domingo, 17 de julio de 2011

FACUNDO CABRAL, IN MEMORIAM

Me he quedado de piedra al escuchar la noticia por la radio. En un primer momento pensé que era una coincidencia porque solamente había oído el apellido, pero enseguida comprendí que se trataba de él. Un comando de facinerosos le había descerrajado dos tiros en la cabeza. Uno sigue sin querer afrontar la dura realidad, pero siempre quedan seres abyectos que son capaces de quitar de en medio a quienes no les gustan o les resultan incómodos, sin más razón de que me da la gana.

Como si de un acto reflejo se tratara, vino a mi memoria aquella noche memorable de 1974 en que se presentó en Salamanca. En un teatro principal abarrotado de estudiantes ansiosos de escuchar y de gritar verdades de a puño, nos hizo cantar con él sus canciones más conocidas, mientras improvisaba variaciones y milongas sobre la situación política que ya comenzaba a oler a muerto. Los aplausos, las consignas, las peticiones de más canciones estuvieron atronando el recital, aunque a la salida teníamos que guardar la compostura por si acaso.

Ahora le han callado de golpe, así no podrá seguir molestando a magnates y a dictadores, ni, por desgracia, dando aliento a quienes necesitan revelarse ante las situaciones injustas que les hayan tocado vivir. Facundo no ”era de aquí ni de allá” sino que era de todos los lugares en que hubiese alguien que pelease porque el ser feliz sea “el color de identidad” de todo el mundo. Los que te conocimos te llevaremos en lo mejor de nuestros recuerdos, no lo dudo.

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