lunes, 25 de abril de 2011

LA PUNTA DEL ICEBERG





Hace tiempo, en agosto de 2010, hice algún comentario sobre el fenómeno de los ninis y creo que me quedé corto en mis consideraciones. En estos días ha sido todo un notición el que uno de estos sujetos ha denunciado a sus padres ante un juez. Parece ser que el pobrecillo necesitaba más dinero para mantener su ritmo de vida, además de vivir de gorra en casa de sus padres y de tener coche propio. Estos no estaban por la labor y entonces él recurrió a la justicia para poner a sus padres en su sitio, esto es, que sigan siendo sus criados y su particular central de abastos, que para eso le trajeron al mundo. No voy a entrar a comentar lo que dijo el juez ni me voy a meter en los detalles de su historia. Solamente me interesa constatar el dato y por eso lo considero la punta del iceberg. Debajo de este hecho, que por sí solo puede levantar alarma social, hay muchas situaciones insostenibles social y familiarmente. Por ello podemos sospechar que estamos ante el primer caso conocido, pero quizás no sea el único. Al menos, nos ha servido para que salga a la luz esta sangrante realidad para tantas familias que, sea por errores propios o por influencias externas, lo están padeciendo.






Esta situación plantea una serie de preguntas y una profunda perplejidad para los que hemos vivido situaciones diametralmente opuestas en nuestra juventud ¿Qué está pasando para que un gandul de 25 años exija a sus padres que le alimenten comos si tuviera 10? ¿Qué ha pasado para que este tipo que no ha terminado ni primero de carrera a su edad tenga coche propio, pagado por sus padres, sin haber dado un palo al agua? ¿Cuántos más habrá en su misma condición pero no necesitan recurrir a los tribunales porque tiene a sus progenitores en un puño a través de chantages o muertos de miedo por amenazas? ¿Nos podemos conformar diciendo que es un problema más de la crisis? ¿Cuándo vamos a mirar de frente y aceptar los fallos personales y familiares y dejar de echar la culpa de todo a los acontecimientos, a los políticos, al paro, a los profesores...? ¿Nos podemos quedar tan tranquilos porque esto es lo que toca y mira lo mal que lo están pasando estos pobrecitos que no tienen trabajo? Y me queda otra pregunta que es la que más miedo me da ¿Si ahora pasa esto, hasta dónde van a poder llegar estos niños y niñas de hoy en día, rodeados permanentemente de adultos que les ríen las gracias, que mandan en sus casas desde los 3 años, a los que no se les niega nada, ni permiten que se les lleve en lo más mínimo la contraria ? Porque haberlos, haylos y más de los que podamos suponer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario