viernes, 26 de abril de 2024

Lunes de senderismo 26

     


Lunes 22 de abril. Nos ha salido una mañana espléndida. A las nueve en punto ya estábamos veintiocho participantes en la plaza de Sta. Teresa, aunque algunas no lo tenían claro y nos esperaban en la parada del bus o siguieron a alguno para dar con el grupo. La marcha fue bastante normal, sin carreras ni retrasos. El grupo fue bastante compacto y no se distanció mucho cuando el camino marcaba ligeras subidas. De hecho cuando paramos a comer en el área recreativa de Gallarta dieron las campanadas de las 11, o sea, en dos horas allí, sin prisa pero sin pausa.

    Reanudamos la marcha completando la parte de subida del trayecto. En esta zona nos encontramos con un incremento notable de ciclistas, algunos de ellos auténticos torpedos, por lo que había que tener cuidado ciñéndonos a la zona de peatones que era más estrecha. Dejamos a un lado la desviación a Santurtzi y algunos recordaron que ese trayecto se hace desagradable porque un tramo extenso discurre paralelo a la autovía envuelto en un ambiente tóxico por las emisiones y por el ruido constante de los vehículos. 

    


    A poco de iniciar el descenso se paralizó la marcha a golpe de unos silbatos insistentes. Uno de nuestros senderistas había desaparecido. Dos de nosotros retrocedimos para comprobar cuál era el problema, pero no hizo falta andar mucho porque vimos que se acercaba y que caminaba sin problemas. Se había enredado con un conocido. A veces no nos damos cuenta de que hay unas reglas para el funcionamiento en grupo que conviene tener muy en cuenta. 

    Cuando me integré al grupo general me percaté de que estaban parados ante una desviación que sale a la derecha, un supuesto atajo que yo no conocía. Previamente se había comentado si tomar un atajo o no, y, por mi parte, opiné que lo normal era terminar la ruta por el bidegorri. Pero sobre la marcha y ante la insistencia de algunos, me desdije y optamos por conocer el atajo, que no era otra cosa que la bajada a Kardeo. Visto lo visto, sigo pensando que es preferible terminar por la vía normal, porque la carreterita de las huertas la tenemos ya más vista por transitarla en otras rutas, a parte de que en el bidegorri no contamos con la molestia de los vehículos que en ella son habituales.

    


    Sin ninguna otra novedad llegamos a la playa sobre la una menos cuarto, para mi sorpresa. Entre que la marcha había sido bastante regular y el famoso atajo, pudimos coger el bus de la una y cinco. Diez se quedaron a comer en Muskiz, pero tuvieron un pequeño lío porque un grupo se quedó en tierra para coger el siguiente, aunque dos ya iban montados y tuvieron que esperar al resto en la primera parada. También hubo alguna con suerte, que contó con taxi hasta la puerta de casa.

miércoles, 17 de abril de 2024

Lunes de senderismo 25

 


 Lunes día 15 de abril. Aprovechamos esta fecha libre para poder realizar la ruta de Martiartu que se nos había resistido por dos veces. Esta vez sí ha sido posible disfrutarla con visita guiada al humedal de Bolue incluida. Parece que estamos abonados a los lunes con sirimiri y algún que otro chaparrón, que, de todos modos, no nos echan para atrás. Estuvimos veintidós senderistas. Es una ruta no muy larga y que no exige madrugones por el horario de la línea de autobuses, así que sin prisas y con tranquilidad estábamos con tiempo de sobra en la parada de Moyua. Nos encontramos con la primera dificultad del día: la parada del bus estaba en la carretera sin más señales y sin ningún paso de cebra para cruzarla, que era lo que teníamos que hacer para iniciar el recorrido. Así que tuvimos que andar con mucho cuidado, aunque algunos se lanzaron sin más y otras se quedaron algo rezagadas. Un amable conductor se aminoró la marcha encendiendo los intermitentes de parada para que pudiéramos pasar todos sin peligro.

El recorrido comienza con una cuesta abajo larga y pronunciada que va dando la sensación de irnos sumergiendo en otro mundo fuera del contexto urbanita de nuestro día a día. La mayor parte del recorrido transcurrió por carreteritas de las que dan acceso a los caseríos y a los casoplones, cada cual más puesto, que pudimos contemplar durante todo el trayecto. Una vez que llegamos al nivel del riachuelo, ya se divisaba de lejos la parte alta de la torre, a la que accedimos pasando la única cuesta del recorrido. El tiempo y el alero de la ermita nos permitieron comer sentados en el banco de piedra adherido al muro de la misma.


