martes, 27 de octubre de 2009

"NOS HAN ENGAÑADO, PERO SOBREVIVIREMOS"


José Chamizo es el defensor del pueblo de Andalucía. Había oído hablar de él cuando salió la noticia de su nombramiento. Mi primer acercamiento a su trabajo fue a causa de la puesta en marcha del programa municipal contra el absentismo escolar. En aquellos momentos había muy poquitas cosas publicadas al respecto y fue un lujo conseguir su informe sobre el absentismo en Andalucía y la cantidad de iniciativas que impulsó para luchar contra él. Sacó a la luz unas cifras de escándalo y puso firmes a las adminsitraciones. Le he escuchado un par de veces y he de confesar que es una delicia escucharle, tanto por su claridad en la exposición como por el contenido o por los criterios que muestra. También he tenido la oportunidad de intercambiar personalmente algunas opiniones con él, asi que le puedo considerar como uno de los mentores de nuestro actual programa.


Hace un par de días le escuché en una larga entrevista -ahora que tengo más tiempo por culpa de mi ciática- por la radio. Entre otros temas habló de las consecuencias de la crisis y el locutor le pidió que, como resumen de lo hablado, definiera en una frase esta dichosa crisis "nos han engañado, pero sobreviviremos". Chamizo había estado señalando que uno de los problemas más graves, entre tantos provocados por la crisis, consistía en que el boom económico había calado muy hondo en muchos estamentos de la sociedad, incluso en los de recursos más limitados. Nos había hecho creer que esto era jauja, que el crecimiento era ilimitado, que todos éramos ricos, que todo el bienestar estaba en nuestra mano, que todo vale con tal que... De golpe y porrazo esto ha hecho crac y nos ha devuelto a la cruda realidad, con el agravante de que esta vez estamos peor que cuando comenzó lo del pelotazo y nos ha cogido a contrapié sin haber podido cambiar aún el chip del consumo a discreción.


En mi devenir diario, contemplo a los chicos y chicas del CIP - que no son precisamente la representación más acertada de las clases pudientes- y a otros, de los que tenemos que ponerles las pilas por aquello de su desidia con los estudios, repletos de todo tipo de artilugios móviles de última aparición en el mercado, peinados de peluquería, ropitas a la moda, afiches a gogó... ¿Hasta cuándo les va a durar esto? ¿Qué les ha costado conseguirlo, ha sido un premio a sus buenos rendimientos escolares o a la colaboración en las tareas domésticas de sus madres trabajadoras? Simplemente lo han pedio por esa boquita ¿Cuándo vamos a conseguir eliminar ese virus, altamente contagioso, que se les ha inoculado desde el primer biberón? Si no lo arreglamos entre todos, tal como se presenta el futuro muchos de esta generación van a presentarse ante la vida sin nada que aportar, más allá de su cara bonita, y sin nada que arrascar por su falta de preparación y de consistencia.


De todos modos, procuro aportar mi granito de arena y hacer mío el desafío optimista del lema de Chamizo: sobreviviremos. De entrada esto significa frenar, y poco más, para no hundirnos del todo. Frenar el desastre ecológico del planeta, el desastre económico del sistema, el desastre vital de muchos pueblos, el desastre social de familias trabajadoras y el desastre personal de estas generaciones jóvenes. Luego ya hablaremos de que no podemos pretender volver a lo de antes para poder disfrutar de una vida digna, aunque muchas de las soluciones que se están dictando desde las altas instancias parecen estar encaminadas a más de lo mismo.

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