domingo, 11 de diciembre de 2011

MARIANO Y SUS PROBLEMAS

A raíz de la fiesta de constitución y por aquello de la inmediatez de las cumbres borrascosas en Europa, pudimos asistir a hechos insólitos en lo que va de legislatura. Fotos en que Mariano y José Luis se dan la mano y departen amigablemente, noticias de que llevan tiempo a telefonazo diario, la Saez de Santa María con rostro refulgente al lado de Ramón... Ante esto no se puede esperar que entre los españoles de a pie haya reacciones de un mismo tipo, sino todo lo contrario. Una primera que ya se ha oído mucho mira qué bien, ya podría haber sido así antes cuando empezaron los problemas. Pero al mismo tiempo están los que igual no se lo perdonan porque siguen saliendo a la calle a abuchear a Zapatero incluso ahora que ya no tiene nada que hacer. Me imagino lo que dirán mis antiguos compañeros de la construcción, porque lo decían siempre, solamente hacen teatro, se dicen de todo pero por debajo de la mesa se hacen manitas y se reparten el pastel o, si no, míralos ahora.

Y es que al ilustre presidente absoluto le esperan unos negociados bastante arduos, además de tratar de convencer a este variopinto público hispano. Ya se ha presentado en Europa sacando pecho y prometiendo cumplir todos los deberes que se le han indicado para asegurar que España va en serio en eso de hacerse el araquiri económico, aún a sabiendas de que a los más paganos de esas decisiones no les va a hacer ni gota de gracia y le van a montar alguna que otra revuelta. Los señores obispos también le empiezan a pasar la factura de su apoyo electoral y le estan mandando mensajes subliminales, por ahora, recordándole lo que tiene que cambiar de los desmanes impíos de sus antecesores en el gobierno. Los chicos que acaban de bajar del monte llegan con sus antiguos modos exigentes  y sus incombustibles reivindicaciones, ahora con los presos. Sin contar con que tendrá que enterrar los codazos y las corrupciones dentro de su propia casa, al mismo tiempo que mira para otra parte ante las andanadas de sus varones y damas de hierro autonómicas.

A ver cómo se las va a arreglar para contentar a todos sin hacer caso de nadie y sin prometer nada, que anda el tiempo revuelto y a la mínima nos cae un chaparrón. Así que creo que, más que la mayoría absoluta en el parlamento, al bueno de Mariano le va a valer más su genética condición de gallego para salir airoso de este lío en el que se ha metido para mayor gloria suya.


ADVIENTO... sí pero ¿a quién se espera?

Estamos en ese tiempo que en la liturgia católica se llama adviento porque se espera a alguien que viene. Se me ha antojado hacerme la pregunta de a quién se espera en realidad y, lógicamente, para qué se le espera. Hay una respuesta religiosa sabida por todos porque es como la versión oficial que se da por supuesta. Pero puede que poco a poco está quedando reducida, mal que les pese a muchos, en una disculpa para tener fiesta o en un adorno más de los eventos al uso. De ahí mi pregunta y lo difícil de la respuesta, porque la trayectoria social nos va haciendo ver que estas fiestas navideñas están dejando de ser religiosas para dar paso a cada vez con más descaro a ser la gran fiesta del consumo, de los compromisos, de los gastos inútiles pero obligatorios y de mil cosas más que se nos puedan ocurrir a este respecto.

Pero yendo al fondo de la cuestión se me ha ocurrido hacerme esta otra pregunta ¿Alguna vez ha sido auténticamente cristiana ?  Creo que para contestarla habrá que remontarse en la historia para recordar cómo se impuso la fe cristiana a golpe de poder en  todos los territorios del imperio. En una parte del mismo  se celebraban las fiestas familiares y en otras el solsticio de invierno, cuando los días comenzaban a ser más largos. Fue común de aquella época y luego de la Alta Edad Media el disfrazar los eventos, lugares de culto y los ritos denominados paganos con títulos y advocaciones propios del cristianismo. En este caso el solsticio de verano con sus hogueras es la fiesta dedicada a S. Juan y el solticio de invierno el dedicado a Jesús por su nacimiento. Quizás se esté descubriendo a marchas forzadas que, en la medida en que las sociedades se van secularizando, va saliendo a flote el sustrato popular de estas fiestas y se va perdiendo el barniz religioso que se les dio hace siglos. Por muy fuertes que sean todos los barnices tienen su fecha de caducidad y entre ellos los impuestos por una religión mantenida desde los poderes públicos y eclesiales.  

En la fe, como en la persona y en las sociedades, lo que permanece son los convencimientos profundos que surgen de dentro y los transmitidos de forma natural, lo impuesto por obligación o por miedo tendrá siempre poco calado y menos recorrido. Me alegro mucho de que haya personas y comunidades que sepan vivir ambos sentidos de la Navidad en armonía. Lo único que nos queda es aceptar que estas fiestas son principalmente para la familia y para que afloren los buenos sentimientos, al menos una vez al año. Queda, de todos modos, un problema por resolver. En la medida en que se ha ido perdiendo el sentir religioso se ha ido disparando el bombardeo consumista, por lo que los medios se están convirtiendo en fines y las celebraciones propias del momento quedarán sepultadas en paquetes, bultos, alcohol ... y en todo tipo de excesos. Creo que muchas veces en vez de estar esperando la Navidad estamos deseando que pase de puntillas sin que nos enteremos. De verdad, ¿a quién esperamos?

viernes, 2 de diciembre de 2011

"MERCATOCRACIA" ¿ IMPERIALISMO DE NUEVA CUÑA?

Están apareciendo señales de que todo está cambiando, pero no solo demasiado de prisa, como dice la mayor parte de la gente, sino en lo más profundo de las bases de las sociedades actuales. Hemos luchado contra dictaduras hasta dotarnos de regímenes democráticos. A través de la historia han ido fracasando muchos intentos de expansionismo imperialista que han costado guerras. Aún hoy en los países árabes se están deshaciendo de los dictadores que llevan décadas campando a sus anchas. Pero se van vislumbrando otro tipo de dictaduras que no necesitan sacar los tanques a la calle para saltarse las democracias o los derechos ciudadanos y, lo que es más preocupante aún, que no se ciñen a ningún territorio, nación o continente. Son como dioses, invisibles, están en todas partes y su palabra se cumple a rajatabla. Tienen representantes visibles que desde su cumbre transmiten sus órdenes y se encargan de que todo vaya según sus designios. Agencias, mercados, bolsas, deudas...

En menos que canta un gallo nos hemos encontrado que dos países europeos han cambiado de gobierno sin que haya mediado ningún proceso electoral previo. Alguien por encima de los ciudadanos ha puesto a su mando a una serie de señores con el atributo de tecnócratas, porque los políticos no habían hecho los deberes mandados. Su función será ejecutar fría y técnicamente las órdenes que les transmitan sobre lo que es necesario y obligatorio hacer o deshacer, sin miramiento de ningún tipo ya que no tienen que rendir cuentas más que a esas instancias invisibles a las que hay que satisfacer por encima de todo. Si no estamos de acuerdo, se nos hará ver nuestra ignorancia y nuestra falta de miras ante la tremenda responsabilidad que se les ha encomendado. Es por el bien de todos aunque no estemos preparados, ya que solamente vemos lo que nos toca de cerca. Así que ya podemos votar a quien sea, protestar, hacer manifestaciones, montar barrilas en las redes sociales... Estos dioses supremos decretan que se comen a un país o dejan morir de hambre un continente entero y lo ejecutan sin que les tiemble el pulso lo más mínimo. Hemos vuelto al despotismo ilustrado más despiadado y cruel.

La indignación ante esta situación indecente sube de grado cuando uno se entera que esos mismos señores del dinero y de la "mercatocracia" son los que dictaminan si bajan o suben las primas de riesgo (o las primadas que nos arriesgamos a pagar), imponen los tipos a pagar por las subastas de las letras de los tesoros nacionales o deciden si lo que mejor les va es que se perpetue la situación de crisis o si nos conceden un respirito para que nos animemos de nuevo y vuelta a empezar... No estamos preparados, ni los ciudadanos ni lo políticos, para dar respuestas a este imperialismo anónimo que nos maneja como marionetas. Los métodos de lucha contra las otras dictaduras no tienen nada qué ver y menos qué hacer ahora. Se admiten ideas.

lunes, 14 de noviembre de 2011

NO HAN CAMBIADO EL PASO

Al rebufo del comentario anterior quiero reflejar en éste algunas observaciones que estoy haciendo en la presente campaña electoral. He encontrado unas tiras pegadas en los carteles publicitarios del PSOE, al menos aquí en Barakaldo, con los colores de la bandera española y con la palabra fascistas adornada con la cruz gamada. Lo primero que me saltó a la vista es que la pegatina estaba encima de la cara de Marina, candidato por Bizkaia, al que ETA puso una bomba en el coche que lo dejó desguazado y estuvo a punto de liquidarle. Supongo, por ser benévolo, que los descerebrados que las han ideado y que las han pegado no han visto a ningún fascista si no ha sido en alguna película. Mucho menos los habrán tenido que aguantar en la vida diaria como profesores, vecinos o policías. Por eso no saben encontrar la igualdad entre las prácticas fascistas y las de sus antiguos compañeros de armas, esto es, quitar de en  medio al que no es como yo o se atreve a pensar distinto que yo. Por otra parte, quizás nos estén dando a entender que la bandera española es para ellos la bandera del fascismo, con lo que estarían llamando también fascistas a todos los españoles que han sufrido las consecuencias del franquismo, por ejemplo.