Como se pidió sugerencias para la salida especial financiada por el ayuntamiento, la propuesta resultante fue al senda del oso en Asturias, que presentaremos en la próxima reunión de coordinación. Después la foto de grupo en las escaleras de la torre, que no ofrecían mucha seguridad por estar desgastadas o medio hundidas.

Retomamos la marcha contemplando al único golfista que estaba practicando o iniciándose en esa disciplina en las instalaciones del club Martiartu -me dio la impresión de que le pusimos algo nervioso-. Tuvimos suerte al llegar a la zona que suele estar muy embarrada, supongo que los días anteriores de calor y viento nos hicieron el favor, y pudimos acceder al puentecito que nos llevó a la otra orilla sin tener que mancharnos. Nada más pasar el puentecito sale una senda que no se separa del agua en un largo trayecto, en el que nos sentimos sumergidos en el verdor de la vegetación y con la música de fondo del río.


Acabamos en fila india esquivando troncos, ramas colgantes y deslizándonos entre las hierbas que medio cerraban la senda pisada y nos empapaban el calzado y los bajos del pantalón. Sin embargo, al parecer, la mayoría quedó encantada con la experiencia. Finalizaba este tramo del camino en un elegante chalet que había puesto unas vallas para proteger su bien cuidado terreno de paseantes intrusos y que nos exigieron hacer cabriolas para terminar sin irnos al agua.

Una vez en piso firme se dio un tiempo para reagruparnos y tener en cuenta otro tipo de necesidades. No nos costó mucho tiempo recorrer el último tramo de carretera campestre, en la que pudimos ver unos viveros de gran tamaño.


A poco de pasarlos nos percatamos, por los carteles, que habíamos iniciado el camino en Erandio, habíamos estado en Berango y que, volviendo atravesar el río, entrábamos en Getxo. Nos paramos debajo del viaducto de la autovía esperando al guía tal como habíamos acordado. No tuvimos que hacerlo porque llegaba casi al rebufo de los últimos del grupo.


Álvaro, que así se llamaba el guía, nos fue dando unas explicaciones previas de cómo y para qué se había formado el humedal y luego nos fue llevando por todo el contorno del mismo para poder contemplarlo por dentro. Nos explicó profusamente los tipos de aves, de anfibios que lo habitan y también habló del famoso pez espinoso, conocido en Barakaldo a través del programa Ezagutu Barakaldo -resulta que el chico había estudiado en el colegio El Regato-.


También nos dio la oportunidad de informarnos sobre especies invasoras, tanto vegetales como animales y fue respondiendo a nuestras preguntas y curiosidades durante toda la visita. Acabamos en la llamada casa de bombas que era el edificio que albergaba la maquinaria para mandar el agua a la zona de Romo en temporadas de sequía. Y colorín colorado, unos nos fuimos a coger el bus que va a Cruces guiados por Paqui, buena conocedora del entorno. Un viaje cómodo y rápido que nos dejó a pie de casa, como quien dice. Los demás se quedaron a comer como de costumbre y el lunes que viene salida oficial de la que mandaré la ficha correspondiente.

sábado, 13 de abril de 2024

Lunes de senderismo 24

 


    Lunes 8 de abril. Retomamos las salidas de senderismo después del parón de las fiestas pascuales. Nos toca recorrer los restos de las minas siguiendo las balizas moradas. Marcamos el primer record: la cantidad más baja de participantes, debido a que aún muchos andaban por ahí fuera o que les dio un poco de reparo enfrentarse a la subida o que, simplemente, estaban impedidos por alguna obligación. Una vez más nos tocó esperar al funi con cara de palo la media hora de rigor. Esta vez el bus llegó con cinco minutos de retraso. El segundo record que se marcó fue la mayor lentitud con que se llevó a cabo el recorrido.


    Una vez pasada la ekoetxea de Peñas Negras nos lanzamos a subir las primeras cuestas con el plan de hacer parada y fonda en el manantial que está en el camino. Pero unos metros antes de llegar a él, la compañera Mauri dio un tropezón y sufrió una fuerte caída. Enseguida nos dimos cuenta de que había sido de preocupar por la cara pálida que tenía, por lo que le costó incorporarse y por el dolor fuerte que decía tener en el brazo, pero que al final en el hospital resultó ser que se le había salido el hombro. Aún así, las cuidadosas compañeras acabaron poniéndole un pañuelo para llevar el brazo en cabestrillo, lo que nos hacía sospechar lo peor. Otros compañeros se le ofrecieron para que diera vuelta atrás, dado que el trayecto que quedaba era más largo y complicado. Ella no aceptó en ningún momento renunciar al recorrido, durante el cual pudo disfrutar de la atención de los compañeros y compañeras que le arropaban en el caminar.

