jueves, 14 de noviembre de 2024

Cobramos la segunda deuda

 


Lunes 11 de noviembre salida de sanqueremos Ontón-Muskiz. Aprovechamos la ocasión para saldar la deuda de parte del recorrido que en el verano no pudimos terminar. Ya arreglamos la anterior vez la deuda de La Reineta. Esta vez partimos de Ontón, por lo que había que preparar dinero para el bus de Castro por pueblos. Parte del personal no había leído con atención la convocatoria y estaban tan pichis con la tarjeta roja, pero se arregló el tema enseguida y nadie se quedó en tierra. El tiempo estaba quilicolo y de vez en cuando nos regalaba algo de sirimiri, pero luego pudimos disfrutar de un tiempo excelente para caminar. 

Para comenzar la ruta nos atrevimos a subir a los restos mineros que se ven desde la carretera al llegar a Ontón. Eran un puerto seco por donde desfilaban las vagonetas y se las iban cargando con el mineral que se elanzaba por el plano inclinado. Desde su base se veía perfectamente la pendiente que llegaba a la cima de la colina a donde llegaba el tren procedente dela mina. Hacía un par de años que no subía a ese sitio y me llevé un par de sorpresas desagradables. La primera fue que había desaparecido un pequeño sendero con unos cortes a modo de escalones para acceder a la pista del tren. En su lugar la empinada campa estaba resbaladiza y solo conseguimos trepar por el borde que apenas tenía hierba. La bajada se tomó con calma, porque ya era otro cantar y en cima se puso a llover, pero con colaboración todo se supera y no hubo que lamentar trompazos. La segunda consistió en que el pequeño túnel cavado en la roca estaba taponado por ramas y arbustos secos, pero éste lo saltamos sin problemas.


Después de este pequeño espacio de aventura, bajamos al pueblo y siguiendo a la inversa el camino de Santiago hicimos parada y fonda debajo de la autovía, que es uno  de los lugares en los que ya tenemos mesa reservada. A partir de ahí, seguimos la senda de la vía verde hasta Kobaron. Hicimos una pequeña parada para contemplar los restos mineros aprovechando las plataformas que han puesto en lo alto, y hacer un tributo al extraño árbol de enfrente. 


Al llegar a las primeras curvas de la salida a la carretera general tomamos la Vía Txikita un camino cómodo rodeado de pastos y huertas que llega a La Rigada. Este es uno de esos puntos que me ponen de los nervios: hay que cruzar una carretera con curva a la vista e intentamos agruparnos para pasar en grupo, pero siempre, siempre, siempre queda un grupito descolgado que sigue charlando y se pone a pasar más tarde, pero entonces ya comienzan a pasar coches... Un asignatura pendiente de la disciplina de grupo. 


Luego seguimos disfrutando de la bajada a Muskiz rodeados de casitas y huertas, con otra parada que nunca falla la casa de Pasionaria y el famoso lavadero pintado. Acabamos en le macro centro de estudios Somorrostro. Cruzamos por el patio cuando la chavalada regresaba a clase y nos miraban como a "avis rara" que no pegábamos en aquel paisaje. Pero nosotros a lo nuestro, que allí mismo sale el bus a Bilbao que aprovecharon a coger las de Cruces, Retuerto y de la zona baja. Los demás llegamos con calma a la parada del polideportivo y tras veinte minutos de espera cogimos el bus de la playa. Nadie se quedó a comer, algo inédito, a pesar que el restaurante de turno estaba allí mismo.

jueves, 7 de noviembre de 2024

Y vasca: progreso ¿a qué precio?


El lunes 4 de noviembre nuestro grupo de senderismo se desplazó al valle de Atxondo para disfrutar de la senda verde que llega hasta Arrazola, a los mismísimos pies de la Dama de Amboto. Ya a lo largo del viaje me fui fijando en los nuevos desmontes que aún no había visto y me pareció que suponían un auténtico e incontrolado escarnio del entorno. El mayor impacto lo recibí al descender del bus de línea en Apatamonasterio y contemplar esos pilares de hormigón de una altura, que se antoja interminable mirando desde su base, apuntando al cielo como un insulto de prepotencia y de apropiación indebida del espacio. Mis colegas del grupo ya habían sufrido los inconvenientes de las obras cuando hicieron esa ruta en años anteriores, pero yo no pude participar en ella por motivos de salud, y ya se lo esperaban. 

