jueves, 29 de abril de 2021

Carta abierta a la señora Monasterio

 Señora diputada por Madrid:

En primer lugar quiero hacer un ejercicio de contención para no caer en su estilo faltón y en su desmedido afán de desprestigiar al de enfrente, sin que le duelan prendas en calumnias y en todo tipo de desprecios. Reconozco, ante todo, que es usted un persona sumamente inteligente, lo que le convierte un un arma muy peligrosa para sus adversarios. A ese nivel intelectual hay que añadir que está usted muy bien situada social y económicamente, lo que le ha permitido irse de rositas después de toda una serie de dudosas actuaciones en su campo profesional. Vamos, es usted de las que se cree que está por encima del resto de los mortales y que le importa una higa las consecuencias de lo que le venga en gana hacer, y parece que, por lo que se ve, le va bien. Nada más  tenemos que comprobar que en su labor política ha conseguido que en estos momentos el mundo político gire alrededor de usted. Su voz se escucha constantemente por encima de los demás, a los que no les permite emitir dos frases seguidas y luego se queja de que no le permiten hablar.

Ahora me quiero centrar en el motivo que me ha impulsado a escribirle esta carta. De entre todas las barbaridades, a mi modo de ver, que está usted profiriendo en la campaña electoral, como portavoz de su partido, me duele particularmente su ensañamiento y el de su partido con los menas, que ya viene de lejos. Me parece un simplismo, no propio de su inteligencia, afirmar que todos los menas son violadores y delincuentes. Yo convivo con unos cuantos que le puedo asegurar que no son así ni de lejos. Por otra parte, no tenemos que ir tan lejos para encontrar violadores en manada dentro de nuestras fronteras. Por esa misma regla de tres, después de la sentencia judicial contra la manada de los Sanfermines, no tendríamos que permitir que ningún andaluz pasase al resto de España o tomar alguna medida similar. Ciertamente hay migrantes que han cometido ese tipo de delitos, pero eso no le autoriza a estigmatizar a todos y querer echarlos a patadas.

¿En su preclara visión política no se han detenido a tomar nota del bajísimo nivel de natalidad de nuestro país? ¿Tampoco se han parado a pensar que la mayoría de los hijos de los españoles no están por trabajar de ayudantes de fontaneros, electricistas, camareros, albañiles, cocineros, peones... que de todos modos son puestos imprescindibles? ¿Se han olvidado de que muchos españoles, turcos, griegos... participaron en el milagro de la recuperación alemana y que sin ellos ésta no habría sido posible? No creo que usted no esté al tanto de que para continuar con la recuperación económica hace falta bastante más mano de obra, no solo cualificada, de la que podemos generar los autóctonos. 


Señora Monasterio no estamos gastando dinero en ellos, estamos invirtiendo en que se formen y estén capacitados para incluirse en el mercado laboral y en la sociedad. Sin esta inversión es cuando nos les quedaría otro remedio que estar tirados en la calle sobreviviendo de lo que pillasen y entonces sí que íbamos a tener bastantes más problemas. Estos chicos, cuando la retorcida legislación de extranjería les permite acceder a un contrato, están dando en su mayoría excelentes resultados. Muchos empresarios están aplaudiendo con las orejas porque chicos así resultan más productivos que los de aquí y, por supuesto, dan menos problemas porque no tiene derecho a quejarse y se les puede explotar descaradamente. Y no olvide que seguimos necesitando que aumente el número de cotizantes, o sea, si ahora se invierte en ellos, revertirán lo invertido cuando coticen.

A propósito ¿conoce usted alguno de ellos o algún centro o asociación que trabajen con ellos? ¿Se ha preocupado por informarse del calvario que tienen que pasar a esa edad hasta entrar en España y en pasar los trámites posteriores? ¿Se ha interesado por lo que le cuesta a cada familia pagar para que a su hijo lo metan en una patera sin ninguna garantía? No creo que tenga que echar cuentas para calcular cuánto tiempo les va a costar a esas familias empobrecidas saldar la deuda. Le aseguro que estos chicos tienen muy claro que su deber es devolver dinero a su familia en cuanto puedan y están dispuestos en su mayoría a soportar lo que sea necesario para conseguirlo. Es sorprendente ver cómo a su edad son capaces de sobrellevar tanto dolor y tanto miedo. 

Señora Monasterio, tanto usted como su partido están haciendo un daño sin razón a esos jóvenes y a sus familias, por tomarles como chivos expiatorios de no se sabe qué o como arma arrojadiza contra el gobierno. A la  vez están infringiendo un daño aún mayor a la ciudadanía por tratar de engañarla, aprovechando la xenofobia oculta en una gran parte de ella y de la que ustedes hacen gala, haciéndole creer que esos jóvenes son los grandes causantes de nuestros males económicos, de la seguridad ciudadana, del paro juvenil y de todo lo que les apetezca echar por esa boquita. Sinceramente, usted me da pena. No entiendo qué le puede estar aportando tanta bajeza humana como está exhibiendo, a no ser que se haya dejado su conciencia perdida en algún rincón de su historia, por lo que ahora no le afecta moverse insensible en el fango de la corrupción y de la impostura.