domingo, 9 de diciembre de 2012

DÍAS DE MONTE 8

El día 6 optamos por acercarnos al Duranguesado. La climatología fue increíblemente buena, visto el tiempo de días anteriores. Recalamos en Mañaria, el pueblo de las canteras y base de múltiples ascensiones. Nos propusimos llegar al Leugane, 1008 mts de altitud, que es la cima más alta del macizo cárstico de Aramotz. Tomamos la pista de subida al collado del Mugarra y desde allí nos desviamos a la izquierda para seguir las señales que nos indicaba el plan que llevábamos. A todo esto apareció un montañero con pinta de ser avezado conocedor del terreno. Juanjo, en plan de saludo y para asegurarse de que íbamos  bien encaminados, le consultó el camino y nos dijo que de señales nada que había que ir por otro sitio. Siguiendo sus indicaciones anduvimos erráticos no sé cuánto tiempo por unos sitios  impracticables, como la mayor parte de esa zona, y acabamos llegando a ojo de buen cubero y subiendo a campo través. 
El corazón de roca de Bizkaia

Ya en la cima fue todo un banquete para la vista y para el espíritu, así que mereció la pena el esfuerzo, dado que es una ascensión sin tregua de 820 mts de desnivel. Además la cima está casi encima del pueblo lo que la hace que la subida resulte muy vertical durante todo el trayecto. Para bajar nos teníamos que orientar porque no podíamos volver por donde habíamos subido. A todo esto, encontré unas señales de la senda que habíamos abandonado por consejos del avezado. Pero hete aquí que aparece otro entendido montañero y Juanjo, como buen humano, vuelve a reincidir y le pregunta. El joven nos manda por la cara de Dima dando una vuelta de más de 6 kms y tan vertical como la subida, solo que con grandes posibilidades de dar con el culo en el suelo. Acabamos de barro hasta las orejas, algo más cansados de lo previsto pero muy satisfechos.

sábado, 1 de diciembre de 2012

Los niños gordos

La señora ministra de sanidad ha emprendido una ferviente campaña para evitar la obesidad en la población infantil. Para ello ha decidido que tiene que conseguir que en todos los centros escolares el alumnado tendrá que hacer, como mínimo, una hora diaria de ejercicio, por lo que habrá que ampliar las horas de educación física o algo parecido. Le alabo el gusto a la señora ministra por su preocupación, que me parece tiene razones fundadas según nos lo dicen las estadísticas al respecto. Lo que me parece una simpleza es pretender arreglar el asunto con una hora de gimnasia o lo que los sufridos profesores puedan conseguir en ella de un alumnado tan poco proclive al esfuerzo físico y mental. Esta simpleza me hace ver que esta ministra sigue la misma línea que sus colegas de gabinete, que montan leyes, tasas, recortes o modifican estructuras sin consultar a los afectados o, al menos, a aquellos profesionales que están en el día a día de los sectores afectados por las decisiones que toman y que en no pocas ocasiones se tienen que volver a atrás.

En primer lugar, señora ministra, no podemos seguir haciendo de la escuela el lugar donde se arreglan todos los problemas de los menores que las familias y la sociedad en general dejan sin atender. La escuela tiene que socializar, es el lugar ideal para prevenir los problemas de convivencia, debe dar respuesta a los salidas que se plantean para el futuro de los menores, vela por la salud, inicia en el deporte, inculca los valores que tanto se necesitan, anima a la cultura, sensibiliza en el mantenimiento limpio del medioambiente... de paso enseña matemáticas, lenguas y alguna otra cosa mientras quede tiempo. Por otra parte, no sé qué tal les habrá sentado su propuesta a sus colegas del ministerio de educación o de las comunidades autónomas regidas por sus correligionarios, metidos como están en recortar y reducir a la mínima expresión los recursos de la educación pública.

En segundo y principal lugar, en este país tiempo ha que se instaló la ley del mínimo esfuerzo, según la cual todo es válido con tal de que no me cueste o sea más fácil. La dieta mediterránea se quedó en los fogones de las abuelas, total cualquier precocinado al microndas vale y no pierdes tiempo en cocinar y fregar. Si vamos a celebrar algo nos atiborramos a comida basura con bien de grasas, imitando como bobalicones a la cultura yanki. Al niño le encantan los petisuis, los bollitos, las chuches... son más cómodos para que meriende algo, que le cuesta mucho terminar un bocadillo y no importa que picotee en cualquier momento.  Total que entre la falta de valores, que asola el panorama social y el de no pocas familias, está la falta de educación para una alimentación equilibrada que asegure la salud.


Tendrá que tener en cuenta también, señora ministra, que hay un gran número de niños que pasan más tiempo en casa que en la calle o en los parques. Y a esto deberá añadir la fijación que una gran parte de ellos tiene por las maquinitas de juegos y demás artilugios, sin contar las horas de televisión que se chupan. Por esa misma ley, se cometen otra serie de errores como el de no educar a andar a niños y niñas que van en sillitas de ruedas hasta los 4 años porque sus cuidadores tienen prisa o no tienen ganas de irlos persiguiendo. O sea, que el sistema de vida que seguimos favorece más bien  las costumbres sedentarias.

No sé si usted pisa mucho la calle para visualizar estos datos que le comento, pero tenga en cuenta que, ante tal conglomerado de dislates en la educación de los menores, los riesgos de la obesidad son un detalle más. Así que comprenderá que añadir una hora de ejercicio en las escuelas resulte un tanto inútil, cuando no una salida de pata de banco. Da la sensación, cuando ustedes los ministros sueltan insustancialidades de éstas, que no tienen otra cosa que decir o, más bien, que dicen estas cosas porque no quieren decir lo que en realidad tienen que decir, esto es, que habrá menos recursos para tratar este tipo de problemas de la salud, igual que para otros tantos que se están cargando sistemáticamente.

miércoles, 28 de noviembre de 2012

Su Santidad se ha quedado corto

Los periodistas, que están a la que salta, han aireado a bombo y platillo que el Papa ha dicho en su libro que eso del buey y la mula en el pesebre no vale. El personal se lo ha tomado de diversa manera, pero generalmente con un sano cachondeo, por aquello de qué vamos a hacer ahora con las figuras del Belén o que a buenas horas nos vienen con eso. Supongo que en el libro de su santidad hablará de más cosas pero en ésta no sé si nos ha llamado tontitos o se ha pasado de listo queriendo desmitificar un detalle tonto para no entrar en una cuestión fundamental que sigue levantando ampollas en los sectores más retrógrados del catolicismo. No hace falta que se meta con esos entrañables símbolos creados por Francisco de Asís y que han arraigado en gran parte de los países con mayoría de católicos entre sus ciudadanos. 

En realidad lo que hay poner en claro es todo lo referente a la fiesta de la Natividad. Para  gran parte de los fieles es la fiesta cristiana por excelencia, y así nos lo hicieron creer, cuando en realidad la fiesta fundamental es la Pascua. Para los primeros cristianos no era importante la fecha del nacimiento sino la resurrección de Jesús. Por otra parte, no es casual que las fechas de esta celebración navideña coincidan con las antiguas saturnales romanas y con las celebraciones del solsticio de invierno. El haberlas "cristianizado" aquellas fiestas, no ha dejado de ser, por tanto, un barniz para cambiar este tipo de fiestas populares que para la cristiandad no eran sino paganas e intolerables. Sin embargo, el fondo popular ha permanecido con el paso de los tiempos y a este barniz le está llegando la fecha de caducidad. Se ha ido resquebrajando poco a poco, pero en estos últimos tiempos está desapareciendo a marchas forzadas. Resulta cada día más evidente que estas fiestas quedan reducidas a grandes comilonas, a reuniones familiares cada vez menos significativas para las nuevas generaciones y a la compra compulsiva de regalos, mientras el bolsillo lo permita. Queda algo del tinte del mensaje típico de la Navidad en la nube de entidades, ONG, asociaciones cristianas, etc que nos asaltan con sus mensajes altruistas o caritativos para arrascar unas cuantas migajas sobrantes de los cuantiosos gastos del momento  a la gente de buen corazón.