Así tendríamos que ver el Amboto

    Me sigo preguntando en qué medida merece la pena vender nuestra tierra a un no se sabe quién que, como un dios Moloc, lo sacrifica todo a sus interese privados en el altar del fomento de las comunicaciones y del progreso económico. Me vino a la cabeza el poema de Gabriel Aresti "Nere aitaren etxea defendituko dut" (Defenderé la casa de mi padre). Este hermoso país es esa casa, una herencia que no podemos desperdiciar. Lógicamente a todos nos parecerá estupendo el día de mañana poder disfrutar de un AVE para tener la mayor comodidad en las comunicaciones ente los tres territorios. Me imagino, por ejemplo, a todos los que tienen que acudir a trabajar o a estudiar a Vitoria. Aplaudirán con las orejas el día que lo tengan en marcha. De todos modos me sigo preguntando  si merece la pena destrozar un paisaje y unos recursos naturales como los de nuestro país por llegar media hora antes a un determinado destino.


Desastre aparte, ello no impidió que disfrutáramos de un mañana deliciosa. Según nos acercábamos a Durango percibimos que en los cristales del bus aparecían gotas de lluvia, lo que alarmó al personal pues las previsiones metereológicas nos habían vendido un día despejado. Al comenzar la marcha también nos cayeron cuatro gotas que desaparecieron enseguida. Luego el día despejó y nos ofreció un resplandor especial en el verde de los pastos. A pesar de haber entrado ya en noviembre la mayor parte del arbolado  solo había comenzado tímidamente a teñirse de otoño. La marcha fue tranquila y agrupada hasta llegar al área de descanso final donde solemos hacer parada y fonda, además de aprovechar las instalaciones para alivio del personal.


Después de las inevitables y repetidas fotos, ampliamos la ruta subiendo hasta el barrio de Axpe, que además de su fama gastronómica, tiene un entorno envidiable con unos edificios y caseríos bien cuidados y unas vistas privilegiadas a la crestería entre el Alluitz y el Amboto, en la que se recorta perfectamente el paso del Diablo, famoso por su peligro. Varios componentes del grupo han recordado que en los años 70 un chico de Barakaldo se mató en ese lugar y que hubo una misa montañera al pie de la roca con los grupos a los que pertenecía. Por mi parte debo confesar que cuando subí al Alluitz y llegué al cortante, me asome y di vuelta para atrás, sin pensármelo dos veces. Con las cosas de comer...

    El regreso, lógicamente, fue todo cuesta abajo y hubo que tener especial cuidado por la condición resbaladiza de la acera, pero no hubo que lamentar ningún percance. Al final de la cuesta giramos a la derecha y dejamos la carretera al llegar a la ermita de S. Martín por donde accedimos de nuevo a la vía verde. La mitad se quedó a comer y la otra mitad llegamos justo a tiempo para coger el directo de Durango por la autopista, así que a las 14;30 estábamos en Barakaldo.



martes, 29 de octubre de 2024

Lunes de senderismo 33


 Lunes 28 de octubre. Retomamos una de las salidas que teníamos pendientes, suspendida en su día por razones climatológicas. Hoy hemos sido también un grupo numeroso de 25 compañeros y compañeras. Ayer nos acostamos con la amenaza de la huelga de transporte de personas por carretera, pero hoy hemos podido sortearla. Santi ya nos informó ayer que el 41 que sale de Cruces a las 8:50 entraba en los servicios mínimos y era precisamente el que necesitábamos para iniciar el recorrido marcado para el día de hoy. La Reineta-Retuerto.  Ha llegado con normalidad pero con más gente de lo habitual, o sea que lo hemos petado. De lo que no nos libra nadie es de la tediosa espera para coger el siguiente funicular, ya que se acaba de ir cuando el bus está llegando. De nada han servido nuestras reclamaciones.


    En cuanto el funicular ha ido tomando altura hemos podido comenzar a contemplar el espectáculo de la niebla pegada al suelo, sobre todo en toda la margen derecha y en la zona Minera. El Serantes destacaba como un isla volcánica entre algodones. Las vistas se han ido completando a largo del recorrido. Ya en la cumbre del Argalario hemos podido ampliar el espectáculo de la niebla por los valles de las Encartaciones. Primero hemos hecho parada y fonda en el área recreativa aneja al aparcamiento. Al retomar la marcha hemos hecho una original ronda de reconocimiento para ponernos cara y nombre ante los nuevos. 


Hemos subido a la cumbre del Argalario que  era desconocida para gran parte del personal y después hemos seguido por las pistas que bajan hasta los depósitos de agua del Consorcio en el barrio de Agirre. Allí hemos dejado la carretera y nos hemos precipitado -vaya pendiente- por el camino cementado que va a dar a la pista del antiguo tren minero y a los últimos pabellones de Kareaga. Una vez en esa vía no nos ha costado nada llegar hasta Retuerto. Al llegar a La Viña las de Retuerto y la gente de Barakaldo se ha apeado y los de Cruces han seguido adelante hasta el final. Según parece, hoy tocaba comida en Cruces. 

