El sábado 24 de febrero pudimos sacarnos la espinita de no haber podido ir al monte en el resto del mes. Habían amenazado con bajas temperaturas, pero la cosa no fue para tanto, así que optamos por un paseo que no se topara con hielo. Elegimos al sierra de Santxosolo, a la que llaman también de otras maneras. Es un espinazo con varias cumbres seguidas cercanas a los 700 metros de altitud pero muy verticales, sobre todo por su cara norte. Hacía de divisoria entre el reino de Castilla y el Señorío de Bizkaia -Valle de Mena y Balmaseda donde estaba el fielato de entrada por su famoso puente medieval-. Tenía un gran valor estratégico lo que dio nombre a una de sus cumbres, La Celadilla, por las celadas que se formaron a través de la historia entre los señores de la guerra y sobre todo en las guerras carlistas.
Para la ascensión elegimos el pueblito de Arza que está en una zona de Mena muy bonita y totalmente desconocida para nosotros entre Balmaseda y Artziniaga. O sea, es Burgos pegando a Bizkaia y a Araba y tiene nombres vascos -Orrantia, Antuñano, Arza...-. Como es ya fatídica costumbre dudamos al arrancar y cuando ya los track indicaron que íbamos bien, nos encontramos metidos en un lodazal impracticable. No contentos con ello nos topamos con que el arroyo que se pasaba por unas piedras estaba convertido en un río que nos podía cubrir hasta las rodillas en algún tramo. Orencio estaba dispuesto a pasarlo descalzo, pero iba a ser que no.
Preguntamos a un joven que estaba cargando una furgoneta y nos indicó otras pistas que nos llevarían al trayecto indicado. Tras unos pequeños despistes nos hicimos con la ruta, pero no pudimos llegar hasta la última cumbre que nos habíamos propuesto el Rioya. Comimos el bocata en el Somokurtzio y al bajar dimos con el trayecto correcto que no nos obligó a pasar el riachuelo. Una pena el día tan nublado, como se ve en las fotos que no nos permitió disfrutar de los panoramas que desde el Trasmosomos -también Espaldaseca- se puede ver el mar y todos los montes de la Peña del valle de Mena.
Preguntamos a un joven que estaba cargando una furgoneta y nos indicó otras pistas que nos llevarían al trayecto indicado. Tras unos pequeños despistes nos hicimos con la ruta, pero no pudimos llegar hasta la última cumbre que nos habíamos propuesto el Rioya. Comimos el bocata en el Somokurtzio y al bajar dimos con el trayecto correcto que no nos obligó a pasar el riachuelo. Una pena el día tan nublado, como se ve en las fotos que no nos permitió disfrutar de los panoramas que desde el Trasmosomos -también Espaldaseca- se puede ver el mar y todos los montes de la Peña del valle de Mena.
No hay comentarios:
Publicar un comentario