Claro que en la realidad no hubo ni buey ni mula, pero tampoco hubo Belén, ni descendencia de David ni concepción milagrosa. Las narraciones del nacimiento solamente figuran en dos de los evangelios que fueron redactados  al final del siglo I y querían ser una exaltación de la figura del personaje del que se iba a hablar a lo largo del evangelio, para impresionar a los nuevos creyentes. De ahí que los textos tengan grandes similitudes con las mitologías de la época. Los textos más antiguos, al rededor del año 50, son los de S. Pablo a los Gálatas  que habla de Jesús como "nacido de mujer y nacido bajo la ley". Y el evangelio de Marcos comienza cuando Jesús sale del desierto para comenzar su vida de predicador. Poco más se puede saber de su procedencia además de que parecía oriundo de Nazaret. 

Pero el desmitologizar todo esto le pone muy nerviosa a la jerarquía católica porque cree que con ello se le viene abajo el tinglado. No comprendo cómo tan ilustres mentes no pueden ver que el mantener a toda costa  ese montaje no es asegurar la base de la fe sino que puede ser un problema añadido para la credibilidad del mensaje cristiano ante el hombre y la mujer del siglo XXI. Y supongo que su santidad querrá salvar como sea lo del dogma de la Inmaculada, aunque en el Nuevo Testamento se hable de Santiago el hermano de Jesús o de sus hermanos y aunque hoy en día resulte un dogma infumable y sea una fuente más de descrédito. Pero como los papas no se pueden equivocar... A todo esto, el pueblo llano, y el no tan llano, supongo que pasa de estas disquisiciones y se apunta a un bombardeo, con mula o sin ella: puente de la Inmaculada, paga extra - si no la quitan- fiestas, compadreo y buen yantar, aunque haya que limitar los gastos.

domingo, 18 de noviembre de 2012

DÍAS DE MONTE 7

El sábado 27 de noviembre nos lanzamos a un monte que teníamos ganas porque en otra ocasión no pudimos llegar a él por la niebla y por la nieve. Eskutxi es la cima más alta de Sierra Salvada.  Buscamos desde Añes la subida por el portillo de Aro pasando antes por la peña del mismo nombre. La mañana salió buena a pesar del fuerte viento del sur.  Al llegar nos dimos cuenta de que hoy también tendríamos que pelear con el bollo. A pesar de ello no lanzamos a por las cumbres. Vimos con sorpresa que había una buena pista para todoterrenos hasta arriba y que comenzaron a pasar muchos de estos vehículos. Uno era de pastores pero los demás de escopeteros. Ya lo anunciaba un cartel "zona de becada". 
Juanjo en la cumbre capeando el temporal

La peña de Aro estaba libre de niebla y hasta allí bien, pero al hacer el cresterío hasta el Eskutxi la niebla fue cada vez más densa y el viento más frío. De todos modos supimos orientarnos bien aunque solo veíamos a intervalos. En la cumbre paramos a hacer las fotos y corriendo para abajo. De repente comenzaron a aparecer ovejas y a mitad del descenso la niebla se esfumó por el cambio del viento. Esto suponía posible lluvia pero aguantó y pudimos comer el amaiketako en el portillo en el monumento a una tal S. Vítores al que, al parecer, le habían cortado la cabeza. Nos ofreció su interesada compañía un mastín del rebaño porque le parecía más interesante pillar algo de comida que seguir a las pesadas de las ovejas. 

Fue una subida fuerte y vertical  como las de toda esa sierra y una experiencia intensa sentirse perdido en la niebla y bordeando cortantes.  Y todo eso sobrellevando unas condiciones adversas que no consiguieron hacernos desistir de nuestro intento. A ver si se ven las fotos en flickr

miércoles, 14 de noviembre de 2012

TAMBIÉN HAY BUENAS NOTICIAS

Llegaba justo a la parada del bus para bajar a Lutxana. Alguien me llamó por detrás. Me di la vuelta y me topé con un mocetón guaperas de 1,90 que se me echaba encima sonriente. Era N. Ya solo el cariño con que me comenzó a hablar fue suficiente para alegrarme la mañana. La pena fue que nuestra conversación tuvo que ser  telegráfica porque venía el autobús de línea. Sacó el móvil y me cogió el número. Esto no puede ser, me dijo, hace demasiado tiempo que no nos vemos. Hay que quedar a comer antes de Navidad. Y aquí estoy esperando esa llamada. Estoy más que seguro de que va a llegar porque le conozco de sobra.

N estuvo con nosotros en el hogar municipal donde trabajaba yo. Era un niño menudo, tirillas pero con una energía y una mala leche que no le cabía en el cuerpo. Era increíble la facilidad con que se enfadaba por cualquier cosa. Siempre tenía cara de estar alerta y sus miradas podrían taladrar a quien se le pusiera delante. La convivencia resultaba difícil con él, pero donde llegaba al culmen de los cabreos era jugando al fútbol. No podía aguantar perder, ni siquiera que le quitasen el balón y, no te digo nada, si le pitaban una falta. O se iba enfurruñado o acaban echándole. En eso siempre fue incorregible. Sin embargo creo que esa energía le ha servido para abrirse paso en la vida porque su historia no se lo puso nada fácil.
En este arbolado había una zona de chabolismo
donde vivieron

Estaba acogido en casa de su abuela junto con otra partida de primos suyos. Era una familia castigada por la ola de heroína que sacudió Barakaldo en los años 80. Dejó el hogar cuando su madre terminó un programa de desintoxicación. Tuvo la suerte de contar con un ángel de la guarda con galones de capitán general. Una familiar suya les fue ayudando a colocarse en su empresa y poco a poco, tanto él como su primo Z -que también estuvo en el hogar por razones similares-, se han ido asentando en el funcionamiento de la misma, hasta llevar en estos momentos cargos de responsabilidad. El notición es que en estos momentos de desesperación para tantos jóvenes no les falta trabajo e, incluso, han empleado a compañeros que compartieron hogar con ellos.

Me he acordado del profesor Barudi, cuando me dijo después de una conferencia que, por muy mal que veamos las cosas o nos parezca imposible que un caso salga adelante, los educadores no debemos desfallecer. Cualquier aporte positivo que los menores hayan podido percibir, en el terreno afectivo o por la atención que se les haya prestado en el día a día,  puede ser decisivo a la hora de tener la suficiente resiliencia para salir adelante. Nunca lamentaré lo difícil que fue tratar a este chaval, pero el tiempo y la energía que tuvimos que dedicarle ha servido. Noticias como ésta ayudan a no hundirnos en este túnel del pesimismo imperante y a no tirar la toalla por escasos que sean los resquicios de esperanza que se puedan ver hoy..

martes, 6 de noviembre de 2012

TIEMPOS MODERNOS

Los perros ya no comen huesos, ni pan duro. Los gatos ya no comen raspas de  pescado ni cazan ratones o pájaros. Tienen suculentos piensos o comidas especiales. Ya no se pelean tanto los perros con los gatos, pero van al psiquiatra para no deprimirse y a la peluquería para no despeinarse. La mayoría de los niños ya no meriendan pan con una onza de chocolate o con otras viandas. Meriendan bollerías y cosas blanditas que se comen más fácilmente, aunque tengan mucho colesterol, y la vida útil del biberón se porlonga cada día más. Ya no hace falta perseguir a los peques cuando se empeñan en alejarse, ni van a dar la tabarra pidiendo aupas  porque les llevan en sillita de ruedas hasta los cuatro años.

Los profesores dan los resúmenes hechos y adelantan lo que van a preguntar en los exámenes para que los chicos y las chicas saquen buenas notas y no necesiten esforzarse. También les permiten que en los trabajos hagan corta pega con lo que encuentren en internet para que no tengan que andar perdiendo el tiempo en redactar, que hay que hacer otras cosas más interesantes. Cuando llegan a mayores muchos eligen las carreras que, se supone, son fáciles de aprobar para tener que estudiar menos y la mayoría solamente se preocupa de que no les falte dinero. Eso sí, estarán al tanto de los erasmus más enrollados o de los master en países exóticos.

Es una pena que sigan existiendo seres así, que aún no se han enterado que pertenecen a otro mundo pasado. O sea, que son unas anticuallas. En estos tiempos modernos muchos perros tendrán que volver a pelearse por un hueso y otros tantos gatos tendrán que echarse a la calle para pillar ratones, porque sus dueños se las van a ver canutas para llegar a las compras de fin de mes o se van a quedar sin vivienda. Su problema no serán las depresiones sino el hambre y necesitarán ir a los comedores de Cáritas en vez de al psicólogo. Y a papá condescendiente le va a llegar un momento, cuando no quede más, en que va a tener que aprender a decir no por más que sus acomodados cachorros bramen y profieran los insultos más hirientes que hayan aprendido en sus juergas.