Eso sí, hoy hemos podido disfrutar también de una mañana magnífica y de un recorrido sumergido en un mar de vegetación y de densos arbolados. Las copiosas lluvias de víspera nos han permitido disfrutar de la vista y del sonido de arroyos de todo tipo, pero, por la cara b, nos han obligado a andar  saltando charcos y sorteando algún que otro barrizal. Y es que no se puede pedir todo, pero siempre contamos con compis que nos ayudan a no hundirnos en el barro. Una gozada de día... y que sean muchos más.



lunes, 28 de octubre de 2024

Gustavo Gutiérrez

 
Recientemente ha muerto Gustavo Gutiérrez. Uno de los padres de la teología de la liberación. Para mí también uno de los referentes que me enseñó a mirar y a orientar mi vida y mi fe desde el sufrimiento injusto de los pobres. Fue un teólogo de raza con una sólida formación y con una sensibilidad extraordinaria para palpar y asumir la vida de los pobres y de los desvalidos, que poblaban -y aún pueblan- su América latina. Lógicamente, la praxis que se derivó de la teología de la liberación en el continente americano tenía poco que ver con la que se tenía que desarrollar en Europa, pero lo importante fue que nos ayudó a darnos cuenta que cualquier teología cristiana debe partir y dar respuesta a las necesidades y a los clamores de los pobres y de los que soportan sufrimientos injustos.



    Tengo que dar gracias a Dios por haber puesto en uno de los momentos más cruciales de mi vida a Gustavo, y a otros compañeros suyos de la teología de la liberación, para tomar las decisiones más importantes a la hora de orientar mi fe y de hacer un proyecto de vida basado en la dedicación a las clases trabajadoras y dependientes. Gustavo, como otros tantos teólogos latinos y europeos, tuvieron que soportar el largo invierno restauracionista de los dos papas anteriores, así como el ataque continuo de estamentos jerárquicos de Roma y de no pocas conferencias episcopales. Entre todos éstos han ido consiguiendo que la teología de liberación se haya quedado considerada como un grave peligro a enterrar y que, hoy en día, no tiene nada que aportar. Precisamente cuando las diferencias sociales se están haciendo abismales: cada vez es mayor la cantidad de pobres, la cantidad de personas de clases medias que se hunden en la pobreza y cada vez es más grave su nivel de pobreza. 


Creo que en este momento social, que nos ha tocado vivir, es preciso que ,tanto los creyentes como la gente de buena voluntad, podamos contar con faros como Gustavo que nos libren de perdernos en espiritualidades pseudo místicas -religiosas o laicas que solo buscan huir de la cruda realidad- y nos marquen esa nueva mística de los ojos abiertos que sea sensible y busque respuestas a los clamores de los y las que sufren injustamente las consecuencias de la pobreza, de la marginación, de la insignificancia o del abandono. 


Gustavo Gutiérrez, ruega por nosotros. 

martes, 22 de octubre de 2024

Lunes de senderismo 32

 21 de octubre. Subida al Serantes. 29 participantes: récor absoluto de participación en las salidas programadas y eso que consistía en una etapa de montaña. El grueso del pelotón se formó en Bide Onera. No hubo participación de la zona Cruces y en Bagatza se añadió alguna más. Tuvimos que esperar algo más de la cuenta a la lanzadera que sube de la estación de Santurtzi al barrio de Mamariga por la avería de una de sus cabinas, pero cupimos todos en una sin ningún problema. 

La subida se llevó a paso tranquilo por la pista que hace de carretera hasta el fuerte, obviando atajos para no cargar las piernas del personal, así que el pelotón se fue estirando de manera considerable. Parece ser que hubo alguna compañera que tuvo que hacer más de un esfuerzo para alcanzar cumbre, pero el apoyo del grupo ayudó a terminar con éxito el ascenso -y es que somos así de majas-. En los terrenos adyacentes pudimos contemplar unas yeguas famélicas mordisqueando  hierbajos en un terreno abandonado rodeadas de matorrales enmarañados. Un año más comprobamos que el maltrato animal sigue en pie en esa zona. También pudimos comprobar que la diputación se ha metido en obras con nuevas pistas, pero no se informa ni a dónde ni para qué son. Además de los carteles anunciadores, tuvimos la oportunidad de comprobar en medio del descenso que sí que suben camiones y el que se cruzó con nosotros iba bien cargado. A ver si podemos contemplar los resultados de las obras en nuestra siguiente subida -uf, a saber en qué año tocará-.


