lunes, 2 de noviembre de 2009

"X TANTOS"


Llevo una temporada escuchando por la radio y viendo por televisión un campaña imponente de publicidad de la iglesia católica. Después de cada anuncio me queda una molestia en las tripas que no sé definir muy bien, por eso me he decidio a escribir este post para ver por dónde sale. En primer lugar, no entiendo por qué la iglesia necesita hacerse publicidad en los medios de comunicación. Se me ocurren dos posibles razones. La primera sería la importancia que tiene en este mundo dar una buena imagen ante la sociedad. Por eso se presenta lo más granado de la feligresía desarrollando obras de caridad con los más necesitados y se oferta una atención digna para las celebraciones más señaladas de la vida de cualquier persona. La segunda que se me ocurre, más importante que la anterior aunque más prosaica, es la de buscar fondos para el mantenimiento de la iglesia, por lo que se intentaría que el personal considerase tales bondades a la hora de hacer la declaración de hacienda o de soltar donativos.



Me da la impresión de que todo este montaje resulta ser una ceremonia de la confusión por lo que pueda haber debajo de estos mensajes. Por una parte, nadie niega que sea importante el que desde la iglesia se hayan creado unas entidades que garanticen una serie de atenciones básicas para los que no disponen de ellas y que, a su vez, fomenten corrientes de compromiso para que haya personas que se ofrezcan a mantenerlas. Pero, por otra, parece que se identifica el ser iglesia católica con realizar dichos compromisos en una entidad católica, ya sea diocesana o de alguna congregación religiosa. Creo que tan "iglesia católica" puede ser el voluntario de cáritas como el católico voluntario de cualquier otra ONG o el católico sindicalista. También me queda la sensación de que se pretende poner a estas obras como pantalla para justificar la financiación de la iglesia, pero una cosa es aportar fondos a los programas de Cáritas, o de otras organizaciones eclesiales por el estilo, y otra el mantenimiento del clero.


Lo que no deja de ser chocante es contrastar el compromiso de estos creyentes de base con la imagen que está dando últimamente la jerarquía, que al fin y al cabo es quien va a manejar la pasta. Mientras ellos dan un testimonio inestimable de solidaridad y de humanidad, los jerarcas están ofreciendo una imagen de poder y algunos de estos incluso de ostentación que, en los tiempos que corren, puede resultar insultante. Sin contar con que últimamente su principal preocupación es no perder las cotas de poder que heredaron del nacionalcatolicismo. Así que andan empeñados en meterse en arenas políticas de signo restauracionista y en imponer sus criterios de fe y de moral, propios de otro mundo ya extinguido mal que les pese. Somos muchos los que estamos en el mismo plano que esos voluntarios de los que se habla en la publicidad, pero nos sentimos incómodos en la iglesia porque parece que los mitrados nos quieren echar a golpe de autoritarismos.



Y para ejemplo de por dónde andan, dos últimas noticias que he escuchado. El obispo de Asturias ha proclamado que la incineración no es propia de católicos porque la iglesia proclama la resurrección de la carne. Increíble pero cierto. No entiendo a que viene esta salida de pata de banco, a no ser que el monseñor participe en algún negocio de lápidas o nichos. Pero el que más me ha llamado la atención ha sido el inefable Martínez Camino, contestando al tribunal europeo que ha dado la razón a la señora italiana que pedía la retirada de crucifijos en las escuelas públicas. Tuvo el morro de decir que eso era un retroceso a épocas pasadas y que era renunciar a la identidad europea, poco menos. Nuestro preclaro monseñor no ha visto una escuela pública si no ha sido al ir a votar. Quizás no sepa que en las aulas podría encontrar musulmanes, evangelistas, ortodoxos, induístas, confucionistas en medio de una mayoría de indiferentes, ya que desde sus alturas no le es posible percatarse de la realidad actual. Por otra parte, eso de considerar el crucifijo como enseña de occidente me parece un sacrilegio en toda regla, máxime teniendo en cuenta todas las atrocidades históricas que se han cometido en su nombre.