Lo segundo que he ido observando es que el PNV tampoco se ha librado de las consabidas pegatinas, pero esta vez el calificativo era morroi. Para los que se mueven en su mundo ponerles de adorno la bandera española supone un ultraje sin calificativo y más si se les descalifica por estar al servicio de España. Yo veo detrás de esto la rancia trifulca entre que si eres español no eres vasco y cosas similares. Este tema ya huele pero por lo que se ve aún sigue vigente. Claro que esta teoría queda rubricada con el acalorado discurso del señor Antigüedad, candidato por Bizkaia de Amaiur, en el acto multitudinario de Anoeta. En medio del clamor de los asistentes calificó al gobierno vasco actual de ocupa, por lo que había que lanzarse a la conquista de Ajuria Enea. No contento con esto, arremetió contra el parlamento vasco al que calificó de transgénico. Dejando a un lado lo impresentable de este discurso y haciendo una exégesis elemental de lo dicho por este señor, se puede deducir que los actuales miembros del gobierno vasco ni son vascos ni se interesan por los vascos. En lo que se refiere al parlamento me figuro que quiere decir que hay parlamentarios que no son vascos, quizás votados por no vascos, que, como cuerpos extraños que son, desvirtúan la identidad y el valor del mismo haciéndolo así inaceptable, por lo que habría que someterle a una rigurosa purga.

Un tercer asunto me ha llamado la atención. De repente, sin que se hayan dado nuevos pasos se comienza a escuchar que tienen que cambiar la doctrina Parot, que tienen que dar la condicional a los presos enfermos, que tiene que traer a los presos a Euskadi... Se exige y ya porque lo quieren así. Está claro que mucho de lo que han dicho referente a los presos puede ser razonable y sería conveniente e importante que se llegue a acuerdos sobre esos temas. Lo que me parece improcedente es que se siga con el sistema de exigir e imponer. Por eso el título de este comentario quiere certificar que no han cambiado ni un ápice el paso ni la manera de hacer política, ni su comportamiento social. Solamente ha variado que antes eran ilegales y ahora no,  por lo que ya pueden decir lo que piensan alto y claro, lo cual está muy bien, pero también se creen que eso les da pie para descalificar, exigir, imponer sin más razón que porque las cosas son como ellos dicen y punto. Ciertamente nos queda mucho que andar y que aguantar.

jueves, 10 de noviembre de 2011

MUCHO QUE RECORDAR, MUCHO QUE ESPERAR

Ayer María y yo asistimos al encuentro POR organizado por Gabilondo en el Campos. Nos pareció que los temas estuvieron muy bien planteados y que sobre la mesa se dejaron una serie de cuestiones, que, según él, habría que ir cocinando a largo plazo. Cualquier solución rápida o inmediatista viene a ser una herida cerrada en falso que no tardaría en supurar. Creo de todos modos que hablar de convivencia entre los vascos es hacer ciencia ficción y no sólo por el problema concreto de la violencia de ETA, sino por una cuestión histórica que casi me atrevería a considerar genética. Lo de un pueblo vasco único que necesita su independencia para conseguir su identidad, es una de ovejitas y de verdes praderas que soñó un visionario idealista y romántico y que con el tiempo se ha convertido en doctrina de fe para algunos y en un cáncer a extirpar para otros.

Los vascos hemos coexistido a lo largo de la historia, pero a esa coexistencia le falta mucho para considerarla como una convivencia en el sentido estricto de la palabra. Nos hemos mirado, y nos seguimos mirando, entre nosotros  de reojo.  Esto lo vemos reflejado en múltiples detalles de la vida diaria y, sin ir más lejos, tenemos el ejemplo de las diputaciones que van cada una a su bola, reparten codazos entre sí a diestro y siniestro y no tragan que el gobierno les diga nada. Otro ejemplo es de el de las cajas vascas, que no deja en buen lugar el sentido de pueblo único que tenemos: de fusionarse en una sola ni hablar, coexisten en una Kutxa Bank porque no les queda otra con la que está cayendo, pero cada una es dueña y señora de su territorio y que ni se lo toquen. Imaginemos que se da el referendum sobre la independencia y, como es de esperar, en cada territorio saldrían resultados distintos, no quiero ni pensar la que se podría montar si, por ejemplo, se intenta imponer a Alava la independencia por los votos de los otros dos.

Pero creo que hay otro tema más profundo. Los vascos hemos sobrevivido a grandes y sangrientas fracturas sociales a largo de la historia y los vascos de hoy estamos condenados a gestionar esa herencia en cuyo contexto está la fractura de ETA. No podemos perder en el olvido las sangrientas reyertas y el encono con que asolaron pueblos enteros las luchas banderizas. Luego esas mismas tropas eran las usadas por los reyes de Castilla de atacar al reino de Navarra, qué hacía si no Iñigo de Loyola en la toma de Pamplona. Las guerras carlistas fueron otro momento de enfrentamiento fraticida y para muestra el asedio a Bilbao. Ha resultado muy fácil para las úlitimas generaciones echar la culpa de todos nuestros males a Franco, pero quizás haya que hacer memoria de cuántos vascos estuvieron en su bando y no solo pienso en las familias de tronío Areilza, Ayala, Careaga... Las redadas y las depuraciones no las hicieron solo los que vinieron de fuera sino también los propios vascos del bando vencedor. Aquí no entraron los moros, con las tropas requetés de los navarros de Mola tuvimos bastante. También podemos recordar que hubo un número considerable de vascos en la Falange, sin ir más lejos el autor de su himno, que en el período de la dictadura actuaron como auténticos déspotas.

ETA se fraguó en este horno de venganzas y odios y absolutizó hasta la obcecación la independencia. Por eso, a pesar de que nos quiseron convencer de que su causa era noble y justa, no hicieron más que ahondar en la fractura y añadir más sangre al cuadro. Lo que empezó contra Franco y los suyos no pudo parar posteriormente con los logros de la transición porque su fragua estaba aún muy caliente y porque, a golpe de clandestinidad,  se habían roto muchos puentes con la realidad social. Ahora, tras una larga lucha porque triunfe la razón sobre la fuerza bruta, estamos asistiendo a los últimos rescoldos de esa fragua, que son parte de los rescoldos de la guerra civil y del franquismo. Claro que no cabe echar una capa de tierra encima como quien cierra los ojos para creer que lo que no se ve ya no existe, porque en esos rescoldos aún se pueden asar sardinas y nos pueden sacar unas buenas ampollas.

De todos modos, creo que saldremos de ésta, pero no para llegar a una convivencia fruto de la reconcialiación o así. Me conformo con que se restaure la coexitencia. Los vascos vamos a seguir tirándonos los trastos a la cabeza con la menor disculpa, seguirá habiendo un plus de visceralidad en los planteamientos políticos y sociales, las rivalidades territoriales no van a desaparecer... Lo único positivo es que entre esos trastos parece que ya no va a haber balas, ni bombas, ni amenazas de muerte, ni exilios. Nuestra tarea será entonces intentar no transmitir a las nuevas generaciones la misma herencia que nos está tocando digerir a nosotros y, a partir de ahí, podremos marcar un horizonte de convivencia que se me antoja un tanto lejano.

miércoles, 2 de noviembre de 2011

UNA DE PIRATAS

En la antigüedad eran famosos los barcos de guerra del imperio griego por su poderío naval, pero sobre todo por una arma terrible: el fuego griego. Aquellas naves estaban dotadas de una especie de catapultas que lanzaban unas bolas ardiendo. Estas bolas tenían algún componente, que ahora no recuerdo cuál era, que hacía casi imposible apagarlo cuando caía en el barco contrario, lo que significaba que al poco tiempo podía estar ardiendo por los cuatro costados. Algo así se me antoja que ha hecho en estos momentos el almirante Papandreu. Nos ha lanzado unas cuantas bombas de ese tipo a España, Portugal, Italia, Irlanda y a ver quién va a ser el guapo que apague ese fuego. Lo más preocupante es que no solamente van a arder esos barcos sino que puede poner en peligro la flota entera de los países euro, o si no a ver quién explica lo de las bolsas.


Esto de los gobiernos griegos ha sido una de piratas. De entrada entraron en el euro con engaño porque presentaron cuentas falsas, luego se beneficiaron de su pertenecia al club y han seguido mintiendo como bellacos. Cuando han venido mal dadas y han tenido que pedir sopitas, el club les ha puesto unas condiciones nada agradables, incluso peores de las que hemos tenido que aguantar nosotros. Lógicamente el personal normalito de la calle ve que le quitan todo, se cabrea muchísimo y echan la culpa al que pone las condiciones, que es el que antes ha pagado y el que ahora le ha perdonado la mitad de la deuda, que no está mal. Ahora el muy listo y hábil presidente apela a la democracia y, como ve la que le viene encima, nos sale con lo de que el pueblo es el que tiene la palabra porque esta es una situación muy grave. Sinceramente, si yo fuera ciudadano griego hoy votaría que los de Europa se metan el euro por salva sea la parte.