Poco a poco nos fuimos reuniendo en la cumbre, tomando posiciones en los bancos de la plataforma adjunta al pirulí que daban al sol y al socaire, porque el viento no era excesivamente fuerte, pero sí desagradable. La subida al sol y refugiados del viento algo nos hizo sudar, así que arriba volvieron a aparecer las sudaderas por aquello de que a nuestra edad ya no estamos para bromas. Tras terminar con nuestras viandas, nos juntamos para que María nos informara de las novedades en la normativa de los grupos surgidas a raíz de los inconvenientes acaecidos en la excursión a Oma que, desde luego, no empañaron la buena marcha de la misma. Después de las aclaraciones de algunos que fueron testigos directos de dichos sucesos, se dio la salida para el regreso.

Un grupo inició la bajada y como se entretuvo mirando algunas particularidades del paisaje fue bajando con la sensación de que iban los últimos, porque no veían a nadie. El chasco fue al llegar a la lanzadera y no encontrar a nadie. Hasta que por fin conseguimos contactar por teléfono y nos percatamos que éramos los primeros. Así que quedamos en esperarnos en la estación, pero con algún mosqueo por que pasaron dos metros y allí no aparecía nadie.


Hasta que por fin llegaron justo a coger el tercero, tras dejar arriba a los siete de la comida para ir a otro de los sitios de referencia, la escuela de hostelería. Entonces nos enteramos de que la mayoría se había ido a mirar la otra parte de la torreta para ver el panorama y sacar la tradicional foto en las escaleras. O sea, que por despiste no perdimos el toque final del recorrido.

Despistes y demás problemillas aparte, tuvimos una suerte increíble -visto cómo está siendo el martes- con el tiempo. Los panoramas del Serantes en días así son increíbles y nos dan explicación directa de por qué fue un punto privilegiado de vigilancia. Se podía vislumbrar la punto del cabo Ajo hasta el Gorbea y el Lekanda, desde el faro del cabo Villano hasta el Oiz y la maqueta perfecta del Gran Bilbao, de la zona minera, Castro y parte de los montes de las Encartaciones. En fin, con eso y con el buen ambiente que reinó, lo de la película "Mejor imposible".

viernes, 18 de octubre de 2024

Miguel Ángel Rodríguez

 Y la perversión se hizo carne y se llamó Miguel Ángel Rodríguez y vino a los suyos y los suyos sí le recibieron y le siguieron en sus mentiras, calumnias, bulos y demás proezas abyectas que fue generando y las fueron extendiendo, ampliando y vociferando a los cuatro vientos hasta intoxicar todo el ambiente sembrando odio, inquinas y reyertas entre  propios y extraños. 


El maniobraba desde la sombra pero con un dominio absoluto de los suyos que ejecutaban fielmente sus dictámenes. No sabemos todo lo que pudo urdir, pero sí tenemos noticia de alguna de sus grandes proezas, como la campaña en la que nos hizo creer a todos que los atentados del tren de Atocha fueron obra o planificación de ETA y posteriormente cuánto tiempo estuvo malmetiendo y sosteniendo su mentira en contra de las investigaciones policiales y los dictámenes judiciales. 


Otra hazaña muy sonada fue cómo consiguió librar a su títere guapa y deslenguada de un asunto de corrupción que implicaba a su familia y de la misma se cargó al secretario general de su partido, que, por una vez, había dicho una verdad al denunciar públicamente la situación. No tuvo más que presentar a la susodicha con cara de oveja degollada lagrimeando porque su partido la estaba espiando. Pedazo maniobra. 

    Y ya la última, de la que tengo noticia, clama al cielo. Libra a la pareja de su chica de dar cuentas de unos delitos manifiestos e, incluso, aceptados por el propio acusado y somete a juicio, nada menos que  en el supremo, al fiscal general que tenía que meterle en cintura. Y todo con un simple twit en plan de bulo. Todo un maestro de la maldad. Y solo considerando estas pequeñas perlas de su historial, uno se pregunta qué no habrá urdido por ahí abajo, en sus entretelas, a lo largo de su historia pasada que no haya salido aún a la luz. 

    
No creo que los españoles nos hayamos merecido soportar un monstruo de esta calaña, sin conciencia ni escrúpulos, capaz de intoxicar toda la opinión pública, de pervertir y desacreditar la política y de engañar a la gente más incauta o menos informada, con tal de imponer sus planes y hacer manifiesto su poderío. El problema que tenemos es que no existen exorcismos para este tipo de demonios.

