lunes, 25 de julio de 2011

ARQUITECTURA, ESCULTURA Y PINTURA MADE IN NATURA



Hemos estado una semana en Quintanilla y en nuestros paseos por los parajes más ricónditos del Alfoz de Sta. Gadea nos hemos encontrado estas joyas de la naturaleza. Justo cuando estábamos en pleno paseo comenzó a echarse la niebla, lo que aportó al espectáculo un ambiente misterioso para completarlo. Desde las oquedades de las rocas, que según los entendidos esconden signos de habitabilidad en el paleolítico, hasta las estatuas que se erigen imponentes en medio de los prados, nos hablan de unos maestros artífices que han ido moldeando y pintando la blanda roca arenisca a lo largo de los siglos sin prisa y en silencio: el agua, el viento, el hielo y el sol. Debajo de esas figuras -el gorila sentado, la avestruz, el lagarto gigante, las almenas...- el suelo y el subsuelo es de la arena que las inclemencias metereológicas han ido arrancando a la roca. 

A parte de disfrutar del paisaje y del paseo, he ido pensando en un cierto paralelismo entre el proceso de creación de estas figuras y nuestras vidas. Visto ya desde cierta distancia de nuestro nacimiento, a uno no le queda más remedio que reconocer que no se ha ido forjando su personalidad solamente por su carácter, por los proyectos o ideas que le movieron, por los apoyos y la educación recibidos... Hay siempre "inclemencias" imprevistas que nos van moldeando y, a veces, van arrancando girones de nuestra vida, pero también son parte creadora de lo que hemos llegado a ser, aunque en su momento nos hayan producido dolor. Por otra parte, las "condicones metereológicas" de la historia nos han podido obligar o han llegado a provocarnos para que nos amoldáramos a ellas. Y es que no dejamos de ser nunca parte de esa misma naturaleza, aunque en el trajín diario nos olvidemos de ella. Os dejo aquí fotos de María para que disfrutéis con ellas como regalo de la naturaleza, que lo suyo le ha costado forjar esas joyas.




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