    Retomamos la marcha para parar en los restos mineros del economato de El Sauco donde sacamos las fotos de grupo como se hizo antaño. Antes, algunas regazadas perdieron de vista al grupo y tomaron otra senda que llevaba al fondo del hueco de una antigua mina -creo que era mina Dolores- sin salida que solo usan los ganaderos. Otro record. Después de las fotos se retomó la marcha y se indicó dónde estaba la trinchera de la mina que se derrumbó formando una falla impresionante y también la señal para bajar a la cueva de La Magdalena. A partir de ahí me percaté que la señales estaban hechas recientemente y que variaban el recorrido que apenas recordaba, porque lo hice hace años. Parecía que nos hacía pasar por unos lugares intrincados de aspecto lunático, restos de las labores mineras. Pero, para abrir boca, nos encontramos con un desprendimiento que nos obligó a hacer equilibrios e irnos ayudando para no dar un mal paso, porque el agujero abierto era de consideración. Fernan, que iba en la delantera, se puso a avisar al personal y dar instrucciones para sortearlo, lo que facilitó notablemente superar ese peligroso handicap sin que tuviésemos que lamentar otro accidente.


    En esta parte del trayecto tuvimos la posibilidad de contemplar una vista paisajística sobre los montes encartados, además de la zona de minas que estábamos atravesando. Después de una breve y suave subida llegamos a la pista que conecta Peñas Negras con Galdames y con el Ganerán. La bajada fue aún más lenta que la subida, sin contar con el retraso propio de las condiciones de la compañera accidentada. A poco de dejar atrás la ekoetexea un amable conductor, a instancias de los compañeros, aceptó bajarla, junto con una acompañante. Todos y todas quedamos preocupados porque estaba claro que aquello no había sido un simple golpe, lo que quedó bien claro en los mensajes que se fueron dando en el grupo. Por fin los y las que volvimos a casa solo conseguimos tomar el funicular de las 15 horas. Los demás en el Karmen a comer, como es costumbre cuando se acaba en La Arboleda. 



miércoles, 10 de abril de 2024

¡Y tú...más!

 


Estamos de nuevo ante un impúdico circo mediático político que va in crescendo de una manera desenfrenada para conseguir  hundir al contrario caiga quien caiga. Es una injusticia que los ciudadanos de este país nos tengamos que resignar a soportar unos políticos que viven en otro mundo aislados de los de a pie. Andan escarbando en las trastiendas del contrario para intentar sacar a la luz la última miseria que pueda estar por allí escondida, y, si no encuentran nada, se lo inventan. Se han olvidado de lo que en realidad importa para el bienestar del ciudadano o para el desarrollo del país. 


    Tienen un senado dedicado a hacer una campaña electoral que se prevé durará cuatro años o hasta que se agote la legislatura. En él se tienen que oír calumnias, insultos o lindezas de todo tipo. Eso sí, el presidente del gobierno es el culpable de todo, hasta de la falta de puntualidad de un conserje que pudo entorpecer un acto de la oposición. El jefe de la oposición se ha convertido en un profesional de la difamación y suelta frescas de todo tipo, aunque sean sin fundamento, con un aplomo y una convicción que llegan hasta el hartazgo de cualquiera que tenga dos dedos de frente y algo de conocimiento. Cuando no, un poco de memoria para recordar la cantidad de casos de corrupción de su propio partido, más de los que se han librado por tener jueces a su servicio. También los diversos portavoces se explayan lo suyo y no se quedan atrás en dicha tarea. Lo dicho, si no pasan un test de cinismo y cara dura con nota no pueden acceder a sus cargos.


    Es el camino que han elegido para hundir al gobierno y vale todo sea como sea. Así que nos han montado este circo que ni nos interesa ni sirve para nada positivo, a no ser para desacreditar la función de la política o la utilidad de la democracia. Personalmente, me encuentro con que cada día me cuesta más escuchar a esa gente y estoy pasando de informativos de todo tipo. Es una lástima que los medios de comunicación sean unos altavoces permanentes o que vivan de rellenar sus espacios con controversias de este tipo. Tampoco faltan otros que van marcando la agenda y los relatos de los grupos de su interés saltándose casi todas la normas de la decencia informativa. No he sido ni soy independentista, como he dicho otras veces, pero quiero perder de vista esta España casposa y fraticida que huele a corrupción, a falsedad y a cutrez. O sea, que me están echando  ¡País!

