer caso de las declaraciones y requerimientos de la ONU. Más aún, no van a consentir que Palestina sea un estado independiente, como lo están solicitando la inmensa mayoría de países, sino que van a conseguir que solo sobrevivan los palestinos que salgan del territorio, aunque solo les quede acabar su vida pudriéndose en más campos de refugiados. Me queda otra pregunta inquietante ¿Después de Gaza qué nos quedará por ver?