A todo esto sale don Alberto en directa anunciando a bombo y platillo que por dignidad y por respeto a los jueces no va a acudir a dicho evento. Una salida más para embarrar más la situación y para seguir mostrando su desesperación y su cabreo, reclamando la presidencia que le fue arrebatada, que ya es hora de que se convoquen elecciones de una puñetera vez. Para hacer patria se ha presentado en la celebración del comienzo del curso político de la comunidad de Madrid. En su intervención se ha desgañitado despreciando la ceremonia a la que no ha querido acudir por estar presidida por corruptos. Ni respeto al rey, ni respeto al resto de la judicatura, ni a los españoles.
sábado, 6 de septiembre de 2025
Feijoo nos sigue llamando idiotas
Llevamos una semana aguantando los informativos que calientan el comienzo del curso político. Hoy se ha llegado a uno de sus puntos álgidos: el comienzo del curso jurídico con toda la parafernalia de la presencia del rey y de los diversos representantes políticos y del gobierno. El calentamiento venía por la declaraciones de los estamentos carcamales de la judicatura pidiendo que el fiscal general no ejerciera de tal por tener una causa pendiente en el supremo. A todo esto el presidente del gobierno se había despachado a gusto denunciand0 a unos jueces que hacen de su capa un sayo metiéndose en política y sirviendo fielmente los dictados de la oposición. Entonces han salido de nuevo de la caverna para que el representante del gobierno, el titular de justicia, desapareciera del estrado.
Pero ¡a dónde ha ido a parar! O sea, que el fiscal general está implicado por un asunto extraño que aún no se ha esclarecido y que está provocado por las maniobras del inigualable maquiavelista, Miguel Ángel Rodríguez, que mueve los hilos en Madrid. Según ha vociferado Feijoo, el presidente ha descalificado a todos los jueces, aunque quedó bien claro que puso nombre a los que denunció. El caso es que participa en el aquelarre político de Ayuso, que en su día con una maniobra perfecta de su asesor se deshizo de Casado porque había descubierto su implicación en un caso de corrupción de ella y de su hermano; que estaba presente el señor Rodríguez que hizo correr un bulo falso en referencia al novio de la Isabel y que consiguió con él irse de rositas porque lio al fiscal general; que allí estaría también la susodicha pareja de la señora que es un delincuente confeso.
Menos mal que don Alberto huía de una ceremonia llena de personajes indignos y fue a refugiarse al calor de los suyos, que parece ser son los llamados a dar alternativa a tanto desastre, inventado por ellos mismos, porque son los auténticos, los que están limpios de corruptelas... ¿Y este hombre puede llegar a presidir el país? Que Dos nos pille confesados!!!!
miércoles, 3 de septiembre de 2025
¿Votar a los 16?
Dar el voto a los y las adolescentes de 16 años me parece un dislate de tamaño descomunal y preocupante. No veo razón alguna válida para tomar esa decisión, y no deja de ser uno de tantos buenismos que suelen aparecer en algunas formaciones políticas, de esas que les encanta poner alguna pica en Flandes, como se decía antiguamente, para presumir de progresía o algo por el estilo.
En esta nueva era que se ha dado por inaugurada a partir del año 2000, se está comprobando que los adolescentes tienen una madurez personal más baja que en generaciones anteriores. Son unas generaciones expuestas a influencias de todo tipo y proclives a aceptar noticias o criterios sin ninguna comprobación de su veracidad solo porque se lo ha pasado alguien de su entorno. O sea, que hay un amplio sector de consumidores de bulos. Cuestión aparte es la de no pocos influencers de lo más disparatado, que consiguen seguidores incondicionales que cumplen sus consignas pase lo que pase, incluso poniendo en riesgo su vida. Son esos agentes los que les están educando a día de hoy, directa o ambientalmente, a una amplia mayoría de adolescentes, mientras que no pocas familias se ven impotentes y obligadas a ceder a las ocurrencias y a los caprichos de sus hijos e hijas para no volverse locos. No solo están perdiendo la credibilidad ante su prole, sino también la autoridad moral y, lo que es peor, la autoridad dentro de la organización de la vida doméstica -de los estudios, de los gastos, de las salidas, del dinero...- y de conseguir una comunicación válida con los hijos.
Se está comprobando estadísticamente que el número de jóvenes que no quieren saber nada del cambio climático, de la igualdad de género, del respeto a la diversidad y a los inmigrantes... está creciendo exponencialmente. Son terreno abonado, por su falta de formación en criterios, por su ignorancia sobre la política, por su desinterés por los problemas sociales y porque en ellos dominan más los sentimientos y las sensaciones que las razones, para que cedan a consignas que vayan contra todo y a creer a figuras autoritarias.
Quedaría otra pequeña sección de adolescentes pertenecientes a familias, que se mueven preferentemente en áreas sociales altas o con fuertes convicciones religiosas, con criterios autoritarios que les van a marcar, cuando no obligar, a votar lo mismo que sus padres. Estamos en las mismas, solo que la influencia o la presión se producen su entorno familiar en vez del ambiental. Dudo mucho que la mayoría de los jóvenes de 18 años estén preocupados por las cuestiones sociales y políticas o, simplemente, por pensar lo que les conviene votar, así que, lo dicho, el voto a los 16 no tiene ni pies ni cabeza.
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