miércoles, 3 de abril de 2024

Después de Auschwitz... Gaza

 



  

  Parecía que en el exterminio sistemático que el nazismo practicó con el pueblo judío habíamos tocado fondo en lo que se refiere a la capacidad de maldad, de crueldad y de odio propia de seres humanos. Fueron hechos que dejaron consternada a la sociedad del siglo XX, y, como muestra de ello, aún hoy en día el cine sigue refiriéndose a este tema a través de películas, series y documentales. En realidad fue una herida colectiva que aún no ha terminado de cerrar del todo. Para el pueblo judío aquello supuso, además de un horrible atentado contra su existencia, un terremoto existencial que removió sus cimientos de identidad basados en la fe en YAHVEH y en los rituales de sus tradiciones. Sus clamores no obtenían respuesta por parte de Dios. La pregunta para ellos, y para cualquier creyente, era ¿ dónde estaba Dios entre tanto sufrimiento descarnado? ¿Había abandonado a su pueblo? Por otra parte ¿Dónde estaba la humanidad que permitía semejante atrocidad?

    Pero ahora, ya en siglo XXI, nos encontramos que las víctimas de entonces se han convertido en victimarios que pueden llegar a ser tan crueles como los nazis. En Gaza y en los campos de refugiados palestinos estamos asistiendo a un genocidio en vivo y en directo servido en televisión y en las redes sociales. Además de la destrucción y la muerte sembrada en bombardeos y tiroteos, se está recurriendo a matar de hambre y por falta de asistencia médica a la población civil.


    Y aquí y ahora se pueden repetir las preguntas de antaño ¿Podrán los palestinos seguir diciendo Alá es grande? ¿Dónde está la humanidad que contempla estas matanzas sin sentido y que se conforma con ayudas, declaraciones o paños calientes? ¿Dónde están los creyentes del islam que no acuden a auxiliar a sus hermanos de fe? ¿Serán capaces los ultraortodoxos judíos de seguir recitando oraciones convencidos de que están haciendo esta masacre en nombre de Dios porque ésta es la tierra que les dio a sus padres? ¿Están poniendo en práctica aquellos párrafos infumables de la Biblia donde pedía el pueblo que Dios estrellase contra las rocas a los niños de los enemigos? ¿Por qué no se fijan en ese otro pasaje donde se dice que la gloria de Dios es que el hombre viva?

    Es cierto que hay otras guerras absurdas y genocidios tapados en los que se sigue cebándose en la población civil, pero en este caso uno no puede dejar de indignarse de una manera especial ante una impunidad de lo más injusta y cruel. Se les dio a los judíos un estado como resarcimiento por lo sufrido, no solo bajo el nazismo sino también en las persecuciones sufridas desde antiguo en tantos otros estados o épocas por razón del antisemitismo.


Pero desde que se asentaron en él, el sionismo ha estado guerreando con sus vecinos, ocupando otros terrenos que no entraban dentro de sus límites y expoliando por la fuerza a los palestinos nativos del territorio, sin hacer caso de las declaraciones y requerimientos de la ONU. Más aún, no van a consentir que Palestina sea un estado independiente, como lo están solicitando la inmensa mayoría de países, sino que van a conseguir que solo sobrevivan los palestinos que salgan del territorio, aunque solo les quede acabar su vida pudriéndose en más campos de refugiados. Me queda otra pregunta inquietante ¿Después de Gaza qué nos quedará por ver?

viernes, 22 de marzo de 2024

Kolitza

       


Ayer consulté los augurios de Aemet y visto que, a pesar de las tormentas de víspera, eran propicios para pasar una buena mañana de monte, quedé con Orencio para hacer una de nuestras salidas. La semana pasada estuvimos en La Garbea, subiendo desde la misma Balmaseda. Desde esa cumbre estuvimos fijándonos en las laderas de enfrente que hacían un cordal que parecía arrancar de la base del Kolitza. Intrigados hemos decidido hoy ir a buscar caminos para ver la posibilidad de cumbrear dicho cordal. 

    Como siempre hemos quedado a las nueve y nos hemos encontrado con atasco en la salida hacia la autovía. Era la hora de entrada del simposio de empresas del sector eólico en el BEC. Para remate vimos que en la zona del garbigune había un gran revuelo con coches aparcados, otros de la policía y dos ambulancias. En la comida María me ha comentado que, al parecer, alguien había atacado a un policía con un arma blanca, que para defenderse ha tenido que usar la pistola y ha habido heridos.

