sábado, 14 de julio de 2018

Me duele Nicaragua

Las generaciones jóvenes no sabrían responder, en gran parte, qué significan las siglas FSLN. Y si les decimos cuáles son las palabras ocultas en esas iniciales, Frente Sandinista de Liberación Nacional, estaríamos en las mismas. Tendríamos que empezar por decir que se trata de Nicaragua. Puede que algunos conectasen con las noticias que se cuelan de refilón en los diversos programas informativos sobre ese país. Ya van más de 300 muertos en las protestas callejeras contra el gobierno y pidiendo la dimisión de su presidente. Por lo que se ve, éste parece todo un autócrata que le importa un bledo los que caigan con tal de seguir en el sillón de mando. Lo peor del asunto es que ese sillón está asentado sobre esas siglas, con lo que se puede ver, sin necesidad de ser un analista, que no tiene nada que ver su significado con lo que está haciendo ese gobierno.

Hubo una época en que ese frente sandinista nos llenó de ilusión, porque en algún lugar del mundo se podía echar del poder a un tirano, Somoza, heredero de una dinastía de tiranos. Fueron años de guerrilla y de movimientos populares hasta que consiguieron ponerse al frente del país. Fue un equipo de dirigentes muy preparados en todos los frentes, no solo en el militar. Contaba con economistas, sociólogos, escritores, religiosos... Inmediatamente la CIA armó una guerrilla, la Contra, con los militares y paramilitares del somozismo que habían huido a los países vecinos que les hizo la vida imposible. La misma CIA orquestó unas elecciones que les echaron del gobierno, pero después de tiempo volvieron a ganarlas a raía de la decepción que sufrió la población con los nuevos gobiernos.

Para entonces, ya el grupo de dirigentes se había dispersado por desavenencias con la línea de Ortega. Éste con sus fieles se ha afincado en el poder y está llevando al país a la ruina y, según algunos, a una guerra civil. No se comprende las masacres de la policía y de las bandas paramilitares que campan a sus anchas. Se han atrevido, incluso, a liarse a mamporros con una delegación de mediación encabezada por obispos. Ortega dice que los manifestantes son golpistas ¿Se acuerda de que Somoza dijo lo mismo de él? ¿Tendrá que repetirse la historia? Me temo que esta vez no va a haber un ejército ni ningún frente que le eche de la poltrona, por lo que seguirán cayendo  impunemente manifestantes. 

Me duele Nicaragua. Parece que le persigue una maldición que no le deja encontrar su propio progreso. Me duele también, y me decepciona, contemplar de nuevo cómo movimientos populares, que fueron capaces de revertir tiranías, se convierten, por diversos caminos, en poderes absolutos tan crueles y tan autistas con las necesidades de su gente, como los que derrocaron.





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