Encantados con el bosque encantado


16 de octubre, miércoles. Excusión anual conjunta de los tres grupos de senderistas. Esta vez habíamos elegido el bosque encantado de Oma, con el que quedamos encantados, como reza el título de esta entrada. A pesar de que en la primavera pasada celebramos nuestro décimo aniversario, el equipo de coordinación solicitó que ello no suplía la celebración de la excursión anual que el ayuntamiento nos subvenciona y, por fin, la respuesta de éste fue positiva. A las 8:30 de la mañana ya estábamos preparados  en la parada de Landeta subiendo a los autobuses, tras recibir la papeleta en la que se nos asignaba  asiento. Se produjo cierto desconcierto porque, al parecer, hubo personas que ocuparon un asiento que no era el suyo, lo que descolocó al conjunto. A ello se añadió que nos habían informado que había un autobús grande y otro pequeño y resultó que los dos eran grandes. Otrosí, como dicen en los textos judiciales, nos habían dado papeletas con más números de los que cabían en el bus supuestamente grande, así que todo se solucionó mandando al bus "no pequeño" a los y las que andaban descolocados. 


Pasado el mal trago del arranque -que no debería repetirse-, íbamos cruzando los dedos por la lluvia que nos iba acompañando en todo el trayecto, que, aunque no era abundante, no paraba. Así que, llegados a Santimamiñe, siguió lloviendo mientras estábamos esperando a que nos validaran las entradas y a que se pudiera ir al baño . Iniciamos la marcha, paraguas en ristre, y al poco tiempo la lluvia se fue diluyendo en un ligero chispeo. Algunos optimistas se animaban señalando un claro que se divisaba a lo lejos y acabaron teniendo razón. Pudimos disfrutar de una jornada con un tiempo tan estupendo que no preveíamos  ni soñando. A poco de ese momento comenzaron a sobrar chubasqueros y chambergos y, algunos, acabamos sudando. El tiempo del paseo fue ideal para caminar y al final disfrutamos de una tarde soleada hasta la hora de regresar, en la que la cosa cambió de cariz. Así que, visto cómo ha amanecido el jueves siguiente, no pudimos tener mayor suerte para disfrutar de un paréntesis metereológico tan bien aprovechado.



A la entrada del bosque hubo bastantes que optaron por tomar fuerzas con el hamaiketako. Otros grupos siguieron adelante sin más. A partir de aquí nos fuimos disolviendo en pequeños grupos ayudándonos a descubrir los puntos mágicos preparados para contemplar los efectos especiales. Y fotos, muchísimas fotos de grupos, personales, de pareja... tantas como tan grande estaba siendo el disfrute que se translucía en la inmensa mayoría del personal. Poco a poco nos fuimos retirando para acabar en una soleada terraza que resultó ser un agradable final de la mañana. Pero no fue así para todos, porque hubo seis personas que se cayeron en el ultimísimo tramo de la bajada. La peor parada fue Maricarmen León que acabó desmayada y con una muñeca averiada. Le costó recuperarse, eso sí, asistida con todo cuidado por las compis sanitarias del grupo, y, aunque aguantó del tirón toda la tarde, nada más llegar a Barakaldo se fue a urgencias y salió escayolada. Desde los grupos se le fueron dando muestras de ánimo y cariño.


Llegamos a Gernika con sol y con tiempo de antelación. No costó mucho dar con nuestro destino, pero en el restaurante no le dieron importancia y sin tener que esperar tomamos asiento en un comedor un poco justo para el número de los que íbamos. La relación calidad precio resultó favorable, a parte de gustos particulares, y el servicio fue ágil y atento. La recogida de los dineros se realizó sin problemas y el personal aprovechó a tomar café y chupitos antes de seguir con el plan de la tarde. Luego subimos a la zona céntrica en la que se encontraba el palacete que alberga el museo de Euskal Herria. Unos jóvenes nos atendieron atentamente y tras pagar la entrada, nos sugirieron que para acceder al interior nos dividiéramos en dos grupos. El encargado fue dando el saludo de entrada y unas pequeñas explicaciones a ambos sobre lo que se íba a ver. Para el buen funcionamiento indicó que el primer grupo comenzara `por el último piso y el segundo por la planta baja. 