    


En Balmaseda he cometido el error de indicarle a Oren que por detrás de la iglesia había una salida hacia Pandozales, que es el pueblito desde donde arrancan varias rutas montañeras. La primera en la frente: habían bloqueado la pista. Hemos tenido que retroceder y gracias a un paseante amable, que nos ha indicado por dónde teníamos que hacer la maniobra, pudimos acceder a la dichosa carretera. Hemos ido recordando cómo estaba la zona la última vez que estuvimos por allí, por lo visto debió de ser hacía demasiado tiempo. Poco a poco no hemos ido guiando por las señales del GR123, que parecían recién pintadas, y hemos acabado en la fuente que está al pie del último tramo vertical del Kolitza. A todo esto no estábamos viendo nada por la niebla cerrada que estaba cubriendo las zonas altas, aunque de vez en cuando dejaban pasar algún rayito de sol.

    Llegados a este punto, como no nos hacíamos a la idea de por dónde nos podíamos orientar para hacer lo que nos habíamos propuesto, nos hemos lanzado por esa vereda más que empinada y hemos acabado en la ermita que lo corona. En la subida habíamos estado protegidos por el arbolado y por estar en la cara norte al socaire. Nada más hacer cumbre hemos recibido un bofetón gélido de viento, que, dada la sudada que llevaba, me ha hecho sentir una sensación como de cuchillo. Nos hemos puesto a refugio en el pórtico. Menos mal que aquí no ha pasado como en otras ermitas que los cierran con candado. Nos hemos podido proteger para comer algo y visitar las últimas mejoras del edificio.

    
    


    Mira por donde, cuando ya habíamos terminado y nos estábamos echando las mochilas al hombro, se ha despejado la niebla de los alrededores y nos ha permitido disfrutar de gran parte de la espléndida visión de esa cima, que no en balde es la bocera encartada. Hemos hecho propósito de la enmienda de volver con mejor tiempo para contemplar el panorama completo, y seguir intentando cumplir nuestro primer propósito. Para bajar hemos tomado la pista de los coches porque la senda de la subido vertical no me ofrecía garantía de llegar entero al final. Sin mayor dificultad hemos encontrado las señales del GR y enseguida al coche.

  
    Ha sido una mañana magnífica. Se podía contemplar los brotes tiernos de las primeras hojas de distintos árboles. Hemos visto cuatro fuentes a lo largo del camino a pleno rendimiento y, lógicamente, hemos echado unos buenos tragos. Nos hemos cruzado con una interminable hilera de procesionarias y, lo mejor: dentro del concierto continuo de los pájaros hemos escuchado por primera vez el canto del cuco y llevábamos dinero en el bolsillo, cosa importante para no acabar arruinados, según avisa la tradición popular. Solo nos hemos cruzado con cuatro bicis  y con unos pottokas que pastaban cerca de la ermita. Para mí ha resultado ser una experiencia tremendamente terapéutica. Ir sorbiendo naturaleza en estado de ebullición, lejos de la basura política y del ambiente enrarecido de todo tipo de violencias que nos acogotan últimamente, no tiene precio. También necesitaba desintoxicarme de los follones sufridos en la impresentable asamblea de socios de Gure Toki, así que bendita niebla y bendita equivocación que nos han permitido hacer monte como Dios manda: esfuerzo y disfrute.



jueves, 7 de marzo de 2024

"De andar por casa"

    


 Lunes 4 de marzo. nos toca ir a Bakio pero víspera Mª Ángeles nos alertó de que el acceso a S. Juan de Gaztelugatxe estaba cerrado por obras hasta el día 8. Lógicamente no íbamos a ir y perdernos lo más típico del paseo. Así que echamos mano de un sanqueremos, que estaba por ahí guardado, preparado por Fernan y por Salva. Esta vez la quedada fue en Sta. Teresa y allí estábamos 25 incombustibles con el paraguas a mano o en la mochila por si acaso. El acaso no se hizo efectivo, así que tuvimos una mañana estupenda para caminar. Tomamos el bidegorri que sale de la parte de abajo de Beurko y seguimos hasta Portugalete. Al llegar nos salimos del mismo para afincarnos en el área recreativa que hay a la entrada de la villa. Allí en medio de una zona de juegos infantiles repusimos fuerzas, aunque era algo más pronto que otros días, y es que el tiempo del transporte se hace notar tanto a la ida como a la vuelta. Pero somos senderistas intrépidos y eso no nos echa para atrás, por eso las salidas de "andar por casa" son la excepción.

    Hasta aquí todo normal y conocido, pero a la vuelta nuestros guías nos llevaron por zonas desconocidas para la gran mayoría de nosotros. Arrancamos pegados al polideportivo nuevo y luego seguimos por la parte de atrás del centro comercial de Ballonti. Bordeamos una zona de urbanizaciones nuevas y en un trozo de campa hicimos la foto de grupo.


