Tenemos por costumbre desayunar nada más levantarnos con la radio puesta para ir informándon0s de cómo se levanta el día. Hoy no se me ha atragantado el desayuno porque eso es algo muy raro en mí, pero ciertamente no sé para qué me he levantado. No he hecho más que recibir insultos a la inteligencia escupidos desde las ondas.
El tirano israelí afirma que pedir libertad para Palestina equivale al saludo a Hitler. Su ministro de exteriores afirma que si no se está con ellos se va contra el lado correcto de la humanidad. Mientras tanto, han comenzado a emplear un arma más barata para aniquilar palestinos: matarlos de hambre. Que se dejen de historias y de antisemitismos, lo que están haciendo es culminar lo que comenzaron a hacer en 1948 saltándose toda la legalidad, sin hacer caso a las condiciones para formar estado e imponiéndose por la fuerza a todos sus vecinos. Ahora están aprovechando la matanza y los secuestros de Hamas que, en realidad, les puso la disculpa en bandeja, alegando el genocidio como defensa propia. Yo respeto a los judíos, pero odio a los sionistas y ultrareligiosos. Lo mismo que respeto a los musulmanes, pero me dan nauseas los del ISIS y toda esa panda de talibanes y fundamentalistas.
Trunp amanece intentando cargarse la universidad de Harvard porque no le hace caso y está fomentando el antisemitismo y, de paso, avisa a las otras universidades. En el colmo de las mentiras y de la arrogancia nos suelta que el autismo está causado por factores externos, o sea que también tiene que dar clases de medicina. Una de sus portavoces afirma rotundamente que en USA no puede existir el odio mientras gobierne Trunp y mientras tanto éste le sigue animando al gobierno israelí a que arrase con todo en Gaza para, de paso, instalar allí sus negocios.
Por si lo de fuera fuese poco, aquí volvemos a sentir el aliento de la Tita Espe Aguirre y del impresentable señor Aznar marcando el paso hacia el neoliberalismo deshumanizado más puro y duro, porque hay que corregir a Rajoy que fue un blando. Tenemos que escuchar cómo su adalid madrileña arenga a los suyos en el parlamento madrileño, demostrando que la autoridad palestina es la culpable de los problemas de su población, porque no les da protección, suministro de agua ni otros recursos. Y, mirando a las izquierdas les recuerda que dicha autoridad, que ellos defienden, no permite a las mujeres ir a las olimpiadas. Este debe ser, en estos momentos, uno de los problemas más acuciantes del pueblo palestino. Lo peor que escuché fue que sus palabras estaban acompañadas de calurosos aplausos de su bancada. La Cuca, que no se pierde una para soltar siempre la misma pulla al presidente, anunciaba con voz de suma preocupación que ante un desastre de tal envergadura como debe ser el lío de su hermano en Badajoz, no puede demorarse más en convocar nuevas elecciones.
Dios mío, y esta tropa puede que se haga con
el timón del estado, porque la ignorancia y la desinformación hacen estragos en las elecciones, y la derecha española se ha movido como pez en el agua en ese terreno fomentando bulos y mentiras a lo largo de la historia. Hitler y Putin también ganaron unas elecciones y luego todo el mundo ha tenido que aguantar las consecuencias. Que se lo digan ahora a los yanquis por haber elegido a ese niño grande y caprichoso cuya aspiración mayor es que todo el mundo le bese el culo. Y no te digo a los argentinos con la broma de la motosierra de Milei. Nosotros lo tenemos claro, porque aún queda mucho para que termine la legislatura y no nos queda otra que aguantar lo indecible con la matraca de la derecha. En fin, lo dicho, mejor haberme quedado en la cama o no volver a enchufar la radio hasta haber desayunado.
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