Después de esto uno ya no sabe cómo cubrirse la cabeza para que no le lluevan más golpes. Unos piratas montan unos desfalcos munidales, unos especuladores, piratas también, terminan por descontrolar el sistema económico y se zampan la economía de países enteros, unos gobernantes que no saben qué hacer con ese caos económico y quedan a merced de los mercados -más piratas- y ahora nos salen éstos que teóricamente eran de nuestro bando y después de chupar del bote dicen que de pagar deudas tururú, se piran y nos dejan con toda la tostada y con los huevos de corbata por la que pueda venir. Estamos en manos de piratas, muchos y peligrosos piratas, pero de los del pelo de la canción de Espronceda que van por el ancho mar imponiendo su ley por encima de gobiernos y ejércitos y agarrando los botines que se les antojan. Lo peor es que no vemos en el horizonte quién pueda meterles en cintura.

miércoles, 26 de octubre de 2011

ALGUNAS LEYES ELEMENTALES

Los domingos por la mañana, siempre que me es posible, aprovecho para bajar a mi madre a misa en la capilla de la residencia. En la primera lectura del domingo pasado aparecían una serie de mandatos de Yahveh a su pueblo. Como decía un profesor mío de historia, cuando aparece una prohibición es que lo que se pretendía prohibir existía y se estaba excediendo. Eran cosas del pelo de las siguientes: no explotes a las viudas y a los huéfanos, no te aproveches de los forasteros, compadécete del necesitado, si tomas la capa de alguien como garantía no permitas que llegue a la noche sin ella porque no tendrá con qué abrigarse, no prestes con usura ni cobres intereses abusivos. Terminaba diciendo que si no hacían caso el Señor Dios se iba a enfadar mucho y se iban a enterar de lo que les podía pasar a los que no hiciesen caso.


Lo que a primera vista parecen consejillos de andar por casa, puede que tengan un carga de fondo muy importante. En el proceso de la historia de la humanidad el personal que la ha escrito se ha ido pasando esos mandatos por el arco de triunfo, aún manifestando su condición de creyente en sus religiones correspondientes. Si echamos un vistazo, por ejemplo, al espectáculo de la situación mundial actual nos encontramos que se explota y se abandona a su suerte a los pueblos más débiles y depauperados, que se maltrata y se veja a los inmigrantes aprovechándose de su situación, que se eliminan las ayudas a los más indigentes, que no solo se quita la capa sino se llega a dejar sin vivienda a los que no pueden devover las hipotecas o se deja sin trabajo a multitud de obreros, que la usura ha sustituido a Dios porque es la que rige todo el sistema económico global, o sea, la que pone las reglas de juego en el mundo.


Las consecuencias de estos incumplimientos  las llevamos percibiendo hace tiempo. El sistema se ha descontrolado y se está destruyendo a sí mismo. La especulación va a acabar con la producción, con países enteros y con el planeta, si nos descuidamos. Y es que hay leyes que, aunque no estén escritas, marcan un línea roja que nos avisa del peligro. Pero una vez que se transpasa, no se puede prever qué tipo de consecuencias van a sobrevenir.  Ojo, es probable que muchos de nosotros nos hayamos apuntado, aconsejados por nuestros asesores financieros, al carro de los beneficios especulativos y no estemos libres del contagio de la usura. A todo esto, lo que no suspuso ese pasaje de la Biblia, o simplemente no lo dijo, es que, de entrada, casi siempre pagan justos por pecadores. Así pues, me apunto incondicionalmente a ser un pedacito de material del brazo ejecutor del Señor para que a los que han montado esto también les llegue su hora y no se vayan de rositas.

miércoles, 19 de octubre de 2011

CUESTA ABAJO

Esta mañana he estado repasando algunas listas de alumnos del PCPI y, en un momento dado, se me ha quedado la mirada paralizada sobre los datos de un alumno. Uno de tantos y tantos Jonatan que pululan en las listas de servicios sociales, policías, fiscalías... Este era N. Ya casi va a cumplir los 19 años y aparece en la lista de este curso. He hablado con el tutor y me ha soltado de entrada que tiene ya un hijo. Lo que sí sabía yo era que había estado en algún centro de reforma y que si ahora está en libertad vigilada, no le queda más remedio que o trabajar o estudiar, mejor dicho, figurar matriculado en algún centro por decreto de juez. Dado su curriculum académico, lógicamente, no le da para más que inscribirse en un PCPI.

Conocí a N cuando iba acumplir los 14 años. Estaba matriculado en un colegio de pago porque vivía con sus abuelos maternos, que tenían su guarda mientras su madre terminaba un proceso de desintoxicación por su adición a la heroína. Me llamó una inspectora alarmada porque desde que la madre de N había vuelto del programa el chico no aparecía por el centro. Al parecer la relación entre la madre y los abuelos era un tanto tempestuosa, por lo que ésta reclamó de nuevo la guarda y, lógicamente, en esos momentos no estaba para sufragar un colegio de pago. Lo peor de todo es que el mozo, una vez que salió del control de los abuelos, dijo ancha es Castilla y ni colegio ni instituto ni nada que se le pareciese, calle y calle. La madre se encontró con un adolescente alocado que se le escapaba por todas partes, en vez de un niño hambriento de madre que la esperara con los brazos abiertos.

Tras muchas gestiones conseguí convencerles de que lo mejor para N, que ya había cumplido 14 años, era entrar en el programa complementario de Bolueta dado que allí podría estar más tiempo atendido, incluida la posibilidad de comer en el mismo centro. Aún así, enseguida se alistó a una cuadrilla de Basauri que se dedicaban a fumarse las clases y hacer raterías por el Casco Viejo. Ya desde entonces comenzaron sus escarceos con los municipales. En aquel centro hicieron un buen trabajo con el chaval y consiguieron centrarle un poco, a pesar de algunas  intervenciones de la madre un tanto desacertadas y de la influencia negativa de sus compañías. Les apoyamos desde el programa de absentismo y desde los servicios sociales.

Tanto sus profesores como nosotros esperábamos que en el segundo año del programa se consiguiera consolidar las pequeñas mejoras del curso anterior. Ilusos. El niño dijo que no volvía a ese sitio y no volvió. La madre nos pidió ayuda para que le buscáramos otro y le dijimos que eso era un error craso, pero no hubo manera de convencerla. Llegó incluso a ponerse agresiva, removió Roma con Santiago, dio la paliza en Delegación hasta que le concedieron otro centro. Pero esa victoria en favor de su hijo resultó ser el último empujón hacia una caída cuesta abajo imparable. En ese centro no hizo casi ni acto de presencia y se echó a la calle en plan de comerse el mundo. Se puso hasta las orejas de todo lo que pilló y acabó metiéndose en  trapicheos, palos... hasta que le llegó lo que le habíamos anunciado, el centro de reforma.

Parece que ahora la relación con su compañera le está viniendo bien, porque ha conseguido que se someta a tratamiento de desintoxicación y a control de consumo. Me temo que asiste a clase porque no le queda otra, y puede que esa no sea una motivación suficiente para tomarse en serio su vida y la de su hijo. Y queda por ver el tiempo que pueda durarle la influencia positiva de su compañera. Es increíble lo que puede cambiar la trayectoria de un menor con un par de decisiones mal tomadas, cuando había gente desde dentro y desde fuera de la familia dispuesta a que N pudiera encontrar otras perspectivas más saludables en la vida. Esperemos que se cumpla la cita de la canción de Serrat que tanto me gusta traer a colación en estas ocasiones: "Bienaventurados los que han llegado al fondo del pozo porque solo les queda subir".

lunes, 17 de octubre de 2011

LAS DERROTAS

No se trata de ninguna pelea ni de batallas. Las derrotas es una vieja costumbre que se guarda rigurosamente en el Alfoz de Sta Gadea y en más zonas ganaderas de las Merindades, supongo yo. A mediados o finales de octubre se decreta el pasto libre para el ganado por todos los prados particulares y por los terrenos comunales del municipio. Es obligatorio dejar abiertos los terrenos vallados o tapiados para que vacas y yeguas pasten a sus anchas a cualquier hora y puedan acercarse a todos los abrevaderos y arroyos de la zona. Se trata de aprovechar los últimos pastos que suelen aparecer ante las primeras lluvias de otoño, antes de que lleguen los primeros hielos o nevadas y haya que recoger al ganado en sus cuadras o cobertizos de invierno. Ahí es donde se les va alimentando con el heno recojido al comienzo del verano hasta la entrada de la primavera siguiente.

Este fin de semana pasado hemos estado disfrutando de un verano retrasado en Quintanilla. Un tiempo que para nosotros resulta ser una gozada, pero que, para nuestros vecinos ganaderos, comienza a ser angustioso. Desde luego los prados, como se puede ver en la foto, no es que estén boyantes de hierba verde y lo de las lluvias no parece tocar en este supuesto otoño. Así que nuestras pobres vacas andan como posesas de un lado a otro a ver quién llega primero al poco verde que se les ofrece y, para remate, de los arroyos quedan las piedras y ya ni están húmedas. Las mis pobres más que derrotas se han encontrado con una broma de mal gusto.