Los títulos cada vez valdrán menos porque la competencia y la necesidad hará cruel y despiadado hasta el mejor amigo a la hora de conseguir un trabajo, sin contar que habrá más que codazos para hacerse con uno. Encima serán trabajos de usar y tirar porque no se sabe lo que durarán y, con mucha suerte, se acercarán a los 500 € al mes, si es  que llegan a durar ese tiempo. Ante ese panorama solamente podrán aguantar y salir adelante los que estén acostumbrados a roer duros huesos y a resistir contrariedades.El tener un piso en propiedad será un cuento que, en su día, nos contará el abuelo cebolleta y lo de tener un coche será materia reservada a los de siempre. En caso de apuros ya no se podrá recurrir a papá estado ni a mamá autonomía, que para entonces estarán lo suficientemente destartalados como para acordarse de estas minucias. Con un poco de suerte quizás Cáritas o la Cruz Roja, o alguna entidad por el estilo, tenga algún recursito para sacar de un apuro.

Y es que, los tiempos modernos de las nuevas dictaduras globales han comenzado ya y, como sus antecesores, avanzan sin piedad a velocidad de vértigo, sin que a las nuevas generaciones les dé tiempo a percatarse de que su mundo ya no existe, aunque las apariencias parezcan no haber cambiado. Mientras los mantengamos en el limbo de la era consumista no van a tomar conciencia de las nuevas condiciones en las que les va  a tocar vivir y,si algún día se plantean pelear por transformarlas, va a ser demasiado tarde o no van a contar con las fuerzas suficientes.

domingo, 21 de octubre de 2012

DÍAS DE MONTE 6

El día 10 de octubre inauguramos mi compañero de fatigas Juanjo y yo nuestras mañaneras de montaña en este curso. Para abrir boca nos lanzamos al Peñalta que es una cumbre de Karrantza de 1.114 ms, o así, y que no conocíamos ninguno de los dos. Fue interesante conocer la zona, porque por ella se puede hacer subidas varias a las cumbres del cordal de Ordunte desde la vertiente vizcaína. Hicimos la aproximación en coche desde Lanestosa. No empezamos bien porque, pasado este pueblo,  nos perdimos y tuvimos que volvernos hasta dar con la carretera o pista medio asfaltada que nos dejó en Campo Calero. Nos topamos con un rebaño de ovejas y tres de ellas estaban tumbadas en la mitad de la carretera sin ninguna intención de moverse. Tuve que pasar con unas ruedas por la campa porque ni con claxon se asustaban. Nos miraban con cara de llamarnos impertinentes.  

En la subida nos encontramos con un cruce que no venía en las instrucciones y, para seguir la racha, tomamos la pista equivocada. Para subsanar el error subimos el Sanitipinia monte a través con una pendiente de las de pensárselo dos veces, pero a la tercera nos decidimos. A partir de ahí fue sencillo hacer cumbre en Peñalta. Disfrutamos del paisaje, del tiempo y de la temperatura. A la bajada nos encontramos con una nube de seteros que dieron buena cuenta de los hongos que habían salido tras las primeras lluvias de octubre. Bonito paseo.

A ver si soy capaz de poner un enlace a flickr 
http://www.flickr.com/photos/88594718@N05/sets/72157631821017144/

Ya ha llegado la hora de la verdad

Gane quien gane, no podrá nunca erigirse en regidor de este pueblo. Somos lo suficientemente plurales  y estamos harto divididos como para que no se tenga que imponer ninguna opción ideológica a fuerza de votos en este momento. Sería lo único que nos faltara. Tenemos encima problemas de profundo calado social como para pararnos a pelear por la premacía de independentistas o no independentistas. Sería un ruina cierta para el país que nos liemos en esas zarandajas cuando tenemos encima una recesión brutal que amenaza el tejido productivo, la atención social, la educación y la sanidad. Seamos independentistas o no sigue siendo indispensable hacer frente a la dictadura de la mayoría absoluta del gobierno central haciendo valer hasta la última letra nuestra capacidad de autonomía, en vez de andar diciendo que el estatuto ya no sirve para nada.

Hace tiempo se llegó a un pacto de Ajuria Enea para hacer frente a la dictadura de ETA. Hoy tenemos encima esas dos dictaduras que he citado antes, que dejan pálida a la de las pistolas y las bombas . La de los mercados y de los bancos poderosos que nos van a sangrar hasta la última gota y la de la mayoría absoluta aprovechada por la ideología neoliberal para desmontar lo poco que nos queda del estado de bienestar. Sin contar con el resurgir del centralismo al calor de las cenizas franquistas o de los apoyos de la jerarquía eclesial que se han erigido en grupos de presión por si fuera poco contar con la mayoría del parlamento y del senado. O se consigue un segundo pacto de Ajuria Enea o nos vamos al agujero. 

Ante este panorama ¿quién va a ser el guapo o la guapa que nos va a hacer creer que va a ser capaz de sacar el país adelante con sus solas fuerzas? No es hora de que los políticos sigan soltando peroratas y descalificaciones. Ya ha llegado la hora de la verdad y somos los ciudadanos los que pedimos si no soluciones, que sería un tanto presuntuoso, sí al menos medidas que puedan frenar esta vertiginosa caída y pongan alguna base para que la recuperación que tanto se necesita no llegue el siglo que viene.


martes, 9 de octubre de 2012

A propósito de las elecciones vascas

Llega con esto de las elecciones uno de esos momentos en el que los políticos se lanzan a por todas. Son capaces de perder toda perspectiva coherente,  se marcan unas consignas y nos lanzan unos proyectos, cuando no prometen el oro y el moro, que nos hacen dudar de todo por lo increíbles y cargantes que resultan a estas alturas. Pueden perder la memoria de lo que han dicho o han hecho ellos en persona, o los partidos a los que representan, en épocas anteriores, sobrevolando por encima de sus propias contradicciones con un cuajo que resulta insultante para cualquier inteligencia media de la ciudadanía. Hasta pretenden erigirse en los únicos salvadores o benefactores con el único argumento de que los demás son malos de remate o un atajo de inútiles que solo nos llevarán al desastre.

Hoy me quiero fijar en la campaña que está haciendo el partido popular porque, a mi modesto entender, lleva unas buenas dosis de perversión tanto en su transfondo como en su discurso. Es ya cargante que su lema principal esté basado en el miedo y vaya acompañado de un serie de consignas  basadas en tópicos o en medias verdades que ni se pueden demostrar ni se pueden negar. Es partir de entrada con el juego sucio en la papeleta, lo que ya, más que insultante, resulta ser repugnante. Nos quieren colar como antídoto a las perversas consecuencias del nacionalismo vasco el nacionalismo español, disfrazado de opción constitucional. Y todo ello, según palabras de Basagoiti, para equilibrar la balanza de fuerzas y evitar la fractura en el país, porque el PNV caería si no en las fauces de los independentistas. Le parecerá poca fractura la que están, y han estado, provocando con sus posturas maximalistas.

Para colmo del cinismo le he escuchado decir en una entrevista televisada al candidato del PP vasco, que puede ofrecer sus votos al partido nacionalista después de las elecciones. Claro, que con algunas condiciones como, por ejemplo, que no se hable de independencia, ni de referendum ni nada que huela a autodeterminación. Eso sí, solamente iba a ofrecer sus votos para potenciar la industria, la economía productiva y para eliminar el paro sobre todo de los jóvenes cualificados. Desde qué púlpito nos habla este señor, si su partido ha sido el principal promotor de la economía especulativa, de llenar España de ladrillo y hormigón, de la burbuja inmobiliaria y de cajas de ahorros repletas de corruptos. Aún hoy en día les ha faltado tiempo para eliminar la ley de protección de costas. Una jugada perfecta que busca preservar las reservas de los suyos y pretende terminar de construir los cuatro palmos de costa que quedan vírgenes.