Apetecía aprovechar la tarde, así que nos fuimos distribuyendo por los parques y las zonas famosas de Gernika -y por las terrazas claro. Personalmente quedé impresionado ante los monumentos de Txillida y Moore. Solo los había visto en fotos pero ambos me sobrecogieron. Uno por la grandeza y expresividad típicas del donostiarra y el otro por la sensación que experimenté dentro del refugio que creó bajo sus cascos de guerra. Poco a poco nos fuimos juntando en los alrededores de la estación de autobuses y para las 18:30 ya estábamos preparados para arrancar. Regresamos sin ningún incidente y también en los saludos de despedida, mientras recogíamos las mochilas y bastones, se traslucía la alegría y el buen rollo que flotaban en el ambiente por haber disfrutado de una magnífica jornada. Estoy de acuerdo con lo que le escuché decir a alguien; "como ésta muchas más". A propósito, id reservando el 18 de diciembre para la despedida navideña.

martes, 8 de octubre de 2024

Una de tiros


 Lunes 30 de setiembre. Propuse un samqueremos que hacía parte del trayecto del Camino de Santiago entre Bilbao y Barakaldo, solo que en dirección contraria. Y con otra salvedad: en vez de subir a Santa Águeda propuse hacerlo por Zubileta, con parada y fonda en las escuelas de Larrazabal. Quedamos en salir, como siempre a las 9 horas y donde siempre, para juntarnos en Burtzeña con la gente de Cruces y alrededores. Allí nos estaban esperando también las dos nuevas compañeras llegadas desde Retuerto.  Pero hete aquí que víspera hubo tiros con un muerto y heridos en una reyerta entre familias de ya se sabe qué tipo. Como habían dicho que la trifulca había sucedido en Las Delicias, supuse que podríamos caminar hasta el puente del Diablo. Algunos más prudentes se encaminaban hacia Zorroza, sin embargo nos animamos a continuar por el trayecto previsto que estaba en su inicio todo patas arriba por obras. Nada más acercarnos a las primeras casas ya vimos una cinta que cortaba la calzada y a un hertzaina que, con cara de pocos amigos, nos hacía señas de que teníamos que dar media vuelta. Y tal hicimos, dando la razón a los compañeros prudentes.


Cruzamos el parque que está a la entrada de Zorroza y subimos a la carretera que lleva a Alonsotegi. No es de mucho tráfico y cuenta con acera en todo el trayecto hasta las últimas casas, por lo que no resultó incómodo ese tramo del camino. Hicimos la parada de avituallamiento en un parquecito con bancos y bien aislado de la carretera por seguridad para los niños. A poco de retomar la marcha, dejamos la carretera y girando a la izquierda atravesamos el túnel que está bajo la autovía y emprendimos la subida a Kobetas. A la salida del túnel ya nos fuimos encontrando con los primeros santiagueros que dieron paso a otros más a lo largo de la subida. Al final de la primera parte de la cuesta, que era la más empinada, hay una señal, que casi pasa desapercibida, indicando la desviación a Kobetas. Si hubiésemos seguido todo recto, habríamos ido a parar a la incineradora. 

A partir de dicha señal se entra en un sendero campestre con vallas para control del ganado y con una vegetación muy agradable. Se notaba que hacía poco habían  hecho limpieza de maleza en los bordes del sendero y aquello me parecía una autovía en comparación del senderucho que me encontré hace un tiempo cuando estudié la ruta. Nos sorprendimos al encontrarnos con un coche que bajaba conducido por una señora mayor, que, al saludarla, comenzó a echar sapos y culebras por la boca porque al haber hecho un atajo de bajada habían dejado el tramo original, que da a su casa, sin limpiar y había tenido que pelear lo suyo para hicieran caso a sus demandas. En efecto, ya casi llegando a la cumbre comprobé que habían abierto una rampa a modo de atajo a poco de llegar al alto, pero preferí seguir por el sendero oficial que me parecía más cómodo y mas agradable para pasear. Sin embargo, cuando el grupo en el que iba llegamos arriba vimos que los que venían retrasados ya estaban allí esperando. Habían decidido tomar el atajo. 


En cuanto nos reagrupamos todos, que en las subidas el pelotón se estira lo indecible, comenzamos la bajada por Kobetabidea siguiendo las señales del camino. A poco de empezar nos topamos con unos extranjeros que se habían metido por ese camino siguiendo las señales, pero iban en furgoneta y querían llegar al albergue municipal. Con el lenguaje universal de las señas les dimos a entender lo que tenían que hacer, lo que no sabemos es qué entendieron ni a dónde fueron a parar. A todo esto algunas compañeras se separaron del grupo para seguir por otro camino, así que las perdimos de vista. Ya casi al final de la cuesta, nos sorprendimos al descubrir un señor parque con senderos y zonas de esparcimiento. Preguntamos a unas vecinas y, en efecto, la final del mismo estaba la bajada directa al hospital de Basurto. Optamos por terminar el descenso por allí, así que fuimos disfrutando del arbolado y de la tranquilidad del ambiente y nos evitábamos atravesar el centro urbano de ese barrio. Una vez en la acera contigua al hospital se dio por finalizado el trayecto y se fueron tomando las diversas opciones de vuelta, tal como se había indicado en el plan de salida. Unas volvieron andando, hubo quien se quedó en la parada del bus, los de la comida por su cuenta y el resto en el metro. Cada mochuelo a su olivo y Dios en el de todos, que se decía antiguamente.



