miércoles, 7 de enero de 2009

ESO, PROFESOR DE E.S.O.

En una de mis incursiones en el blog de Mikel Agirregabiria, me he encotrado con un tema que él trata con su ponderación y buen talante habitual: profesor especializado versus profesor pedagogo. No me quiero meter en las encrespadas discusiones que describe Mikel entre los valedores de un status y del otro, ni en diferenciar quién es más coporativista o más interesado. De entrada me ha venido a la memoria la magnífica exposición que impartió en la reciente presentación del decreto de derechos y deberes de los alumnos la catedrático de Madrid -ahora no recuerdo el nombre-

Partía de una premisa que para mí fue determinante en mis estudios y en mi época de docente ¿Quién fue tu mejor profesor y quién fue el que más odiaste? Uno de mis propósitos fue evitar a toda costa el repetir lo que había tenido que padecer de mis profesores y siempre tuve presente a dos que no sólo me enseñaron su asignatura sino que me la hicieron gustar. En las estadísticas que nos expuso la profesora destacaban preferentemente los factores emocionales sobre los estríctamente académicos. Destacaba como condición imprescindible para hacerse creíble a los alumnos que el profesor tiene que creerse lo que hace y disfrutar con su materia y con su trabajo.
Entiendo que un profesor de universidad o de formación profesional debe dar unas garantías bien contrastadas sobre el dominio y la investigación de las materias que imparte, aunque su vis pedagógica no sea su fuerte. Recuerdo uno de los profesores más estudiosos que he tenido. Le llamábamos Miguelín por su tamaño y decíamos que era un pozo de sabiduría pero que, por desgracia, se le había roto la cuerda de subir el cubo y no había manera de sacar agua de allí. A pesar de ello los textos que producía eran muy válidos, aunque áridos como buen investigador.

Sin embargo, este modelo de profesor no es transportable, bajo ningún concepto, a la enseñanza no universitaria y menos con la que está cayendo en el ambiente de los adolescentes. Si tenemos en cuenta, por ejemplo, a la mayor parte de los alumnos de los CIP, nos encontramos que los fracasos escolares con que nos llegan se deben más a la desafección del sistema escolar que a las deficiencias intelectuales. En no pocos casos se juntan ambos ¿Que ha pasado para que alumnos de 16 años no tengan las herramientas básicas que proporciona la enseñanza? Alguna parte de responsabilidad corresponderá también a los planes de estudio, al ambiente de los centros y a los profesores con que se hayan encontrado, no todo será culpa de esas familias desastrosas o de lo sinvergüenzas y vagos que son.

Mal que les pese a algunos ilustrados licenciados al profesor de ESO, cada día más, le va a tocar hacer de casi todo, además de dominar bien su materia que, como el valor en la mili, se presupone. Creo que el concepto mecanicista de enseñanza -yo doy, ustedes reciben y luego me lo demuestran- tiene cada día menos validez. Un profesor de ESO con talante pedagógico -no tanto con muchos cursos de pedagogía- tendrá que ser, ante todo, un entendido en adolescentes y estar bien pertrechado de dinámicas, de recursos metodológicos, de conocimiento del entorno, de capacidad de estimular... y nunca estarán de sobra los apoyos externos cuando se encuentre con algunas familias que hagan aguas.

Por otra parte, estoy de acuerdo en la tendencia de dar más importancia a las competencias. Mi suegro es profesor emérito de la Escuela de Ingenieros de Bilbao, famosa donde las haya. Su principal queja era que le mandaban alumnos que no sabían estudiar, solamente copiaban para luego aprender de memoria. Usaba el truco de poner fallos garrafales en la pizarra a ver si alguien se daba cuenta y cuando veía que todos lo copiaban sin más provocaba a los alumnos a ver si alguno reaccionaba. Creo que es más importante dotar de herramientas a los alumnos que atiborrarles a contenidos que en pasando los exámenes se olvidan en un tanto por ciento muy elevado.

Estas son cosas que nos han pasado a casi todos los que hemos tenido la suerte de llegar a los estudios superiores. Lo que nos ha valido para conseguir un final exitoso han sido la voluntad, la capacidad de organización, el tener claro lo que queríamos, el saber estudiar... Todas esas cosas que no vienen en los libros pero que hemos aprehendido de alguien que nos la ha transmitido.
( La primera imagen es del blog chueca.com y la segundo de la página profesorinteractivo.blogia.com)

1 comentario:

  1. Interesante tu post, que me permite descubrir tu interesante blog que sindico por RSS para seguirlo de ahora en adelante.

    Saludos y seguiremos en contacto.

    Agur bero bat!

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