No he hecho este descargo de indignación porque me considere totalmente contrario, que lo soy, a los planeamientos y a la política del PP. Lo hago porque ya es hora de que los políticos o sus asesores, sean del color que sean, no nos tomen por imbéciles. Ya les quedan pocas motos que vender y sería conveniente que se preocupen de lo que interesa a los ciudadanos y cambien esos discursos de los que ya estamos astragados y que solamente colaboran en alejarles de la ciudadanía, cosa que ya les empieza a preocupar.

miércoles, 19 de septiembre de 2012

Carta a una víctima del terrorismo

A través de la presente quiero presentarle, ante todo, mis respetos por su condición de víctima del terrorismo. Soy una persona que en su día participó en las movilizaciones para exigir la liberación de los secuestrados y para protestar por los asesinatos de ETA. Quiero pedirle disculpas de ante mano por si mi carta pudiere parecerle una intromisión o llegare a molestarle. Nada más lejos de mi intención. Simplemente quiero manifestarle mis preocupaciones y mis sentimientos en esta coyuntura de transición entre el pasado de ETA y un futuro sin su pesadilla. El tremendo lío que se ha montado a raíz del caso Uribetxebarria me ha hecho pensar que hay otros caminos más allá de la justicia que sería conveniente recorrer  no solo para poner fin al terror y la muerte, sino también para preparar el terreno de la normalización social y de la convivencia ciudadana.

Sencillamente le pido, por favor, que sopese detenidamente mi propuesta aunque, de entrada, le parezca chocante. Me parecería sumamente importante que perdone a los verdugos o carceleros, que hayan sido culpables de su situación, y que les haga llegar su perdón, sin que ello, claro está, les exima de cumplir con la condena recibida. Creo firmemente que es el mayor castigo que usted le pueda infligir. Esto lo manifestó hace años, cuando los sandinistas llegaron al poder en Nicaragua, el comandante que fue su primer ministro del interior. Lo primero que hizo al asumir el cargo fue perdonar al somocista que había asesinado a su mujer. Explicó que era el mejor castigo que había encontrado para él.

Ese perdón puede ayudar a cauterizar heridas. Para su verdugo puede resultar un castigo sanante porque, aunque no dé muestras de ello en su exterior y diga que eso no le importa, no le va a quedar otra que sentir que todas las brutales  actuaciones que ha cometido o en las que ha colaborado, han sido absurdas e inútiles y su vida un fracaso. Se tendrá que mirar a sí mismo para soportar que solamente habrán servido para sembrar dolor, destrucción y muerte, entre ellas la suya propia y las de los suyos. Al mismo tiempo, sería un castigo para aquellos que les habían jaleado porque les forzaría a reconocer que por ahí no hay salida para nadie y que también participaban de esa causa sin sentido.


Desde la otra parte, me he atrevido hacerle esta sugerencia porque, me da la impresión, hay colectivos de víctimas que detrás de las exigencias de justicia están pidiendo venganza. De esa forma se sigue dando alas a los que no quieren reconocer sus errores y sus horrores, y eso se está viendo actualmente con la utilización que está haciendo de la dichosa excarcelación. La venganza resulta ser al final un boomerang imposible de controlar. El verdugo puede vivir esa venganza como una agresión que le reafirma en sus convicciones y le sigue aportando razones para dar validez a lo que hizo. Y es que la venganza en vez de cauterizar cronifica y deja abierta las heridas, tanto las suyas como las de ellos. Este tipo de heridas se mantiene abiertas y supuran odio. El odio se puede extender por generaciones y así no se puede llegar a una convivencia ciudadana normalizada, que es lo que más necesitamos en momentos difíciles como éstos y lo que se merecen que les dejemos de herencia las nuevas generaciones.


Por todo ello es por lo que me he atrevido a hacerle esta sugerencia. En este país se han tenido que hacer otras reconciliaciones y, aunque hayan sido más o menos dolorosas, han resultado positivas para el bien de la mayoría. Creo que ahora es el momento de ir preparando el camino de ésta que nos ocupa. A pesar de que sepamos todos que la consecución va para largo, es imprescindible empeñarnos todos en que no sea imposible.


Gracias por su atención.


miércoles, 29 de agosto de 2012

CABO BILLANO, paisajes y recuerdos

En uno de estos días de verano nos decidimos, María y yo, a pasar el día perdidos por alguno de los parajes de nuestra Bizkaia. Elegimos dar un buen paseo por la zona de Gorliz y completarlo con el correspondiente chapuzón en la playa, aunque acabamos en el muelle de Astondo. Elegimos subir al faro de cabo Billano y regresar bordeando los acantilados. Un paseo precioso del que doy fe en el gif que adjunto. Después de llegar al faro bajamos a ver las ruinas y los restos de las baterías de costa que usaron en la guerra para defender la entrada del puerto de Bilbao de los ataques del Canarias y de las fuerzas navales franquistas. A la vez protegían a los bou. Aquellos bacaladeros disfrazados de barcos de guerra con unos cañoncitos y tripulados por unos marinos intrépidos capaces de jugarse la vida y dispuestos a hacerle al enemigo las jugarretas más inimaginables, siempre al borde de lo imposible.Dieron una lección de pundonor, de valentía, de saber marinero, pero, sobre todo. demostraron que creían en una causa y estaban dispuestos a todo por ella.

Contemplando aquel pedazo de cañón, mejor dicho, sus restos oxidados y maquillados por los grafitis, recorriendo las galerías del bunker  que conectaban las baterías entre sí y viendo las oficinas de mando, me ha dado por pensar en aquellos gudaris que se jugaron todo por su causa. Suelen resultar peligrosas esas causas que implican perder la vida en su empeño. Puede que aquella fuese muy clara, o todo o nada, si pasan estamos perdidos. Sin embargo hoy en día nos estamos acostumbrando a otras causas de tipo fundamentalista, misticoides o similares en las que también se juega la vida, propia o ajena, de forma real o simbólica. Y es que toda causa que merezca la pena puede que nos cueste esfuerzo, renuncias e, incluso,sufrimiento pero tiene que ser para dar más vida no para truncarla o para quitarla. 

martes, 7 de agosto de 2012

EL PUENTE COLGANTE DE BIZKAIA

A falta de salidas montañeras quiero traer hoy otro magnífico paseo que recomiendo a paisanos y foraneos. A finales de julio María y yo nos decidimos por fin a subir a la pasarela superior del Puente Colgante y pasar andando desde Portugalete hasta Las Arenas. Fue una experiencia muy interesante por el magnífico espectáculo que se disfruta y por lo seguro que es el paseo. Para mí supuso también una vuelta a mi infancia y recordar cómo funcionaba entonces. Hoy traigo a mi blog una selección de las fotos que sacó María en forma de gif. Ya llevo varias veces explayándome con consideraciones sesudas y en esta toca paisaje.


¿Qué estamos haciendo?

¿Su hija sale así de casa?
El sábado pasado, según bajaba hacia el polideportivo para mi sesión de natación, me fui cruzando con varios grupos de quinceañeras ataviadas para fin de semana, con ademanes ad hoc y en dirección a los lugares habituales de botellón. Algunas se tambaleaban sobre unos tacones kilométricos lo que colaboraba a hacer más grotesca su imagen. Otras iban hablando a gritos entre risas histéricas o pegando voces a móvil diminuto. Iban, eso sí, pintadas hasta las orejas y la gran mayoría se tapaban algo con unas minifaldas tan minis que se podía ver perfectamente el tanga, y lo que éste no puede tapar, al mínimo movimiento.

Para mí no se trata de moralizar o de echar discursos apocalípticos sobre a dónde vamos a parar, esta juventud podrida... y cosas así. Sin embargo, dentro de mi perplejidad, me asaltan un montón de preguntas. Por ejemplo, ¿Qué necesidad tienen estas adolescentes de disfrazarse de putas baratas y de ponerse de alcohol, o de lo que sea, hasta la vomitona para decir que se lo han pasado bomba? ¿No les hemos transmitido nada más interesante y sano para que creen su forma de divertirse? ¿Si no se lo ha transmitido la familia, dónde lo han aprendido? ¿No pueden las familias contrarrestar esos otros transmisores invisibles de su medio ambiente? ¿Quién les ha comprado semejante vestimenta o les ha dado dinero sin mirar en qué lo gastaban? ¿Les han visto salir de casa con esas pintas o han mirado para otra parte por aquello de la paz en casa, mejor no tener una bronca? ¿Igual les han dicho que van rompedoras y cosas así? ¿Podemos considerar estos fenómenos como indicadores del nivel cultural y de buenas notas de una parte considerable de nuestros jóvenes? Y suma y sigue poniendo preguntas.
¿Sabe si su hija cuelga cosas así en internet?

