viernes, 30 de octubre de 2009

OTRO PETER PAN


Ayer mientras hacía cosas en casa escuché en la radio que a El Canto del Loco le habían concedido algún premio y pusieron la canción de Peter Pan. Esta me trajo a la memoria los encuentros sorpresa que había tenido hacía poco con X. Según atravesaba la Herriko Plaza para ir al ayuntamiento, sentí que alguien estaba a punto de atropellarme con un patinete de esos que no tienen una tabla, sino que parecen articulados. El individuo en cuestión me saludó en plan simpático. Me quedé cortado porque en principio no lo reconocía, hasta que me di cuenta de que era X. Hacía como 2 ó 3 años que no le había visto, aunque siempre había preguntado por él a sus antiguos compañeros del hogar que siempre me contestaban que apenas salía y que no sabían gran cosa de él. La última vez que me encontré con él fue en un portal de la calle Arana. Iba yo a hacer una de mis habituales visitas a la familia de un absentista y allí estaba haciendo las prácticas de final del CIP con un fontanero. Luego me enteré de que había tenido algún trabajillo más pero que lo había dejado porque el jefe le tangaba y le pagaba a medias, según su versión.



Me quedé realmente atónito contemplándole. Además del susodicho patinete llevaba unas gafas de sol muy fashion y su vestimenta era de marca desde la camiseta hasta unas deportivas de caña con una forma especial. Un chaleco con bolsillos perfectamente conjuntado con su pantalón pirata le daba un aire de cierta importancia, así como la barba informal que se había dejado. De todos modos el cambio de luk no incluia la higiene y los alerones le cantaban a distancia, se notaba que ya no estábamos encima de él. En nuestra breve conversación pude comprobar que no trabajaba y que el poco tiempo que había estado contratado no le daba para cobrar el mínimo del paro, lo cual no encajaba para nada con su vestimenta. Seguí tirándole de la lengua y me enteré de que vivía con su madre y con su novia en la casa de su madre. Su hermano mayor, al que considerábamos todo un Peter Pan en el hogar, se había instalado por su cuenta fuera de Barakaldo y su hermana menor seguía viviendo con los familiares que la habían criado desde pequeña.


Las cuentas, en base a lo que me decía, quedaban claras. La madre trabajaba, la novia trabajaba y él les hacía compañia y andaba por ahí. Eso sí, cuando su chica terminaba el turno de cajera en el supermercado él estaba como un clavo esperándole en la puerta. Y se quedó tan pichi cuando me lo contó, como quien se siente muy feliz de estar cumpliendo su cometido en esta vida. Siempre había tenido un punto de vivir fuera de este mundo, pero en vez de crecer en madurez comprobé que se había disparado su infantilismo. X era el segundo y estaba en medio de un hermano mayor que era un engañador nato y que hacía lo que quería con su madre y de una hermanita que era una pocholada que con sólo mirarte te derretía. Sorbía los vientos por ganarse la atención de su madre, pero para ella era como un criadito y no le hacía ni puñetero caso. En cuanto ésta pudo y con la disculpa de su separación se lo quitó de encima y acabaron los tres en el hogar municipal, aunque en momentos diferentes.


X siempre arrastró el fantasma de la culpa porque creía que él era el responsable de la separación de sus padres. Trabajamos mucho este aspecto con él pero creo que lo llevaba tan arraigado que no adelantamos mucho. Desde pequeño fue el responsable de cuidar a su hermana pequeña, hasta que entraron al hogar. La levantaba, le preparaba el desayuno, la llevaba y la traía de la escuela. Al año de estar en el hogar una familia la acogió, pero, aún así, X tuvo que seguir en el hogar porque su madre no quiso hacerse cargo de él. A pesar de eso, ninguna comida del hogar estaba como las que hacía su madre, ni ninguna compañera cosía ni planchaba como su madre... era el no va más. Su paso por el instituto fue tortuoso y muy conflictivo. Volcó en el aula toda la rabia que llevaba tapada y llegó a conductas agresivas impensables en aquel calamidad que teníamos por un mosquita muerta. Acabó haciendo fontanería en Lutxana, pero, como pude comprobar, no le ha servido de mucho porque sigue sin fuerzas para echarle arrestos a la vida.



