lunes, 1 de junio de 2015

El estuario del río Barbadún

Esta mañana de domingo hemos disfrutado de un día primaveral con sol y con la brisa fresca del mar. Hemos salido pronto hacia la playa de La Arena, antes de que llegara la nube de familias ansiosas de sol. He estado fuera de circulación por mis lumbalgias y había que probar y poner las bisagras en marcha aprovechando el sol. Así que nos hemos dedicado a pasear durante dos horas por el pequeño estuario del río Barbadún, que desemboca junto a Pobeña en la playa. Antes de llegar ahí forma un pequeño estuario cuyas dunas y marismas se están recuperando tras largos esfuerzos. Es una gozada ver llenarse de vegetación y de vida unos parajes castigados por la minería y la industria. Hoy nos ha tocado la bajamar y estábamos en época de mareas vivas, por lo que hemos podido salir de los caminos marcados y perdernos en medio de la marisma sin mojarnos ni llenarnos de barro, viendo restos de karramarros o de caracolillos y asustando pajarillos de los que no conozco el nombre. Ahora sí que podrán refugiarse las aves migratorias y hacer su recorrido las angulas

Hasta hace bien poco estaban ocupados por depósitos de CLH que han sido trasladados a la zona industrial del puerto exterior de Santurtzi. Cuando yo era niño este río era de color rojizo porque en él se vertían los residuos de los lavaderos de mineral de Galdames y Sopuerta. Hoy aún está amenazado este enclave por la presencia de la factoría de Petronor. Ahora también cuenta con una depuradora de aguas residuales y está volviendo también la vida en las aguas.
El año pasado las dunas se vieron golpeadas por los temporales y como se puede apreciar en las fotos se están poniendo pequeñas barreras para consolidarlas. Al mismo tiempo se les está dotando de plantas típicas de ese tipo de terrenos y se mantienen protegidas hasta que éstas estén seguras. En las partes más consolidadas se puede disfrutar de cañaverales y de todo tipo de plantas y arbustos y de áreas de esparcimiento y juegos, en los hay que espabilar si se quiere coger sitio.

Resulta un privilegio tener entornos así tan cercanos, a solo 15 minutos en coche, aunque esa cercanía haga peligrar su integridad porque gran parte de la marabunda que invade la playa no tiene integrado en su chip el respeto y el cuidado de estos espacios tan frágiles como bellos.

domingo, 31 de mayo de 2015

Sra. Palacio ¿volvemos a la Edad Media?

Anda la derechona revuelta poniendo a parir a todos los nuevos partidos o agrupaciones que les pueden sacar de sus posiciones. Están nerviosos, demasiado nerviosos y se dedican a soltar despropósitos, como si el personal medio no fuera lo suficientemente inteligente para saber apreciar cuáles son las verdaderas motivaciones de esos despropósitos. Por una parte, veo que la derecha sigue usando el mismo argumentario que sus antecesores cuando se instauró la república, insultos y calumnias: estalinismo, chavistas, pro etarras, desmantelamiento del sistema democrático... Solo les falta inventar algún cuerpo paramilitar, como los falangistas o los de Onésimo de aquella época,para dar estopa al rojerío de nuevo cuño. Aunque ahora tienen de su parte las huestes de sus medios incondicionales y, cómo no, de los mercados o las bolsas que se pueden enfadar con los españolitos porque se atreven a votar lo que a ellos no les gusta.

En medio de este ruido poselectoral la exministra Ana Palacio ha superado todos los registros del coro de sus correligionarios: son como el estado islámico y nos van hacer retroceder hasta el siglo XI. A propósito de retroceder, señora exministra, me gustaría hacerle unas breves aclaraciones.Si alguien ha hecho retroceder a este país es el partido en el que usted milita, con el desmantelamiento del estado del bienestar y el maltrato a la educación y a la cultura. Claro que hemos retrocedido pero lo más grave es que ahora nos quieren hacer creer que aquí no ha pasado nada, porque la economía ya se está recuperando gracias a ustedes. Puede que los bancos, las grandes empresas o los mercados estén contentos porque las cuentas salen mejor para ellos. Sin embargo esa no es la sensación de la inmensa mayoría de los ciudadanos. Solamente ustedes no quieren ver la profunda brecha que están cavando con sus medidas en la sociedad española, cuando desde todas las partes están denunciando que España es uno de los países con mayor diferencia entre la clase pudiente y la mayoría de la población, que es alarmante la cifra de niños en situación de pobreza severa, que se está hablando de deficiencia energética. A esto se suma su tan cacareada creación de puestos de trabajo, pero saben de sobra que con su desaguisado laboral -que de reforma nada- son en su inmensa mayoría trabajos precarios y mal pagados que no dan ni para el sustento de una familia. 

Esa brecha, señora Palacio, es la que hace imposible que la recuperación llegue a todos. Esa brecha ha facilitado que no pocos de los suyos hayan campado a sus anchas metiendo mano al dinero público o corrompiendo el sistema. Esa brecha es el baluarte que les garantiza a los que tienen la sartén por el mango el que nadie se lo va a arrebatar. Ahora ven que hay gente dispuesta a saltar esa brecha para conseguir que la pasta y los recursos lleguen para todos, y eso no lo van a consentir. O sea, que su tan cacareada recuperación consiste en que los que provocaron la crisis y los más pudientes van a ganar cada vez más, a costa de una legión de muertos de hambre y de angustia que se tienen que agarrar a un clavo ardiendo para arrascar unos euros miserables, si es que se tiene a bien pagárselos. Su recuperación económica y su lucha contra el paro consiste en igualar a los trabajadores españoles con los chinos, o con las costureras de la India o de Bangla Des. Los trabajos que dicen crear son del mismo pelo que los siervos de la gleba ¿Se acuerda de ellos la señora exministra? Eran gentes ignorantes y pobres que no tenían ni derechos sobre la tierra y que debían obedecer a los señores y conformarse con lo poco que les dejaban para subsistir. Eso es lo que pretenden conseguir los suyos: gentes sin recursos, a ser posibles sin formación ni cultura, que se tengan que arreglar con las migajas que se les caigan de sus suculentas mesas y, eso sí, sin rechistar que desestabilizan el sistema. Esto es lo que están haciendo ustedes: volver a la edad media, ya sea de señores feudales o de califatos. No tenga la desfachatez de echárselo en cara a otros.