jueves, 12 de junio de 2014

Ahora o nunca

En estos días de relevo monárquico se ha levantado la fiebre republicana. Ahora o nunca, es como una consigna que da a entender las ansias de mandar todo lo institucional a la porra, monarquía incluida. Son muchas las voces, políticas o no, que reclaman urgentemente un referendum para instaurar la república. En los partidos mayoritarios que, como es de esperar, tienen que mantener las cosas como están, empieza a haber sublevaciones en las bases.
Ciertamente hay una ola de opinión que muchos no quieren que pase sin llevarse por delante al heredero de la corona y a toda su familia. Personalmente no me ofrecen mucha confianza los movimientos inmediatistas, aunque me alegro mucho de que se haya puesto encima de la mesa la cuestión de la república y que se pueda aprovechar la ocasión para sensibilizar la opinión pública y generar las bases para llegar a restablecer lo que nos robaron los golpistas.

Vengo de una familia damnificada por la guerra y la posguerra. Me he declarado republicano convencido tiempo ha, incluso cuando se nos miraba como a objetos estrafalarios fuera de honda. A mi modesto entender, estoy convencido de que, en una cosa como ésta de tanto calado, las prisas no son buenas consejeras. Vamos a dejarnos de referendos y proclamas hueras, por muy bien que suenen. Ahora o nunca hay que conseguir la sensibilización para que las generaciones mayores quiten el miedo que les dejó la guerra al oír la palabra república -es así, lo pasaron muy mal y eso marca-y consolidar el sentir que aflora en las generaciones jóvenes para iniciar unos pasos sólidos. 

Considero que hay un primer paso imprescindible: conseguir abrir una brecha importante en el bipartidismo o barrer el absolutismo del PP en las próximas generales. A partir de ahí, si se consigue, exigir y acometer la reforma electoral y una revisión de calado profundo de la constitución, poniendo como uno de los puntos básicos la instauración de la república. Si la monarquía es parlamentaria ya sabe lo que tiene que hacer. Mientras los dos partidos de la alternancia en el poder sean mayoría no vamos a conseguir nada. Ellos comen del estatus actual, aunque algunos "tengan alma republicana", claro que las almas no dan de comer. Es ahí donde hay que dar la batalla, lo demás puede servir para desahogarnos, salir en la tele y poco más.