Es muy fácil argumentar que cabezas locas las ha habido y las habrá siempre y en todas partes, pero creo que estas cabezas locas a las que me refiero van bastante más allá de lo anecdótico, tanto por su cantidad como por lo que se ve en los mundillos juveniles. Las considero como alarmas rojas que nos están saltando a la cara y nos están avisando de que algo no hemos hecho bien, porque las nuevas generaciones, como todas las anteriores, son en parte muy importante producto de las que les han antecedido. Si la familia ya no educa porque se ve superada, si la docencia ya no sirve para educar porque cada día se minusvalora más al profesorado, si las iglesias tampoco lo pueden hacer porque cada vez son menos los feligreses, si a los que dirigen la política solo les importa  la educación como un tema más de su programa electoral... ¿Quién educa entonces? ¿Se educan los menores entre sí o viven en un mundo irreal manipulados por todo un sistema endiablado? ¿Es válido permitir que ahora los jóvenes vivan en la inconsciencia más absoluta porque luego ya tendrán tiempo de ... ? ¿Quién les está preparando para ser conscientes de todo lo que les viene encima y para que tengan una preparación que les capacite para afrontarlo? Sinceramente, veo que esto pinta cada vez peor y muy de prisa. De ahí mi pregunta inicial que viene a ser como echarse las  manos a la cabeza diciendo "Dios mío ¿Qué estamos haciendo?"

viernes, 3 de agosto de 2012

..y luego, qué?

He oído por la radio una estadística curiosa que me ha llamado la atención. Parece ser que entre los jóvenes de hoy cada vez son más los que declaran que no quieren tener hijos. Me ha parecido graciosa porque me muevo en unos ambientes en los que tienen hijos precisamente aquellos que nos los han buscado, o sea los padres y madres adolescentes, y, por lo que yo conozco, son unos cuantos. Me temo que esos peques van a depender más de las abuelas que de las madres, si tienen suerte. En realidad me ha llamado la atención por lo grave que me parece y porque considero una simpleza que la noticia se  relacione exclusivamente con la crisis actual. Ante las dificultades económicas que se prevén, lo difícil que está el trabajo y no hablemos de la vivienda, el personal joven se ve obligado a sobrevivir ya sea al amparo de sus progenitores, ya sea en plan de la exigua autonomía que permite el mileurismo imperante. No niego que ésta sea una razón de peso, pero por muy fuerte que sea la crisis no creo que suponga el cataclismo final. Hubo otras generaciones que pasaron una posguerra de familias destrozadas, de miseria y de hambre y aquí estamos nosotros.

Me parece que en el fondo de esta cuestión hay otros factores añadidos que se ocultan tras la magnitud evidente del problema económico. Por una parte, intuyo que está el imaginario que ha podido quedar en esta generaciones de lo que supone criar a un hijo y, no digamos a una hija. Son generaciones provenientes del que no les falte de nada, de nadar entre regalos y juguetes, de pedir por esa boquita y que no dé más guerra. Lógicamente no han podido dar aún el paso de la sociedad del gasto a la situación actual que no deja otra alternativa que apretarse el cinturón y medir el céntimo. Tiene que ser impensable para estos jóvenes pretender criar a los hijos actuales con el mismo  nivel de gasto que tuvieron ellos. Y, si se decidieran a hacerlo, conllevaría otra dificultad añadida, que si tienen hijos no les quedaría otra que renunciar a su ritmo y a su nivel de vida, cosa difícil de encontrar en estos mementos ya que lo de las renuncias en entran en las categorías habituales de sus ambientes.

Por si esto fuera poco, creo que no descubro el Mediterráneo si señalo otro factor muy extendido en los adultos jóvenes o jóvenes sin más. Existe un miedo acerbo al esfuerzo y al compromiso o, como suele decirse, nadie se quiere atar o pringar. Claro que en el plan en que se establecen las relaciones hoy en día es fácil romper o deshacerse de la otra parte de la pareja, sobre todo si se ha optado por lazos de conveniencia o de simple a ver qué pasa. Sin embargo un hijo es para siempre y eso se piensa más de dos veces, si es que se trata de alguien acostumbrado a pensar. 


Lo que no se tiene en cuenta son las consecuencias que se pueden ir acumulando a raíz de decisiones propiciadas por este contexto o cultura. Con el paso inexorable del tiempo empiezan a hacer su mella la soledad o el hastío que  provocan manías, rarezas... a los que se intenta camuflar con discursos ideológicos y con costumbres mas o menos extravagantes. A un nivel social ya se empieza a notar que se va mermando el relevo generacional, lo que implica falta de vida, envejecimiento de la sociedad y, siendo egoístas, hasta escasez de quien cotice en el futuro para poder cobrar la jubilación. Es una pena que por miedo al esfuerzo o a la responsabilidad se renuncie a tener hijos porque solamente se tienen en cuenta  los que esa cultura de hoy considera aspectos negativos. Así se renuncia también a toda la vitalidad y a las alegrías que nos aporta sentir una nueva vida que crece y al sentido que pueden dar a nuestra vida, aunque, a veces, tengamos ganas de tirarlos por la ventana.

martes, 17 de julio de 2012

Del recio acero vizcaíno

Antiguas oficinas de AHV donde trabajó
Hoy he asistido al funeral de un tío segundo mío. Angel Mª Nieva Agirregomezkorta. Un hombre cabal de los pies a la cabeza, que hacía honor a aquella definición que hizo Cervantes de los vizcaínos: corto en palabras pero largo en hechos. Algunos no han nacido para predicar pero sí para dar trigo y Angel dejó un granero bien nutrido. Para mí ha sido de esas personas a las que me gustaría parecerme, aunque nunca podría ser como él en muchos aspectos, porque pertenece a ese grupo de imprescindibles sin los que el mundo sería aún peor. Como educador que soy y metido en programas para evitar los fracasos y los abandonos escolares, siempre me ha preocupado que personas de su talla humana pasen inadvertidas a no ser para los más cercanos. Han sido un regalo de la vida, pero la historia, o los que la escriben, no les hacen justicia porque ni han declarado guerras, ni han sido millonarios, ni afamados artistas o deportistas.... Hoy en día el ideario de la mayor parte de los menores y de sus progenitores está lleno principalmente de este tipo de figuras o, simplemente, de las que salen en la tele. Sin embargo, lo que más necesitamos aquí es que entre las nuevas generaciones surjan descendientes que recojan el testigo del temple y del espíritu de Angel, aunque no sean de su sangre. 

Era una persona que no ponía por medio en sus relaciones el color político de los demás ni sus creencias. Siempre le he conocido trabajando incansable incluso después de haber sufrido las operaciones de corazón. Me llamaba la atención el detalle que ponía en todo y su paciencia para soportar las dificultades que se le planteasen. Tenía la manía de querer mejorar todo, aunque lo hubiese hecho él mismo, de hacer cosas nuevas donde hiciera falta. Siempre he admirado su gran sentido de la solidaridad, porque estaba dispuesto en cualquier momento para ayudar a todos los que viese con necesidad o para colaborar con las organizaciones  o asociaciones dedicadas a la promoción de los necesitados. Creo, además, que su familia va a notar profundamente su ausencia, aunque ya preveían el final. Formaba con Ana Mª una pareja inseparable y era todo atenciones con sus hijos y con sus nietos. En su parroquia le han llorado tanto como en su familia por su colaboración, por su dedicación incondicional y  por el espíritu que transmitía. Mira por dónde él hacía bueno aquello de que a la Iglesia no hay que darle dinero, porque uno de sus principales afanes era conseguir la autofinanciación de la parroquia.


