miércoles, 22 de enero de 2025

Sanqueremos improvisado


 20 de enero lunes. Se propuso una salida circular desde Berango. A ella acudimos 25 senderistas, un buen número para este paseo. El recorrido no ofrecía ninguna dificultad, así que apenas se tuvo que usar bastones. Al arrancar la mañana hizo un amago de gotas de agua, pero poco a poco se fue despejando y quedó una mañana brillante y fresca, una gozada para caminar. Al salir del metro compartí  con el grupo la noticia del infarto que sufrió la compañera Luisa víspera del día de la comida en Retuerto, a la que asistió y solo dijo que estaba algo mal por un dolor raro. Según me contó, ya le habían detectado la realidad de aquel dolor y está a tratamiento y reposo. Esperamos con ganas que vuelva a compartir nuestras actividades, pero sin prisas: lo primero...

    Al salir de la estación pasamos Eroski y esta vez cambiamos de la dirección habitual de otras salidas, pasando hacia la izquierda por debajo de la carretera nueva que circunvala Larrabasterra. A poco tomamos un bidegorri que en seguida empalmaba con el que viene desde Getxo. Lo seguimos hasta llegar al cruce con la bajada a la playa de Sopela y que seguimos hasta el pequeño parque infantil que está a la entrada, donde despachamos las viandas de rigor. De postre tuvimos la foto de grupo. Atravesamos la playa con la marea bastante alta y con un precioso espectáculo formado por unas olas altas con el pelo alborotado por el viento sur, que parecía quererles impedir que cayeran en la arena. Esta ha sido una de las poquísimas veces que llegamos a casa con arena de playa en las suelas. 

    Al llegar al final de la cuesta de salida de la playa, propuse romper la circular prevista y aprovechar la ocasión para recorrer la senda que va a Getxo, conocida por muy pocos de nosotros. Llegamos a Algorta y hubo un momento de duda que si a Bidezabal o a Fadura. Andábamos bien de tiempo y era más sugerente seguir por zona de parque, así que nos lanzamos hacia Fadura. Al llegar a la Avda. de los Chopos, nos dividimos entre los optaron por el metro y los del bus a Cruces. Lógicamente los que se quedan a comer, y algunas más, optaron por el metro ya que les tocaba comida en su top restaurante de Erandio. A propósito, algún día tendremos que celebrar algo todos juntos para comprobar su buena cocina. Ahí lo dejo.

martes, 14 de enero de 2025

Lunes de senderismo 38

 


Lunes 13 de enero. Inauguramos las salidas del 2025.Nos tocó subir de nuevo a La Reineta, para llegar hasta Peñas Negras y después ir bajando hasta Muskiz por el pequeño puerto que acaba en el polígono de Borja. Nos saludó una mañana más fría que fresca. En Beurko Berri nos unimos a los que bajaban de cruces en el 41. Entre todos sumamos 30, un buen número. Como ya estamos más que avisados llegamos incluso un poco más tarde que otras veces, así que ni siquiera vimos arrancar  al funicular. Sin embargo, tuvimos una grata sorpresa para amenizar la tediosa, y fría, espera. Nuestro compañero Fernan, que apareció ataviado con un chaleco amarillo, nos regaló unas simpáticas flechas para colgar en nuestras mochilas. No pretenden ser un simple adorno, sin toda una seña de identidad. Su cara amarilla hace referencia al camino de Santiago y la cara blanca a nuestra condición de senderistas. El texto reza "Equipo 1". Según su autor nosotros formamos un equipo, mucho más que un grupo, por la cohesión y el buen rollo que hemos demostrado tener y porque navegamos juntos en la misma dirección, por eso le ha dado forma de flecha. Gracias Fernan.

En 45 minutos ya estábamos en el centro de interpretación, dando buena cuenta de las viandas de cada cual. Estamos castigados a no tenerlo nunca abierto, así que nos fuimos acomodando en la tapia. Una vez terminada la parada y fonda tardamos un poco en retomar la marcha por aquello de que conviene andar lo más aliviado posible. En el trayecto de bajada, que para algunas resultó un tanto largo, pudimos disfrutar de varias torrenteras que daban un toque visual y sonoro de llamar la atención. También pudimos comprobar que ese puerto había servido de trayecto para diversas competiciones ciclísticas por las grandes letras que cruzaban la calzada alentado a algunos corredores. En los últimos tramos nos encontramos con las típicas curvas cerradas y empinadas, nada recomendables para las rodillas. El pelotón se alargó más que otras veces, y eso que no íbamos cuesta arriba. En los momentos finales habría más de medio kilómetro de distancia entre la cabeza y la cola.



