jueves, 22 de mayo de 2025

Armintza, una deuda pendiente


Día 19 lunes, Sanqueremos. Esta vez nos propusimos quitarnos la deuda pendiente con Armintza, dado que en su día dejamos sin hacer completa esa salida por la lluvia que nos sorprendió en el faro. En esta ocasión también las previsiones parecían poco favorables, pero aún así 21 valientes nos lanzamos al metro. Nada parecido a lo previsto, solamente nos cayeron algunas gotas en la última parte de la famosa, por su barro, bajada a Arrmintza. Adelantamos la hora de salida para no retrasarnos mucho en la vuelta y llegamos perfectamente al faro par hacer parada y fonda. 


Antes de retomar la marcha se propuso experimentar un nuevo recorrido, así como anunciar que el día 18 de junio se hará la despedida del semestre con todos los grupos en la cervecera de Mendikosolo. Iniciamos la subida como siempre por la senda que arranca a la izquierda del faro, que está bastante más deteriorada que en anteriores ocasiones. Al terminar el primer tramo de subida, en vez de tomar el ascenso directo a la cumbre del Ermua, seguimos una senda que pasa por los caseríos de Fano bordeando la base del monte.

La senda parecía medio oculta por al hierba, y es que en esta primavera está creciendo la hierba hasta en la cocina, si te descuidas. Nada más dejar atrás los caseríos sale un caminito de subida al Ermua señalizada, que seguimos hasta su confluencia con el de bajada de la cumbre para tomar el descenso a Armintza. Este nuevo trayecto discurre a través de un encinar por la derecha según subíamos y con arbolado diverso por la izquierda. Fue del agrado del personal a pesar de que su piso era irregular.


La bajada no presentaba el temido barro de antiguas ocasiones y la escasa lluvia que cayó no llegó a  mojar el suelo. Hubo que hacer varias paradas para reagrupar a todos, lo que supuso que perdiéramos el bus de vuelta por cinco minutos. Pero no hay bien que por mal no venga, y la tediosa espera de una hora para el siguiente se pudo aprovechar para ver el puertecito, los muelles o el mirador. Algunos prefirieron el paisaje cerrado de la tasca del puerto y allí se apalancaron, incluso hasta quedarse a comer un sencillo menú, renunciando a su querido santuario de Erandio, increíble. El resto tomamos el bus de las 13:25 y a las tres en casa.

No hay comentarios:

Publicar un comentario