Fuimos a salir. bajando por detrás de la comisaría de Sestao, al semáforo que corta el bidegorri, pero no volvimos por él, sino que los guías nos dirigieron dirección Elgero y, dejando a un lado la estación de Galindo, cruzamos las vías por un paso aéreo y fuimos a dar a una gran esplanada donde arrancaba otro sendero, esta vez de piedrilla. Hubo lo suyo si dar la vuelta por la acera o atajar por la hierba, ya algo machacada de pisadas. Al final triunfó el incivismo por aquello de la incomodidad.

    Debo confesar que me quedé  desorientado porque no recordaba haber visto antes semejante esplanada, hasta que caí en la cuenta de que habían desaparecido los pabellones antiguos de la Babcock Wilcox. Se me encogió el estómago al recordarlo. Aquello me transportó a los paisajes de mi niñez en La Familiar, cuando su sirena, la más características de todas porque parecía la de un buque gigantesco, nos marcaba las horas. Los camiones que a media mañana recogían las cestas canarieras con la comida de los trabajadores que iban depositando las mujeres. Las máquinas de tren que fabricaban, cómo luego la fábrica se fue extendiendo por la vega y fue tapando también las balsas, a las que mi abuelo Pepe me llevaba con él para coger quisquillas, que también usaba de carnada para pescar. 

  


Siguiendo la ruta, pasamos detrás del último monstruo comercial que nos ha llegado de yankilandia. En su parte trasera han puesto recientemente un puente para que la ruta pueda continuar por la margen izquierda del Ballonti. Hubo disquisiciones sobre la época y el estilo arquitectónico del mismo, que acabó en alguna foto. A partir de aquí, fuimos bordeando la depuradora de Galindo hasta que volvimos a cruzar la ría por el puente antiguo de la carretera a Santurtzi. Allí también me asaltaron  recuerdos de infancia, fijándome en la zona de la orilla de Sestao que también disponía de una parada del gasolino de Erandio. 

   


Finalmente, después de posar ante la bola del mundo en homenaje a Zubileta, seguimos por la pista de la vuelta a Barakaldo contemplando el avance de las obras del superparque recreativo, playa y de todo que nos van a poner. Al llegar a la estación de metro de Ansio hicimos despedida y cierre dando por finalizado el paseo. A pesar de la frustración de no poder haber ido a S. Juan de Gaztelugatxe, pudimos disfrutar de una buena mañana de caminar -unos trece kilómetros- y de convivencia. Otro día será lo de Bakio. 

jueves, 22 de febrero de 2024

Palmeros de lujo

 


Ya en entradas anteriores he mostrado mi hartazgo ante el sesgo que está tomando la política española, en la que todos los relatos están referidos a cuestiones que consisten, casi exclusivamente, a dimes y diretes, puyas, calumnias y "tú más". Hay un gobierno pendiente de un hilo que no hace más que darse tiros en el pie y una oposición soez y disparatada que se cree gobierno y se dedica en cuerpo y alma a tirar a matar al presidente y a exaltar sus poderes. Con ello están dando temas de sobra para que los medios de comunicación, proclives a unos u otros, monten el circo mediático y, así, parece que en España solo existen esos asuntos a tratar.

Ya nos hemos olvidado de lo que es un debate, ahora solo contemplamos confrontaciones, tanto en el congreso como en el senado, que solamente consisten en hacer declaraciones altisonantes y carentes de un mínimo de dignidad. Pero no importa: ahí está la cohorte de palmeros y jaleadores, llamados diputados, que se levantan aplaudiendo y vitoreando a su representante de turno diga lo que diga. En cambio, cuando habla el de la bancada opuesta, se convierten en una jauría desatada, que han llegado incluso a las manos en algunas ocasiones, dedicando a los adversarios todo tipo de lindezas a voz en grito. Luego vienen las réplicas y la sesión circense se va repitiendo.