Visto desde ahora, me parece que la vida y los actos de Angel Mª resultan un compendio de buena gente, solidaria, disponible, trabajadora, creativa, constante, paciente, respetuosa, cariñosa... Todo ello aliñado con una sencillez sorprendente y con una fe profundamente arraigada. Supongo que sus defectos y sus manías, como las de cualquier mortal, quedarán encerrados en el escobero de su casa hasta que desparezcan debajo del polvo del olvido. Al asistir a su funeral me ha quedado la impresión de que nos estaba pidiendo que esos granos que atesoró no queden sin germinar. Por mi parte, me gustaría llegar, en lo que me quede de vida, al nivel del listón que dejó, lo que resulta ser un desafío fuerte, de esos que nos impulsan a seguir creciendo  en lo que importa, aunque físicamente no nos toque ya más que decrecer. Habrá que ponerse a ello.

miércoles, 11 de julio de 2012

Teología rupestre

Hemos estado María y yo visitando la cueva de Monte Castillo en Puente Viesgo. Una cueva como otras tantas con sus figuras caprichosas de estalactitas y estalagmitas, con columnas impresionantes y figuras retorcidas. Pero ésta tiene un tesoro, para mí al menos, incalculable, sus pinturas rupestres. Algunas son del magdaleniense, tienen solo(!!) 12.000 años. Las del fondo de la cueva datan de 43.000 años atrás. Para llegar hasta esa sala santuario, como la llaman los guías, ahora se baja por pasillos señalizados e iluminados con escaleritas y pasadizos preparados. En aquella época solamente los iniciados podrían conocer los intrincados pasos, algunos a rastras, que daban acceso a las zonas reservadas y con la sola iluminación de antorchas u otros artilugios de luz fabricados con grasa de animales. En ellas nos han dejado pinturas que son símbolos de algo que nosotros no podemos llegar a descifrar, pero que ese algo resultaba ser vital para ellos.


Nos cuentan también que era habitual en toda esta época que se celebraran reuniones en estas salas. No sabemos si eran rituales u organizativas, o de otro tipo, pero se daban en los lugares donde estaban las pinturas. Las que teníamos delante eran las típicas manos en negativo, los bisontes en diversas posturas y aprovechando las formas de las rocas y, lo que parece que nunca falta en lugares similares a éste, unos signos abstractos que, según nos explicaban, suelen ser identificativos de cada grupo. No nos dejaron ver el dibujo del mamut, por razones de conservación, que estaba al fondo de un intrincado pasillo plagado de puntos continuos. Reconozco que me sentí muy impresionado viendo los autógrafos de aquellos antepasados de la época de la glaciación y, más aún, por las respuestas que nunca se sabrán responder por más que se especule sobre ellas ¿Qué buscaban detrás de esos dibujos? ¿Podrían ser figuras totémicas para proyectar en ellas su deseo de ser fuertes y combativos como el bisonte, rápidos y ágiles como los caballos o poderosos como el mamut? Según el guía explicó, parece ser que los dibujos no tienen nada que ver con las necesidades básicas de alimentación o vestido, o sea, que son simbólicas y, por tanto, responden a otras necesidades típicas de los humanos, en este caso de los homo sapiens sapiens.


Me he quedado dando vueltas a esos símbolos, tanto de los animales como de las manos. Creo que recogen unos elementos básicos para entender al ser humano más allá de la época en la que le haya tocado vivir.  Ante todo necesita una referencia básica que le aporte una identidad y que le ayude a encontrar un sitio y un sentido a su vida. Al mismo tiempo en ellos se refleja la necesidad de poder compartir la vida con otros seres humanos sintiéndose unidos por lazos profundos. La soledad hoy en día puede suponer una muerte en vida pero entonces suponía la muerte sin más. En un paso más, también encontramos que queda patente la compenetración con los demás seres vivientes y con la naturaleza, por muy adversa que creamos que era para aquellos moradores, vista desde nuestra era. Hay otro dato que no quiero pasar por alto. El hecho de que estas cámaras ocultas se encuentren en lo más profundo e intrincado de la cueva puede hacernos comprender que el ser humano necesita espacios íntimos aislados de la vorágine y el trajín del día a día. Necesita encontrarse recogido en un seno más profundo en el que se encuentre a sí mismo y en el que pueda expresar sus sentires más íntimos.


Quizás se haya reducido el inicio de las religiones o de las creencias a la necesidad que el ser humano ha tenido de siempre de defenderse de las fuerzas que no entiende o no domina, recurriendo a seres supremos más o menos objetivados. En realidad el encontrar sentido a la propia vida, el sentirse unido y solidario con los semejantes, el entenderse una parte de la naturaleza y de todos los seres vivos, el ser capaz de ir más allá de los propios límites y crear vidas nuevas... eso sí que son las necesidades a las que se tiene que dar respuesta desde las religiones, los humanismos o las creencias populares. Puede que en estos momentos estas cuestiones sirvan a la vez de banco de prueba para verificar si éstas proporcionan repuestas a este tipo de necesidades profundas del ser humano, sea creyente o no, o si se mueven en otras esferas de poder o de supersticiones. Y, por otra parte, tendríamos que preguntarnos si el nivel de bienestar o de felicidad de estos antepasados era inferior al nuestro, solo porque estamos más desarrollados o tenemos más recursos para dominar la naturaleza.



lunes, 25 de junio de 2012

Ya quedan pocas

De un tiempo a esta parte he cambiado de piscina y bajo al polideportivo de Lasesarre a nadar. En la parte que da a la calle Murrieta pusieron de adorno unos abedules formando matas de tres en tres y haciendo como tiestos en medio de la acera que es muy amplia. Han logrado un efecto muy curioso porque no han podado las ramas bajas, como se hace ordinariamente para que no molesten a los viandantes, y así parece que te sumerges en un bosquecillo según vas andando. Es como si se crease un "microambiente" porque se pierde por un momento la visión del resto de la calle.

Al abrigo de una de estas matas de abedules he observado en los días de sol a un grupito de comadres que, estratégicamente situadas, se resguardan del sol, se ocultan a las miradas de los viandantes o de los vecinos y buscan la fresca del airecillo que viene de la ría del Galindo. Todo un cuadro que puede transportarnos, al menos a mí, a los portales del sur o a los tiempos de mi infancia cuando se vivía en la calle tanto como en casa. Allí están, siempre las mismas, unas buenas damas entradas en años ya y en carnes. Sentadas en sus sillas desplegables de camping o de playa, cada una está a su labor y todas a la misma charla, que transcurre monocorde y tranquila. Solamente despegan la vista de las agujas para hacer que recuerdan algo o para fijarse en alguien que les ha saludado. Una buena manera de echar la tarde, mientras se hacen labores y se toma el aire en lo mejor del sol, se pasa revista a  los acontecimientos, a los dimes y diretes de la tele, o del vecindario, o de la familia y de todo aquello que se prevea que va a suceder porque ellas ya han visto mucho y han vivido más y se lo ven venir casi todo.
La tertulia en la plaza en los años 70

A mí esta escena, además de transportarme, me enternece. Estas mujeres no han nacido aquí y aún no han perdido el deje de su tierra. Llegaron en su día a buscar un futuro para ellas y para sus hijos. Tuvieron que montar una familia de la nada a base de trabajar de lo que fuera necesario además de lo que el marido pudiera sacar. Ahora ya no tienen obligaciones y hacen lo que les gusta y lo que saben hacer. Con esas cosas sencillas saben disfrutar de su tiempo, de sus amistades y, además, conservan esas costumbres antiguas que irán desapareciendo al mismo ritmo que ellas. Toda una lección para los excesos de hoy en día. Yo las miro con disimulo pero con la conciencia y la inquietud de ser testigo de un vestigio que se apaga y que fue el modus vivendi de aquellas generaciones anteriores que, procedentes de todos  los puntos cardinales de la península, formaron el mosaico policromado del Barakaldo de mi infancia.

martes, 19 de junio de 2012

Las religiones, ni conmigo ni sin mí!

En Quintanilla, con eso del Corpus, ha habido una primera comunión. Es una población minúscula en un pequeño municipio de las Merindades, en la que una minúscula niña se ha sentido más grande y más importante que nunca y, a la vez, centro de atención no solo de su familia sino del entorno, porque la celebración que más abunda en esos andurriales es la de los funerales. Por una vez en cuatro años hay una primera comunión, una vida nueva que viene por detrás y eso hay que celebrarlo por todo lo alto, una vez más a través de una disculpa religiosa. Las religiones han servido hasta hoy para muchas cosas, aunque no creo que sean las que teóricamente les correspondan como propias. Nos han acompañado desde nuestro nacimiento, con la cosa del bautismo nos recibió y reconoció la familia. Luego ha ido marcando la mayoría de edad, ha sacralizado el carácter de los enlaces matrimoniales para asegurar su consistencia y aún hoy sirve, cómo no, para decir el último adiós con cierta dignidad y reconocimiento a los que nos dejan. 


