viernes, 22 de mayo de 2009

EL NIÑO INVISIBLE


No hace mucho me llamó el inspector de un instituto para preguntarme por un alumno derivado a un programa complementario que había desaparecido. Mi amigo Q. Le he comentado que en este caso estamos con las manos atadas y que ya nos queda muy poco que hacer. Ha desaparecido de Barakaldo y no podemos actuar desde los servicios sociales municipales. Diputación tomó de nuevo cartas en el caso y luego se olvidó de él. He conseguido tomar contacto con la asistente de Sestao que lleva el caso de sus hermanas y a través de ella me he podido hacer composicón del panorama familiar. En estos momentos se ha recluido en casa de sus hermanas. No sale para nada y no quiere hacer nada hasta que cumpla 16 años y entonces se dedicará a repartir pizzas, eso me dijo una de sus hermanas. Le pedí a ésta que lo trajera al CIP para ver si podíamos animarle a seguir su formación y así normalizar algo su vida, pero no han aparecido.


Nacer hijo de una pareja de yonkis y, encima, haber sido no deseado es nacer ya estrellado desde el primer lloro. Conocí a Q en el hogar con 8 años. Ya habían desfilado antes sus dos hermanas mayores y coincidió en una temporada con la segunda. Por aquella época su madre estaba en el pozo más profundo del desastre humano. Había tendido el cuarto hijo y ya no sabía qué hacer con ellos ni a quién colocárselos. Habían acabado viviendo hacinados en casa de una tía abuela mayor junto con otra tía y su pareja. Cuando Q apareció en el hogar nos percatamos inmediatamente que padecía un abandono patente. Sus comportamientos extraños llegaban a veces a ser demenciales, cuando no acababan en autolesiones.


Su proceso de deterioro psicológico era alarmante pero muy difícil de abordar. Es imposible saber o llegar a intuír qué pasa por el interior de un crío que es consciente de que solo le consideran un ser molesto con el que no se sabe qué hacer. El tuvo que salir de su casa pero se quedó, como rey de ella, el hermano que acabab de llegar detrás de él. Es desgarrador escuchar a un niño de 9 años gritar desencajado "soy una puta mierda", mientras le sujetas para que no se dé cabezazos contra la pared. Ese tipo de escenas eran recurrentes los lunes cuando volvía de pasar el fin de semana con la familia. Podían darse en plena calle o al acostarse, cuando se quedaba solo en su habitación.


Después de pasar por dos hogares volvió con su madre. Esta ha cambiado dos veces más de pareja. Parece ser que con el último compañero de la madre Q se llevaba bien y, dentro de su deterioro mental, tuvo una época relativamente normalizada que nos hacía esperar un proceso de recuperación. El año pasado su madre tuvo otro hijo y con su pareja se marchó fuera, al pueblo de los abuelos maternos, donde cuentan con una casa que éstos ya no usan. Q se quedó solo refugiado en casa de su tía y luego con sus hermanas, que han sido madres a los 16 y a los 17 años. Ellas tienen su renta básica y hacen algún trabajillo en el tiempo que les deja libres el cuidado de los críos, pero ne están para más historias.


Y aquí le tenemos. Sus hermanas le aguantan en casa y no tienen ninguna asignación económica por él. Diputación sabe que está ahí y se conforma con eso porque vive en una casa y hay familiares que le cuidan. La asistente social no interviene porque el caso es de Diputación. La madre seguirá encantada con su nueva vida. El padre no ha existido nunca. Es invisible para todos. Mientras esté ahí recluído y no dé guerra, nadie le va a hacer caso. Y si arma alguna gorda la justificación está servida "el pobrecito estaba muy mal de la cabeza". Me puede decir alguien cómo puede vivir por dentro un adolescente el que no pinte nada para nadie ¿Qué terapia o tratamiento puede llenar semejante agujero negro de afectos? ¿Con qué cara le voy a exigir que vuelva a clase o de dónde me voy a sacar una motivación para convencerle?

jueves, 21 de mayo de 2009

UNA BUENA NOTICIA


Hoy he leído la última columna de Boff. Me llevado la agradable sorpresa de saber que Miguel d' Escoto es presidente de la asamblea de las Naciones Unidas. Aquí tenemos a uno de los mayores representantes del Frente Sandinista. Aquellos denostados por la jerarquia católica de su país y de Roma por ser unos inductores al comunismo ateo y perseguidos por el imperio porque suponían ser un ejemplo de disidencia en sus propias barbas que no podía admitirse. No pararon hasta echarles y no dudaron para ello en sumir a Nicaragua en un baño de sangre y de infamias a través de la Contra y de otras maniobras de la CIA. Hecho esto, volvieron a dejar el país sumido en la miseria sin importarles un bledo, se trataba de no perder el control y lo demás son pamplinas.



Ahí está este sacerdote marcando una línea de acción y fomentando iniciativas globales en favor de los países más desfavorecidos, que no participan en el G20 pero son los que más están sufriendo las consecuencias de los desmanes de los grandes. En ese mismo tiempo ¿qué han hecho en favor de estos pueblos los que decían que hombres como éste eran un peligro? ¿En qué han gastado sus energías las mitras eclesiásticas católicas que han pretendido excomulgarles? Por sus hechos los conoceréis.



