Tengo la sensación de que necesito taparme la nariz para poder escribir esta entrada, por el peligro de que este blog quede contaminado. Es tal el hartazgo y la desazón que me produce el tener que escuchar y leer las declaraciones y los exabruptos del PP, que siento el estómago revuelto. No se puede vivir con esa jauría que, en vez de templarse, va en aumento día tras día. En realidad la raíz de semejante follón es muy sencilla. Un señor, al parecer muy importante y experimentado en las lides gubernativas, fue sacado de su Galicia profunda y exaltado en Madrid para poner orden y enderezar el rumbo de España. Pero, a pesar de haber ganado las elecciones, no ha podido gobernar por falta de apoyos, lo que le ha cabreado muchísimo y, ya avisó que iba a armar la marimorena.
En estos momentos ya está llegando a un todo vale con tal de que el presidente no consiga gobernar: manifestaciones, proclamas, difamaciones... Se le ha olvidado alguna que otra cosa, por ejemplo, que en democracia, como en el deporte o en las apuestas, hay que saber perder y ganar y, sobre todo, no perder las formas, porque no es mejor opositor quien más grita sino el que más alternativas presenta. Además esa falta de formas acaban siendo un ataque a la inteligencia del personal, que no puede entender que se esté hablando continuamente de temas que ni le van ni le vienen a los problemas básicos de la vida, y que va a acabar abominando la política.
Son capaces de desprestigiar a España en Europa y en los ambientes internacionales o de bloquear los dineros que nos pueda destinar la UE, si eso vale para derrocar el sanchismo. Eso fuera, dentro de casa lo suyo raya en el delirio: el parlamento no sirve, solo el senado porque allí sí tienen mayoría; la constitución está desautorizada; dicen que no hay independencia judicial, cuando llevan años bloqueando la renovación del poder judicial y se han dado casos flagrantes de tener fiscales y jueces a su dictado; España está al borde de caer destrozada, y resulta que ahora, para no cumplir alguna ley del gobierno, se va a dedicar a sacar decretos con las comunidades autónomas que ellos gobiernan; en Galicia no hay problemas que resolver en el mar o en el mundo rural, solo cabe votar para evitar que Sánchez gobierne... Y, claro, el señor Feijó se erige en el ángel de la guarda de esta desvalida nación dirigida sin rumbo al caos total.
Si denominan "sanchismo" al gobierno, podremos llamar "feijoísmo" a este tipo de oposición, que, en el fondo, no deja de ser una versión ampliada y delirante de la forma de hacer política del PP, marca Aznar: si está en la oposición tirar a matar al presidente, generador de todos los males, como única solución a la catástrofe reinante -González, Zapatero, Sánchez-; si gobiernan, están toda la legislatura poniendo a caldo y dando palos a la oposición por lo rematadamente mal que ha actuado y porque ha dejado el estado hecho unos zorros y, a saber, cuánto tiempo les va a llevar arreglarlo. Y mientras tanto ellos a lo suyo: a sacar sus intereses sin que se note y pasándose las promesas electorales por ya se sabe dónde ¿Y vamos a tener que estar así cuatro años? Por el amor de Dios ¿no habrá nadie en ese partido o sus alrededores que ponga un poco de sentido común para que nos dejen vivir en paz?
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