sábado, 27 de febrero de 2010

¿HASTA CUANDO?

En su primera columna de febrero Boff nos trae el recuerdo de Auschwitz, por aquello del 65 aniversario de su liberación. Ante la pregunta que muchos se hicieron despues de descubrir su horror "¿Cómo pensar a Dios después de Auschwitz?" el replica haciendonos ver que hay otra pregunta más alarmante "¿Cómo pensar al hombre después de Auschwitz? O lo que es lo mismo ¿Cuánto de inhumanidad cabe dentro de la humanidad?" Por desgracia hemos seguido teniendo muestras de esa inhumanidad sin fondo después de aquella vergüenza. Puestos a enumerar, podríamos recordar genocidios como el de los kurdos, el de los bosnios, el del pueblo palestino, el provocado por lo gemeres rojos... También tenemos presente a los actuales fenomenos terroristas que aniquilan indiscriminadamente a quien se le ponga por delante y no respetan ni la vida de sus propios agentes, a los que inducen al suicidio. Todos ellos son productos de dictaduras, de fanatismos o de fundamentalismos de todo tipo, religioso, politico o etnico. Son hechos sangrantes de la historia y de la actualidad que nos llaman poderosamente la atención por lo repugnantes e indignantes que resultan. Pero es triste reconocer que la humanidad no se ha librado aún de esa semilla. En el lugar menos pensado se vuelve a encubar el huevo de la serpiente y cualquier día nos podemos despertar con noticias del mismo pelo.




Es fácil ver reflejada la inhumanidad en estos acontecimientos. Pero más alla del fanatismo y de su desprecio a la vida humana, nos tenemos que repetir las preguntas anteriores desde otra perspectiva: ¿ Cómo pensar a Dios desde el neoliberalismo? ¿Cómo pensar al hombre desde el colonialismo y desde el neoliberalismo? Claro que los habitantes de los países del primer mundo tenemos que hacernos esas preguntas, porque vivimos relativamente cómodos meciéndonos en sus encantos . Nos rasgamos las vestiduras ante las masacres de los nazis, pero no podemos perder de vista que fueron muchos más los muertos provocados por el colonialismo. Gracias a esa explotación, los paises europeos, dechados de democracia, fundamentaron su primacía y pusieron las bases para su desarrollo actual. Es fácil creerse que los únicos inhumanos son los que derraman sangre sin razón. Pero hay otra manera más sutil de masacrar que es más difícil detectar porque no la tenemos delante ni nos la ponen habitualmente en los informativos. La inhumanidad cruel e implacable del neoliberalismo está permitiendo morir de hambre y de pandemias a paises y a continentes enteros. Y, por si esto fuera poco, ahora pretende remediar las consecuencias de sus devaneos y de sus desfalcos a costa de que los mismos pasen más hambre y más penurias. Al final los cuerpos macilentos de las hambrunas tienen una expresión similar a los que se encontraron los aliados al entrar en Auschwitz y sus rostros transmiten la misma denuncia a la inhumanidad y a la injusticia establecida.





No nos podemos conformar con que los responsables de todo esto miren a otra parte como si el asunto no les incumbiera. Es muy cómodo montar grandes convenciones y hacer planes globales contra la pobreza - que a la postre se quedarán en papel mojado- para justificar su inoperancia o para disimular su falta de interés. Luego nunca faltan quienes convierten la miseria en un macro espectaculo para conmover a la ciudadania y quedar como salvadores, pero sólo les interesa salir en la foto. De alguna manera no debemos quedarnos pasivos ante esto, porque, de lo contrario, no seremos capaces de resolver esas preguntas con lo que, si somos mínimamente honrados, nos costaría mucho mirarnos en el espejo sin sentir vergüenza propia.

martes, 23 de febrero de 2010

PAGOLA ASKATU!!


Hace tiempo que se venía barruntando la noticia y por fin hoy me la he encontrado en el periódico. Resulta que le han secuestrado a Pagola la 9ª edicion de su libro sobre la aproximación histórica de Jesús, y eso que había introducido en ella algunas correcciones sugeridas por el obispo Uriarte. Sigo sin poder entender, y por supuesto admitir, que unos señores por muy mitrados que sean descalifiquen un trabajo riguroso de investigación porque no les encaja en el Detzinger. Seguimos arrastrando la misma enfermedad desde hace siglos: negar todos los avances de la ciencia, sea cual sea esta, porque sus conclusiones o sus hallazgos pueden poner en solfa cualquier principiode fe o de costumbres supuestamente intocable. No solamente se pierde credibilidad ante una sociedad cada vez mas adulta y con un mayor grado de información, y por tanto con mayor capacidad crítica, sino que se le secuestra al creyente la posibilidad de "comprehender" el mensaje de Jesus y los valores comunitarios de la tradicion eclesial elaborados en base a los conocimientos y las estructuras sociales del mundo de hoy.



En la reseña del periódico aparecía una frase literal de uno de los obispos que se han manifestado publicamente en contra del libro: "Este no es el Jesus de la Iglesia". He aqui el problema, como cristianos se supone que somos seguidores de Jesus de Nazaret y cuanto más conozcamos de su persona y de su entorno mejor podremos traducir su vida a nuestro momento histórico. El Jesus de la Iglesia, o lo que hayan hecho las iglesias con Jesus, es otro cantar. Es la Iglesia la que se tiene que mirar en Jesús y dejarse interpelar por él y no fabricarse un Jesús elaborado con elucubraciones y mantenerlo encerrado con el alcanfor de formulaciones ininteligibles para hombre actual. Si a esto añadimos las actitudes prepotentes e intolerantes de la jerarquia del estilo de la presente, el Espiritu Santo va a tener que buscarse otros pagos para sembrar su semilla.