Y es que el tiempo se parece en estos momentos a la vida misma y a la historia que nos está tocando vivir. Nada es como se supone que era o que debería ser. El verano no fue verano, el otoño está siendo una sartén, en el sur ha llovido más que en el norte ... Del mismo modo que los bancos estaban para proporcionar dinero y ahora resulta que hay que dárselo, estaban para guardar nuestro ahorros y puede que se nos esfumen. También se nos hizo creer que el euro era la base de nuestro progreso y mira cómo andamos ahora a su cuenta. De toda la vida el estado nos garantizaba unos servicios públicos y unas garantías laborales, sin embargo, ha llegado el momento en que se encarga de darles un plumazo. Así que hay una notable cantidad de personal que andan como nuestras vacas y yeguas en las derrotas de este año: ni agua ni hierba verde, o sea, ni trabajo, ni subsidios, ni vivienda hipotecada... Esas sí que son derrotas de las que hunden y de las que pueden matar. 

miércoles, 5 de octubre de 2011

MONTXO FERRER

Esta semana ha estado Montxo Ferrer en Bilbao. Entre los diversos actos en los que ha participado, ha dado una charla en el colegio de médicos de Bizkaia sobre el deporte que la fundación promociona en Anantapur. Así que tuve la oportunidad de verle y escucharle en vivo y en directo. Tenía suma curiosidad por conocerle y he de confesar que asistí con cierto ánimo de escrutarle para comprobar si de verdad es un líder o si es como esos príncipes, que su único título es "ser hijo de..." Ciertamente quedé impresionado y un tanto celoso porque a la salida María me confesó que se había quedado enamorada de él. De verdad, razones no le faltaban y no porque fuese un figura de revista. Montxo transmite serenidad, convicción, seguridad y visión. No es elocuente, y menos en su castellano mal hablado, pero convence y conquista. Le basta una mirada, una frase certera, una sonrisa ante los problemas más arduos y el tono de su expresión verbal y corporal. En el fondo de lo que transmitía se podía ver y palpar el espíritu de su padre, aunque físicamente recuerde a su madre. Es importante que esté dando nuevos pasos desarrollando y actualizando la herencia que recibió de ellos: sus principios, su experiencia y sus objetivos. Podría haberse dormido en los laureles de la fama adquirida por los resultados exitosos a los que ha llegado la fundación, sin embargo,  ha extendido su presencia a nuevos territorios en los que hay que comenzar desde cero, de manera similar a lo que su padre se encontró al llegar a Anantapur.

El tema de la charla, "El deporte en Anantapur", podría parecer de lo más chocante en un acto que llevaba el cartel de solidario. Estamos acostumbrados a que se nos llame a la solidaridad en las grandes catástrofes, en las hambrunas, en las guerras... El deporte por estos pagos tiene otras connotaciones y puede resultar contradictorio que una ONG venga a hablar de deporte, cuando medio mundo pasa hambre. Sin embargo quedó muy claro tras la exposición de Montxo cómo el deporte puede servir también para ayudar a la integración social de las capas y de las castas más desfavorecidas de la sociedad. Todo niño o adolescente, y si es pobre y marginado más, necesita desarrollar su cuerpo y aprender a comportarse en sociedad y en equipo, por ello el deporte es un aspecto mimado en las escuelas de la fundación. Lo que más me sorprendió, de todos modos, fue descubrir que en aquella zona rural de la India se estaba utilizando el deporte como un recurso más en la lucha contra la discriminación de la mujer. Solamente nos hizo caer en el detalle de que las jóvenes estaban corriendo y jugando en pantalón corto. Nos puede parecer algo normal pero en aquella sociedad no ha debido de ser nada fácil conseguirlo.

Salí sumamente contento del encuentro principalmente porque pude comprobar que en el trabajo de la fundación se cuidan con mimo y con rigor todos los aspectos de la promoción integral de la persona y de la sociedad. También percibí, a través de las respuestas que iba dando Montxo en el turno de preguntas, que en toda actuación lo que la fundación busca es dar posibilidades para que sean los dalits quienes desarrollen sus potencialidades y sean ellos mismos los que busquen las soluciones a sus problemas. Nuestra función se reduce a aportar recursos, aunque por el paternalismo típico de primer mundo tendamos a querer dar cosas hechas o a hacer nosotros lo que ellos no pueden. Y, a propósito de deporte, las iniciativas y la implicación de la Fundación Athletic Club me parecen un puntazo. 

jueves, 15 de septiembre de 2011

EL PARQUE DE LAS ESTATUAS, como la vida misma

Así llamaron al parque que han hecho delante de nuestra casa. Un parque muy moderno con fuentes, bancos con figuras de todo tipo y juegos infantiles. Como un buen parque que se precie, ve pasar por su piel todo tipo de colectivos, desde los niños a la hora de la merienda hasta los tipos más siniestros a horas intempestivas.  Es curioso, y lógico al fin y al cabo, que, dependiendo de las horas y de la climatología del momento, el paisaje y el paisanaje sean totalmente distintos. Además de las horas de juego, mientras las madres y abuelas charlan y persiguen a los infantes con la merienda en la mano, en los días que el calor aprieta el griterío infantil se desplaza a la zona de las fuentes. Está también la hora de los jubilados que reposan sus paseos sobre todo cuando da el sol y, en los momentos de salida de la residencia cercana, el parque se puebla de sillas de ruedas. No podían faltar los obligados encuentros de los dueños de perros, cuando les llega la hora fatídica a los animalitos y sacan a pasear a sus dueños, que, de paso, hacen tertulia mientras sus mascotas olfatisquean, se arremolinan y... eso.

En medio de este ir y venir yo, será por debilidad profesional, detecto enseguida la presencia de las que suelen llamar tribus urbanas. No las diferencio por su indumentaria o estética, que algunos la tienen, sino por su procedencia y por un interés común que les une, aunque no coincidan a las mismas horas o en los mismos días. Se trata del comercio de lo que no se puede comerciar en los comercios legales y para celebrarlo el fumarse los primeros resultados de la compra. Tiempo atrás me solía encontrar, ironías de la suerte, con los grupitos de absentistas que figuraban de nuestros registros organizando sus escaramuzas. Algunos de ellos que me conocían me saludaban sin cortarse un pelo y, de paso, yo aprovechaba para ir conociendo al resto. Pasó esa generación y me fui encontrando con alumnos y exalumnos del CIP. Poco a poco se fueron formando las cuadrillas de sudamericanos con pinta de arrastrar los huevos al andar y de no dar un palo al agua, pero sí a la birra, mientras sus mamás les visten como pinceles. Ellas con sus habituales atuendos y ademanes hacían correr la totesterona hasta por las farolas. Ultimamente alguna pareja de los habituales  ha aparecido con bebé.

Otro colectivo curioso que ya no se  prodiga por este parque es el de los marroquís que están en centros o pisos protegidos por ser menores sin acompañamiento. Parece que se van formalizando y se dedican a otras cosas. De éstos han quedado un par de elementos que se dedican a ligar rubias  a base de facilitarles costo. También frecuentan el parque otro tipo de visitantes que son las que más me llegan al alma. De vez en cuando se dejan caer con sus cochecitos de bebés algunas madres adolescentes que hace bien poco estaban en las cuadrillas anteriores. Algunas se sienten orgullosas de enseñarme a su criatura y uno tiene que tragar saliba ante su inconsciencia. Le hago una carantoña al retoño  e inmediatamente desvío la conversación para interesarme por la madre, su ánimo, su salud, sus perspectivas... Por muchos ánimos que se les quiera dar uno se aleja con el estómago encogido y el corazón del revés. A propósito de madres, hay otro colectivo de éstas entradas o a punto de entrar en la treintena que se juntan al caer de la tarde y, si el tiempo es benévolo, pueden estar hasta las mil y monas. Hablan, gritan, gesticulan, como si estuvieran en el plató de uno de esos programas tan de moda dedicados a escupirse lindezas, y, a la vez, fuman costo a todo pasto. A veces las oleadas llegan hasta nuestra ventana. Lo sorprendente es que traen a sus criaturas y las tienen merodeando entre ellas pero nadie las hace el mínimo caso. Está claro lo que están aprendiendo, además de que posiblemente esas noches las criaturitas se duerman de maravilla por el colocón que tienen que llevar encima como inconscientes fumadoras pasivas.

Desde hace poco he detectado otros dos colectivos algo más siniestros que los arriba descritos. El primero se trata de tres parejitas como de veiteañeros aparentemente tranquilas que pasan un rato en el parque departiendo amablemente entre ellos. Da la casualidad de que a tres los conozco desde que estaban en el instituto dando guerra y haciendo negocios poco recomendables. Alguno de ellos luego ni siquiera aguantó en el CIP. Una de las chicas, que en el CIP iba muy bien,  una vez que se lio con su actual novio ... Ahí donde se les ve, se están repartiendo el trabajo y el negocio. Los últimos que me han llamado la atención han sido unos mozalbetes rumanos que marmajean bajito en su idioma -como si les entendiéramos- y reparten de reojo miradas torvas a todo lo que se mueve alrededor como quien desconfía hasta de su propia sombra. Aparecen cada dos o tres días y los sábados por la tarde. A saber qué se traen entre manos, además del costo. En fin por si fuera poco todo lo descrito, aparecen de cuando en vez ruidosas bandadas de chiquillería que celebran vaya usted a saber qué sembrando el cesped de cajas y restos de pizzas, llenando las fuentes de botellas de plástico y dejando a su paso todo hecho un asco entre pintadas, papeleras arrancadas, farolas rotas y otros restos innombrables.

