María me propuso hace tiempo que teníamos que hacer una pequeña celebración conjunta del día de la madre y del padre. La hemos llamado "Guraso". Así que el día 2 de mayo, huyendo del ruido político y de las angustias pandémicas, decidimos hacer una excursión mañanera y luego tener una comida a modo con tarta y chupito de cava final. Elegí hacer un pequeño recorrido que habíamos descubierto Orencio y yo cuando recorrimos parte del GR que da la vuelta a Urdaibai por las alturas que lo circundan. Se trataba de Errigoitia, un pueblo con barrios diseminados entre Mungia y Gernika.
Antes de llegar al núcleo central tomamos la subida a Metxikas y Bizkaigane. Dejamos el coche en el barrio de Sollabante repleto de vehículos alrededor de la iglesia de S. Lorenzo por aquello de la misa dominical y fuimos caminando en suave subida hasta la ermita de Santa Gurutze en el barrio de Bizkaigane. Es un lugar recomendable para perderse y disfrutar de unas vistas extraordinarias: a sus pies todas las colinas de la zona de Mungialdea con una variedad de verdes deliciosa, que María plasmó en su Canon. Por la parte norte teníamos el Sollube con sus antenas enmarañadas de nubes bajas y una visión del mar a continuación de los montes donde están las cuevas de Santimamiñe y S. Pedro de Atxarre. A oeste los montes mineros, esta vez con mala suerte, desdibujados por la nubes. Al sur se veían varias líneas de montes de los diversos herrialde de Bizkaia, aunque no se llegaba a distinguir la zona de Gorbea.