Lunes 23 se septiembre. Última salida programada del curso 2023-2024. El habitual recorrido por Castro y alrededores. A las 9:15 ya estábamos dispuestos para coger el bus de Castro con el temor de que se retrasara porque había habido a primera hora de la mañana, cómo no, atasco en la autovía. No se hizo esperar y para antes de la diez ya estábamos pateando los paseos de Castro paralelos al Brazomar, hasta la playa, donde nos sorprendió un magnífico trabajo en arena.
Luego seguimos por el paseo hasta el puerto y, después de dejar atrás la lonja del pescado, subimos las empinadas escaleras que llevan a la iglesia y al fuerte. En la iglesia nos entretuvimos más de lo previsto porque hubo que esperar a algunos que entraron y, como ya entrábamos entre calles, convenía ir todos juntos. Sin mayor consecuencia, quitando el mosqueo del que suscribe por lo que pide disculpas por su arranque de genio.

El mar estaba como un plato, aunque con ondas de mar de fondo, así que no pudimos disfrutar de esos recovecos tan especiales que ofrecen un espectáculo impresionante por las formas y el sonido que producen las olas al estallar. Y es que no se puede pedir todo, porque la mañana fue de las mejores que hayamos podido disfrutar, con sol y brisa fresca, que se hizo sentir de un modo especial por la zona de los acantilados. Al llegar a la playa artificial de Ostende hubo que hacer parada de obligado cumplimiento para aliviar al personal, aprovechando los servicios de la playa y los del polideportivo. Y aun paso de allí nos paramos a darle a la mandíbula en la zona del cargadero, como es habitual en esta salida.

Antes de reanudar la marcha, María nos informó de la reunión de coordinadores habida el miércoles anterior: la salida conjunta que se suele hacer por estas fechas, con subvención de ayuntamiento para el transporte; el tema de los seguros, como se había pedido, estará a cargo del ayuntamiento solo en excursiones, para el día a día cada uno el suyo; la revisión de listas para ir dando de baja a los que ya no vienen y dar paso a la lista de espera. Según esto, habrá dos nuevas incorporaciones al grupo el lunes que viene. Al llegar a las escaleras que suben a la zona de los acantilados se hizo la foto de rigor con un formato un tanto simpático, aunque, por qué lo vamos a negar, siempre estamos estupendos y estupendas
Llegados al final del camino del acantilado, nos encontramos con la división de siempre, los que bajan por la desviación un tanto vertiginosa para seguir camino de Allendelagua por detrás del quitamiedos y los que prefieren dar la vuelta aunque sea más largo. Nos juntamos sin problemas, casi al mismo tiempo, en el túnel de entrada y ya de allí en adelante sin problemas por el camino de Santiago al revés hasta la plaza de toros, a donde llegamos con tiempo de sobra, porque hubo quien se dedicó a alentar al personal por aquello de que el bus sale a cada hora y no era cuestión de perderlo. Los de la comida no tuvieron su sitio insignia para comer, pero las expertas en Castro supieron arreglar el asunto sin problemas y, según las fotos, fue de maravilla.