Así es el parque con el que convivo, como la vida misma de este pueblo. Entre las plantas y los árboles bien cuidados están empezando a germinar nuevos brotes de zarzas que ahora pueden ser imperceptibles, pero que se harán notar cuando ya sea muy difícil controlarlos. Y es que en este pueblo nuestro los problemas de fracasos, de desestructuraciones o de marginalidad están envueltos en la normalidad del día a día. Les separa de la mayoría un ligera pátina que no se percibe a primera vista pero que es impenetrable y muy difícil de romper. Por eso, cada día que paso por él no puedo evitar el escrutar a esas tribus y me siento más impotente que nunca, porque soy consciente de que ya me queda menos por hacer. Solo me resta, como he dicho en otras ocasiones, la función del notario, levantar acta de lo que veo e intuyo detrás, o la del profeta, advirtiendo de lo que puede venir encima, aunque sospeche que lo suyo va a ser predicar en el desierto.

viernes, 26 de agosto de 2011

JMJ ¿y ahora qué?

Ya ha pasado la marea juvenil por Madrid y por el resto de las diócesis españolas que han ido acogiendo a los participantes extranjeros. Todo ha sido multitudinario, solemne, emocionate... todo un derroche de fasto eclesial y, claro está, de gasto. No me importa el número de participantes, por mí como si fueran dos millones, lo que me importa de verdad es la pregunta que me he hecho en el título. Todo esto ¿para qué ha servido? Porque una cosa son los discursos oficiales y otra muy distinta los objetivos que se proponen aquellos que manejan los hilos de este tipo de movidas. Lo que no nos pueden vender es que se hacen estas jornadas mundiales para acercar el mensaje de Jesús a los jóvenes o viceversa, porque me parto de risa. El mensaje de su santidad y de la jerarquía española ha sido claro y diáfano: misa, confesión, comunión, normas morales, fidelidad a las directrices de la Iglesia. En esto consiste ser testigo y ser nuevos portadores del evangelio en nuestro mundo que está necesitado de Dios y así de mal le va. Solamente se ha tratado de agrupar a estos jóvenes, de cuya buena voluntad no dudaré nunca, para hacer una manifestación de fuerza, como la del famoso cardenal "estos son mis poderes". Poderes para seguir instaurando un catolicismo vertical y dogmático por encima de todo rastro de ecumenismo o de diálogo con la nueva sociedad globalizada y, de paso,  para que la jerarquía española siga teniendo peso y capacidad de decisión en la sociedad y en la política...

Estos mensajes no pueden ser captados por el hombre del siglo XXI y no digamos por los jóvenes que viven a años luz de las coordenadas decimonónicas en las que están encuadrados. No deja de ser sumamente chocante contemplar a una pléyade de mochileros que han estado pasando noches en esterillas aclamando a un líder engalanado en oro y acompañado de un séquito de la misma guisa. Una Iglesia que imparte doctrina desde semejante púlpito sin haber antes escuchado a los jóvenes, no puede decirles nada. Es fácil movilizar a la juventud con consignas, con eventos que contagian entusiasmo, con emociones fuertes de sentirse parte de una gran masa, con viajes, con encuentros entre iguales... Pero una vez que pasan ¿podemos decir que les han servido para profundizar en su fe, en su experiencia de Dios, que les han aportado un algo más que guíe su vida, que van a ser más capaces de asumir compromisos...? ¿Quién se va a creer que este tipo de eventos van a suponer una mejora o un arraigo de la pastoral juvenil en las parroquias o asociaciones que han sido el soporte de esta movilización? 

Creo que todo esta movilización ha sido un descomunal fraude, sobre todo, para aquellos jóvenes que han acudido de buena fe a las jornadas, porque a los que hayan venido, que siempre los hay, para aprovechar la ocasión de hacer turismo gratis les habrá importado un bledo. De alguna manera también lo ha sido para los agentes pastorales que se han pringado organizando todo el tinglado, desde los que se han dedicado a captar prosélitos hasta los que han tenido que preparar la infraestructura. El hecho de que los "kikos" hayan organizado a renglón seguido una jornada de aclamación a monseñor Rouco no hace más que abalar lo que estoy diciendo. Este maquiavélico personaje, que así lo he considerado desde que le conocí de profesor en Salamanca, es el que más renta ha sacado de todo esto. Se ha erigido en dueño y señor de la Iglesia española y habrá ganado una buena partida de puntos en el escalafón cardenalicio del Vaticano. Zelako desastrie!!

lunes, 15 de agosto de 2011

EL HAMBRE, UNA CONTRADICCIÓN MÁS DE ESTE PERRO MUNDO

Durante estas últimas semanas estamos recibiendo un continuo bombardeo de noticias sobre la hambruna en el cuerno de Africa. A uno le vienen un montón de sensaciones a cual más chocante. Por una parte, está bien llamar la atención de la ciudadanía para que pueda colaborar en la ayuda a esas gentes, pero de ahí a hacernos creer -como lo intentan algunos anuncios- que todos somos responsables de esa situación y que si no colaboramos no habrá solución posible va un trecho demasiado largo. Es totalmente injusto hacer recaer el peso de la trajedia sobre la conciencia de las gentes de buena voluntad. Por otra parte, se conoce de sobra que las circustancias que han provocado esa situación son recurrentes en esa zona y que, por si fuera poco, esos países están gobernados por estados ficticios, organizados manga por hombro, corrompidos hasta las orejas y sin ninguna credibilidad.

Ahora convendría recordar, por qué no, quiénes los colonizaron, cómo les impusieron un modelo de estado importado de Europa y que nada tenía que ver con sus costumbres ancestrales y tribales, cómo les abandonaron a su suerte sin medios cuando ya no les interesó seguir allí, cómo se ha estado mirando para otra parte y consintiendo que las cosas hayan seguido así... Nos hemos conformados con que las diversas ONG hayan estado socorriendo a una de las poblaciones más desfavorcidas del planeta, y ahora nos piden socorro porque están totalmente desbordadas, como si esto se arreglara con nuestra generosidad. Nadie pide responsabilidades a quienes deben tenerlas porque su riquezas de hoy se deben en parte al expolio del pasado. También es hora de que se comiencen a oír propuestas para atacar el fondo del problema porque las ayudas son tan imprescindibles como insuficientes. Pero esos sujetos responsables están liados ahora en cómo arreglar los desaguisados de las crisis económicas y creo que ese ruido no les va a permitir percibir los gemidos de hambre de los pueblos africanos.

Del blog de Ferrán adriá

En esos mismos días se convertía en noticia de cabecera en los medios escritos y audiovisuales el cierre del Bullin. Una contradición que me resulta insultante. El dios del refinamiento y del exotismo culinario se va a dedicar a investigar nuevos manjares para el disfrute y el exibicionismo de aquellos que puedan pagar los 400€ por cena. Manjares que no servirían para alimentar a los muertos de hambre de Africa, ni de ninguna parte, porque están destinados solamente a satisfacer caprichos e inflar el ego de los que van de sobrados en el primer mundo. Algo de ese dinero y de esa sabiduría se podría dedicar también a investigar  y a hacer propuestas de cómo solucionar el hambre, porque probablemente los responsables de poner en marcha soluciones de fondo podrían prestarles algo más de atención a esos divos del paladar, dado su alto nivel de prestigio social, que a las voluntariosas organizaciones o misiones que están poniendo hoy voz a los hambrientos.

sábado, 30 de julio de 2011

UN BANCO SENSIBLE??!!

Hace pocos días en uno de esos primeros momentos del día, mientras se prepara el desayuno entre bostezo y bostezo, en los que aún no se ha despejado de la cabeza la niebla matutina del primer arranque de la jornada, medio capté unas declaraciones de un señor que decía que eran sensibles al problema de los desahucios y del paro. Lo dejé pasar pensando que se trataba de un representante de alguna administración o de alguna ONG. Pero como es costumbre en los informativos de primera hora, siguieron repitiendo las noticias y hete aquí que el señor sensible era, ni más ni menos, que el segundo de abordo del banco de Santander. Estaba pregonando, como gran primicia, que, como en su banco eran sensibles al dolor de las familias que a causa del paro o de la crisis se veían abocadas a quedarse sin vivienda, iban a tomar una serie de medidas pioneras para aliviar esa situación insostenible. Para ello estaban dispuesto a perdonar el pago de la hipoteca durante tres años, durante los cuales solamente cobrarían los intereses...

 No sé a quién pretendía engañar ese señor vistiendose de hermanita de la caridad para camuflar sus dientes de lobo de señor de las finanzas. Vamos a ver, es posible que esas medidas sean un paño caliente o un mal menor para las familias hipotecadas con el banco de Santander, pero de ahí a que lo hayan hecho porque les parte el alma ver a esa pobre gente que no va a tener dónde caerse muertos, va un gran trecho. Lo que no nos dice el señor ese, del que no recuerdo el nombre, es que, como se consideran más listos que la media de la ciudadanía, se han dado cuenta antes que nadie de que se van a quedar con un montón de pisos y, lo más probable , es que se los tendrán que comer o mal vender, dado cómo está el patio de la venta de viviendas. Además de quedarse con el piso, dejan de cobrar los plazos de las hipotecas y no hace falta ser economista para darse cuenta de que con la venta de los pisos no van a cubrir lo que prestaron ni sus intereses. De esta otra forma se aseguran el cobro de los intereses, que menos da una piedra, se quitan en parte el marrón de los pisos y, de paso, pretenden quedar como Dios y atraer más clientes.