Y yo me pregunto ¿ cuántos escaños de sus señorías no se dedican más que a eso? por que hay un pequeño grupo de portavoces y los demás... ¿Qué hacemos los españoles pagando a una cantidad de diputados o senadores que solo sirven para hacer de palmeros, apretar un botón cuando les piden un voto y sestear en los tediosos debates, cuando no a andar tirando de móviles o similares entretenimientos? Estamos pagando unos palmeros de lujo para dar de comer a la maquinaria de los partidos y a un grupo de señoras y señores que están ahí porque les han incluido en una lista por recomendación, favoritismo o vaya usted a saber por qué tipo de intereses. Visto sus privilegios, dietas y sueldos he de decir que estamos subvencionando un circo carísimo con un programa bochornoso, que cada día nos aburre más y pierde más interés porque ni trata ni resuelve lo que nos interesa en nuestro día a día y en lo que nos jugamos nuestro futuro.

martes, 20 de febrero de 2024

Lunes de senderismo 23

 


Lunes 19 de febrero. A las 9 en punto bajamos al metro para dirigirnos a la estación de Abando y no era cuestión de perder el cercanías de Orduña. La ruta señalada para este día era la senda verde a orillas del Nervión entre Laudio y Amurrio. Para la mayoría era ya conocida, pero aún así la hemos vuelto a disfrutar como si fuese nueva. Hay que reconocer que se mantiene en condiciones óptimas para hacer senderismo o, simplemente, como una "ruta del colesterol", lo que es de agradecer.  Antes de subir al tren ya se había comentado que en la ocasión anterior nos habían cobrado el trayecto hasta Orduña y se temían que hoy nos podía pasar lo mismo. Al final se ha aclarado el conflicto: sí que hay cancelas para pasar la barik en todas las estaciones y apeaderos, por tanto la culpa fue nuestra que pasamos sin fichar.


Echamos pie a tierra, como es ya costumbre en nuestro grupo, en Luyando. Hicimos la visita homenaje al monumento del Árbol Malato, que marcaba el límite del Señorío de Bizkaia, en recuerdo de nuestros belicosos antecesores. No podía faltar la primera foto de grupo. A continuación seguimos la ruta, pero el grupo se fue estirando demasiado, dado que una par de lanzadillos iban delante como si fuesen una avanzadilla. Nos reagrupamos después de pasar las instalaciones de Tubos Reunidos. A lo largo de este recorrido estuvimos acompañados de la música de los rápidos del Nervión, además de la pajarería que ya anda muy revuelta, aunque aún estemos en febrero.


Llegamos a los terrenos del antiguo colegio de los "frailes alemanes" como les llaman los antiguos de Amurrio o "Misioneros de la Sagrada Familia" como reza un cartel de la carreterita de acceso. Por lo visto había mucho que convertir en la zona para que el régimen trajera misioneros de tan lejos. A poco de pasarlo hemos virado a la izquierda y hemos iniciado la subida a la ermita de San Roque en un tramo de leve inclinación. Unas vacas de una raza poco vista por aquí han echo las delicias de algunas contemplando los cuidados cariñosos con que atendía a su ternerito y no han faltado quienes han posado para que se les vea con ellas.

A poco ha comenzado a tomar más inclinación la carretera y ha habido peticiones de auxilio por posibles hipoglucemias o desfallecimientos. Se había desayunado de madrugada y ya no eran horas de seguir sin el necesario repuesto de carburante. No hemos tardado mucho en llegar al área recreativa adyacente a la ermita y nos hemos tomado un largo respiro.


Hemos usado los bancos y mesas con cautela y protección por lo fríos y húmedos que estaban. A la vez que se daba cuenta de las provisiones, también se aprovechaba a aligerar la vejiga tanto en el baño que hay junto a ermita, como entre la vegetación colindante, que un poco de abono no le  viene mal.

Tras diversas llamadas se consiguió formar el grupo para sacar la foto en las escaleras de acceso a la ermita, que es de obligado cumplimiento por su historia de anteriores ediciones. Tras la foto de grupo se han hecho otras de posible denuncia por apartheid de género. Y es que ese tema huele un poco a viejuno Discrepancias aparte, dentro de un ambiente inmejorable hemos bajado hacia Amurrio y ¡oh sorpresa! Hoy va a ser un día señalado porque no se ha quedado nadie a comer. Claro, como el animador y buscador de restaurantes se ha ido a ligar con La Regenta... pasa lo que pasa.


Hemos tomado una buena decisión final ya que todos volvíamos a casa: subir al apeadero para evitar cruzar todo Amurrio y nos ha parecido a tener en cuenta para próximas ediciones. Cuando entrábamos en el andén, después de acceder por una pasarela interminable, el letrero marcaba que solo faltaban ocho minutos para la llegada del próximo tren. Así que miel sobre hojuelas, como se decía antes, y todos contentos a casita. Nos veremos en el próximo sanqueremos que será según lo que diga AEMET sobre el tiempo que nos pueda tocar.  

miércoles, 14 de febrero de 2024

Contra viento y marea


12 de febrero, a pesar de las predicciones poco alagüeñas del tiempo nos hemos presentados 25 valientes, o un tanto locos, para realizar el sanqueremos previsto: Mungia-Gatika-Mungia. Hemos cogido el bus que sale de Cruces y va por pueblos sin necesidad de tener que ir a Bilbao. En tres cuartos de hora, más o menos nos apeábamos delante del ayuntamiento de Mungia. En cuanto abandonamos el casco urbano y salimos a la carretera comenzamos a percibir que la amenaza de fuertes vientos del oeste iba en serio. Para remate nos tocaba avanzar exactamente en esa dirección, por lo que con viento de proa el camino se iba haciendo a cada paso más cuesta arriba, a pesar de que era llano. 

