domingo, 9 de diciembre de 2012

DÍAS DE MONTE 8

El día 6 optamos por acercarnos al Duranguesado. La climatología fue increíblemente buena, visto el tiempo de días anteriores. Recalamos en Mañaria, el pueblo de las canteras y base de múltiples ascensiones. Nos propusimos llegar al Leugane, 1008 mts de altitud, que es la cima más alta del macizo cárstico de Aramotz. Tomamos la pista de subida al collado del Mugarra y desde allí nos desviamos a la izquierda para seguir las señales que nos indicaba el plan que llevábamos. A todo esto apareció un montañero con pinta de ser avezado conocedor del terreno. Juanjo, en plan de saludo y para asegurarse de que íbamos  bien encaminados, le consultó el camino y nos dijo que de señales nada que había que ir por otro sitio. Siguiendo sus indicaciones anduvimos erráticos no sé cuánto tiempo por unos sitios  impracticables, como la mayor parte de esa zona, y acabamos llegando a ojo de buen cubero y subiendo a campo través. 
El corazón de roca de Bizkaia

Ya en la cima fue todo un banquete para la vista y para el espíritu, así que mereció la pena el esfuerzo, dado que es una ascensión sin tregua de 820 mts de desnivel. Además la cima está casi encima del pueblo lo que la hace que la subida resulte muy vertical durante todo el trayecto. Para bajar nos teníamos que orientar porque no podíamos volver por donde habíamos subido. A todo esto, encontré unas señales de la senda que habíamos abandonado por consejos del avezado. Pero hete aquí que aparece otro entendido montañero y Juanjo, como buen humano, vuelve a reincidir y le pregunta. El joven nos manda por la cara de Dima dando una vuelta de más de 6 kms y tan vertical como la subida, solo que con grandes posibilidades de dar con el culo en el suelo. Acabamos de barro hasta las orejas, algo más cansados de lo previsto pero muy satisfechos.