Todas estas celebraciones se podrían hacer fuera del contexto religioso. Sin embargo, son minoría los que no celebran el funeral de los familiares en la iglesia o los que se atreven a que sus hijos se queden sin bautismo o sin primera comunión por muy ateos que se proclamen. En otro orden de cosas, las religiones también han servido para transmitir cultura y enseñanza, para iniciar los servicios sanitarios a la población más desfavorecida, para promocionar a pueblos del tercer mundo... Claro que en las sociedades actuales todos estos servicios se han ido asumiendo como obligaciones de los estados y, a la vez, se han ido formando asociaciones laicas, fundaciones y ONGs que están asumiendo las tareas de promover la solidaridad y gestionar los fondos de promoción. Sin embargo, aún hoy en día hay pueblos y naciones enteras para los que una determinada religión es una seña más de su identidad nacional. En otros la cosa va más lejos, la religión rige el funcionamiento social y político, aunque a nosotros los occidentales nos parezca propio del medioevo. También hay que contar la otra cara de la moneda. Las religiones han servido para justificar guerras y han cometido verdaderas atrocidades e incluso genocidios en nombre de sus creencias. Han estado también al servicio de los poderosos y han frenado el progreso en más de un época.


 En realidad todas estas funciones sociales y políticas del carácter que sean, a mi modo de entender, no son la misión auténtica de las religiones. Detrás de todas ellas se ha quedado la función fundamental tapada, desvirtuada y, no pocas veces, perseguida por las jerarquías dominantes. Todas las corrientes laicistas y el creciente número de agnósticos de la sociedad actual puede que estén haciendo un gran favor a las religiones, porque poco a poco les van a ir desmontando su tenderete y su poder. En la medida en se queden desnudas sin poder y sin influencias sociales, cuando ya no pinten nada sus proclamas dogmáticas y sus imposiciones morales, puede que se encuentren en mejor situación para realizar la misión que las da sentido: ofrecer a la persona humana un sentido para su vida y para su muerte, hacerle sentir parte de la creación y agente creador de más vida dentro de ella, compartir la propia vida con los demás seres como iguales y sentir la plenitud del amor. Será entonces cuando tenga sentido decir Dios, Alá, Yahveh, El Gran Espíritu... o simplemente la madre Naturaleza.

miércoles, 6 de junio de 2012

La enseñanza pública y sus problemas

En esta época de recortes o de desmantelamientos de los servicios públicos parece que la enseñanza pública es una de las principales víctimas de las drásticas medidas que se están imponiendo. Para mí la enseñanza pública se parece mucho a la iglesia católica en un aspecto, que siempre va por detrás de los avances técnicos o de los cambios sociales. Es por ello que me la imagino como un edificio de estilo antiguo con estructura de madera, solo que sus vigas son de pino. Esta madera no es tan dura como el roble o el tejo que se usaban antiguamente pero puede servir. Claro que tiene un problema preocupante pues resulta que la ser tan blanda es uno de los pastos preferidos de las polillas y de las carcomas. Es verdad  que a la enseñanza pública le están cayendo encima numerosos problemas por la situación económica, por las ideologías políticas poco dadas a fomentar lo público, por la complejidad del entramado administrativo del que depende... Sin embargo esas vigas podrían aguantarlos. En peores situaciones se vieron los abnegados maestros de la república para hacer llegar la instrucción a las zonas con mayores índices de analfabetismo y consiguieron unos logros importantes. Entonces nos podemos preguntar si hoy la enseñanza pública va a ser capaz de sobrevivir a tan malos augurios como se avecinan para conseguir realizar su función social y educativa.

Llegados a este punto descubrimos que hay otro tipo de problemas que no provienen ciertamente del exterior del ámbito escolar. Es muy fácil señalar enemigos externos o aprovecharse de sus actuaciones para tapar los déficit, las incompetencias, las despreocupaciones y otras lindezas por el estilo que se dan en su seno. A nadie se le escapa la cantidad de materiales que se desechan en no pocas escuelas o el escaso cuidado que se tiene del mobiliario... porque, como es de todos, nadie se considera el responsable directo de su control y todo se puede arreglar con nuevos pedidos. Es ya un clamor, que por desgracia se toma a guasa y es para llorar, que los alumnos, incluso los más pequeños, saben arreglarse mejor que sus profesores con las nuevas tecnologías. Lo más lamentable es que haya profesionales de la enseñanza que aún pretenden quedarse en el boli y el cuaderno pasando de ponerse al día, cuando son  los principales responsables de preparar a sus alumnos para que estén capacitados en hacer frente a las exigencias del siglo XXI. Hay cosa que siempre nos han molestado a los padres y madres, como que los horarios, las actividades o los programas se hagan en muchos centros escolares en función de los intereses o de la comodidad del profesorado sin tener en cuenta la prioridad de los objetivos pedagógicos a lograr por el alumnado. A todos nos ha tocado torear en la escuela con maestros o profesores vocacionados que disfrutaban con su labor y con otros que estaban amargados porque no les quedaba otra que dar clase y lo único que querían era no tener problemas. Otro incremento alarmante es el de profesionales de la enseñanza que se dedican a lo suyo y no quieren bajo ningún concepto asumir responsabilidades ni comprometerse más allá de lo estrictamente estipulado. 

Y podríamos seguir enunciando otros temas similares, como las divisiones y los enconamientos en los claustros, el menosprecio a los alumnos con problemas... Es verdad que las decisiones que se están tomando con las políticas actuales son el mayor de los problemas. Mi preocupación es cómo se van a sobrellevar para que la enseñanza pública no acabe hecha un fiasco si las vigas maestras de su edificio están carcomidas por esas polillas que se han metido en la enseñanza solamente para vivir de ella. Quiero esperar que aún quede tejido sano suficiente en esa estructura para soportar la que nos viene encima y para que, a pesar de las penurias que se prevén, se garantice un mínimo de dignidad y de eficacia en el servicio al alumnado dentro de la enseñanza pública.

domingo, 27 de mayo de 2012

La modernidad se ha ido, nadie sabe... o sí?

Estatua de Antonio Miranda el indiano que donó su fortuna
para los ancianos sin hogar de su pueblo y da su nombre a la
fundación que sostiene la residencia
Hoy he estado con mi madre para bajarle a misa, como casi todos los domingos, y después aprovechando el tiempo primaveral la he estado paseando por el jardín de la residencia que estaba precioso repleto de flores y de olores frescos. Antes de empezar la misa, la última hermana de la caridad que queda se ha despedido de los asistentes de manera personal, aunque ya lo sabían todos, porque le ha llegado la hora de la jubilación. Ejercía desde hace años de asistente social y, según he podido comprobar a lo largo de estos años, con solvencia y con entrega. Además de los papeleos y demás funciones oficiales, era como el alma de la residencia, organizaba fiestas, atendía personalmente a todas las personas que entraban, animaba las misas, y parece que en eso va a seguir. Al principio de año se jubiló también el gerente que era el que había puesto en marcha la residencia en el año 72. Entonces era un joven perteneciente a movimientos cristianos y parece que ha acabado muy cansado porque a la hora de tomar decisiones difíciles se lo pensaba demasiadas veces. Otros en su lugar hubiesen ido de importantes y de mandamases pero él siempre ha sido cercano y atento con los usuarios y sus familiares.

Mi madre está nerviosa y quizás mucha más gente de la residencia. A su edad el perder referencias de figuras que les han dado seguridad es preocupante y puede acarrearles inseguridad o desconfianza. El aplauso que le han dado los residentes cuando la sor se ha quedado sin voz por la emoción ha sido significativo. Ama me ha estado contando chismorreos que escucha a las auxiliares que les atienden y en la revista de la residencia he podido ver las entrevistas y las informaciones de las personas que van a ocupar en adelante esos cargos. Ahora se tendrán que encontrar con señores encorbatados y un tanto almidonados que no tiene que ver nada con ellos personalmente pero que van a estar decidiendo sobre sus vidas a través de decisiones que se escapan a las entendederas del anciano personal residente. Hacen cálculos económicos para ajustar partidas, aplican ratios para deshacerse de parte de la plantilla, quitan y ponen, suben cuotas o reducen atenciones desde su escalafón sin que les tiemble la mano ni preocuparles lo que puedan pensar o necesitar los residentes, que en todo caso no dejan de ser para ellos unos viejos pesados y quejicas, aunque eso no se pueda decir en alto.

