miércoles, 2 de mayo de 2012

POR AQUELLO DEL JUICIO FINAL

" Y entonces dirá a los de su derecha: venid benditos de mi Padre, recibid la herencia del Reino..." Este párrafo del evangelio de Mateo, más allá de su profundo contenido, ha servido para que muchos se equivoquen de perspectiva a la hora de situarse en la vida. Cuando el Señor se dirija a los de su derecha allí estarán los que estén a nuestra izquierda. Para mí este juego de palabras, más allá de la coña, tiene un significado importante por aquello de marcar los criterios que rigen la vida personal y el orden social. Depende dónde se sitúe cada cual, será de los que viven como propios los problemas y las carencias del resto o de los que se aprovechen de los mismos para vivir mejor. A estos últimos quiero dedicarles esta versión apócrifa, por llamarla de alguna manera, de la segunda parte del relato evangélico.

Y entonces dirá a los de su izquierda: apartaos de mí, malditos, al fuego eterno. Porque tuve hambre y no cumplisteis los planes que habías prometido de erradicarla de los países sin recursos, me despedisteis del trabajo con leyes injustas, me quitasteis las ayudas cuando estaba parado o me quedé sin dar de comer a mi familia. Porque tuve sed y me quitasteis el agua para mantener vuestros campos de golf y vuestra urbanizaciones de lujo, contaminasteis los acuíferos y no cuidasteis del planeta que os dejé en herencia. Porque era forastero y me tuvisteis sin derechos y sin papeles para poder esclavizarme, hicisteis leyes para recibirme o para echarme según os convenía. Porque estuve desnudo y encima me echasteis de casa porque no podía con la hipoteca. Porque estuve enfermo y me negasteis la seguridad social, me aumentasteis el precio de los medicamentos y me quitasteis servicios básicos para curarme. Porque estuve en la cárcel y me tuvisteis hacinado con programas de castigo sin importaros el por qué acabé allí ni procurar mi reinserción.

Entonces éstos dirán: ¿Cómo nos dices esas cosas, Señor, si sustentamos a la Iglesia, dimos donativos para Cáritas, seguimos sus normas aboliendo las leyes del aborto, negando el matrimonio a los homosexuales, eliminamos las asignaturas laicas de las escuelas y fomentamos los colegios religiosos más que los públicos?¿No te acuerdas de las manifestaciones que hemos organizado contra las leyes de los ateos e impíos que atentan contra la familia y la moral cristiana, de los recibimientos y ceremonias con que hemos agasajado a tu representante en la tierra? Y El entonces responderá: cuando lo hicisteis con uno de estos los más pequeños a mí me lo hicisteis.

Desconcertados ante la respuesta, consultaron inmediatamente a la jerarquía que les tranquilizó porque todo lo que habían hecho no contravenía el derecho canónico. Algunos llamaron también a las agencias de valoración y a sus brookers, y les informaron que la prima de riesgo había subido un punto y la bolsa había comenzado a retraerse a causa de declaraciones de este tipo. Después de todas estas pesquisas llegaron a la conclusión de que al Señor se le estaba yendo la pinza o se estaba contaminando de ideologías inconvenientes, lo que podría añadir un problema más la la delicada situación económica. Así que pusieron en marcha todos sus recursos para cerrarle la boca al evangelio y asegurarse que religión sí pero la de toda la vida que no se mete en política ni en economía. Hasta ahí podríamos llegar.