Cruzamos la carretera a Sopuerta y antes de continuar la marcha por la senda de El Pobal, algunos decidieron usar el tren, por aquello de los mareos y del mal cuerpo de los autobuses. Un buen grupo se quedó a comer, pero no en el restaurante habitual de Muskiz, que siempre da prioridad a las contratas de Petronor. Eligieron uno en Las Carreras, ya veremos si alcanza el nivel de Erandio, que tiene puesto el listón muy alto. A los demás nos tocó estar plantados otra media hora, porque aunque echamos a correr cuando el bus estaba en la parada y aún no había cerrado las puertas, el chófer pasó de nosotros y nos dejó en tierra, será que va en caracteres. De todos modos el frío no fue excesivo, tuvimos ratos de sol y nos alegró mucho sentirnos de nuevo juntos caminando. Magnífica mañana.




jueves, 2 de enero de 2025

Despedida a 2024


 Lunes 30 de diciembre de 2024. Tal como se votó en la salida anterior, hemos adelantado la celebración de fin de año para facilitar la participación del personal, porque dadas las múltiples liadas -compras, comidas, desplazamientos, nietos...-que a los abuelos y abuelas nos atan en estas fechas, iba a quedar muy mermada la participación en le mismo día 31. Los resultados así lo ratifican: estuvimos 21 participantes a las 9:25 horas cogiendo el bus a Sta. Marina, que era el inicio del camino. No éramos muchos, pero nuestra presencia sorprendió a los usuarios habituales y les obligó a terminar el recorrido de pie. Contamos esta vez también  con la inestimable colaboración de Javi y Txelo que hicieron de transportistas, tanto a la ida como a la vuelta, de los paquetes y mochilas que deberíamos haber llevado a cuestas. A las 8:30 ya habíamos dejado todo en su coche para no retrasar la salida y, al regreso, también Javi estaba esperándonos en la boca del metro con los bultos de los últimos.


La mañana era luminosa y soleada, pero con el tibio sol de invierno que amaga con calentar, pero no lo hace del todo. En las zonas sombrías por el abundante arbolado, que cubre la mayor parte del trayecto, el frío se hacía notar, que solo se disimulaba por aquello de andar cuesta arriba. El pelotón se iba alargando más de lo previsto, por ello se tuvo que hacer paradas en los cruces de caminos. No nos llevó mucho tiempo llegar a nuestro lugar oficial de noche viejas: el área recreativa de El Vivero sito en la cumbre divisoria de Galdakao y Etxebarri con el valle del Txoriherri. La primera sorpresa nos la dieron el bar y los servicios que estaban cerrados, cosa que no había ocurrido en otras ocasiones, hasta que caímos en la cuenta de que era lunes. 


Buscamos unos bancos al sol. Uno para dejar las mochilas y dejar los dulces y otra para poner la comida. Aparentemente había abundante hierba, pero en cuanto se ponía el pie, se hundía uno hasta el borde de la zapatilla. Las mesas no nos facilitaron la labor de organizar la comida porque resultaron pequeñas para el número de comensales. Había una de mayor tamaño pero estaba a la sombra, que en aquellas circunstancias era como si no existiera. Las viandas dejaron el tamaño de la mesa aún más pequeño por la gran cantidad y variedad de productos, así como el problema que se presentaba de organizar el sitio, partir y repartir lo que cada cual dejaba a su aire... En fin para próximas ediciones habrá que mejorar nuestra capacidad de organización. Solo podíamos estar en la zona cementada que rodea las mesas, para no seguir encharcándonos. Con la humedad, el airecillo y el medio sol hubo gente que quedó afectada por el frío, pero todo ello no pudo con el humor y las ganas de disfrutar que reinaron en todo momento.


El regreso resultó algo más complicado. A poco de comenzar se fue quedando gente demasiado atrasada, pero había que tener cuidado porque había varios cruces de pistas que nos podían desviar y eran poco conocidos. Quizás el efecto de la chufla invitaba a andar sin prestar atención hicie
ron que la espera en los cruces se prolongase demasiado y un grupito de cabeza se adelantara sin darse cuenta. A todo esto, nuestro último fichaje, cuando ya se estaba reagrupando el personal, se dio cuenta de que había perdido el móvil por lo que se tuvo que volver a buscarlo. Por si esto fuera poco, el mismo tenía un cita médica a las 16 horas y con el contratiempo y el retraso, iba a ser imposible que llegara. Por suerte lo encontró enseguida, aún así di instrucciones de como seguir los cruces y por un atajo que conocía lo llevé en volandas hasta la famosa casa del guarda. A partir de ahí la pista no tiene pérdida y, en efecto llegó bien al tren y a su cita. 


Me puse en contacto telefónico con el grupo para saber dónde estaban y por si hiciera falta volver a buscarle. Según me dijeron habían comenzado el descenso siguiendo un letrero que ponía Lezama. Error craso que ya no tenía remedio, nuestro destino era la parada cercana a los campos del Athletic no el núcleo del pueblo. Nadie dio las instrucciones que yo había indicado y aquello no tenía vuelta atrás. O sea que se habían metido en una bajada vertiginosa con un suelo intratable y peligroso que acaba en la carretera de subida a El Vivero. Siguiéndola se llegó sin problemas  a la estación final de la línea 3, que está  al lado de la parroquia. El esfuerzo y los apuros disiparon todos los despistes, menos mal que no hubo ningún problema de daños personales. Eso sí, lo mejor del evento fue el humor con que al final se tomó la aventura. En fin, siento mucho no haber podido ayudar más, pero aún no se me ha concedido el don de la ubicuidad. Espero que, a pesar de todo esto, nos haya quedado un buen recuerdo de la despedida del 2024. 



¡Salud para el año entrante!