Por fin un rayito de esperanza en este desastre de mundo que se nos está echando encima. Dos mil quinientas cincuenta ciudades se han hecho oír en contra de Trump y de sus métodos dictatoriales. Ya es hora de que alguien en USA intente poner algo de sentido común en la vida pública de su país y, de paso, en el resto del mundo -porque este delincuente se cree el amo de todo- y que hayan sido los movimientos ciudadanos los que pretendan plantarle cara. Puede mandar al presidente ucraniano que le ceda terreno a Putin, sin más. Se monta un circo mediático en Egipto para gloria personal suya, no para que haya una solución justa en Palestina. Amenaza con arrasar Colombia a golpe de aranceles porque su presidente le ha plantado cara y le acusa de lo que está a la vista de todo el mundo, pero que nadie dice ni pío por si acaso.
Ya se empieza a hablar de un golpe en Venezuela y no digamos el rollo con España y el gasto militar para beneficio de la industria de guerra de su país. Primero amenazó con la expulsión de la OTAN -por mí encantado- pero no pudo ser y ahora quiere ponerle más aranceles que al resto de Europa, pero tampoco puede ser, como se lo hecho saber desde Bruselas. Eso sí se las arregla perfectamente para ampliar sus cuentas. Se reclama así mismo doscientos treinta millones de dólares, porque en su día reclamó al anterior gobierno esta cantidad porque el departamento de justicia había cometido la osadía de investigarle. Ahora es él mismo el que tiene que responder a su propia demanda, eso es no dar puntada sin hilo, que dirían las antiguas.
Es increíble que a estas alturas se pueda decidir e imponer los caprichos de una persona sin que nadie de los estamentos políticos diga algo en contra por si se enfada y arrea con todo. Es el matón del patio al que tienen miedo hasta los profesores y el resto de los alumnos huyen de él, excepto los cuatro pelotas de turno que nunca faltan. El problema nos va a ir afectando al resto del mundo porque todos los políticos de ultraderecha con ínfulas de autócratas se ven reflejados en este tipo y se sienten aupados por otros presidentes europeos de su cuerda, así como por los demás partidos europeos ultras que están sacando cabeza y comenzando a saborear las estadísticas que les sitúan cerca de la mayoría de votos.
A quien se le diga que en el país de la democracia perfecta, como se han vendido al mundo, estemos presenciando impotentes cómo un presidente del mismo desmantela las instituciones de su país, desbarata la globalización del mercado, sabotea a los gobiernos que no son de su cuerda usando hasta el ejército... Y mientras aquí nos las tenemos que ver con un gallinero perfectamente diseñado que va a acabar regalando a la ultraderecha el poder que está ansiando para seguir sus pasos. Espero que aquí también estemos a la altura de movilizar a la ciudadanía si algo semejante se nos viniere encima.


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