domingo, 4 de agosto de 2024

Un auriga, por favor

 


Leyendo a García Montero me he encontrado con una sugerencia muy interesante, que veo viene al pelo para simbolizar el desquiciado ambiente político nacional y mundial. Hablando de la conciencia cita a Platón que la considera el auriga que condice el carro de la persona, tirado por dos caballos: los sentimientos y la razón. La clave para una conducción correcta está en saber conjugar ambas y lograr un equilibrio que consiga el mejor funcionamiento del carro. Lo que queda muy  lejos de la situación actual dominada por los personalismos, los entusiasmos patrios, el odio, la venganza, los insultos... Cómo es posible que tengamos que aguantar que todo un país se pueda quedar paralizado porque hay señores que se creen que tienen que ser presidentes a toda costa.

    


Aunque se haga la mejor propuesta posible para el beneficio de la población, hay que rechazarla o conseguir desprestigiarla porque la ha hecho el contrario. No cuenta con argumentos ni con propuestas alternativas, solo con argumentos ad hominem, datos falsos y una buena caterva de insultos o de anuncios catastróficos. Con ello solo se pretende asustar al personal y crear una sensación de desprestigio del contrario, que lo que consigue en realidad es el desprestigio de toda la política. Todo vale para hundir al contrario y con ello se desatan todos los caballos de los instintos y de los sentimientos menos nobles y a ver dónde encontramos el auriga que controle eso, por mucho que quiera  tirar de razonamientos, datos objetivos o programas estudiados. El objetivo no es el bienestar de la ciudadanía o la mejora de los recursos públicos sino hundir al  contrario a cualquier precio.

  


 En el nivel internacional tenemos una serie de conflictos graves que gravitan sobre unos personajes que son capaces de pasar por encima de leyes internacionales, del sentido común y de la vida de miles de personas. Están asolando países justificando sus actos en sentimientos patrios, en Dios y en lo malo que es el contrario. Todas las propuestas razonables de las instituciones internacionales o de los países mediadores, son papel mojado, mientras los únicos beneficiados son las industrias armamentísticas. Por otra parte el espectáculo de cinismo es de lo nunca visto: los mismos que piden el alto el fuego o las treguas para que llegue la ayuda internacional, siguen armando a los agresores o bloqueando los acuerdos pacificadores de la ONU.

    


Así es como veo la situación actual, un carro desbocado por los caballos del odio y de los sentimientos más innobles, sin aurigas capaces de controlarlo y, personalmente, me encuentro con el estómago revuelto, me siento impotente y acabo por no escuchar o ver las noticas políticas y sociales porque me desespero.