Veo que los especialistas en cinismo no solamente son los políticos de alto copete, sino también algunos de los señores de la usura. Como se ven por encima de los demás mortales nos consideran tontos o se piensan que vamos a tragarnos todo lo que dicen. Cómo se atreven a hablar de sensibilidad esos tiburones de la usura con las pedazo fortunas que se han amasado jugando con los ahorros del personal de a pie. La sensibilidad, señores míos, no se predica se demuestra poniendo dinero de verdad para promocionar el empleo, cambiando el sistema hipotecario... aunque eso suponga que en un tiempo ganen 500 cuando preveían ganar 1000, porque con esas otras 500 bien empleadas hay gente que podría salir adelante, lo cual a la larga también les favorecería a ustedes. Pero ya sabemos que para ustedes el no ganar una pizca de lo habían planeado es algo insostenible.

De todos modos no nos vengan con historias que resultan insultantes para la inteligencia media del personal. Se trata de que van a tomar unas medidas para no tener pérdidas o para hacerse publicidad  y si, de paso, dichas medidas pueden resultar beneficiosas en algo para el cliente, díganlo claramente: yo no pierdo y a tí te quito un vuelta del torniquete, pero nada más. Finalmente me atrevo a sugerirles que le abran expediente al que inventó lo de vestir de sensible al banco, por difamarles y ponerles un título tan inadecuado, a ver si se ha pensado que esas fortunas se amasan teniendo sensibilidad con los pobres que no pueden pagar intereses.

A VUELTAS CON LA XENOFOBIA

Después del atentado de Oslo se ha puesto de nuevo en el candelero el tema de la xenofobia.Se habló de ello con lo de Berlusconi, con los partidos de carácter populista de Europa, y, más en casa, en las elecciones municipales en Cataluña. Según algunos estudiosos del tema, esto no supone una vuelta al fascismo sino que viene a ser una reafirmación de la identidad y, a la vez, una defensa de lo propio. Todo lo que venga de fuera, ya sean inmigrantes, ya sea la unión europea o cualquiera de los efectos secundarios de la globalización -como la deslocalización de empresas, la interculturalidad, las transnacionales...- son los culpables de la crisis, del paro, de la inseguridad o ponen en peligro el bienestar de los ciudadanos. Lo peligroso es que esto parece que va a más y que, según estamos viendo, a ciertos líderes políticos se les está calentando la boca y, lo que es peor, a algún que otro fanático se les está yendo la mano en eso de la defensa de sus convicciones patrias.  La pregunta que se plantea en el fondo de este fenómeno es de dónde viene este sentimiento de rechazo a lo  diferente y, sobre todo, ese afán de convertir al de fuera en el chivo expiatorio de todos nuestros males.

Desde que estamos en Quintanilla he ido observando detalles curiosos en la forma de comportarse de las vacas cuando están en manada. En estos días que hemos pasado allí  he observado otro detalle más que me ha hecho recapacitar y quizás me hayan dado alguna pista al respecto, y no es broma. Me explico. Un vecino tiene una cantidad respetable de vacas. Unas las suelta al monte, otras las mantiene en prados lejanos y para las que necesitan más cuidados tiene un cercado al lado de nuestra casa en el que las tiene cerca, a refugio y las saca a pastar dos veces al día. Hace poco observó que una de las vacas que estaba en el monte andaba algo pachucha y la unió al grupo de mis vecinas. En uno de los paseos que solemos dar después de cenar vimos a esa vaca andando sin rumbo cuando el resto del grupo llevaban ya más de una hora en el cercado para pasar la noche. A la mañana siguiente le dije al dueño que habían dejado una vaca suelta y me contestó que suele dejarla fuera porque a la pobrecita la cornean las demás y no le dejan dormir. Al día siguiente estaban pastando en los alrededores del pueblo y pude ver cómo una vaca mayor corneaba a la pobrecita porque se había puesto a pastar con las demás del grupo, como si estuviera apestadita o si fuera a robarles la hierba. La he visto dormir fuera del cercado varias noches y siempre va alejada del grupo cuando las sacan a pastar. Son muy puñeteras las vacas, me dijo la dueña, cuando se han acostumbrado a vivir juntas no admiten que ninguna se meta en el grupo y si echan en falta a alguna de las suyas se enfadan. 

Algo debemos tener en común con ellas. Son vertebrados, mamíferos y viven en manada. Nosotros también aunque nuestras manadas sean mucho más complicaditas. Claro que nosotros, se supone, tenemos otra cosita más que parece que nos hace diferentes porque, según parece, no nos conducimos por el instinto. Solo que hay veces en que personas o colectivos se olvidan de esa cosita y se conducen por instintos. Es fácil que llevemos algo de esto en la genética, pero  además somos racionales, sociales, animales políticos -según Aristóteles-, tenemos afectos... Todo ello ha colaborado en que hayamos hecho historia, hayamos ido creando la técnica a través de los siglos y no nos hayamos quedado reducidos a mera naturaleza. Esos congérenes nuestros que se dejan dominar por esos instintos se quedan al nivel de mis vecinas las vacas o de los mamíferos en general. Se comportan como primates, aunque estén rodeados de aparatos de última generación y, lo que es peor, pretenden imponernos al resto la ley de la manada a costa de lo que sea.

lunes, 25 de julio de 2011

ARQUITECTURA, ESCULTURA Y PINTURA MADE IN NATURA



Hemos estado una semana en Quintanilla y en nuestros paseos por los parajes más ricónditos del Alfoz de Sta. Gadea nos hemos encontrado estas joyas de la naturaleza. Justo cuando estábamos en pleno paseo comenzó a echarse la niebla, lo que aportó al espectáculo un ambiente misterioso para completarlo. Desde las oquedades de las rocas, que según los entendidos esconden signos de habitabilidad en el paleolítico, hasta las estatuas que se erigen imponentes en medio de los prados, nos hablan de unos maestros artífices que han ido moldeando y pintando la blanda roca arenisca a lo largo de los siglos sin prisa y en silencio: el agua, el viento, el hielo y el sol. Debajo de esas figuras -el gorila sentado, la avestruz, el lagarto gigante, las almenas...- el suelo y el subsuelo es de la arena que las inclemencias metereológicas han ido arrancando a la roca. 

A parte de disfrutar del paisaje y del paseo, he ido pensando en un cierto paralelismo entre el proceso de creación de estas figuras y nuestras vidas. Visto ya desde cierta distancia de nuestro nacimiento, a uno no le queda más remedio que reconocer que no se ha ido forjando su personalidad solamente por su carácter, por los proyectos o ideas que le movieron, por los apoyos y la educación recibidos... Hay siempre "inclemencias" imprevistas que nos van moldeando y, a veces, van arrancando girones de nuestra vida, pero también son parte creadora de lo que hemos llegado a ser, aunque en su momento nos hayan producido dolor. Por otra parte, las "condicones metereológicas" de la historia nos han podido obligar o han llegado a provocarnos para que nos amoldáramos a ellas. Y es que no dejamos de ser nunca parte de esa misma naturaleza, aunque en el trajín diario nos olvidemos de ella. Os dejo aquí fotos de María para que disfrutéis con ellas como regalo de la naturaleza, que lo suyo le ha costado forjar esas joyas.




lunes, 18 de julio de 2011

¿A DÓNDE VAMOS A PARAR?


Algunos sentimientos personales
 ante el desastre económico actual

Sinceramente, en días como hoy da hasta miedo poner el telediario o escuchar alguna de esas tertulias de la radio, dedicadas a arreglar el mundo a pesar de los políticos, de los jueces o de las autoridades monetarias. Todo se resume en caídas de la bolsa, países en deuda o intervenidos: Grecia, Irlanda, Portugal, ahora España y le rondan a Italia y, para rematar el panorama, los yanquis dicen que se pueden declarar en bancarrota. En un momento dado, parece que nos vamos a arruinar todos y no sabemos quién se va a quedar con todo lo que nos va a desaparecer, porque esfumarse no se va a esfumar, digo yo. Para un humilde ciudadano que sabe de economía lo suficiente para llevar con cierto orden las cuentas domésticas, todo este embrollo se le antoja un misterio en cuya solución no tiene capacidad para hacer nada y, lo que es aún peor, que le da la sensación de que los que teóricamente mandan tampoco pueden hacer gran cosa. O sea, dicho simbólicamente, tenemos la sensación de que una gigantesca boa constrictor, invisible y de tamaño incalculable nos está apretando los anillos hasta que estemos listos para ser deglutidos.

