Ya en entradas anteriores he mostrado mi hartazgo ante el sesgo que está tomando la política española, en la que todos los relatos están referidos a cuestiones que consisten, casi exclusivamente, a dimes y diretes, puyas, calumnias y "tú más". Hay un gobierno pendiente de un hilo que no hace más que darse tiros en el pie y una oposición soez y disparatada que se cree gobierno y se dedica en cuerpo y alma a tirar a matar al presidente y a exaltar sus poderes. Con ello están dando temas de sobra para que los medios de comunicación, proclives a unos u otros, monten el circo mediático y, así, parece que en España solo existen esos asuntos a tratar.
Ya nos hemos olvidado de lo que es un debate, ahora solo contemplamos confrontaciones, tanto en el congreso como en el senado, que solamente consisten en hacer declaraciones altisonantes y carentes de un mínimo de dignidad. Pero no importa: ahí está la cohorte de palmeros y jaleadores, llamados diputados, que se levantan aplaudiendo y vitoreando a su representante de turno diga lo que diga. En cambio, cuando habla el de la bancada opuesta, se convierten en una jauría desatada, que han llegado incluso a las manos en algunas ocasiones, dedicando a los adversarios todo tipo de lindezas a voz en grito. Luego vienen las réplicas y la sesión circense se va repitiendo.
Y yo me pregunto ¿ cuántos escaños de sus señorías no se dedican más que a eso? por que hay un pequeño grupo de portavoces y los demás... ¿Qué hacemos los españoles pagando a una cantidad de diputados o senadores que solo sirven para hacer de palmeros, apretar un botón cuando les piden un voto y sestear en los tediosos debates, cuando no a andar tirando de móviles o similares entretenimientos? Estamos pagando unos palmeros de lujo para dar de comer a la maquinaria de los partidos y a un grupo de señoras y señores que están ahí porque les han incluido en una lista por recomendación, favoritismo o vaya usted a saber por qué tipo de intereses. Visto sus privilegios, dietas y sueldos he de decir que estamos subvencionando un circo carísimo con un programa bochornoso, que cada día nos aburre más y pierde más interés porque ni trata ni resuelve lo que nos interesa en nuestro día a día y en lo que nos jugamos nuestro futuro.
No hay comentarios:
Publicar un comentario