Anda la derechona revuelta poniendo a parir a todos los nuevos partidos o agrupaciones que les pueden sacar de sus posiciones. Están nerviosos, demasiado nerviosos y se dedican a soltar despropósitos, como si el personal medio no fuera lo suficientemente inteligente para saber apreciar cuáles son las verdaderas motivaciones de esos despropósitos. Por una parte, veo que la derecha sigue usando el mismo argumentario que sus antecesores cuando se instauró la república, insultos y calumnias: estalinismo, chavistas, pro etarras, desmantelamiento del sistema democrático... Solo les falta inventar algún cuerpo paramilitar, como los falangistas o los de Onésimo de aquella época,para dar estopa al rojerío de nuevo cuño. Aunque ahora tienen de su parte las huestes de sus medios incondicionales y, cómo no, de los mercados o las bolsas que se pueden enfadar con los españolitos porque se atreven a votar lo que a ellos no les gusta.
En medio de este ruido poselectoral la exministra Ana Palacio ha superado todos los registros del coro de sus correligionarios: son como el estado islámico y nos van hacer retroceder hasta el siglo XI. A propósito de retroceder, señora exministra, me gustaría hacerle unas breves aclaraciones.Si alguien ha hecho retroceder a este país es el partido en el que usted milita, con el desmantelamiento del estado del bienestar y el maltrato a la educación y a la cultura. Claro que hemos retrocedido pero lo más grave es que ahora nos quieren hacer creer que aquí no ha pasado nada, porque la economía ya se está recuperando gracias a ustedes. Puede que los bancos, las grandes empresas o los mercados estén contentos porque las cuentas salen mejor para ellos. Sin embargo esa no es la sensación de la inmensa mayoría de los ciudadanos. Solamente ustedes no quieren ver la profunda brecha que están cavando con sus medidas en la sociedad española, cuando desde todas las partes están denunciando que España es uno de los países con mayor diferencia entre la clase pudiente y la mayoría de la población, que es alarmante la cifra de niños en situación de pobreza severa, que se está hablando de deficiencia energética. A esto se suma su tan cacareada creación de puestos de trabajo, pero saben de sobra que con su desaguisado laboral -que de reforma nada- son en su inmensa mayoría trabajos precarios y mal pagados que no dan ni para el sustento de una familia.

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