domingo, 10 de diciembre de 2023

Lunes de senderismo 21

 


El lunes 4 de diciembre hicimos la ruta entre Zalla y Balmaseda. Previamente teníamos previsto hacer la ruta de Martiartu pero se desestimó por problemas de charcas y de tramos en condiciones peligrosas por riesgo de caídas. Ha sido un día de record: 26 participantes -el máximo fue 25 hace tiempo- y también en la gran cantidad de fotos, incluidos dos vídeos que nos han sorprendido gratamente. Llegamos todos y todas sin problemas a tiempo al autobús. Al contrario de lo esperado por las previsiones negativas del tiempo, resultó ser una jornada agradable sin viento y solo en unas pocas ocasiones tuvimos que abrir el paraguas. El río Cadagua fue un espectáculo constante -visual y sonoro- por la cantidad de agua que bajaba y por las diversas imágenes que formaba con las caídas de las presas y los remolinos de los rápidos. De ellos han dado testimonio numerosas fotos. También nos llamaron la atención algunos torrentes en la primera parte del camino.

 A poco de empezar la marcha llamé la atención sobre la vista del castro de Bolunburu y se quedó en que, para curiosos de la historia y con fuerzas para subir, se programaría la visita a esos restos prehistóricos. Sin contratiempos y con la mayor tranquilidad del mundo fue transcurriendo el recorrido. Tuvimos la oportunidad de poder contemplar por dentro la hermosa ermita de S. Antonio, aprovechando que estaba abierta por obras y el trabajador estaba fuera. También nos sorprendió la obra del palacio de los Urrutia del que solo se veía la fachada porque estaban en plena restauración de la misma sujetando el vano de las ventanas. Los rapidillos pasaron por delante sin hacerles caso, qué le vamos a hacer.


Antes de llegar al habitual cobijo para el hamaiketako, nos llevamos una gratísima sorpresa al acceder a la carretera de La Herrera: nos encontrarnos con un amplio bidegorri, donde antaño debíamos ir en fila india, que nos facilitó la llegada al paso de peatones que da acceso a la parroquia de ese barrio. Esta vez no pudimos ver las actividades exteriores de la chiquillería en los terrenos de la simpática escuela adyacente. Después del aprovisionamiento, se pasó lista para tomar nota del centro de mayores de cada cual y no podía faltar la foto de rigor para todo el grupo. Aquí también se pasó lista para saber quiénes se iban a quedar a comer y retomamos la marcha dejando al lado la torre de Terreros. Un grupo nos quedamos haciendo otra foto tradicional de este recorrido en un puentecito pintoresco, que ya va a convertirse en un icono de nuestro grupo. 


Llegados a Balmaseda nos dedicamos a hacer un recorrido turístico por la villa. Antes de entrar en la iglesia parroquial nos encontramos con la habitual concentración de jubilados en el pórtico del ayuntamiento, por si nos habíamos olvidado de qué iba el asunto. Estuvimos los interesados e interesadas contemplando el interior y las vidrieras, de lo que dan fe algunas fotografías. También aquí estaban de obras. Siguiendo el paseo fuimos al reloj de sol, con la mala suerte de que en esos momentos estaba nublado y, para remate, lo habían vallado. El final del paseo lo marcó la subida al puente medieval, insignia de la villa encartada. Allí nos hicimos la foto de despedida: los que iban a comer bajaron por el lado del frontón y los que nos íbamos volvimos por donde habíamos subido: doce por una lado y catorce por otro. Unos minutos de indecisión fueron los culpables de que viéramos salir delante de nuestras narices el bus que nos hubiera llevado hasta Cruces. Tras la media hora de rigor cogimos el que nos dejó en la intermodal. Algo tengo entendido que en la comida igual pasaron algo de frío, pero en las fotos han salido bien.



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