Muy señora mía:
Por la presente deseo comunicarle mi apoyo por el injusto maltrato que ha recibido en su carrera política. Por un lado, la derecha más ultra y sus medios de comunicación, que, cual perros de caza no ha cesado en su constante intento de acoso y derribo. Por otro, desde las bancadas de la izquierda y de otros medios nada sospechosos de derechismo no ha cesado de lloverle más palos que a una estera, como se solía decir.
Dicho esto, siento también decirle que, en mi opinión, es usted a estas alturas un cadáver político. Con esta afirmación no pretendo que la entierren políticamente, todo lo contrario. A mi modo de ver a ninguna coalición, y a ésta nueva tan compleja mucho menos, le interesa aparecer con un cadáver en el armario. No pretendo ofenderla con lo dicho, con ello quiero decir que usted misma debería haber tenido el valor, también aquí, de retirarse de la acción directa en la política para evitar ser un activo negativo en esta nueva andadura política. De ese modo podría seguir siendo un activo positivo en su partido, aportando su experiencia y sus valores desde la segunda línea, a la par que podría gozar de un paréntesis de tranquilidad que le mantuviese apartada del fuego enemigo y del de supuestos amigos.
No me hago ilusiones de que usted, en el caso de que lea esta carta, me haga mucho caso. De igual manera le fui haciendo en este blog una serie de observaciones y de advertencias a su compañero Iglesias que, para desgracia de muchos que pusimos ilusión en su proyecto, se han ido cumpliendo. En la primera de éstas ya le sugerí que él no era nadie sin su equipo y que, en la historia del comunismo en todas sus versiones, cuando se recurría al personalismo del líder y al centralismo se acababa como el rosario de la aurora. A los hecho me remito.
Reciba un saludo respetuoso.
Luisfer
Barakaldo 16 de junio de 2023
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