Para librarnos de estas angustiosas sensaciones, nuestros políticos se están enzarzando en otra de las suyas diciéndonos que la situación es catastrófica e insostenible –hasta ahí ya habíamos llegado nosotros solitos- por lo que hace falta alguien que dé “confianza” para sacarnos de ahí. Claro que nunca coincidirán en señalar quién es ese sujeto, mientras se ponen a parir unos a otros lo que acaba por producir más desconfianza en los ciudadanos. He escuchado decir por enésima vez al portavoz del PP que la única manera de superar la crisis es dar “confianza” a los mercados. Para ello reclama elecciones inmediatas como piedra filosofal que lo recompondrá todo porque van a ganar ellos. Me he quedado pensando en la palabra clave que aparece en todas partes: “confianza”. Pero me he fijado en un matiz que la pervierte “a los mercados”. Claro, la de los ciudadanos les importa un pimiento porque buscan su voto nada más como quien vende seguros de vida a un desahuciado. Los mercados no necesitan confianza, es una palabra absurda para su lógica. Para qué la quieren si tienen la sartén por el mango, lo suyo es exigir condiciones: ajustes, recortes, despidos... Pero no pierden ojo, se quedan al acecho del que no llega a satisfacerlas para dar cumplida cuenta de él, como predadores que saben muy bien atacar a los más débiles de la manada porque corren menos o no se pueden defender.

Sinceramente, me siento impotente y angustiado porque me parece que todos los sabios en esto de la economía no dicen lo que saben o no saben lo que dicen, ya que no se les entiende su jerga, y, a la vez, ninguno da señales de saber qué hacer. Los que tenían que prever esto no lo supieron, o no lo quisieron ver, los que montaron este cisco han salido de rositas, las autoridades y los organismos reguladores ni se ponen de acuerdo ni están seguros de sus propias propuestas y, a todo esto, los países más pobres y los más pobres de los países desarrollados se quedan con una mano por delante y otra por detrás, como se decía antiguamente. Una vez más, pagamos justos por pecadores y los más débiles son los que caen impunemente en las fauces de estos predadores, aunque sean del privilegiado club del euro. Visto lo visto, a uno ya no le queda otra que quedarse esperando a ver si nos puede tocar también a nosotros.

domingo, 17 de julio de 2011

FACUNDO CABRAL, IN MEMORIAM

Me he quedado de piedra al escuchar la noticia por la radio. En un primer momento pensé que era una coincidencia porque solamente había oído el apellido, pero enseguida comprendí que se trataba de él. Un comando de facinerosos le había descerrajado dos tiros en la cabeza. Uno sigue sin querer afrontar la dura realidad, pero siempre quedan seres abyectos que son capaces de quitar de en medio a quienes no les gustan o les resultan incómodos, sin más razón de que me da la gana.

Como si de un acto reflejo se tratara, vino a mi memoria aquella noche memorable de 1974 en que se presentó en Salamanca. En un teatro principal abarrotado de estudiantes ansiosos de escuchar y de gritar verdades de a puño, nos hizo cantar con él sus canciones más conocidas, mientras improvisaba variaciones y milongas sobre la situación política que ya comenzaba a oler a muerto. Los aplausos, las consignas, las peticiones de más canciones estuvieron atronando el recital, aunque a la salida teníamos que guardar la compostura por si acaso.

Ahora le han callado de golpe, así no podrá seguir molestando a magnates y a dictadores, ni, por desgracia, dando aliento a quienes necesitan revelarse ante las situaciones injustas que les hayan tocado vivir. Facundo no ”era de aquí ni de allá” sino que era de todos los lugares en que hubiese alguien que pelease porque el ser feliz sea “el color de identidad” de todo el mundo. Los que te conocimos te llevaremos en lo mejor de nuestros recuerdos, no lo dudo.

martes, 5 de julio de 2011

La nueva generación... de padres!!

Ya estamos a final del curso. En una de las reuniones de evaluación del centro de PCPI salió, como una de las necesidades a tener en cuenta, el estudiar el tratamiento de las nuevas generaciones de padres, por si con las de alumnos tuviéramos poco. En los últimos cursos se está pasando de los típicos alumnos peleones, tocapelotas e, incluso, agresivos a los indiferentes, indolentes, chulapones... y todo lo que se quiera añadir en esta línea de que les falta sangre en las venas, como se suele decir. Normalmente se suele informar diariamente a las familias de las incidencias y de las ausencias para que sepan en todo momento a qué atenerse y qué medidas tomar en casa. Pues no, eso de las medidas era antes. Ahora el número de las que miran para otra parte, de las que no reciben o de las que, encima, te chillan va in crescendo de una forma alarmante, tanto por su cantidad como por la gravedad de sus despropósitos.

Como ejemplo salió en la reunión el caso de un alumno que superó con creces todas las faltas habidas y por haber. Hubo llamadas telefónicas, avisos por escrito... la respuesta por parte de la madre, cuando la había, era de disculpar las ausencias. Hasta que, en cumplimiento de las normas, se le tuvo que dar de baja en el centro. La madre se presentó hecha un basilisco exigiendo explicaciones y, encarándose con la directora, le espetó que a ver qué se pensaba que iba a hacer con su hijo en casa sin hacer nada. La respuesta era obvia ¿Qué había hecho hasta entonces? Lo más doloroso es que éste no es un caso aislado.

Cada día se habla más de lo consentidos que están los hijos y de las familias que están superadas por los adolescentes, pero hay que ir hacia atrás para explicarse de dónde provienen estos casos extremos. María comenta a veces en casa que se encuentra con casos de niños de tres años que solamente toman biberones en casa y que las familias esperan a que les enseñen a comer en el comedor del colegio. Cada día abundan más las familias que llevan en silla de ruedas a niños mayores de dos años, incluso de cuatro, lo podéis comprobar facilmente. Hemos conocido el caso de una mujer musulmana que ha conseguido un trabajo cuidando a un niño que resultó ser hiperactivo, que está muy de moda. El caso es que nos contó, horrorizada, que se iba a ver obligada a dejar el trabajo, aunque le era necesario, porque el padre de la criatura de 9 años, cuando se quedaba solo con el niño, le ponía películas porno para tranquilizarle y que le dejara en paz. Claro, cuando el niño coincidía con su hijo le decía unas cosas que ella no podía soportar -supongo que muchos de nosotros tampoco lo soportaríamos-. Sin llegar a casos extremos como éste, es también notorio que muchos niños ven la tele a cualquier hora y que se les permita ver cualquier programa, sin que los adultos les controlen o les acompañen. Cuántas veces se puede oír aquello de que les pones la tele y los niños ya no existen.

De estos polvos, esos lodos, que dice el refrán, o sea , lo que nos queda por ver.Luego nos extrañamos. Tal como vienen estas generaciones de padres, nos vamos a encontrar cada vez con más jóvenes desorientados, sin recursos personales y sin agallas. El problema que se presenta está en que van a tener que sobrevivir en una sociedad que está dando un viraje vertiginoso hacia un modelo de desprotección social, de trabajo escaso e inseguro, de competitividad despiadada... Y ya se me escapa dónde puedan quedar para ellos los valores de solidaridad, altruísmo, sensibilidad ciudadana, ética... Ya toqué algo referente a este tema en mi carta al ministro Gabilondo, y, cuando escribo sobre estos problemas, me quedo con una serie de sentimientos encontrados. Por una parte, de perplejidad porque se habla y se mandan mensajes desde las instituciones, desde la escuela, desde los servicios sociales y desde los medios de comunicación a las familias pero para muchas es como quien oye llover. Me da la sensación que algunas esperan que les llueva del cielo una supernani como la de la tele y les arregle el pastel, como quien espera que le toque la lotería para seguir viviendo sin problemas. Por otra parte, de rabia y de impotencia, porque nos volcamos, metemos horas y ponemos recursos -mientras aguanten los presupuestos- para sacar chavales de éstos adelante  y nos encotramos en cantidad de casos sin colaboración o sin un mínimo respaldo por parte de no pocas familias. Así que a la mínima de cambio se pierden y volvemos a las andadas. Finalmente, de hartazgo porque a los que nos preocupan estos temas creo que nos da la sensación de que somos como "voces que claman en el desierto". Sin embargo, al fin y al cabo me quedo con la conciencia de que, aunque no se nos haga caso, al menos hemos avisado que es lo que teníamos que hacer, además de nuestro trabajo diario.

Para que veais que en el PCPI nos tomamos esto en serio y, cómo no, para hacernos valer os adjunto el vídeo de presentación de este curso

jueves, 30 de junio de 2011

La historia que se reproduce

Estaba esperando el autobús y la vi de refilón en la entrada de un portal cercano, pegada al teléfono móvil. Hablaba con la determinación que siempre le ha caracterizado, entrecortando las frases como quien no admite contradicción. Su mirada fija y penetrante me pareció más fría que nunca. Había salido perfectamente arreglada. Lucía un peinado pegado que hacía relucir su pelo negro. Llevaba sortijas y afiches variados. Vestía un pantalón oscuro ceñido y una chupa negra ajustada que dejaba entrever una camiseta también negra y varios colgantes. Nunca la había visto tan puesta. Recuerdo que la última vez que la vi iba con un louk de "camionero" como quien acababa de salir de la obra. De hecho me comentó que trabajaba de gruísta. Desde luego hoy no tenía nada que ver con lo dicho.

