lunes, 14 de marzo de 2016

Días de monte 24

Tras varios intentos frustrados por la metereología, este sábado 12 nos lanzamos a la búsqueda de cumbre. No teníamos pensada ninguna, así que echamos mano de alguna que nos quedó pendiente. Decidimos partir de la ermita de Garrastatxu en dirección al Odoriaga y hacer las cumbres de esa zona que nos diera tiempo. Llegamos a la ermita y el panorama nos dejó claro que había que ponerse las polainas y las cadenas. Juanjo, siguiendo mi ejemplo, se había comprado otras pero más completas. La ruta no tiene pérdida y enseguida nos presentamos en la entrada de los terrenos del parque natural de Gorbeia. 

A poco de comenzar una subida exigente y continuada comenzamos a pisar nieve, pero a penas iniciar la ascensión nos encontramos inmersos en un universo blanco: nieve por el suelo y neblina por las cumbres cercanas. La marcha se convirtió en más lenta y pesada, como es lógico, a medida que ganábamos altura. No habríamos llegado a los 900 ms de altitud y ya teníamos entre treinta o cuarenta centímetros de nieve blanda, sin contar los baches donde metíamos toda la pierna. Nos fuimos guiando por los pequeños postes que marcan las pistas de pastoreo, porque
la ruta se había esfumado camuflada bajo la nieve. La primera cumbre que nos encontramos fue la del Nafarkorta 1.017 metros de altitud. Nos hicimos las fotos de rigor y alguna panorámica más, nos forramos más y decidimos volver, porque empezó a chispear y el tiempo se nos echaba encima. 

Al bajar al collado nos detuvimos a sacar fotos a los mojones que marcan los límites de Araba y Bizkaia, o sea, que habíamos salido de Araba y habíamos hecho cumbre en Bizkaia, municipio de Orozko. Cuando dejamos la nieve atrás comimos el bocata y, ya de nuevo en la zona recreativa de Garrastatxu nos tomamos un café en el bar, que según parece abre los fines de semana.
En él anunciaban que la etapa del 5 de abril de la vuelta a Euskadi acabará en ese alto, tela subidita. En fin, una mañana impresionante, como si hubiéramos estado en un simulacro de Pirineos o algo así. Acabamos algo más cansados que de ordinario pero muy a gusto. Quién  me iba a decir que después de un comienzo de invierno tan atípico iba a tener la oportunidad de pisar nieve en dos ocasiones. La zona recreativa y los panoramas de Garrastatxu son muy recomendables y la subida se encuentra con facilidad desde Barambio.