Una vez en el núcleo urbano de Gatika buscamos refugio en el magnífico pórtico de su iglesia parroquial, y es que tendríamos que hacer un censo de pórticos de las iglesia de Bizkaia que nos han cobijado en circunstancias adversas. Algo que tenemos que agradecer a la santa madre iglesia, aunque en lo demás... cada cual sabrá. A poco de llegar se comenzaron a ver movimientos de idas y venidas con cierto sigilo, hasta que aquello se convirtió en peregrinaje total al único baño abierto del entorno, gentileza del ayuntamiento del lugar. Claro de una en una y contando con un solo baño, el retomar la marcha se retrasó lo suyo. No sospechábamos la que nos esperaba al salir del refugio sagrado. Ha habido pocos momentos tan difíciles y desagradables como éste en lo que llevo de senderista y no es porque lloviera mucho, sino por cómo nos han estado azotando de cara las desaforadas rachas de viento que nos clavaban las gotas de agua. Un grupo acabó refugiándose en una marquesina para ponerse plásticos o más ropa y se ha estado en un tris de dar media vuelta a Mungia.


En cuanto nos desviamos para tomar los caminos secundarios entre caseríos, hemos tenido la suerte de transitar por sitios más protegidos y con el viento de popa. Una vez más nos hemos topado en este pueblo con entrenamiento de pruebas para animales. En esta ocasión se trataba de un poderoso caballo  arrastrando una cubierta de rueda de camión llena de piedras grandes ocupando la pista arriba y abajo. Así que tuvimos que ir apartándonos porque estaba en su casa y quiénes somos nosotros para interrumpir tan importante ejercicio, que luego se juegan mucha guita. El noble animal tenía una pisada de las que hace temblar el suelo, pero iba sudando lo suyo y aguantando el akuilue del entrenador que no le daba tregua. No sé si las asociaciones de protección animal se van a meter con este supuesto deporte, igual que lo hacen con las corridas de toros.

Lo que no me esperaba es que la ruta que me había preparado coincidía con el GR de la vuelta a Bizkaia. Así que no me he tenido que preocupar por la dirección, aunque en un momento dado yo he indicado tomar una desviación a la izquierda, pero los que iban delante han seguido las señales que atravesaban la pequeña carretera. No di orden de volver porque me fijé que las señales conducía al bidegorri que sube desde el parque de salida de Mungia hasta el pequeño polígono del fondo del barrio de Atxuri. Hace tiempo paseé por él y me sorprendió verlo tan mejorado. Así que nos llevaba más directos al final, aunque acortaba un par de kilómetros la trayectoria que yo tenía prevista. 


En fin, ni tan mal como lo que tuvimos que sufrir al comienzo. Además las chicas cantoras animaron el camino con irrintzis y canciones del antiguo testamento que animaron a otros a seguirlas. Paramos a hacer la foto de grupo que se repitió a la entrada de Mungia. Mala suerte también al final porque vimos cómo se nos iba el bus delante de nuestras narices, o sea que teníamos una hora de espera. Se tomó la decisión de coger el que va directo a Bilbao y luego el metro. La parada estaba cerca así que nos despedimos de los que se quedaron a comer. Mientras íbamos a la parada se vio que algunos se habían ido por otro lado, pero se les fue a avisar y llegaron justo para montarse. La última fue que al llegar a Bilbao unos se bajaban en Deusto y otros íbamos con la idea de llegar a Moyua, junto al metro. En fin que nos bajamos todos por aquello de mantenernos en grupo y no acabar como el rosario de la aurora.


A esta salida hay que darle una vuelta y aprovechar mejor los caminos, aunque hoy nos ha venido de maravilla el que se nos haya hecho corta. Entre corrillos se han ido haciendo otras propuestas para ampliar el catálogo de sanqueremos y se ha tomado nota de ellas para que alguien o alguienes las visite previamente y vayamos sobre seguro. Todo se andará -nunca mejor dicho-.