Este hecho me ha servido de referencia para fijarme en algo concreto donde se puede experimentar el cambio de cultura o de era como gusta decir ahora. Ejemplos como ese los vemos también en otros campos. Cada día se echan más en falta a esos maestros y maestras, o profesores vocacionados que se entregaban a su trabajo con todo su empeño. No es que hayan desaparecido, sino que se van jubilando y muchos de los que vienen detrás llegan con otro tipo de intereses o de perspectiva. Lo mismo sucede en otros terrenos como los servicios sociales, en la sanidad e incluso en ciertos estamentos eclesiales. No hablemos ya de la casta de los políticos o de los sindicalistas, terreno donde la burocracia campa cada día más a sus anchas. Y así podríamos enumerar más campos en donde se puede comprobar que la tendencia de la sociedad en este cambio de era camina desgraciadamente en esta dirección.

Si esto pasa a nivel doméstico no nos vamos a extrañar de lo que está pasando con las propuestas que se están dando a nivel mundial a propósito de las soluciones a la gran crisis económica. Unas cuantas entidades oscuras y abstractas, escondidas tras la careta del indispensable dinero, son las que echan cálculos, ajustan cuentas, deciden quién sobra y qué no hace falta y lo aplican caiga quien caiga aunque sea una nación entera, siempre que no afecte a sus ganancias.Ya nos dijeron que la modernidad había quedado atrás con sus grandes discursos e ilusiones utópicas y que ahora venía la posmodernidad y la era de la información con la exaltación del individuo y esas cosas de la aldea global. Tomamos nota en su día y nos lo creímos a nivel intelectual, pero nadie nos explicó cómo íbamos a experimentar el cambio. Y ahora nos vamos dando cuenta de que en estos jardines están despareciendo las flores, porque no hay manos que las cuiden o las repongan, y en su lugar abundan los hierbajos porque solamente cuentan para su cuidado con máquinas programadas para dar automáticamente el riego en el tiempo previsto y con la cantidad ajustada a los presupuestos. 




sábado, 19 de mayo de 2012

Cada cosa a su tiempo

El pasado día 12 de mayo se celebraba el día internacional del mercado justo. Para celebrarlo las ONG que se dedican a ello pusieron unas carpas en el Arenal bilbaíno para exponer sus productos conjuntamente y para invitar al personal paseante y demás curiosos a degustar productos típicos, como café de Colombia, mojitos cubanos o té berebere. También tuvimos que responder a las preguntas que los grupos de chavales nos hacían para rellenar una serie de fichas. Se trataba de actividades organizadas para sensibilizar a los pequeños. María y yo cerramos los turnos en el stand de la Fundación Vicente Ferrer, aunque también colaboramos en las ventas de los que estaban al lado. Me siento bien participando en estas iniciativas de venta de productos artesanales, porque así colaboro en dar vida a unas mujeres que estaban destinadas a malvivir y a morir abandonadas por delitos como éstos: haber nacido mujer en la India, pertenecer a la casta de los intocables y, por si fuera poco, ser discapacitadas. Es un pequeño gesto que en sí no tiene mayor transcendencia, pero lo importante es que no está aislado sino que pertenece a un engranaje solidario que va más allá de nuestra vista hasta llegar a la India. Uno siente que colabora en crear pequeños espacios de vida y que se los roba a la injusticia globalizada que está fagocitando el mundo sin dejar resquicio alguno a la esperanza.

A eso de las 8 de la tarde comenzaron a llegar los indignados y se fueron concentrando en la plaza del Arriaga. Desde nuestro puesto se escuchaban, aunque no se entendían las palabras, los discursos y las arengas contestados con entusiasmo por los asistentes entre slogans, aplausos y tremendas pitadas. Claro que tenía ganas de participar en ese acto, pero seguí en mi sitio y le dejé a una compañera joven que se fuera. Estoy de acuerdo en que hay que mantener ese rescoldo de protesta porque siempre será un caldo de cultivo que pueda dar llamas auténticas en generaciones futuras. Creo que debe permanecer como un movimiento de protesta y de denuncia, no tiene por qué dar alternativas políticas ni económicas. Su función es ser, por una parte, el pepito grillo de los políticos y de los magnates de las finanzas y, por otra, un despertador que no permita que la gran masa silenciosa siga convertida en un rebaño dócil y resignado. 

Si hubiese tenido en estos momentos 30 años menos estoy seguro de que ni me hubiese enterado de que por allí había unos puestos pidiendo solidaridad. Estaría metido de lleno en la movida de la protesta y, me temo, que no muy lejos de los micrófonos. Pero da la casualidad de que no tengo esos años de menos por lo que creo que el día 12 estuve en mi sitio, sin que por ello renuncie a sentir y a compartir lo que se decía y se reivindicaba en la manifestación. De ahí el título, en este tiempo de mi vida tengo que poner mis cosas y mis acciones en el lugar que les corresponde, aunque no sea tan destacado o arriesgado como en otros tiempos. Eso sí, seguiré dando testimonio de mi fe y de mis convicciones aunque sea en pequeñas acciones desde un contexto de retaguardia, como parece que nos va imponiendo el inexorable desgaste de los años.

miércoles, 9 de mayo de 2012

DÍAS DE MONTE 5

Como se nos han interrumpido las salidas al monte por los exámenes de mi concienzudo compañero, que como trabaja y estudia a la vez no le queda más remedio que apechugar los fines de semana, voy a traer al blog, a modo de consuelo, la última salida que compartimos en marzo.Resultó ser otro día de oxígeno y naturaleza en estado puro, aunque al final tuvimos que darnos prisa porque amenazaba lluvia.

Subimos al Belatxikieta, bordeamos la impresionante olla del lugar llamado Galdara dirección al Mugarra.Al llegar a un pequeño collado nos desviamos a la derecha hasta alcanzar la cumbre del Urtemondo, que es el más alto de la zona. Al descender optamos por completar la circunvalación del Galdara para regresar al punto de partida. En el bocata se remolinó el viento y comenzó a gotear, así que corriendo para abajo.

Es una zona kárstica con rocas desiguales y cortadas a cuchillo, todo un paisaje de tipo lunar, en el que reina un silencio sobrecogedor que de vez en cuando interrumpe un canto de pájaro, o un graznido de cuervos porque en semejante depresión casi ni entra el viento. Cuando estás metido en ella te crees que has ido a otro planeta.Hemos dejado de visitar algunas cumbres para que nos queden ganas del volver otra vez ya que el sitio lo merece.



lunes, 7 de mayo de 2012

La señora presidenta se suelta la melena

La señora Aguirre se despachó a gusto en el congreso del PP madrileño. No tiene pérdida tanto los despropósitos que dijo como la forma y el tono chulesco y prepotente con que lo dijo, que, por otra parte, es marca de la casa. Es de agradecer que ocasiones como ésta estén presentes las cámaras porque, aunque a ella le interesa que le vean sus huligans para levantarles el espíritu guerrero, también nos permite a los demás contemplar cómo se quita la máscara. Desde su absolutismo parlamentario poco menos que pidió que quitasen a esa chusma de las calles y para qué demonios sirven ya los sindicatos si sólo saben degradar la imagen de España porque se dedican a montar algaradas. La gente que está manifestándose en la calle son obreros, señora presidenta, que están ejerciendo un derecho democrático a manifestarse pacíficamente y con los debidos permisos solicitados. A no ser que el ser obrero con el puesto de trabajo titubeando o parado sin recursos sea para usted sinónimo de chusma. Cuando los suyos un año tras otro por cualquier motivo salían por las calles vociferando, agrediendo, insultando a los gobernantes y enarbolando banderas e insignias franquistas o falangistas, no eran chusma sino buenos ciudadanos y estaban colaborando a dar una buena imagen de España para que los mercados confiaran en nosotros. Hace falta cinismo.

Esto solo fue empezar, luego tenía que venir la perorata de rigor sobre las medidas y reformas que son las que dicen ellos y nada más. Claro, que los demás partidos y esos sindicatos les han dejado solos porque son unos irresponsables, sobre todo los socialistas que dejaron el presupuesto hecho unos zorros y ya no hay Dios que lo enderece. Pero ante esta catastrófica situación, Esperanza marcó el camino claro para sacarnos de esta: la bandera nacional de España, todos unidos bajo la bandera. Más claro el agua: ordeno y mando, bandera, fuera sindicatos, fuera manifestaciones, fuera autonomías... ¿Qué le falta señora presidenta, llamar al ejército, armar a sus huestes para que sacudan el felpudo a los rojos e indeseables? ¿A dónde nos quiere llevar usted? A todo esto, nos llaman la atención por la subida de Le Pain en Francia o de los neonazis en Grecia, mientras tenemos aquí elementos del mismo pelo y, encima, gobernando.