domingo, 2 de noviembre de 2025

La indecencia en política


El que haya políticos indecentes o impresentables viene en el folleto de instrucciones de la política. A parte de los casos internacionales más sonados por su despotismo y sus decisiones destructivas de los fundamentos sociales y de miles de afectados, hay algunos ejemplares domésticos que nos están martilleando en los oídos y en la vista hasta la saciedad en estos días. Pongamos, por empezar con uno, el tal Mazón que, no se sabe cómo es posible, aún sigue siendo presidente de la comunidad valenciana. Después de haber sido un irresponsable y un caradura al no estar al frente de las decisiones a tomar en la famosa dana, se dedicó a echar la culpa al gobierno y a las administraciones estatales. Se ha agarrado al bracete de VOX y no se ha cortado un pelo para aceptar imposiciones ultras con tal de sacar unos presupuestos. Ha seguido mintiendo y, para más inri, resulta que su partido nacional le ha jaleado. Ha ignorado y desprestigiado a las familias de las víctimas, se ha puesto el chubasquero ante las continuas manifestaciones ciudadanas... y hoy nos sale en un discurso con que algo salió mal, pero lejos de decir por dónde hay que tirar para superarlo, vuelve a echar al tejado de las administraciones centrales la culpa del abandono y de la impotencia posteriores. Y no se le ocurre mejor idea que presentarse en le funeral de las víctimas, conociendo de sobra cómo está su relación con las asociaciones de las mismas.


Cómo se puede aguantar semejante nivel de bajeza humana, como la de este tipo  agarrándose a un cargo a costa de lo que sea. Se le ha pillado -con perdón- cagando y sin papel y aún no se ha limpiado el culo, con que su tufo es ya insufrible no solo para sus paisanos, sino también para el resto de la nación, porque, a parte de las maniobras partidistas, no creo que haya muchos votantes o afines a su partido que no tenga que taparse las narices solo con nombrarle. También quedó manifiesto en aquel momento que el gobierno de esa comunidad estaba en manos de incompetentes, puestos a dedo sin la menor idea de gestión, como su presidente que sí es sumamente experto para maniobrar y hacer chanchullos. Podemos preguntarnos si más gobiernos de ese partido son del mismo pelo.


El otro personaje de una indecencia, ya a nivel vomitivo, es el escapista Puigdemont. Un tipo que ante el hundimiento del barco que capitaneaba, antes de que le llegara el agua, huyó como las ratas en el maletero de un coche y dejó a los suyos que se los tragara el agua. Se ha montado una vida de lujo en el extranjero con el apoyo de sus incondicionales y de una manta de pseudo separatistas que siguen votando a su partido -aún no entiendo por qué- pero a costa del erario público. Ha provocado que se le conceda una amnistía, pero los jueces le han pillado en un fleco que no entraba y tiene que seguir fuera, lo que, de paso, le viene de maravilla para seguir jugando al victimismo y para tomar decisiones a distancia para que sus corifeos le hinchen más su ya descomunal ego. Tuvo la desfachatez de montar un circo en Barcelona apareciendo y desapareciendo para decir hago lo que me da la gana y no me pilláis. Ahora no se sabe bien por qué, se ha erigido en director de la política estatal por aquello de que sus pocos votos son imprescindibles y está dispuesto a echar el gobierno abajo porque le da la gana y así se hace más importante, qué se han creído esos.


También merece un aparte muy importante el "PP-VOX Zirkus", con unos personajes circenses de gran categoría: abogados cristianos, manos limpias, pescadores en las redes -sociales, claro- especialistas en cebos a golpe de bulos y mentiras que de tanto repetirlas quieren que se conviertan en verdades. Entre estos destaca de un modo singular el tal Peinado que, como juez, da un gran empaque al circo aportando números nuevos cada poco, después de presentarse en la Moncloa, citar una legión de gente, pedir grabaciones a troche y moche sin que tengan mucho que ver con lo suyo y ya últimamente en el éxtasis de su originalidad va a meter una denuncia a un periódico porque ha editado una entrevista al ministro de transportes en la que le pone a caldo, más aún, les va a pedir 50.000€ de indemnización, y ,como bien anuncia su apellido, no se le ha movido ni un pelo. Y ya entre lo impresentable, insultante y desquiciante destaca la comisión de no sé qué del senado, faltando al respeto al presidente citado y a los españoles, porque nos han llamado idiotas si pretenden que nos traguemos la sarta de despropósitos que han escupido. Ya no saben qué hacer y han pretendido enumerar sus miserias para hacer ver que también se han producido en los de enfrente. 


¿Qué delito hemos cometido los españoles para merecernos semejantes esperpentos? Como dice mi amigo Emilio para ser funcionario título y oposición, para ser profesor lo mismo, para trabajar de médico título y experiencia... para ser político ser amigo del jefe de turno sin más. Con un  poco de suerte algunos sí tienen estudios, pero puede que lo que estudiaron no tenga nada que ver con las competencias del puesto que le hayan encomendado, como dijo el otro: ¡¡País!!

No hay comentarios:

Publicar un comentario