martes, 1 de octubre de 2024

El viento sur arranca las hojas en otoño

 


Este título se me ha ocurrido después de los vientos que hemos soportado hace poco tiempo. A decir verdad es para mí una frase muy socorrida. La usé como título de mi primera novela, pretendía ser una metáfora de lo que le ocurre a su protagonista, Él es un médico que trabaja en una ONG en el Congo y cuando vuelve después de tres años a pasar un mes de vacaciones se encuentra con toda su vida desmantelada: le falla su trabajo, las mentiras de su familia, la muerte de su novia, accidentes .. y toda una serie de sorpresas desagradables de las que consigue sobrevivir. Y ahora quiero aplicar esa metáfora a la situación de hoy en día que está consiguiendo revolverme el estómago, la moral y hasta alterarme el carácter. Antes me echaba la siesta a golpe de telediario, pero en estos momentos no me acuerdo cuándo vi el último.


Es insoportable oír todas las mañanas, como lo más natural del momento, la retahíla de muertos a cargo del gobierno de Israel y ya no sólo en Gaza, sino que ahora son también los del Líbano y a no tardar los de Yemen sin descartar que se líe con los sirios y, Dios no lo quiera, con los persas. Y ese presidente sanguinario, que ya ha anunciado que no va a parar de matar, destruir y desplazar gentes, tiene la desfachatez de presentarse en la ONU como quien se planta a decir a ver quién me chista. Y USA  rendida a sus pies rechazando las decisiones de la ONU, sacándoles la cara como pueden y llevándoles armas a cascoporro, aunque por lo bajini digan que hombre, un cese temporal de agresiones no estaría mal. 


Después de algunos lander alemanes, ahora es Austria la que se declara mayoritariamente nazi. Su "canciller del pueblo", como se hace llamar su presidente, ha hecho unas declaraciones para levantar sarpullido y, por si fuera poco, se une a Orbán y a otros líderes de su pelo para declarar su amistad con Putin, otro sanguinario que está sacrificando vidas propias y asolando un país con una guerra sin sentido. Y, como he ido comentando en entradas anteriores, esto de la ultraderecha va a ser una plaga que no se va a contentar con imponer sus marcas autoritarias, sino que va a conseguir instaurar todo tipo de negacionismos, de xenofobias o del patriarcalismo más casposo. Lo que más miedo me da es pensar que unas capas de población cada vez más amplias apuesten por el autoritarismo y el palo y tente tieso, porque, mientras haya alguien que tenga un poder absoluto, nos ahorramos el problema de decidir o participar.


Lo de la oposición de este país sí que es ese viento sur que arrea con todo, caiga quien caiga, con tal de derribar al gobierno. Cualquier tema que suja es arma arrojadiza sin contemplaciones: mienten, distorsionan y se inventan relatos que no tienen nada que ver con los datos concretos de la realidad, pero aplican al pie de la letra aquel viejo dicho de " calumnia, calumnia que algo queda". A estas alturas dan por sentadas mentiras flagrantes como hechos constatables. Y la literatura que se gastan sus voceros son de efecto vomitivo. Pasan por encima del problema de la vivienda, de la inmigración, de la mejora de la gobernanza de las comunidades autónomas y hasta se han montado una guerra a cuenta de los venezolanos, que, en realidad, se la traen al pairo pero todo es bueno para crear una situación política irrespirable. Y así van a seguir hasta las nuevas elecciones, consiguiendo que la mayoría de la ciudadanía desconfíe totalmente de los políticos, que no deja de ser otra baza importante  para los ultras.

    Resulta que ya se han publicado encuestas fehacientes que señalan que hay , en estos momentos, más perros que niños. El caso es que esa abundancia se podría pensar que se debe a que muchas personas mayores necesitan animales de compañía, pero no es así porque cada vez más aumenta el número de gente joven que opta por sus mascotas en lugar de tener hijos. Lógicamente la sociedad no se les está poniendo fácil precisamente: la posibilidad de independizarse, de tener acceso a vivienda, de contar con unos trabajos mínimamente estables con sueldos adecuados al nivel de vida y, por ende, asumir la crianza de hijos en esas condiciones. La ley despiadada del mercado está quemando una serie de generaciones en las que, por otra parte, se ha invertido mucho en su formación.


