Orencio y yo nos hemos lanzado al monte, a pesar de los malos augurios de los meterólogos. Teníamos pendiente subir a Arlobi al visitar la piedra vertical que se ha recuperado para disfrute de todos. Hemos partido de Sarria, donde está el centro de interpretación del Gorbea. Después de los aguaceros de la noche nos hemos sorprendido con un una mañana apacible y poco fría para esas alturas. Hemos ido caminando en medio de un paisaje otoñal impresionante, tanto por los rincones como por las laderas policromadas. Todo ello ambientado por el bramido continuo de un río Bayas embravecido por el abundante agua recogida en estas fechas y formando unos rápidos dignos de las cordilleras más afamadas. Todo un banquete de vida, de luz y de sonido.
El recorrido transcurre por una pista cómoda con varios puentes y pasarelas de lo más pintoresco que dan la posibilidad de vadear el río, que no estaba para pasar con piedras precisamente. Hacia el final de la trayectoria que nos habíamos marcado, la pista se ha empinado hasta llegar al menhir. Impresiona la piedrecita tanto por lo que impone, como por el entorno en el que está enclavada: una vaguada entre cimas, alguna pintada por algunas canas de la nevadita de ayer. Apenas nos hemos hecho las fotos, nos han avisado que se acabó el recreo, esto es, se ha puesto a llover. Por suerte sin viento con lluvia mansa, a veces fuerte y a veces sirimiri. Así que vuelta para atrás, a reponer fuerzas en el último refugio que nos ha venido de perlas para almorzar con tranquilidad.
Ha sido una mañanera magnífica, y más, para una supuesta jornada de reflexión. Se me ha ocurrido pensar que he estado consultando con los ancestros de nuestra tierra, mientras me apoyaba en los restos de su existencia por esas latitudes. En realidad solamente me han aclarado contra quién tengo que votar. Me han dejado caer que el cómo hacerlo se les escapa y que corre de mi cuenta. Solo pensar que toda esa naturaleza ya está en peligro, es argumento suficiente para tomar decisiones contra los que no se lo toman en serio y siguen creyendo que lo que importa es aumentar el desarrollo por el desarrollo. Y mañana... que Dios nos pille confesados.
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