Aquí no acaban todas las sorpresas. A la semana de nuestro encuentro se presentó en el departamento para saludarnos a los que habíamos estado en el hogar con él. Después de los saludos de rigor, llegó la pregunta del millón. Quería saber los datos de la empresa que nos llevó a Morillo de Gállego en unas vacaciones de Pascua para hacer deportes de riesgo. Había conseguido que su madre se comprometiera a llevarles allí para hacer lo mismo que disfrutó cuando estaba en el hogar. También nos adelantó que quería volver a Port Aventura y a Terra Mítica. Cuando se fue, mi compañera y yo nos quedamos a cuadros y haciéndonos cruces: era más insconsciente que cuando le perdimos de vista. X estaba intentando vivir la infancia robada, esta vez no solamente arrancando la atención de su madre sino con el plus de la novia. El problema es que a los veintitantos años no se puede estar viviendo en los mundos de Peter Pan, y más contando con una madre que no es de ningún modo recomendable como hada madrina . Este mundo cruel te puede bajar al polvo de las maneras más imprevistas y despiadadas. Entonces el tortazo es de tal magnitud que ya no se puede salir ileso para el resto de la vida.

miércoles, 28 de octubre de 2009

OTRA MÁS DE BANDERIZOS


Como no podía ser de otra manera, el 30 aniversario del estatuto de Gernika tuvo dos celebraciones. El sábado los abertzales y el domingo los españolistas. Qué mejor ocasión para lanzarse diatrivas, descalificaciones y hacer discursos encendidos para caldear el ánimo de sus seguidores: que si nos privan de democracia, que vais a manifestaciones de apoyo a los terroristas, que sois unos inútiles, que vosotros dejasteis muchos pufos, que sois unos frentistas y os va a pasar lo de otra vez, que habéis hecho un pacto antinatural... El estatuto para unos viene a ser la garantía de autogobierno, aunque quedan pequeños aspectos por actualizar, mientras que para otros no deja de ser una migaja de lo que exigen para este país. Pero ninguno parece interesarse por saber cómo puede afectar eso al ciudadano medio.


En la oficial de Vitoria se concedieron algunas condecoraciones a vascos ilustres. Entre ellos estaba Iñaki Gabilondo. Me quedo con lo que expuso después de recibirlo "Aita, el estatuto que nos quitaron nos unió y el que conseguimos nos ha separado ¿Tendrán que quitarnos éste para que nos unamos?" Nunca se puede pedir que unidad signifique unificación o abdicar de las convicciones personales. Pero más allá de lo que cualquier grupo piense o predique debe existir un sentido de sociedad, de país en el que vivimos y queremos seguir viviendo todos, por lo que nunca podremos pretender excluir a los contrarios o distintos por muy mal que nos caigan. Nos guste o nos patee las tripas, estamos condenados a entendernos.


Según esto, creo que ya es hora de exigir un mínimo de respeto a los ciudadanos. Es bochornoso tener que seguir asistiendo a espectáculos tan lamentables como éste. Ya no sólo son los sindicatos, que consideran a los fallecidos en accidentes laborales de un bando o de otro, se ha subido un peldaño más al ser todos los representantes políticos los que han escenificado el frentismo. Habrá que preguntarse si no se dan cuenta de los efectos negativos que esto puede acarrear a la sociedad y a la convivencia ciudadana, sin contar con la pésima imagen que transmiten del país. Igual algunos pretenden que la sociedad esté tan dividida como para que tengamos que salir a la calle con distintivos del bando al que pertenecemos en la frente o no podamos establecer relaciones con aquellos que no sean de los "nuestros".


Hay momentos que me aburre y hasta me hastía ser de este país, y mira que lo quiero.

martes, 27 de octubre de 2009

SUPERBILBAINADA

Soy del Athletic, como soy de mi pueblo o de mi familia. Es algo mío y lo sufro impenitentemente porque le he mamado desde niño. Pero no voy más allá, ni soy socio ni me mato por ir a S.Mamés. Sigo los resultados y aguanto los partidos en la tele pero solamente a ratitos, porque la mayor parte de las veces no juegan ni a tabas. Me parece muy bien que hagan un campo nuevo, más por el beneficio que supone a la mejora urbanística y cultural de la villa que por lo que pueda aportar al club, que tal como va no sé para qué quieren más. Ya no me parece muy allá que todos los contribuyentes tengamos que poner dinero para el dichoso campo, pero en pro de los otros beneficios acepto.


Ahora bien, no es de recibo que, después de crear y dar por buena una supuesta sociedad a cuatro bandas y de presentar el proyecto, los políticos anden montando numeritos. El GV dice que va a poner condiciones, sin decir cuáles; el alcalde se mosquea y suelta alguna de las suyas; el diputado general habla de órdagos y a todo esto el bueno de Odón -que pierde el culo por meter baza en estos saraos- ruge y clama al cielo por los privilegios exclusivos de los vizcaínos de los que ellos, guipuzcoanos desasistidos, nunca han disfrutado.


