miércoles, 28 de octubre de 2009

OTRA MÁS DE BANDERIZOS


Como no podía ser de otra manera, el 30 aniversario del estatuto de Gernika tuvo dos celebraciones. El sábado los abertzales y el domingo los españolistas. Qué mejor ocasión para lanzarse diatrivas, descalificaciones y hacer discursos encendidos para caldear el ánimo de sus seguidores: que si nos privan de democracia, que vais a manifestaciones de apoyo a los terroristas, que sois unos inútiles, que vosotros dejasteis muchos pufos, que sois unos frentistas y os va a pasar lo de otra vez, que habéis hecho un pacto antinatural... El estatuto para unos viene a ser la garantía de autogobierno, aunque quedan pequeños aspectos por actualizar, mientras que para otros no deja de ser una migaja de lo que exigen para este país. Pero ninguno parece interesarse por saber cómo puede afectar eso al ciudadano medio.


En la oficial de Vitoria se concedieron algunas condecoraciones a vascos ilustres. Entre ellos estaba Iñaki Gabilondo. Me quedo con lo que expuso después de recibirlo "Aita, el estatuto que nos quitaron nos unió y el que conseguimos nos ha separado ¿Tendrán que quitarnos éste para que nos unamos?" Nunca se puede pedir que unidad signifique unificación o abdicar de las convicciones personales. Pero más allá de lo que cualquier grupo piense o predique debe existir un sentido de sociedad, de país en el que vivimos y queremos seguir viviendo todos, por lo que nunca podremos pretender excluir a los contrarios o distintos por muy mal que nos caigan. Nos guste o nos patee las tripas, estamos condenados a entendernos.


Según esto, creo que ya es hora de exigir un mínimo de respeto a los ciudadanos. Es bochornoso tener que seguir asistiendo a espectáculos tan lamentables como éste. Ya no sólo son los sindicatos, que consideran a los fallecidos en accidentes laborales de un bando o de otro, se ha subido un peldaño más al ser todos los representantes políticos los que han escenificado el frentismo. Habrá que preguntarse si no se dan cuenta de los efectos negativos que esto puede acarrear a la sociedad y a la convivencia ciudadana, sin contar con la pésima imagen que transmiten del país. Igual algunos pretenden que la sociedad esté tan dividida como para que tengamos que salir a la calle con distintivos del bando al que pertenecemos en la frente o no podamos establecer relaciones con aquellos que no sean de los "nuestros".


Hay momentos que me aburre y hasta me hastía ser de este país, y mira que lo quiero.

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