Hoy nos hemos desayunado con unas encuestas y unos comentarios que me han alarmado. Resulta que hay un más que considerable número de menores de trece años que ya tienen síndrome de abstinencia del móvil, por si hubiera pocas adicciones, y estaban consultando cómo podía arreglarse el tema. O sea, se da un móvil a los críos que aún van en la sillita, se le utiliza sistemáticamente para que los niños no molesten o, como me dijo una vecina entusiasmada, que su nieta de año y medio ya ha aprendido a hacer unas fotos bonitas con el móvil... y suma y sigue y ahora nos preguntamos cómo se arregla esa dejación de funciones educativas en un número alarmante de familias. A todo esto, no creo que mucha gente sea consciente de lo que hay detrás de esos aparatitos, desde la basura espacial y el exceso de satélites, hasta la cantidad de muertos o de niños esclavos en las minas de coltán de África.

    Ese viento desbocado amenaza con llevarse por delante el planeta, la democracia, el estado de bienestar, la vida de mucha gente, los relevos generacionales... y aquí estamos con la esperanza de que los Putin, Netanyahu, Le Pen, Orbán o algún que otro ayatola no nos monten una tercera guerra globalizada. Y, cómo no, que no nos toque contemplar como los milmillonarios acaban  dominando la gobernanza mundial y hundiendo en la pobreza hasta las clases medias... Y por hoy ya vale, que son muchas cosas las que están en peligro de que se las lleve ese viento por muy arraigadas que creamos que están.

jueves, 26 de septiembre de 2024

Lunes de senderismo 31

 


Lunes 23 se septiembre. Última salida programada  del curso 2023-2024. El habitual recorrido por Castro y alrededores. A las 9:15 ya estábamos dispuestos para coger el bus de Castro con el temor de que se retrasara porque había habido a primera hora de la mañana, cómo no, atasco en la autovía. No se hizo esperar y para antes de la diez ya estábamos pateando los paseos de Castro paralelos al Brazomar, hasta la playa, donde nos sorprendió un magnífico trabajo en arena.

Luego seguimos por el paseo hasta el puerto y, después de dejar atrás la lonja del pescado, subimos las empinadas escaleras que llevan a la iglesia y al fuerte. En la iglesia nos entretuvimos más de lo previsto porque hubo que esperar a algunos que entraron y, como ya entrábamos entre calles, convenía ir todos juntos. Sin mayor consecuencia, quitando el mosqueo del que suscribe por lo que pide disculpas por su arranque de genio.


El mar estaba como un plato, aunque con ondas de mar de fondo, así que no pudimos disfrutar de esos recovecos tan especiales que ofrecen un espectáculo impresionante por las formas y el sonido que producen las olas al estallar. Y es que no se puede pedir todo, porque la mañana fue de las mejores que hayamos podido disfrutar, con sol y brisa fresca, que se hizo sentir de un modo especial por la zona de los acantilados. Al llegar a la playa artificial de Ostende hubo que hacer parada de obligado cumplimiento para aliviar al personal, aprovechando los servicios de la playa y los del polideportivo. Y aun paso de allí nos paramos a darle a la mandíbula en la zona del cargadero, como es habitual en esta salida.



Antes de reanudar la marcha, María nos informó de la reunión de coordinadores habida el miércoles anterior: la salida conjunta que se suele hacer por estas fechas, con subvención de ayuntamiento para el transporte; el tema de los seguros, como se había pedido, estará a cargo del ayuntamiento solo en excursiones, para el día a día cada uno el suyo; la revisión de listas para ir dando de baja a los que ya no vienen y dar paso a la lista de espera. Según esto, habrá dos nuevas incorporaciones al grupo el lunes que viene. Al llegar a las escaleras que suben a la zona de los acantilados se hizo la foto de rigor con un formato un tanto simpático, aunque, por qué lo vamos a negar, siempre estamos estupendos y estupendas

Llegados al final del camino del acantilado, nos encontramos con la división de siempre, los que bajan por la desviación un tanto vertiginosa para seguir camino de Allendelagua por detrás del quitamiedos y los que prefieren dar la vuelta aunque sea más largo. Nos juntamos sin problemas, casi al mismo tiempo, en el túnel de entrada y ya de  allí en adelante sin problemas por el camino de Santiago al revés hasta la plaza de toros, a donde llegamos con tiempo de sobra, porque hubo quien se dedicó a alentar al personal por aquello de que el bus sale a cada hora y no era cuestión de perderlo. Los de la comida no tuvieron su sitio insignia para comer, pero las expertas en Castro supieron arreglar el asunto sin problemas y, según las fotos, fue de maravilla.