Lo inaudito viene cuando en la asamblea de compromisarios de ayer votan que se comunique al GV que el campo y la gestión tiene que ser del club y punto. Para chulos, los de Bilbao y para "de Bilbao" los señores compromisarios. O sea, te regalan el terreno, te pagan las obras y encima tú pones las condiciones. Yo creía que en lo que va de historia de este perro mundo el que pone el dinero es el que pone las condiciones y el que lo recibe da las gracias, si es educado.
A ver si me aclaro: si el dinero es público la titularidad debe ser pública y, en este caso, compartida en la subsodicha sociedad. O sea, que al club se le cede, o algo así, el uso del campo y tendrá que hacer sus aportaciones a los gastos, como todo hijo de vecino. El equipo de basket ha jugado en la Casilla, en el Bizkaia Arena y jugará en Miribilla, pero ninguna de esas canchas son, ni serán, suyas. Son municipales o provinciales y si quiere una propia se la paga o se busca espónseres que le apoyen. Según esto, creo que los señores compromisarios se han pensado que lo aportado por las administraciones son unas ayuditas para su campo, lo cual no concuerda con las cantidades aportadas por éstas, sin contar con el terreno, la esención de tasas y otros capítulos. Si quieren que sea totalmente suyo, que se queden donde están o que vayan devolviendo el dinero en las condiciones que se estipulen, como todos los que se tienen que pagar una hipoteca para tener un piso o un local propio.

"NOS HAN ENGAÑADO, PERO SOBREVIVIREMOS"


José Chamizo es el defensor del pueblo de Andalucía. Había oído hablar de él cuando salió la noticia de su nombramiento. Mi primer acercamiento a su trabajo fue a causa de la puesta en marcha del programa municipal contra el absentismo escolar. En aquellos momentos había muy poquitas cosas publicadas al respecto y fue un lujo conseguir su informe sobre el absentismo en Andalucía y la cantidad de iniciativas que impulsó para luchar contra él. Sacó a la luz unas cifras de escándalo y puso firmes a las adminsitraciones. Le he escuchado un par de veces y he de confesar que es una delicia escucharle, tanto por su claridad en la exposición como por el contenido o por los criterios que muestra. También he tenido la oportunidad de intercambiar personalmente algunas opiniones con él, asi que le puedo considerar como uno de los mentores de nuestro actual programa.


Hace un par de días le escuché en una larga entrevista -ahora que tengo más tiempo por culpa de mi ciática- por la radio. Entre otros temas habló de las consecuencias de la crisis y el locutor le pidió que, como resumen de lo hablado, definiera en una frase esta dichosa crisis "nos han engañado, pero sobreviviremos". Chamizo había estado señalando que uno de los problemas más graves, entre tantos provocados por la crisis, consistía en que el boom económico había calado muy hondo en muchos estamentos de la sociedad, incluso en los de recursos más limitados. Nos había hecho creer que esto era jauja, que el crecimiento era ilimitado, que todos éramos ricos, que todo el bienestar estaba en nuestra mano, que todo vale con tal que... De golpe y porrazo esto ha hecho crac y nos ha devuelto a la cruda realidad, con el agravante de que esta vez estamos peor que cuando comenzó lo del pelotazo y nos ha cogido a contrapié sin haber podido cambiar aún el chip del consumo a discreción.


En mi devenir diario, contemplo a los chicos y chicas del CIP - que no son precisamente la representación más acertada de las clases pudientes- y a otros, de los que tenemos que ponerles las pilas por aquello de su desidia con los estudios, repletos de todo tipo de artilugios móviles de última aparición en el mercado, peinados de peluquería, ropitas a la moda, afiches a gogó... ¿Hasta cuándo les va a durar esto? ¿Qué les ha costado conseguirlo, ha sido un premio a sus buenos rendimientos escolares o a la colaboración en las tareas domésticas de sus madres trabajadoras? Simplemente lo han pedio por esa boquita ¿Cuándo vamos a conseguir eliminar ese virus, altamente contagioso, que se les ha inoculado desde el primer biberón? Si no lo arreglamos entre todos, tal como se presenta el futuro muchos de esta generación van a presentarse ante la vida sin nada que aportar, más allá de su cara bonita, y sin nada que arrascar por su falta de preparación y de consistencia.


De todos modos, procuro aportar mi granito de arena y hacer mío el desafío optimista del lema de Chamizo: sobreviviremos. De entrada esto significa frenar, y poco más, para no hundirnos del todo. Frenar el desastre ecológico del planeta, el desastre económico del sistema, el desastre vital de muchos pueblos, el desastre social de familias trabajadoras y el desastre personal de estas generaciones jóvenes. Luego ya hablaremos de que no podemos pretender volver a lo de antes para poder disfrutar de una vida digna, aunque muchas de las soluciones que se están dictando desde las altas instancias parecen estar encaminadas a más de lo mismo.