martes, 28 de octubre de 2025

Lauro

 


Sanqueremos el lunes 27 de octubre, esta vez 22 en marcha. Víspera nos habían amenazado de nuevo con tiempo revuelto pero un lunes más tuvimos suerte. El día amaneció frío y un tanto sombrío pero con las horas el sol fue tomando protagonismo. El camino que nos habíamos propuesto colaboró en el disfrute de la jornada. Nada más echar a andar nos envolvió un arbolado denso y fresco que nos fue acompañando durante la mayor parte del trayecto. Seguí fielmente las marca del GR que figuraban en el camino, pero me traicionó la perspectiva, dado que yo había realizado aquel recorrido tiempo ha, pero en dirección contraria.

Después de perder al grupo en una vuelta sin sentido que nos llevó al mismo punto de partida, conseguimos dar con la dirección correcta gracias a las amables indicaciones de unos granjeros. Enseguida llegamos al punto en que se retomaba la pista directa a Lauro. Menos mal que el extravío nos dio la oportunidad de disfrutar de unas magníficas y sorprendentes vistas panorámicas. Me sorprendió el buen estado de la calzada, que habían cementado, a pesar de las numerosas grietas que se veían. Recuerdo que cuando lo hicimos resultó una tortura caminar entre grava gorda y baches de tamaño considerable. 

El pequeño retraso producido por mi despiste hizo crujir a más de un estómago provocando sonoras quejas y llamadas al papeo. Sin embargo fue bueno esperar porque en Lauro nos íbamos a encontrar con una estupenda área de descanso, pared de frontón incluida. Como de costumbre, tras el yantar vino la foto de grupo, esta vez con doble cámara, pues Patxi aportó la suya con la cuenta atrás. Antes de irnos, quedamos sorprendidos por la bonita ermita parroquia del barrio y del entrañable y cariñoso recuerdo a Mikel Zárate de sus feligreses. 

A partir de ahí comenzó el descenso hacia el centro de Loiu con un recorrido por senda paralela a la carretera. Habíamos hecho planes de aprender a utilizar la lanzadera de tren entre Sondika y Lutxana-Erandio, que en el sanqueremos anterior nos había cortado el paso, pero el tiempo se nos echó encima. Creo que además del retraso, el recorrido era más largo de lo que habíamos supuesto, pero nos salvamos por la campana porque el bus que, teóricamente había que coger en la parada final del recorrido frente al ayuntamiento de Loiu, nos sorprendió justo en una de las paradas a mitad de camino. Nos vino de perlas, así no se nos hizo muy tarde, pues esa línea nos dejaba a un paso de la boca de metro de Moyua, donde, como de costumbre,  un grupo cogió dirección Plentzia -cómo si no- y otros a Kabietzes del que nos fuimos descolgando por las estaciones barakaldesas del metro. Durante el trayecto se oyeron preguntas y comentarios porque el personal no sabía dónde estaba. Es interesante que vayamos descubriendo paseos y rincones poco conocidos o ignorados de Bizkaia y vayamos poniéndoles cara en el mapa del territorio y además en nuestros mapas personales.



No hay comentarios:

Publicar un comentario