martes, 21 de julio de 2009

YACO


Yaco es un perro pastor mezcla de alemán y de belga, de ahí su color negro. Ha sido el más hábil en muchos años a la hora de controlar a las vacas y el más inteligente pues, a veces, parecía que sabía lo que su amo le iba a indicar antes de que le dijera nada. Era el más temido por las vacas por su fuerza y su potente ladrido. Pero ya le han caído muchos años y, últimamente, se hacía el remolón y ya no estaba para muchas alegrías. Ha estado enseñando al joven Res que ya empieza a hacerse bien con el oficio.


Hemos estado una semana en Quintanilla y, nada más llegar, comezamos a oír un aullido continuo que sonaba a lloro desgarrado. "El pobre quiso azuzar a la vaca pero cuando van con la cría se vuelven muy peleonas. Se le revolvió y ya no es como antes, no le dio tiempo a retirarse. Así que le embistió y le pisoteó una pata. El lo quiso hacer pero como ya está viejo... Y, claro, llora más porque no se puede mover que por el dolor de la herida".


Hemos estado toda la semana pendientes de sus quejidos. Al final andaba algo por los alrededores de la cuadra. En una de estas se atrevió a llegar hasta la casa de los dueños, pero luego no pudo volver a su caseta porque le fallaban las fuerzas. Fue todo un espectáculo ver a la dueña llevarlo en brazos hasta su sitio. "El pobre no sé cuánto nos va a durar, cuando llora tanto es como si nos estuviese avisando de que ya le queda poco. De vez en cuando subo y le hago unas caricias y entonces se queda acurrucadito y tranquilo por un rato".


Creo que en adelante me convendría tener en cuenta a Yaco. A estas alturas tenemos que ser conscientes de que no podemos funcionar como hemos sido hasta ahora, sino en base a lo que somos o, lo que es lo mismo, a lo que nos queda de lo que fuimos sumándole, eso sí, lo que hemos ganado con el paso del tiempo. Poco a poco conviene pasar del batallar al transmitir. Esto segundo no implica abandonar lo primero, pero si ir ajustandolo en base a nuestras posibilidades. De todos modos, a pesar de lo que está sufriendo, vaya suerte la de Yaco. No todo el mundo tiene el chollo de que le traten con tantos cuidados y tanto cariño cuando ya no sirve para nada. Para sí lo quisiera más de uno, y no sólo tratándose de perros.
(La foto es de uno que se ha perdido. Aunque es más guapo tiene menos suerte)