La conocí hace bastante años cuando pusimos en marcha entre cuatro locos un proyecto de atención a menores en situación de riesgo, que se diría hoy en la jerga actual de los servicios sociales. O era la mayor de 3 hermanos, los otros 2 varones. Un buen día la madre se largó a una provincia del sur y les dejó a cargo del padre, que resultó ser un perfecto inútil de por sí y con el agravante añadido de su afición a beber. Como dato curioso, el buen señor se provocó un accidente en un ojo y se quedó tuerto para poder seguir viviendo sin trabajar a cuenta del erario público. Entonces toda la responsabilidad recayó sobre la abuela materna, una señora ya entrada en años con una salud precaria y con una mentalidad como si acabara de salir de su aldea. No se le podía pedir más. De vez en cuando entraba en escena una tía suya e intentaba poner un poco de orden pero se quedó embarazada y en cuanto dio a luz... Los niños estaban mal nutridos, mal vestidos, sucios y, a la vez daban muestras de tener serios problemas afectivos y psicológicos, como era de esperar.

O era una niña lista, decidida, desagradable y dañina. Disfrutaba haciendo daño psicológico a los iguales y a los monitores. Siempre se las arreglaba para tener alguna socia para sus andanzas. Hablé varias veces con ella y con su tía, a la que parecía que hacía un poco de caso, para ver cómo podíamos reconducir aquella mala leche que llevaba por dentro. Aprovechando lo que me pagaron por unos cursos que di, le buscamos una psicóloga que le trató bien, pero cuando fue llegando al fondo de los problemas O desapareció. En esos momentos verbalizó varias veces el odio que sentía por su madre porque los había abandonado. Además se había enterado que había tenido más hijos y decía que a ella ya sus hermanos no quería verlos. Todavía recuerdo sus palabras "Eso no se puede perdonar. Yo no abandonaré a mis hijos nunca". 

O ha tenido dos hijos de padres distintos y se los ha ido emplumando a los respectivos. Ella siempre va sola a cualquier hora con esos aires de me echo el mundo por montera. También me juró que cuidaría siempre de su hermano pequeño, muy débil y enfermizo, pero le veo siempre solo  paseando como un sonámbulo, con la mirada perdida y casi tan harapiento como lo recogimos cuando era niño. No he tenido oportunidad de abordarla y preguntarle en directo por sus hijos. En cuanto me acerco y ve que no le queda más remedio que hablarme, me suelta una retaíla de frases de esas con doble sentido que resultan incoherentes o me cuenta películas como la del gruísta. Me duele pensar que su historia se vuelva a reproducir en alguno de sus hijos. Reconozco que aquella niña que fue tuvo que sufrir mucho, pero rechazó todas las ayudas y se quedó con su dolor comiéndole por dentro poco a poco. Claro que el odio o el rencor no curan heridas y en casos como éste las vuelven a producir.

domingo, 19 de junio de 2011

YO TAMBIÉN ESTOY INDIGNADO

Hoy es 19J y no he podido ir a la manifestación por razones familiares pero me quiero sentir unido a este movimiento. Algunos medios de comunicación se empeñan en que es un movimiento de jóvenes, pero somos muchos los ciudadanos de otras edades que tenemos esas inquietudes, estamos esperando las mismas respuestas a lo que plantean y creemos que tienen razón. Los sesudos observadores de los medios de comunicación dictaminan que esto no tiene futuro porque no plantea propuestas ni se convierte en un algo similar a un partido político o sindicato. Aún no se han enterado que las respuestas las tienen que dar los que están en el poder. Solo se les pide que tienen que mirar a los ciudadanos para dar las adecuadas y no a otra parte por mucha fuerza que ésta tenga. Como he escrito en otras entradas de este blog, es la hora de la "civítica" por encima de la política. Esto es, priorizar el protagonismo de los ciudadanos sobre las superestructuras de un sistema que ya no responden a lo que realmente se necesita.





Lo dicho, ya que no me puedo manifestar me adhiero al manifiesto del 15M y cuelgo aquí su enlace.










sábado, 11 de junio de 2011

¿Un final inesperado?

Todo empezó en una relación que nadie entendimos. Ella procedía de una familia deshecha por culpa del alcohol y las desaveniencias, por lo que tuvo que pasar parte de su infancia y de su adolescencia en un centro de acogida de menores regentado por religiosas, en el que se encargó muy mucho de hacerles la vida imposible. Era una manipuladora genética con una capacidad fuera de serie de engañar y de trafulcarlo todo. El era un niño no deseado, abandonado por ambos progenitores que sobrevivió en casa de los abuelos hasta que éstos murieron y se quedó solo, con la única atención de una trabajadora social que le ayudó a mantener la casa y a que se buscara un futuro. No sé dónde comenzó la relación entre ambos. Solamente sabemos que lo bailó como una peonza a su antojo y que su tempestuosa relación fue digna de un novelón del pelo de Cumbres borrascosas. Y cuando menos se lo esperaba apareció T en el mundo lo que terminó de embrollarlo del todo. Ella dejó el medio trabajo que tenía, él desapareció y la hertzaintza tuvo que recoger varias veces al niño abandonado de noche porque su madre estaba como una cuba. Diputación entró en escena y asumió la guarda y custodia del bebé, lo que terminó por desquiciar a la madre que se quitó de en medio de forma un tanto trágica.





Como suele suceder en casos como éste, Diputación concedió la tutela al primer familiar del menor que levantó el dedo para ofrecerse. En este caso fue la abuela materna, con lo que se ponía en marcha el mismo mecanismo que acabó con su madre en un internado. T pasó por centros de día, clubs de atención a menores, trabajadoras sociales y mil historias de ese pelo, dado que su abuela tenía una gran capacidad de hacerse la mártir y de sacar ayudas hasta de un usurero. Daba la imagen de un niño simpático y movido aunque el fondo de su sonrisa solía estar teñido de un tono triste. El primer pinchazo llegó cuando tuvo que repartir cuarto de primaria. A partir de aquí comenzó a tener conductas de un nivel considerable de conflicto. La llegada a la adolescencia, como era de esperar en casos como éste, fue apoteósica: conflictos continuos en casa, en el instituto, faltas de asistencia en clase... Lógicamente el callejeo continuo y el pandilleo con lo mejor de la feria fue el paso siguiente.




Llegó un momento en que la abuela tuvo que pedir auxilio porque ya era incapaz de soportarle. Ni siquiera podía saber dónde pasaba las noches. De nuevo Diputación le recogió en un hogar en el mismo Barakaldo, lo que supuso un nuevo error dado que la abuela no hizo más que interferir y los educadores se lavaron las manos ante semejante dislate. El absentismo se convirtió en norma habitual de su conducta mientras los responsables del hogar miraban para otra parte como si la guerra no fuera con ellos. La educadora y la tutora del instituto se implicaron a fondo para evitar que perdiera la escolaridad y salvara unos mínimos de normalidad en su vida. El caso fue tan cantoso que la comisión municipal de absentismo elevó una queja al diputado de Acción Social ante la desatención de T. Todo este torbellino acabó con T en programas de desintoxicación. Después fue una tía la que levantó el dedo y se responsabilizó de tutelarle. Mejoró en algo su conducta pero acabó escapándosele de las manos.




En el instituto le derivaron al programa de complementarias de Somorrostro como quien le busca la panacea de la educación. Otro craso error. Ese programa solamente se impartía por la tarde y a quién se le iba a ocurrir que un tipo del estilo de T iba a dejar de estar con sus colegas y sus movidas para ir a clase. Me entrevisté con él varias veces en casa de la tía y charlamos largo y tendido en la calle porque, entre las piras y que no paraba en casa, me lo topaba cada poco tiempo. Siempre se mostraba receptivo pero había algo extraño dentro de él que le llevaba inexorablemente al desastre y a caer en manos de los más desaprensivos del entorno. Me partía el alma el verle desorientado quemando su adolescencia y el percibir todo el sufrimiento que llevaba dentro aunque quisiera hacerse el fuerte. Motivos no le faltaban.





Hacía mucho tiempo que le había perdido de vista. La única noticia que tenía de él es que era novio de E una antigua compañera de curso de mi hija y que seguía enganchado a los canutos. La semana pasada, según salía de trabajar, noté que alguien me llamaba con tono alegre. Me volví y me topé con la sonrisa burlona de el trastos que iba del brazo de su novia -ambos exalumnos del cip y de los que tendría otra página para escribir- Con ellos iba un tercer chico en el que no no me fijé porque estaba hablando con la pareja e interesándome por su criatura. "¿Qué pasa te vas a ir sin saludarme?" Vaya chasco que me llevé, era T y no le había reconocido. También él salía de trabajar pero no me dio tiempo ni a preguntarle dónde porque inmediatamente me espetó que estaba en la EPA y que había decidido sacar el graduado en ESO. Era un viejo desafío que yo le había planteado y que en su día dio por perdido. Nunca me han restregado en la cara algo y me he sentido tan feliz. Aunque cuando estos fichajes te cuentan estas cosas siempre hay que tener en cuenta que tienen un arte especial para decirte lo que quieres escuchar, me quedó una buena sensación. Algo había cambiado en su mirada que me llamó la atención y la misma expresión corporal daba una sensación muy distinta a la que yo recordaba. No he querido renunciar al regustillo de creer que ha mejorado su vida. De todos modos voy a intentar retomar mis charletas con él, para ver si ha podido enterrar algunos de sus fantasmas del pasado que le han herido desde su infancia. Y, si me deja colaborar en el intento, seré el educador más feliz de la tierra.


Aquí mismo fue el encuentro