jueves, 16 de febrero de 2017

Vistalegre 2 vs. Vistatriste 1

El triste espectáculo que el ciudadano medio, más o menos cercano a las posturas de Podemos, se encontró en las vísperas de la asamblea general rayó en lo experpéntico. Ya de por sí el continuo aireamiento de diferencias, codazos dimes y diertes estaban fuera de lo que el sentido más elemental de la decencia social aconseja. Por si fuera poco los medios de comunicación se encargaron, no solo de airearlo, sino de magnificarlo e incluso extorsionarlo, para regocijo de las alas derechosas del país. Estos nubarrones que se cernían sobre la formación con tracas de rayos y trunos hacían prever que la asamblea iba a resultar una Vistatriste del peor agüero.

En la asamblea celebrada el anterior fin de semana parece ser que las aguas no se han salido del tanque y que las bases han reclamado una unidad imprescindible para sobrevivir en política. Como no puede ser de otra manera, las votaciones han puesto a cada uno en su sitio, pero sin que esto supusiera exclusiones.
La literatura de los discursos parecía aceptar esos límites y en general todos subrayaban el buen ambiente en que se había desarrollado el encuentro, pero todos hemos quedado expectantes para comprobar si lo que quede escrito no los desdice. O sea, que la película final nos la han pintado de Vistalegre 2.

En este blog he dedicado diversas entradas a los problemas que creía podrían desbaratar el proyecto de Podemos: tanto por la complejidad y la pluralidad de sus bases, como por los liderazgos o por repetir los tradicionales fallos de las izquierdas. Ahora quedo expectante ante cómo va a discurrir esta legislatura y si Podemos va a poder afianzarse como alternativa real al sistema tradicional de partidos -que ya huelen- y como posibilidad de cambio de las políticas actuales. Creo, a este respecto, que es preciso  mantener la voz real de las bases y que los liderazgos sean sólidos pero no ajenos a las mismas ni excluyentes.
Siempre sobrevuela en los movimientos de izquierdas la espada de Dámocles del "centralismo democrático" de antaño, solo que disfrazado de vistosos discursos. A todo líder que salga aclamado habrá que recordarle aquello de los generales o emperadores que entraban victoriosos en Roma. El esclavo que iba a su espalda en el carro sosteniendo la corona del laurel del triunfo, le repetía continuamente "recuerda que eres hombre".

domingo, 12 de febrero de 2017

Días de monte 31

Subida al Ipizte (1057 mts) desde Arrazola. Junto a su vecino Andasto se les llama los vigilantes del Amboto. En efecto cubren el lado que mira hacia Araba. El Amboto es de por sí un espectáculo fuera de serie, pero el paseo de hoy nos ha posibilitado contemplarlo desde perspectivas que no son habituales, como se puede ver en el flirk que adjunto: vaya trono que se buscó la Dama. La mañana ha sido magnífica, no ha hecho frío, ni viento y la lluvia estaba encargada para la tarde y ha cumplido. Hemos hecho la ascensión por una calzada histórica que remonta el barranco de Errekaundi. Esta calzada comunicaba Arrazola con Aramaio y las tierras alavesas. Lo usaban los arrieros, los carboneros y los pastores. Hay tramos que aún se conserva bien, pero en otros el paso del tiempo y de la lluvia ha dejado las piedras al descubierto llevándose la tierra. En bastantes tramos teníamos que bajar a saltos y en la subida a zancadas. El barranco es de una belleza impresionante y hoy estaba radiante por la cantidad de agua que bajaba formando gradas y cascadas. Atraviesa un hayedo espectacular que bien podría servir para filmar escenas de akelarres. 

La calzada y al fondo el Ipizte
El final del barranco desemboca en la cimera del Andasto. A partir de aquí no quedaba otra que agarrarse a las rocas del lapiaz del Ipizte y arreglarnos como pudimos para orientarnos y llegar a su puntiaguda cumbre, yo al menos un tanto justito. En el último tramo nos encontramos con una ligera capa de nieve, así que pisamos todo tipo de terreno montañero: piedra, hojas secas, hierba y nieve. Qué más podíamos pedir. Orencio se ha apuntado también este sábado. En el bocata nos ha repartido unas madalenas que nos han servido para reponer mejor las fuerzas que falta nos hacía. 

Como andábamos justos de tiempo no seguimos la propuesta de regresar por la otra ruta. Nos parecía interesante pero era más larga, así que optamos por regresar por la calzada. De todos modos, nos encantó volver a disfrutar del espectáculo del agua con más fotos ¡Qué preciosidad de país nos ha tocado en suerte y qué gozada poder disfrutarlo en estos parajes! Excursión recomendable para los aficionados o que tengan las suficientes fuerzas para hacerla -han sido 900 metros de desnivel-. Lo digo porque a la vuelta nos encontramos con unos padres entusiastas que llevaban a sus dos pequeños -el mayor no llegaba a los 10 años- y los dos tenían una cara que decía aquello de "cuando se acaba esto", mientras la madre casi llevaba a rastras a la pequeña. Habrá que tener cuidado, porque, a veces, en vez de transmitir la afición por el monte, se puede vacunar a los pequeños.