Para un católico, como yo, resignado a tener que vivir la fe de Jesús extramuros de la iglesia oficial, es un balón de oxígeno encontrarse con hombres de esta talla. Hemos renunciado hace mucho tiempo a encontrarnos con Dios a través de conceptos, de dogmas, de liturgias solemnes o de normas. Nos hace falta descubrir y formular un credo basado en la narración de las obras que ha realizado y sigue realizando en nuestro pequeño mundo, en la historia de la humanidad, en los escenarios del sufrimiento injusto, en medio del dolor sin sentido. Son hombres y mujeres como éste los que nos ayudan a descubrir que el mensaje de Jesús sigue siendo real "Dios está en medio de vosotros", porque apuestan y se juegan la vida en contra de los criterios y de los intereses de este sistema adorador de la acumulación de riqueza y de poder. Ese dios Moloc que acabará sacrificando en su altar especulativo pueblos enteros y, a no tardar según nos dicen, el mismo planeta.

domingo, 17 de mayo de 2009

POLITICIRCUS



El espectáculo político al que estamos asistiendo sería de auténtico circo si no fuera por la que está cayendo. Todos hablan de la crisis, de los parados, de la deflacción y de todos esos términos que, sin saber exactamente qué significado tienen, suenan a que esto va de mal en peor. Uno acaba preguntándose si, en el fondo, con tanto ruido y tanta palabrería lo que les importa a un amplio sector de políticos es aportar soluciones a la situación o, simplemente aprovechar la coyuntura para lucir el palmito o para disponer de arma arrojadiza letal contra los de enfrente.


Sale a la palestra del parlamento todo un presidente del gobierno improvisando propuestas sin contar previamente con nadie y vendiéndolas como antídoto seguro para dar un vuelco a la situación y comenzar a ver luz verde. Pero luego surgen algo más que dudas. Resulta que promete ayudas para fomentar la compra de automóviles y las tienen que pagar otros también, con los que no ha hablado. Anuncia unas medidas para facilitar el acceso a la vivienda de los jóvenes y a renglón seguido su grupo político tiene que andar haciendo componendas. Me quedé de piedra al oír lo del ordenador para los de 5º de primaria y que la cosa empezaría en septiembre, ya que de este tema entiendo algo más ¿Quién le convenció de tan brillante idea? ¿Dónde están los profesores preparados para ese tipo de enseñanza? ¿Quién va a pagar al final los ordenadores? ¿Qué tanto por ciento de las familias con hijos en edad escolar está preparado para asumir una responsabilidad así? ¿Cuántas experiencias pilotos y dónde se han llevado a cabo para poner en marcha esta revolución de la enseñanza?


En la sesión de circo le tocó a continuación el turno al señor faltón de la oposición que no sabe más que soltar improperios, aprovecharse de lo mal que va todo para sacar tajada e insultar impunemente al personal, a los diputados presentes y a la inteligencia del resto de españoles que le escuchamos. Lógicamente no aportó ninguna propuesta porque, si la tenía, sabía que no iba a gustar mucho al ciudadano medio de la calle y si no tenía ninguna le daba igual porque lo suyo era montar bronca. Al final esta majarada quedó reducida a la batallita de los medios de comunicación sobre si ganó la pelea uno u otro. Esa es otra, estoy seguro que gran parte de la ciudadanía íbamos a adivinar el resultado qué daría cada periódico o cada cadena de radio sin haber abierto el diario o haber sintonizado el aparato.


Y por si fuera poco el circo político, aquí nos encontramos con el circo sindical. A mi modo de entender la propuesta de huelga del día 21 es una majarada calidoscópica, porque se mire por donde se la mire no tiene ni pies ni cabeza. He leído convocatorias de alguno de los convocantes cuyos razonamientos me han parecido patéticos, cuando no absurdos porque todo el mundo sabe que lo que está detrás de ella no es ni la crisis ni el paro. Se echa encima del gobierno nuevo la culpa de la política del anterior, mientras en su momento no se dijo ni mu. En el fondo es una pataleta más entre abertzales y "unionistas", como llaman ahora los batachunderos al nuevo gobierno.



A parte de eso hay un problema mucho más grave provocado por esa convocatoria. Se han saltado lo más elemental en sindicalismo ante un problema de la magnitud de la crisis actual que es la unidad sindical a la hora de plantear propuestas y proponer alguna acción unitaria. No se puede empezar por pretender paralizar el país cuando ni siquiera se ha aceptado sentarse junto a los demás sindicatos en la mesa de acuerdos sociales que ha convocado el lehendakari. Es ahí donde hay que estar primero a defendernos y a velar por que no nos la metan otra vez doblada. Y si no nos hacen caso, entonces sí se para todo lo que haya que parar. Pero antes hay que ponerse de acuerdo por qué soluciones no se puede pasar y hacia dónde hay que encaminar las salidas. Y en vez de estarse preparando para una responsabilidad tan grave, se sale con respuestas viscerales que sólo llevan a liarse a reproches, cuando no a tortazos, para ver quién puede más, quién es el más auténtico y para jorobar a esos que nos caen tan mal y que quieren gobernar.


Lo dicho, si no fuera por el respeto a las víctimas del desastre económico y social que estamos padeciendo, podríamos encargarle a Darío Fo que nos hiciera una comedia de las suyas con estos espectáculos. No nos vendría mal, por otra parte, que alguien encargara a los de vaya semanita que programen una serie de terapias humorísticas para que no acabemos todos depres ante tanto dislate.